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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: VIDEOS REALES

En el video que acompaña este artículo se realizar caso real de cruce de río, con el análisis previo buscando un punto idóneo para cruzar.

Video tutorial sobre un caso real de vadeo o cruce de río en la Patagonia.

En el video primero se ve una zona donde claramente no debemos cruzar. Porque el caudal se angosta totalmente, el color del agua demuestra una profundidad mayor. Las crestas muestran una mayor profundidad del agua.

Luego se ve otra zona del río donde el agua ya fluye más lenta. Hay piedras que sobresalen. Hay una orilla un poco más plana, menos escarpada para salir. Es una zona más apta que la primera que se ve en el video. Sin embargo, en el centro unas crestas indican evidentemente piedras a una altura y cierta profundidad del agua. El color del agua también nos indica cierta mayor profundidad. Pero es una zona más apta para cruzar que la primer analizada.

En el video se aclaran detalles "tontos", pero que no dejan de ser importantes, como el tener todos los bolsillos cerrados con las cosas que tengamos. Porque cualquier cosas que se nos caiga no la vamos a recuperar nunca. O que en terrenos con arcilla, arcillosos, son particularmente patinosos.

Al hacer el vadeo real se aprecia que la fuerza del agua es mucha, ya me supera la altura de las rodillas en algunos tramos, algo que hay que tratar de evitar.

El lugar, la otra orilla a la que se llega no es el ideal, pero por lo menos no hay una gran profundidad. Para buscar una orilla mejor habría que que remontar, pero sería muy complicado. Además, en el ejemplo la fuerza de la corriente es considerable porque es una curva de cierto ángulo.

Lo anterior infringe algunas normas que remarcamos en videos anteriores, pero a veces la realidad no es tan perfecta: el lugar de vadeo ideal no existe del todo. Pero bueno, como sea, en el video se demuestra básicamente cómo cruzar en un río con agua realmente, congelada. Y cuanto más largo sea el cruce, más problemático que el agua esté fría. Sin embargo, se pudo vadear el río y volverlo a vadear de vuelta.

 Abajo les dejamos más videos sobre cruce o vadeo de rios con más recomendaciones o "tips" que pueden serles de utilidad.

 


 

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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: precauciones con ropa y equipo

Hay algunas consideraciones a tener en cuenta la ropa o el equipo que portemos al vadear un río, por seguridad y prevención. Aquí hablamos de ellas, particularmente en relación al calzado, la ropa en general y la mochila.

Calzado

Sin duda, cruzar descalzo es una mala idea. Respecto del calzado, unas zapatillas sin medias, unas alpargatas, es lo mínimo que hay que tener para cruzar cualquier río. Salvo que sea un fondo que conozcamos, de arena, sin ningún problema. Entonces, en otro caso hay que tener calzado puesto. Sacarnos las medias o calcetines es recomendable, obviamente, para tenerlas secas cuando lleguemos al otro lado. Aunque, claro, siempre sería ideal llevar con nosotros al menos una pequeña toalla, o algún tipo de tela (pañuelo, etc.) para secarnos al otro lado.

Es conveniente además tener un calzado que cubra totalmente el pie, que se agarre con cordones o de alguna forma. No unas ojotas o chanclas, porque lo que puede pasar es que se nos salga, que se enganche en algún lado. Aunque, claro, es preferible tener unas ojotas a cruzar descalzos en algunos casos. Eso habrá que evaluarlo en cada cuestión concreta, eligiendo el mal menor. Además el calzado que nos cubre totalmente lo que hace es protegernos del frío.

Ropa

Hay que tener en cuenta es arremangarnos las perneras de los pantalones, como mínimo, hasta la altura que preveamos va a llegar el agua. Para no mojarnos, y además, para ofrecer una menor superficie al agua. Sin embargo, lo idea es, o tener un pantalón corto para esos casos o literalmente sacarnos los pantalones y cruzar sin ropa.

En la parte de arriba del cuerpo nos tenemos que poner, si podemos, nuestra ropa impermeable. Porque puede salpicar el agua, como poco. Todos los bolsillos y los cierres o cremalleras bien cerraos, nada que pueda se embolsado por el viento o dar lugar a caídas y pérdidas inesperadas.

Mochila

Si vamos con una mochila, lo primero es abrirnos la correa a la altura de la riñonera. Y también la del frente. Todas estas precauciones buscan tener la posibilidad de soltar rápido la mochila si caemos al agua, para que esta no nos arrastre hacia el fondo o nos dificulte nadar.

Así, hay algunas personas que además se sacan la correa de un lado de la mochila para tenerla más libre. Pero eso implica que, quizás, dependiendo el peso de la mochila, sea una pérdida de equilibrio. Por mi parte no lo recomiendo, porque la mochila, al principio, si nos caemos al agua, va a flotar. Y nos podemos sacar la mochila con relativa facilidad teniendo las correas ventral y de pecho desabrochadas.

Una última recomendación: no deje nada por fuera de la mochila, mucho menos colgando, será lo primero que se mojará. En particular, nunca deje afuera la bolsa de dormir, si lleva una, ya que si se moja...bueno, puede imaginarse lo que tendrá que pasar por la noche...es más, si no puede poner todas las cosas de la mochila en bolsas plásticas, al menos ponga en una bolsa plástica la bolsa o saco de dormir y calzado alternativo, si cuenta con él (algo más que recomendable, porque será el que se ponga del otro seco lado cuando haya llegado).

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Taller Intensivo de Primeros Auxiios - Club Belgrano de Cholila

Dictado de Taller Intensivo de Primeros Auxilios en Cholila.

Taller Primeros Auxilios - Cholila - Club Social y Deportivo Manuel Belgrano
Taller de Primeros Auxilios en Cholila


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lugar: Club Social y Deportivo Manuel Belgrano de Cholila. Primeros auxilios básicos, RCP.
Horario: 15 de Octubre 15hs.
Inscripción: Club Social y Deportivo Manuel Belgrano de Cholila de Lunes a Viernes de 17hs a 19hs.
Valor: $1000 más un elemento para el botiquín del club.
Consultas: 2944 626094 o 2945 596896.
Dictado por el Lic. Federico Ferrero, Prof. de Primeros Auxilios (IES Nº813, Epuyén y Cholila), Técnico en Emergencias, Guardavidas, Guía de montaña.


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Cómo construir un iglú sin herramientas

Muchas veces se habla de los iglúes o inglús como refugios de supervivencia ideales para un clima invernal con abundante nieve disponible. Sin embargo, su construcción, aunque realmente útil e insuperable en muchos sentidos, es realmente complicada y requiere del uso de herramientas que un superviviente ocasional (no un esquimal) difícilmente tenga consigo.

En este artículo contamos nuestra experiencia de construcción de un iglú "sin nada", al menos nada que no se pueda conseguir en la naturaleza, junto con nuestras manos, pies e inteligencia.

Video que muestra algunos aspectos de la construcción de un iglú
sin usar herramientas no improvisadas, como refugio de supervivencia polar.

Manos: herramientas frías

Cuando se construye un iglú de forma realmente improvisada (es decir, sin disponer de serrucho, cuchillo, pala, etc.) habrá que usar las manos, evidentemente. El problema es que, incluso aunque tengamos guantes, tarde o temprano vamos a enfriarnos las manos hasta tan extremo que podemos rozar el congelamiento. Saber esto es muy importante, ya que al menor indicio de "dejar de sentir" los dedos, tendremos que hacer un descanso para, junto con ejercicios de calentamiento de brazos, muñeca y dedos, recuperar un poco la circulación.

Si usamos guantes, los mejores serían los impermeables y transpirables ("perlantes") de membrana tipo Goretex. Pero como estamos suponiendo que vamos a trabajar como supervivientes sin equipo, tenemos que pensar que no vamos a tener este lujo, o incluso trabajar a mano desnuda. Sin embargo, si tenemos algún plástico, podremos improvisarnos unos guantes para (por lo menos) no mojarnos las manos, y así lograr que se nos enfríen más lentamente y se calienten más rápido durante los descansos.

Un método para saber si tenemos las manos congeladas o si el frío todavía es soportable, consiste en tocarse el dedo pulgar con el meñique de las manos: si no lo logramos la primera vez (si no coordinamos) significa que estamos cerca de la congelación de las manos, y tenemos que descansar para calentarlas. Una forma práctica de calentarlas es ponerlas abajo de nuestras axilas, la corva de las rodillas, o hacer el clásico "molinete" (girar los brazos a la altura de los hombros a gran velocidad) para que la sangre vaya de los brazos a las manos.

Ubicación del iglú

Si es posible habrá que elegir un terreno plano para construir el refugio, o lo más plano que haya en las inmediaciones de la zona de supervivencia, lugar que elegimos para acampar por diversas razones (cercanía de agua), etc.. Al mismo tiempo, el lugar de emplazamiento de nuestro refugio-vivac provisional deberá estar lo más cerca posible de la fuente de nieve, que deberá ser extensa, por razones obvias: ahorro de tiempo y esfuerzo en su construcción, y garantía de tener todo el materia base necesario para la construcción de los ladrillos de nieve.

Aunque en esta ocasión no lo llevamos acabo, lo ideal y tradicional es construir el refugio en el lugar que queda al ir sacando los ladrillos o bloques de nieve. En caso de tratarse de un iglú de tamaño medio o grande (el que vemos en las fotos y videos es chico, para dos personas sentadas adentro) lo ideal es que la superficie de donde se sacaron los bloques de nieve sea el suelo bajo del iglú, la parte delantera, y atrás quede una zona más elevada destinada para dormir. La razón de esto es que el frío tiende a darse en la zona baja (o el calor en la alta), y así se logra más confort cuando se duerme.

Es importante pensar también cual será la orientación de la puerta: normalmente en la zona contraria a la dirección de los vientos predominantes (sotavento). La puerta deberá ser a su vez lo más chica posible (para evitar pérdidas innecesarias de calor). Si hay mucho viento o el mismo no tiene una dirección estable, y hay nieve (y tiempo) suficiente en base del iglú, se puede cavar un túnel como puerta.

Pasos básicos a seguir para su construcción

El método que usamos implica generar los ladrillos de nieve en dos etapas:

A) - Aplanar la nieve con los pies.

B) - Cortarlos (darles forma) con un palo.

Para que este método funcione (al menos, de acuerdo a lo que probamos) la superficie de la nieve no deberá ser muy alta, para así poder compactarla hasta el nivel del suelo. Eso nos va a ayudar a "despegar" los ladrillos, como vemos en el video y las fotos. De otra forma, habría que también preocuparse de "cortar" los ladrillos por abajo para sacarlos, algo que sin una pala para nieve resulta bastante difícil al menos, y mucho más inviable sin duda.


Video que muestra algunos aspectos de la construcción de un iglú
sin usar herramientas no improvisadas, como refugio de supervivencia invernal.

Ladrillos o bloques de nieve

La práctica nos enseñó que lograr ladrillos "perfectos" es casi imposible con un método tan "casero" o "artesanal". Habrá entonces que buscar "encastres" entre los ladrillos, para ir levantando la pared según vayamos viendo. Tampoco será demasiado factible lograr una construcción tipo "espiral ascendente" usando bloques cada vez más grandes (método tradicional), por la misma razón (falta de herramientas de "precisión" para lograr ladrillos del tamaño necesario en cada caso). En cualquier caso, siempre intentaremos que el centro de los ladrillos superiores se apoyen sobre la unión de los dos ladrillos inferiores, que lo soportan, haciéndole de base, algo totalmente imprescindible para mantener la estructura relativamente estable.

Pese a que en el video vemos el refugio con hojas y hojarasca pegadas a la nieve, si hay tiempo, es buena idea sacárselas. La razón es que si las dejamos, estas se van a calentar antes que la nieve (por ser más oscuras) y acelerarán el proceso de fundido de la misma, cosa que comprobamos. Por otro lado, aunque se tomen estas precauciones, lo cierto es que el refugio es muy difícil de "pulir" o "tallar" por el interior, lo que hace que sea propenso a las goteras. Hay que tener en cuenta a su vez, que se acelera mucho el trabajo si disponemos de un palo con cierto filo, ya se natural o tallado (si tenemos un cuchillo, también puede ser útil en este sentido), y se gana mucho en calidad de las paredes construidas.

Ventilación: imprescindible

Si nuestro refugio raya la perfección, es decir, no hay casi rendijas entre bloques, será imprescindible hacer al menos un agujero de ventilación para poder evacuar el dióxido de carbono (CO2) generado por la respiración de sus ocupantes. Una ventana es algo opcional, pero si se hace, deberá hacerse al final de la construcción, al igual que el agujero de ventilación.

Pese a estos orificios de ventilación, la temperatura en un refugio puede superar los 0ºC, llegando incluso hasta los 15ºC o más, independientemente de la temperatura exterior.

Prevención contra incendios, tipos de fuego, métodos de extinción y sustancias extintoras

Los combustibles son muchos, pero al clasificarlos dentro de la prevención contra incendios hay que dividirlos teniendo en cuenta los distintos tipos de medios que existen para apagarlos o sofocarlos. 

Video que muestra una chimenea improvisada con ponchos.


Por eso se habla de las siguientes clases o tipos de fuego:
  • Fuegos tipo A (fuegos secos). Afectan a materias sólidas como la madera o el cartón, se consumen produciendo brazas y cenizas que siguen ardiendo y que también hay que apagar para garantizar que se termina con el incendio,
  • Fuegos tipo B (fuegos grasos). Arden en estado líquido y no dejan residuos tras quemarse, pero generan una gran cantidad de humo.
  • Fuegos tipo C (fuegos gaseosos). Su combustión es muy rápida y producen grandes llamas.
  • Fuegos tipo D (fuegos químicos o fuego de metales). Se dan en algunos productos químicos reactivos como metales combustibles o inflamables. Normalmente necesitan métodos de extinción específicos.
  • Fuegos tipo E (fuegos eléctricos). Se dan en presencia de corriente eléctrica.

Métodos de extinción


A grandes rasgos, podemos hablar de tres métodos distintos que se pueden usar para apagar un fuego. Estos son:


- Método de enfriamiento por agua. El método más conocido, consisten en "robar" el calor del fuego a través del uso de agua, de forma tal que se pueda alcanzar una temperatura inferior a la necesaria para que se de la ignición. Como sabemos, sin la temperatura necesaria no hay fuego.

- Método de dilución. Consiste en eliminar el combustible para que el fuego tenga uno de sus componente necesarios para darse. Normalmente se logra a través de la ventilación (de gases) o el aislamiento del fuego (para que se consuma el combustible que haya, y entonces se apague).

- Método de sofocación. Se trata de impedir que el combustible o los vapores combustibles tengan contacto con el oxígeno. Como sabemos, si no hay oxígeno (comburente) no puede haber fuego.

- Método de rotura de la reacción en cadena. La reacción que se da entre el combustible, el comburente y la temperatura y que tiene como consecuencia el fuego (el "tetraedro de fuego") se conoce como "reacción en cadena". Por lo tanto, si rompemos esta reacción en cadena, o si evitamos que se combinen estos componentes, evitaremos también el fuego o lograremos apagarlo. Para eso existen ciertos productos químicos que se combinan con el combustible o sus derivados tras la descomposición antes que estos lo hagan con el comburente, rompiendo el ciclo.

De acuerdo al método de extinción que usemos, deberemos utilizar un tipo determinado de sustancia extintora.

Cuando hablamos de incendios, como pasa en materia de supervivencia, podemos hablar de lo que se puede hacer "antes" (prevención) y de lo que se puede hacer "después" (extinción).

Una de las cosas que hay que tener "antes" de un incendio para poder apagarlo, es conocimiento de como hacerlo. 

Fuego de una fogata al aire libre, en la montaña. Patagonia Andina.

Sustancias extintoras


Las sustancias extintoras del fuego por excelencia, usadas en la eliminación de incendios, son:

- El agua. El más común y versátil, apaga por enfriamiento y sofocación. Puede ser aplicada a chorro o pulverizada. No debe ser usada sobre fuegos eléctricos.

- La espuma física. Es una mezcla de aire con agua y ciertos productos espumantes. Actúa por sofocación. No debe ser usada tampoco sobre fuegos eléctricos.

- El polvo seco. Es bicarbonato sódico y potásico. Actúa por sofocación.

- El anhídrido carbónico o nieve carbónica. Es un gas inerte incoloro e inodoro que actúa por enfriamiento y sofocación. Hay que tener cuidado al manipular los extintores o matafuegos, ya que su boca puede estar tan fría que puede llegar a producir quemaduras por enfriamiento.

- Hidrocarburos halogenados saturados. Normalmente parte de sistemas de extinción automática que cuidan lugares o instalaciones de alto valor económico, ya que son muy efectivos pero muy caros.


Comida urbana vs. cocina de superivencia

Encontrar algo qué comer puede ser algo muy fácil o muy difícil, dependiendo de la situación en que nos encontremos. No sólo al aire libre, incluso en la ciudad ocurre así. Pero con obtener alimentos no alcanza, también hay que saber como cocinarnos.



En el libro del escritor colombiano Gabriel García Márquez, Relato de un náufrago (basado en hechos reales), se puede constatar algo que pocos tienen en cuenta en materia de supervivencia: matar un pájaro o cualquier otro animal y después comerlo crudo no sólo es algo que puede resultar asqueroso e imposible de hacer incluso para una persona que se esté muriendo de hambre, sino que además puede que no sea tan nutritivo como podría parecer a primera vista.

Sin experiencia, el matar a un animal para comerlo o el conseguir vegetales o plantas comestibles no es para nada fácil -es decir, sin conocimientos y entrenamiento en la materia-. Pero incluso si pudiéramos hacerlo, el cocinarlo será una tarea para la que quizás no estemos preparados si no disponemos de las herramientas que normalmente tenemos en la cocina de nuestra casa.

Una cosa es cocinar teniendo un cocina a gas o eléctrica, y otra muy diferente es hacerlo con fuego de leña y/o carbón. Incluso aquellos que tengan experiencia en cocinar asados o barbacoas, el hacer lo mismo sin una parrilla adecuada al aire libre, con frío o con lluvia, por ejemplo, ya complica considerablemente las cosas. Y no se trata sólo del tópico más que conocido en supervivencia de cómo prender un fuego, sino de lo que es la cocina de supervivencia o la dieta de supervivencia en sí.

Lejos de lo que puede pensarse si se ignora este tema, el cocinar la comida no es un lujo, ni siquiera en materia de supervivencia. No sólo hay algunos alimentos que crudos son tóxicos o pueden transmitir enfermedades, sino que directamente no son comestibles o serían "indigeribles" para nosotros. De ahí que aprender a cocinar en supervivencia y tener práctica real en ello en las más variadas circunstancias puede considerarse una de las habilidades básicas de este arte junto con las de conseguir agua, alimento y refugio.

Lamentablemente en muchas ciudades la comodidad urbana está haciendo que los ciudadanos (y sobre todo los ciudadanos de sexo masculino) olviden cada vez más el arte de la cocina. Cada vez más se hace uso de alimentos preparados "listos para calentar", precocinados o directamente se compra comidas ya hechas y listas para comer. La razón es que las personas disponen de cada vez menos tiempo debido a las largas jornadas de trabajo, a las que hay que sumar el cuidado de los hijos y otras responsabilidades que se ponen como prioritarias sobre la de alimentarse en base a lo que uno mismo cocina, y todas llevan su tiempo. El problema es que la habilidad de cocinar debería tener también un espacio reservado en la vida cotidiana, porque puede que las cosas no siempre sean como nos acostumbramos a vivirlas.

Haciendo dulce o mermelada con frutos del bosque recolectados en la Patagonia Andina.
Dicho de otra forma con un ejemplo concreto: el día que no tengamos una cocina para cocinar, ¡¡difícilmente podremos hacerlo con leña cuando ni siquiera sabemos hacerlo con la propia cocina!! Es más, ¿cómo sabremos diferenciar un animal o una planta viva comestible de otra cuando ni siquiera sabemos diferenciarlas en el supermercado, ya como alimentos limpios y listos para cocinar?

Por algo hay que empezar, y es en este sentido que la cocina básica urbana es el primer paso en lo que a la práctica de la cocina de supervivencia o cocina extrema se refiere. El dejar este habilidad -mal entendida por algunos como "para las mujeres"- o el no dedicarle su tiempo es, en nuestra opinión como practicantes de la supervivencia, un grave error.

Improvisando un refugio o vivaque de supervivencia con o sin ponchos

El refugio que describimos aqui y en el video que lo acompaña, es un refugio de supervivencia o vivaque con un techo con caída "a un agua" (en contraposición a la típica casa o cabaña con techo con caída "a dos aguas") muy simple, y por lo tanto rápido de construir, pensado para hacerse en un bosque. También damos opciones para hacerlo si no se tienen ponchos, usando nada más materiales naturales.


Antes que nada, como sucede previamente a la construcción de cualquier refugio, es importante pensar en la orientación que va a tener dicho refugio y el lugar (tipo de suelo, inclinación, vegetación espinosa, etc.) donde se va a levantar.

En lo que respecta a la orientación, habrá que ubicarlo de forma tal que el techo cubra la zona desde la cual llegan los vientos (precipitaciones) predominantes, aunque si llevamos mochilas, estas pueden servir de parapeto improvisado también, del lado en que el techo no tape. La inclinación deberá ser la menor posible, y si existe, dormiremos con la cabeza en la zona más alta, y nos "anclaremos" de alguna forma para no deslizarnos hacia abajo durante la noche.

Este refugio improvisado o vivaque (vivac) se hace a base de troncos (su estructura), ponchos (su recubrimiento) y algunas cuerdas, sogas o cintas para anclarlo (fijaciones). Este refugio muestra la utilidad de los ponchos impermeables para improvisar refugios al aire libre, lo que demuestra que un poncho de este tipo sirve mucho más que para tapar a una persona o a una mochila (o a una persona con mochila) en caso de lluvia.

Estos ponchos impermeables, originalmente diseñados para uso militar, están especialmente pensados para utilizarse en estos casos (supervivencia al aire libre y acampada) por lo que además incluyen una serie de anillos y botones en los laterales, que permiten unirnos entre sí si se dispone de varios de ellos, o atarlos fácilmente a árboles, etc., como hacemos en este caso.

A diferencia de un poncho normal, tienen la desventaja de ser más pesados. Pero a su vez, por la misma razón, poseen la ventaja de ser más resistentes y estar especialmente preparados para usos en los cuales se los "maltrate" un poco, como es el de servir de suelo o techo de un refugio, el soportar tirones y pisotones, etc.

Vivaque refugio con poncho
Refugio o vivac de supervivencia a dos aguas con ponchos.
Si se dispone de más de un poncho, uno deberá destinarse a servir como piso, para aislarnos de la humedad que recibiremos del suelo. Si, en cambio, no se dispone de poncho alguno, habrá que acometer la tarea de cortar ramas de los árboles, arbustos, etc. de la zona, las cuales servirían de suelo y de techo igualmente, aunque quizás no tan efectivo (dependerá de la cantidad que juntemos, de lo secas que estén, y del tipo de vegetación de que se trate). Evidentemente además, en este caso se alargarían los tiempos e construcción y se dificultaría la tarea de fijar el techo al travesaño.

En caso de no disponer de cuerdas, sogas o similares para fijar los vientos del refugio en base a ponchos, se pueden usar troncos y piedras, aunque el espacio útil del techo y el suelo se reducirán en alguna medida (al restarse la parte que quedará abajo de las piedras o troncos que sirvan como fijaciones improvisadas).

Material y equipamiento para llevar en salidas de un día al aire libre

Aunque una salida de un día al aire libre para la práctica de excursionismo, senderismo, montañismo, acampada, etc. [1] no es una expedición exploración ni mucho menos, y suelen desarrollarse por definición cerca de la ciudad, no por eso debe descuidarse una cierta planificación en cuanto al equipo, botiquín y provisiones que se deben llevar para el trayecto. Esto es igualmente cierto si los que organizamos la excursión somos nosotros (en un grupo particular) o vamos a ser guiados por un Guía profesional en el contexto de un grupo reunido a través de una agencia de actividades de aventura o multiaventura.

Lo primero es considerar el material, equipo o equipamiento necesario para mantener la seguridad (protección contra las inclemencias del tiempo, medios de orientación y prevención de accidentes propios de la actividad) y proporcionar primeros auxilios (curación primaria de los accidentes o las lesiones más comunes en espera de intervención médica).

Hay que recordar es que los accidentes pasan en todas partes, y aunque hay menos posibilidades de que ocurran cuanto menos dure una marcha, y serán menos graves en cuanto a sus consecuencias cuanto más cerca se esté de un lugar en donde poder recibir la ayuda médica, de rescate o de evacuación adecuada; no es menos cierto que la posibilidad de accidentes se reduce todavía más si nos preocupamos por eliminar tantos riesgos como esté en nuestras manos hacerlo, y evitemos todos lo que no podamos eliminar.

De esta forma, no sólo reduciremos la posibilidad de accidentes, sino que vamos a evitar desperdiciar recursos en movilizar operativos de búsqueda y rescate al solucionar nosotros mismos pequeños percances que, de no haber sido previstos, puede requerir de ayuda externa.


Es por esto que hay que tener en cuenta:

- Llevar la vestimenta y el calzado adecuados.

- Llevar ropa de repuesto.

- Llevar agua.

- Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable.

- Llevar un palo, bastón o similar.

- Llevar al menos un teléfono móvil o satelital por grupo.

- Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS.

En adelante nos explayamos sobre esos temas, viendo la necesidad de cumplir estas recomendaciones y las cuestiones asociadas que se derivan de su cumplimiento, y que hay que considerar para llegar a buen puerto siempre que sea posible.

- Llevar la vestimenta y el calzado adecuados


Llevar la vestimenta y el calzado adecuados al terreno que vamos a transitar, y al clima que se espera para la jornada. Es conveniente a su vez vestirse por capas. Esto implica, por lo tanto, estar informados de antemano en cuanto al dicho terrena y el pronóstico del tiempo, o en su defecto sobre las recomendaciones de los encargados de la excursión.
En salidas más largas es también recomendable llegar calzado de repuesto, pero en salidas cortas (de un día) puede prescindirse de él. Si se trata de una salida para la práctica de escalada deportiva, ciclismo o cabalgatas, normalmente se llevará un juego de "pies de gatos", "zapatillas de ciclismo" o "botas para montar" según el caso, por lo que será recomendable llevar paralelamente calzado normal para antes y después de la actividad.

- Llevar ropa de repuesto.


Siempre el clima puede no comportarse como lo esperamos, y hay que estar preparados. Toda la ropa que llevemos en la mochila tiene que ir adentro de una bolsa de plástico, para evitar que se moje incluso si se moja la mochila.

- Llevar agua


No importa que vayamos a tomar la que haya en el camino al pasar por un arroyo, lago, río o cualquier curso de agua, puede que estos estén secos, contaminados, o necesitemos el agua (ya sea para beber o para limpiar una herida) cuando estemos lejos de estos. Por eso siempre hay que guardar y llevar encima agua para casos como estos.

En los casos particulares de la ascensión, travesías o rutas que implique con seguridad la ausencia de agua potable durante el trayecto, esta recomendación es una exigencia ineludible.

- Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable


Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable (si tenemos conocimientos de primeros auxilios) es algo que siempre hay que hacer en salidas al aire libre.


A continuación, una lista con lo básico que podría contener un botiquín de primeros auxilios para actividades en el medio terrestre al aire libre:

- Vendas elásticas (para esguinces y similares)
- Cinta adhesiva o esparadrapo
- Apósitos adhesivos
- Gasas
- Antiséptico a base de yodo
- Pañuelo grande (para improvisar cabestrillo, etc.)
- Analgésicos.
- Tijeras chicas.

Si estamos tomando algún remedio o medicina con regularidad (aunque no nos toque a las horas o el día previsto para la salida) conviene llevarlo (se puede retrasar la salida, podemos perdernos, etc.).

- Llevar un palo, bastón o similar


No importa la dificultad del terreno, llevar un bastón tiene nada más que ventajas y ninguna contra. Además de evitar caídas en terrenos inestables (con piedras, nevados, mojados o resbaladizos), resta esfuerzo a nuestras rodillas, repartiendo el peso también en el brazo que porta el bastón.
En caso de lesión, un bastón nos ayudará a caminar con menos esfuerzo a modo de muleta, ya sea por una lesión propia o por la de cualquier compañero al que tengamos que asistir. Aunque existen multitud de modelos comerciales de "bastones de trekking" que incorporan cosa como empuñaduras anatómicas, amortiguación e incluso hasta linternas, lo cierto es que antes que no usar nada por falta de dinero para comprar estos últimos modelos, podemos utilizar un palo cualquiera de la zona (millones antepasados no pueden equivocarse ;-) ).

En caso de caminar o andar por terrenos con desnivel en los que tengamos que desplazarnos lateralmente, manteniendo la altura, el palo o bastón debe llevarse del lado contrario a la pendiente, es decir, del lado de la montaña. Esto es así para poder frenar de forma adecuada en caso de perder el equilibrio, evitando la caída. Por supuesto, esta regla se aplica también al uso de piolets o piquetas, y sobre todo en terrenos nevados.

En caso de contar con uno o dos bastones extensibles o telescópicos, es recomendable regularlos [2] para que nos lleguen a la altura del pecho durante las subidas o el trayecto por lugares planos, y un poco más largos durante las bajadas, para tener puntos de apoyo "de avanzada" adicionales. La rosca telescópica siempre tiene que estar apretada a conciencia, porque sino puede darse un obvio y desagradable accidente al aflojarse durante la marcha: conviene por tanto ajustarlas o revisar su ajuste en cada parada o algo en el camino.

Durante las subidas suele ser más cómodo apoyarse en las correas o dragoneras incorporadas. Durante las bajadas, en la parte superior del bastón. Sin embargo, esto puede variar dependiendo del modelo de bastón, ya que algunos están pensados para usarse siempre con un agarre superior, por ejemplo, y por otro lado esto también depende del gusto o la costumbre del usuario.

- Llevar radios (walkies) y al menos un teléfono móvil, o satelital por grupo


Así como números de urgencias. Aunque se lleve apagado, un celular puede servir en caso de emergencia. Los teléfonos satelitales tienen la ventaja de tener cobertura en lugares donde los teléfonos móviles no tienen por ausencia de antenas cercanas, ya que captan su cobertura de satélites de comunicaciones al igual que los Gps. Por otra parte, las radios son útiles incluso en condiciones normales, para comunicarse entre los guías o entre diversos grupos a un costo mucho menor que el que tiene la telefonía celular.


Además, teléfonos móviles para contactar en caso de emergencia los participantes de la actividad en caso necesario, es recomendable disponer también de walkies-talkies para la comunicación entre los Guías o responsables de la salida (si existen) o entre miembros de grupos reducidos de forma económica y en tiempo real. En este caso las comunicaciones deben ser acordes a las normas de comunicación por radio. Es decir, concisa y breves para ahorrar batería y tiempo, a la vez que evitar confusiones o malentendidos. Para eso habrá que tener en cuenta el lenguaje estándar y además que la nuestra será una forma de comunicación pública, que puede escuchar cualquiera dentro del rango de cobertura y con un aparato configurado en la misma frecuencia de radio.

Las palabras o "voces" estándar más usadas en la comunicación con radiotransmisores, en orden alfabético, son las siguientes:

Afirmativo.
Aquí es / Es acá / Acá es.
Atención.
Cambio.
Cierro / Fuera.
Código.
Cómo me oye/escucha? = Me toma? / Me recibe? / Me tomás?.
Copio/Copiado.
Corto.
Deletreo.
Enterado.
Identidad.
Identifíquese.
Negativo.
Pasamos a.
Recibido.
Repita.
Repito.

En caso de utilizar el deletreo, debe usarse el Alfabeto Fonético Internacional, que es el siguiente (en caso de diferir con la forma de escritura, entre paréntesis escribimos su fonética, es decir, como suena al leerse):

A Alfa
B Bravo
C Charlie (charly)
D Delta
E Echo (eco)
F Foxtrop
G Golf
H Hotel (jostel)
I India
J Juliet
K Kilo
L Lima
M Mike (maic)
N November
Ñ Ñoño
O Oscar (óscar)
P Papa (pápa)
Q Québec
R Romeo
S Sierra
T Tango
U Uniforme (iuniform)
V Victor
W Whisky
X X-ray (Ecs-ray)
Y Yanqui
Z Zulu (zulú)

Hay que tener en cuenta que las baterías o pilas suelen descargarse con mayor rapidez o facilidad en climas fríos o si se exponen a bajas temperaturas. Si prevemos este tipo de condiciones climáticas, será necesario llevar baterías de reserva junto al cuerpo o un lugar donde se mantenga calientes durante la travesía.

- Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS (si es posible)


Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS (si es posible). No hay que confiar solo en los Guías (si existen). Cuantas más ayudas para la orientación contemos, tanto mejor. Por supuesto, vale aclarar que no sirve de nada llevar algo que no sepamos usar, o invertir en aparatos caros como GPS, brújulas electrónicas, etc., cuando sólo lo vamos a utilizar una vez cada varios años...

Así que primero, y ante todo, practique y aprenda sobre orientación y marcha.


Notas:

[1] En este caso nos referimos a cualquier actividad que implique, al menos en parte, el desplazamiento por tierra.

[2] Hay que tener cuidado de no pasarse cuando se sacan los caño interior de los bastones telescópicos, estando atentos al señal que marca (como en los asientos de bicicleta) el límite que se puede extender. De no hacerse así, podríamos romper el mecanismo, sobre todo en el caso de bastones que incorporan una amortiguación interna basada en un sistema de resortes o muelles.

Las culpas son de nosotros, los tracks GPS son ajenos...


Hace tiempo es posible encontrar en internet los “tracks” GPS (o sea, el registro de un trayecto, ruta, sendero o camino recorrido por una persona con uno de estos aparatos de orientación) que otros han registrado y subido para su descarga y libre uso. Como Guía, he notado que esta posibilidad tecnológica hace que muchos se crean falsamente seguros para realizar itinerarios para los que no están preparados, poniendo en riesgo a ellos y a los que los acompañan.
GPS de Garmin, uno modelo de la línea Etrex.
Independientemente de que un track GPS de una ruta de montaña no implique lo que algunos definen como “dificultad técnica” en la montaña (por ejemplo, el uso de crampones, la realización de escalada, el cruce de un glaciar, etc.), seguirlo sin más no garantiza la seguridad si no se disponen de otros conocimientos, tanto de orientación como de otro tipo, que un Guía adquiere durante su formación.

Esto es así ya que, por regla general, toda ruta, recorrido o camino desconocido en montaña es peligroso: por la posibilidades de cambios meteorológicos, por la no disponibilidad de señales reales sobre el terreno, por el cambio de las condiciones del terreno, de la nieve, por estar aislado de la civilización y la dificultad de un rescate y por un largo etc. que se suma para todas aquellas personas que no dispongan de la formación de un Guía de montaña en cuanto a organización de grupos, conocimientos de primeros auxilios, manejo de aparatos de comunicación no convencionales en zonas sin cobertura de telefonía celular o móvil, y demás cuestiones que se aprenden cuando uno estudia y experimenta bajo una tutela adecuada la profesión de guiar grupos en el medio natural.

Por todo lo anterior, y de la misma manera que el uso de un GPS sin conocimientos de orientación es similar al uso de un carrito de bebé por parte de un bebé -entiéndase, el bebé depende de la madre por lo que, en realidad, no es el que maneja el carrito...-, de la misma forma, decía, que muchos usan el GPS “a ciegas” mientras manejan o conducen un vehículo, y es normal que muchas veces terminen perdidos o accidentados por sus erróneas indicaciones, de exacta igual forma, reitero, los que van a la montaña sin conocimientos y dependiendo de los tracks de GPS de otros, están tentando a la suerte.

Pongamos un ejemplo práctico para ilustrar lo que quiero decir con estas consideraciones.

Supóngase que se sigue el tracks de GPS para subir al Cerro Lindo de El Bolsón, cercano al refugio de montaña homónimo, track que uno puede ubicar ahora mismo en una página de internet. Ese track figura como subido el año 2015, pero grabado en el año 2013. El que descargue y utilice ese track hoy, cuando escribo esto, a mediados de 2018, asumiendo que lo hace por desconocer el terreno, seguramente no sabrá que el año 2013 fue un año en el que había bastante más nieve que en el actual en altura para dichas coordenadas de montaña -y no necesariamente en los pueblos aledaños de la región de la Comarca Andina del Paralelo 42 a la que políticamente y en teoría pertenecen esos territorios y para las que se desarrollan los partes meteorológicos-.

Por lo tanto, aquel que ahora se guíe por ese track (y no estoy teorizando en este ejemplo, sino que me baso en lo he comprobado en el terreno) no va a poder realizar la ruta por encontrarse con un cañadón de varias decenas de metros que antes estaba cubierto de nieve, y con sendas dificultades para rodearlo.

La montaña siempre cambia y nadie le hace mantenimiento necesariamente a sus sendas -mucho menos, en la Patagonia Andina- . La montaña no está hecha por seres humanos ni tiene particular consideración por que ellos la visiten o la recorran. Los trekking de montaña no son rutas de automóvil.

Una obviedad lo que digo sí...pero desconsiderando obviedades es como se acerca uno más y más hacia los “accidentes” (entre comillas, ya que no son hechos fortuitos casi nunca, sino consecuencia de una mala decisión previa).

Volvamos a nuestro ejemplo. Si, a su vez, estos hipotéticos montañistas osados seguían ese track volviendo de la cumbre del Co. Lindo a ciegas por, a su vez, un hipotético mal tiempo que hace que la visibilidad sea nula -algo normal en la zona-, probablemente hubieran caído y se hubieran lastimado gravemente, sin la posibilidad de pedir ayuda -ausencia de señal-. Si se rodeara el cañadón “desconocido”, probablemente el tiempo que se dedique a la ruta se incrementaría en alrededor de un 20%, lo cual posiblemente podría hacer que se tuviera que terminar el trekking de noche, con todos los riesgos que eso implica…

...¿y si no se preveía esa posibilidad y no se llevaba linterna?
...¿y si se llevaba pero el frío hizo que no funcionara y no se tenían pilas de repuesto?
...¿y si con la linterna funcionando, igual no se reconoce el camino porque no está marcado o por falta de experiencia?

Podríamos añadir otras consideraciones técnicas relativas al funcionamiento del GPS que vienen al caso. Por ejemplo, que estos siempre tienen un margen de error en sus mediciones, y que en el mejor de los casos este no es menor a más/menos 3 metros, y que en la montaña a veces caminar tres metros para un lado o tres metros para el otro puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte...

El que se deja “arriar” por un GPS no está manejando un GPS, sino el GPS lo está manejando a él. El arriero va, las vaquitas lo siguen...si las guía hacia el peligro no rechistarán...

Ahora, olvidemos todo lo anterior, y solo hagámonos una pregunta más:

¿Qué pasa si el GPS deja de funcionar?

Muchos paisanos de la Patagonia suben en invierno a buscar y arriar sus vacas que pastan por la montaña durante los días cálidos...a algunas nunca las encuentran…

He visto muertos que, como las vacas, no se encontraron hasta un año después, ya que fueron sepultados por la nieve tras un simple resbalón en una piedra, caminando por la montaña.

También he sabido de muchos perdidos que, pese a los dispositivos de búsqueda, nunca se han encontrado.

No, no quiero meter miedo, quiero reflejar una realidad. Si se asumen riesgos -igual que lo hace un fumador al fumar- al menos, no los neguemos, seamos conscientes de ellos, dejemos de lado la hipocresía o despertemos a la realidad,

Con estas líneas no descubro nada para cualquier persona con criterio. Pero los que creen que se puede prescindir de un Guía montaña por falta de dificultades técnicas y por tener la ruta en un GPS -aunque no los conocimientos y recursos de un Guía-, que me disculpen, no se cuentan entre estos. A ellos dedico estas reflexiones, aun sabiendo que casi seguro nunca las leerán, o -quizás, aún peor- las leerán pero no las tendrán en cuenta.

¿Qué hacer si está perdido?

 A continuación daré algunas recomendaciones sobre como es deseable reaccionar en situaciones de desorientación al aire libre para intentar volver a ubicarse o auto-evacuarnos si no tenemos la posibilidad de pedir ayuda.

Guiarse entre un cañaveral compuesto por cañas de
un promedio de 3 metros, como estas, es francamente
tarea difícil, de noche, todavía más

Escribo estos consejos basándome en reflexiones que tuve luego de perderme con un compañero del GEA de noche en el Valle del Blanco, y que originalmente y en forma resumida fueron escritas en el diario de bitácora de dicha expedición de enero de 2004, la cual está documentada en formato de video en el documental "Taming The Blanco", sobre la exploración de distintas partes inaccesibles del planeta, el cuarto documental de la serie llamada X-plore producida por RedBarn

1 - Ante todo, algo que parece obvio pero que no lo es tanto: darse cuenta que uno está perdido, o reconocerlo.

Puede que, por ejemplo, pensemos que estamos caminando en la dirección correcta cuando en realidad no es así. Para esto no debemos olvidar contrastar frecuentemente el rumbo seguido con el mapa, brújula y/o GPS.

Por otro lado, consciente o inconscientemente, puede que no queramos reconocer que nos hemos perdido, porque esto implica reconocer que se tiene un problema, problema que puede llegar a ser grave. Hay que dejar a un lado el orgullo y los miedos y enfrentar la realidad, ya que igualmente ella misma, tarde o temprano, se enfrentará con nosotros de una forma mucho menos amigable.

2 - Una vez que sabemos o reconocemos habernos pedido, debemos mantener la calma.

Si el tiempo no apremia (es decir, si no estamos ante una situación de supervivencia en la que haya que reaccionar en forma inmediata so pena de perder la vida) debemos tomarnos con calma los primeros minutos, y pensar con cuidado nuestros siguientes pasos, ya que sino podríamos fácilmente empeorar la situación actual.

3 - Lo siguiente es quedarse en el lugar, no seguir andando o caminando (mucho menos corriendo) en dirección alguna hasta que no sepamos donde estamos, hacia donde tenemos que dirigirnos y/o si conviene o no seguir moviéndonos.

Las situaciones que se pueden dar son infinitas, pero en cualquier caso siempre se tiene que tomar un tiempo para pensar lo que se hará seguidamente.

Puede ocurrir que haciendo señales desde donde estamos (pitidos de silbato, llamados de ayuda) recibamos una pronta ayuda.

Puede pasar también que esté nublado u oscuro porque sea de noche, y no convenga seguirse desplazando porque se empeoraría la situación, y habría que evaluar el acampar de forma provisoria en el lugar hasta que haya más luz para considerar seguir.

4 - Si es necesario partir, antes de hacerlo debemos estar suficientemente seguros de donde nos encontramos.

Este paso es fundamental para pasar de la condición de "perdidos" a la de "molestos" por saber cuanto nos hemos desviado del rumbo correcto. Aquí influirá mucho el tener un mapa, plano o croquis, porque de ser así, habrá estudiarlo detenidamente y aplicar técnicas de orientación que deberíamos conocer.

5 - Si finalmente se decide que lo mejor es retomar un rumbo determinado, hay que estar seguro de que se podrá mantenerlo realmente pese a las condiciones del terreno y/o el tiempo.

Una vegetación virgen o frondosa en un bosque de cañas coihues (como los que existen en el Valle del Blanco) pueden impedir totalmente desplazarse en línea recta si no existe una senda previamente marcada, y los desvíos pueden llegar a ser tales que mantener un rumbo puede resultar muy difícil si no se identifican previamente puntos fijos de referencia visibles pese al follaje.

Por supuesto, a veces mantener un rumbo relativamente fijo será imposible, y habrá que ir “recalculando” frecuentemente.

6 - Tras haberse perdido, no siempre conviene seguir una senda, no debe tomarse esta elección automáticamente.

Las sendas pueden no llevar a donde queremos ir. Salvo que la conozcamos y estemos seguros a donde va o de donde viene, es preferible guiarse con herramientas que garanticen un mejor orientación, ya sea artificiales (mapas, GPS, etc.) o naturales (montañas conocidas, cursos de arroyos o ríos, etc.).

Hay que ser particularmente cuidadosos si lo que hemos perdido es precisamente la senda que seguíamos. Volver a encontrarla no sólo será difícil, sino que a veces no será conveniente. Si queremos, por ejemplo, llegar a un punto o un lugar que conocemos y sabemos donde se encuentra (campamento, río, etc.), seguir una dirección general hacia él si la vegetación lo permite será al final más rápido y tendrá mucho más sentido que intentar encontrar una senda.

Por supuesto, en lugares relativamente "civilizados", las sendas o picadas serán caminos, e incluso habrá más de uno...pero esta situación no es la que se aplica a estar perdido totalmente, sino a la otra forma de perderse que menciono aquí, normal en lugares al aire libre gestionados por servicios forestales, en cuyo caso tendremos que dirigirnos por un camino dado hasta llegar a un lugar conocido, o a alguien al que podamos preguntar.

De la misma forma y por la misma razón, construcciones en lugares poblados son un punto de referencia al que hay que intentar alcanzar, pero en lugares relativamente poco poblados, pueden ser cabañas o refugios abandonados, cosas que puede venir bien para guarecerse, pero no necesariamente para encontrar la senda para dejar de estar perdidos.

7 - Tenga en cuenta no agravar la situación perdiendo además sus pertenecias.

Al encontrarse perdido puede que olvidemos cuidar el equipo que llevamos con nosotros, o nos desplacemos sin él.

Nunca parta dejando su equipo en un lugar, ya sea porque pesa o por cualquier causa, salvo que sea absolutamente imprescindible (haya que transportar a un herido, por ejemplo). Si no sabemos exactamente donde está el lugar en el que nos encontramos será muy difícil retornar a él para recuperar nuestras cosas.

8 - Muchas veces es recomendable seguir el rumbo de un río, o dirigirse hacia él para poder hacerlo.

Si sabemos en que dirección corre el río, y sabemos que siguiendo su curso hacia arriba o hacia abajo llegaremos a nuestro campamento o punto de reunión, hacerlo será lo más sensato. En lugares urbanizados o altamente poblados (Europa central y sur de Europa, por ejemplo), caminando río abajo suele llegarse a pueblos o lugares habitados, pero esto no es una regla, por poner un caso claro: hacer esto en un bosque patagónico puede contribuir a que nos alejemos más de la civilización, ya que la mayoría de los valles están deshabitados, y muchos arroyos caen hacia la cordillera de los Andes, en ríos que no necesariamente terminan en lugares con gente, y muchas veces están encajonados, son de difícil o imposible acceso, propensos a las crecidas con el riesgo que esto implica, etc.

En este caso, existe la ventaja de que los ríos o arroyos suelen escucharse a gran distancia, y nos podremos orientar por su sonido.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que encontrar un punto determinado en la orilla de un río es algo muy difícil y por lo tanto poco recomendable. De la misma forma, será igualmente difícil dirigirse directamente hasta un campamento ubicado a orillas de un río. En estos casos lo que hay que hacer es "equivocarse" a propósito. Es decir, dirigirnos hacia abajo o hacia arriba del punto en la orilla del río al cual debemos dirigirnos, y una vez encontramos el río, sabiendo con precisión que estamos a un lado del objetivo perseguido, dirigirnos hacia él siguiendo el curso de agua.

9 - Otras veces será recomendable quedarse en el lugar en que nos encontramos o en sus alrededores, buscando un claro o un sitio despejado desde el cual hacer señales o eventualmente acampar.

Esto es muy recomendable si nos encontramos absolutamente perdidos, al menos como una primera medida. Tras un accidente aéreo en un lugar inhóspito, siendo pasajeros y desconociendo la ruta del avión, por ejemplo.

10 - Si se encuentra en una zona montañosa, tenga en cuenta que cuando se camina inconscientemente tratando de reencontrar un rumbo o un lugar, generalmente se tiende a ir hacia abajo.

Si este fue su caso, considere que es muy probable que tenga que subir para reencontrar el camino perdido.

11 - Por último recuerde: existen muchas formas de guiarse y que quizás conozca, pero pase por algo ante el nerviosismo del a situación. Por ejemplo:

- Puede guiarse por las estrellas (en el norte a través de la estrella Polar, en el sur gracias la Cruz del Sur podrá deducir los puntos cardinales, por ejemplo).

- Puede tomar como referencias accidentes geográficos visibles o conocidos del terreno: montañas, valles, ríos, piedras o rocas de gran tamaño. Para esto, es útil situarse en un punto elevado, si es que no los ve desde el nivel del suelo.

- Y por supuesto, puede utilizar si los tiene (y debería tenerlos) mapa y brújula o mapa y GPS.

En cualquier caso, evalué todas las posibilidades que tenga en base a lo que sepa y vea, antes de tomar una decisión medítela. Si se encuentra en grupo, haga lo propio con sus compañeros y escuche sobre todo los consejos de la o las personas con más experiencia en este tipo de situaciones.

12 - Si estamos en grupo, nunca debemos irnos por separado, ya que aumentará las posibilidades de accidentes y disminuirá la de que nos encuentren.

13 - Todo esto hay que hacerlo teniendo en cuenta no cansarse demasiado al principio, ya que no necesariamente vamos a salir rápido de esta situación.
Esto implica reservar alimentos si los tenemos, aunque no escatimar en agua (sobre todo si podemos conseguirla) ya que deshidratarse en situaciones de esfuerzo y nerviosismo no es bueno.

El horario de los accidentes

Cualquiera puede comprobar que, además de ciertos lugares y situaciones propicias, existen determinadas horas e incluso días en que los accidentes tienen más posibilidades de ocurrir. En el caso de los accidentes de tránsito o tráfico suelen potenciarse los días de lluvia o de mal tiempo, los fines de semana (porque la gente que conduce borracha), cuando se va a muy rápido, etc.

En el caso del esquí, también hay un horario en el que es más posible lesionarse: a última hora de la tarde, y en particular en la última bajada en esquí alpino. Pude comprobar personalmente esto al ver, día tras día, cómo se lesionaba la gente en esta última bajada.

La razones por las que ocurre esto son fáciles de comprender, pero sin embargo la gente no escarmienta:

  • Primera razón: al terminar el día de esquí estamos más cansado por la acumulación de tensiones durante todo el día. Coordinamos peor, y por lo tanto hay mayor posibilidades de que no manejemos el cuerpo como pretendemos.
  • Segunda razón: en la última bajada baja todo el mundo, principiantes y expertos. Esto resulta fatal para los principiantes. No conviene nunca bajar por primera vez la pendiente completa hasta la salida de la estación de esquí a última hora, porque implica hacerlo en la peor de las condiciones posibles. Lo mejor es practicar antes, para ganar en seguridad con menos gente pasando a toda velocidad a nuestro alrededor.
  • Tercera razón: las estaciones de esquí cierran cuando la luz empieza a escasear, por lo que a esta última hora los obstáculos y la nieve se ven diferentes: la luz pega de forma distinta, hay más sombras. Si tenemos poca experiencia, podemos calcular mal las distancias y el tamaño de los objetos y personas, ya que nos guiaremos por parámetros de luz que ya no se dan. También puede que a última hora tengamos la vista cansada de todo el día esquiando.

En montañismo ocurre algo parecido, y estas razones se aplican también. En montañismo hay un factor añadido: al volver se está más "relajado" por haber conseguido "el objetivo" y se piensa que "ya pasó lo peor". Nada más alejado de la realidad: la mayoría de los accidentes se dan a la vuelta, al bajar la montaña.

Obtener agua del ambiente, destilarla y potabilizarla: alambiques y supervivencia

En supervivencia urbana e incluso en determinadas situaciones de supervivencia al aire libre (incluyendo la supervivencia en el mar), la obtención de agua puede no será algo fácil. De no existir ninguna fuente de agua (o si la que hay es de agua salada), habrá que conseguir agua dulce y potable "de la nada" con algunas de las técnicas creadas gracias a conocimientos químicos básicos.



Las formas de obtener agua en cualquier lugar "seco" de la Tierra se basan en el hecho de que el agua, aunque no siempre se encuentre en estado líquido, sí lo está en estado gaseoso (vapor), o dentro de los seres vivos, en particular de las plantas. Para transformar este vapor de agua en el preciado líquido que nos interesa, tendremos que condensarlo, lo que a la vez implicará su destilación.

Condensación y destilación

Cuando el vapor de agua se topa con una superficie más fría, se condensa en ella, es decir, se transforma en H2O líquido. Cualquiera de nosotros puede comprobar esto al ver una ventana o vidrio empañado cuando la temperatura del exterior lo mantiene más frío que la del aire (que contiene agua) del interior. La condensación en el cuerpo humano se ve claramente en el hecho de la transformación del sudor en vapor o el vapor en agua que moja la ropa que llevamos en contacto con la piel, es el que motivó la gran cantidad de tejidos "transpirantes", es decir, permeables de adentro hacia fuera, y en algunos casos impermeables de afuera hacia adentro (Goretex y membranas similares).

Lo que hace falta, por tanto, es forzar este fenómeno, procurando no sólo lograr la condensación del agua, sino tener un sistema que nos permita canalizarla hacia un recipiente con la menor pérdida de líquido posible.

En la novela de ciencia ficción "Dune" de Frank Herbert y todas las novelas que dan forma a esta saga, los Fremen (raza humanoide autóctona del planeta Dune, un planeta donde sólo hay desiertos) utilizan un tipo de vestimenta llamadas "destiltrajes", que les permiten reciclar la mayor parte del agua que normalmente se perdería al sudar, orinar, etc. Las (relativamente y por ahora) benévolas condiciones climatológicas de la Tierra comparadas con las del planeta Dune o Arrakis [0], no nos han obligado todavía a crear trajes de este tipo, pero sí conocemos ciertos sistemas que nos permiten condensar y reutilizar el agua en casos de supervivencia.

Por ejemplo, si estamos en la selva, y tenemos un plástico, simplemente con envolver una frondosa rama de un árbol vivo con este, y espera lo suficiente, el vapor de agua que libera la planta envuelta se condensará en el plástico transformándose en líquido. Es preferible que el plástico sea transparente, así sabremos cuando es el momento de abrir la bolsa. Si no es una rama, también puede ser todo un arbusto, procurando que al cubrirlo con el plástico los bordes de este terminen en una canaleta que recoja el agua, recipientes, etc. Ramas arrancadas y puestas dentro del plástico / bolsa es otra opción, pero como en los casos anteriores, hay que buscar que las hojas no toquen el plástico, porque sino el efecto de condensación se perderá en alguna medida...para eso podemos separarlas del plástico con piedras, palos, etc.

Otra de las formas fáciles de conseguir agua en un lugar donde no hay vegetación importante implica tener un plástico (cuanto más grande mejor), un piso tierra o arena donde cavar (o un hueco), un recipiente donde recolectar el agua, plantas (optativo) y algo de ingenio para construir lo que se conoce como un "alambique solar".

Dentro del agujero [1] se pueden poner hojas o plantas verdes (no madera, no serviría de mucho) para que la condensación sea mayor; pero incluso sin tener plantas, la propia humedad del suelo y del aire serán más que suficientes para que nuestro alambique improvisado funcione. Sobre éste agujero se apoya el plástico y se lo fija sobre los bordes del mismo. El plástico tiene que estar puesto de forma tal que el centro quede (gracias al uso de algún peso, por ejemplo una piedra) más bajo que los bordes (es decir, formando un cono invertido o embudo. Justo bajo el centro habrá que haber puesto el recipiente para recolectar el agua. Como dijimos antes, es importante evitar que la parte del plástico que queda en el interior no tenga contacto con las hojas de las plantas (si las pusimos) del fondo del agujero, así se evitará perder agua al cortar el flujo que (gracias a la gravedad) hará que se deslice hasta el recipiente [2]. El calor hará el resto, ya que al calentarse el aire y el suelo, el agua que contengan estos tarde o temprano se transformará en vapor que terminará, al saturarse y no poder escapar [3], condensándose en el plástico. Por supuesto, cuanto más diferencia de temperatura haya entre (por ejemplo) el día y la noche (situación típica en el desierto) mejor funcionará el alambique, ya que a la noche el suelo caliente seguirá despidiendo vapor, y el plástico frío ayudará a condensarlo con facilidad.

Evidentemente el alambique también puede hacerse con el plástico en forma de carpa, y recogiendo el agua en una canaleta que rodee todo el plástico a la altura de sus bordes que tocarán el suelo. De hecho esto es lo que pasa con cualquier carpa o tienda cuando llueve o hay mucha humedad en el ambiente: se transforma en un gigante alambique en el momento en que menos lo necesitamos, y el agua tarde o temprano, al condensarse, chorrea por adentro de la carpa hasta el suelo (con suerte y si no la tocamos) o gotea a medio camino (si no tenemos tanta suerte...). Por lo tanto, si se quiere hacer un alambique de este tipo, habrá que mantener el plástico levantado como una carpa india por medio de una columna o palo central, y tensarlo de tal forma que permita que el agua se deslice hacia abajo por el interior. La ventaja de este método es que no implica hacer un agujero, pero la desventaja (mucho mayor) radica en que es muy difícil de construir de forma improvisada, tanto por lo que cuesta mantener una estructura de este tipo en pie ante un simple viento, como lo que significa crear el sistema de canaletas (que podrían hacerse con cañas huecas cortada, por ejemplo) y recolección de agua, que en el caso del alambique solar con agujero se reduce a tener un simple recipiente (casco, coco, corteza de árbol, etc.).

El único problema de los alambiques es que son una forma lenta de conseguir agua, por lo que hay que tenerlos trabajando todo el día, y tener más de uno si es posible. Por eso, para no perder tiempo cada vez que tengamos que sacar el agua, se puede idear algún sistema que permita sacar el recipiente donde se junte el agua o vaciarlo sin desarmar el alambique. Una solución, si disponemos de una manguera, es instalarla de forma tal que automáticamente se transfiera el agua a otro recipiente que deberá estar más bajo que el primero. Para que esto empiece a funcionar habrá que esperar que se llene lo suficiente el primer recipiente, y chupar del extremo de la manguera para equiparar presiones (de la misma forma que se hace cuando se quiere traspasar combustible de un vehículo a otro).

Los beneficios de la destilación: agua potable

Hay que tener en cuenta que el agua que proporciona un alambique solar es agua destilada, por lo que conviene enriquecerla con una pizca de sal (o agua salada) si tenemos. También es normal que un alambique solar atraiga a los insectos, que terminen muertos en el recipiente del agua...no importa, mejor todavía, al mismo tiempo que obtenemos agua potable obtenemos comida y tendremos proteínas extras para nuestra comida de supervivencia ;)


El hecho de que el agua producida por un alambique solar se destile [4], implica que un alambique solar puede usarse también para obtener agua limpia o potable en base a orina, agua sucia de un río o de riadas e inundaciones, agua contaminada o agua salada [5]. En este caso lo que se puede hacer es crear un alambique tradicional [6] en base a nuestro alambique solar. Es decir, calentar el líquido que se quiere purificar hasta que hierva y se transfiera dentro del alambique solar, y dejar que el vapor que va surgiendo se condense y genere agua tal como lo explicamos.

Es mejor y casi imprescindible que el recipiente que calentamos esté fuera del alambique solar (para poder controlar el fuego y que no se contamine con el humo), tapado herméticamente y conectado con el alambique solar (el plástico en el agujero) por medio de una manguera. El agua resultante no será un "manjar", pero será bebible.

Si disponemos de los materiales necesarios podemos construir incluso un alambique con vidrio en vez de plástico, y un sistema de canalización a base de tubos, que será mucho más eficiente. Pero eso excede el ámbito de la improvisación y la supervivencia, al menos de la supervivencia a corto plazo.

Notas:
[0] En Dune los Fremen no sólo reutilizaban el agua que un humano normal desperdiciaría durante su vida, sino que lo hacían después de su muerte. Es decir, el funeral consistía en transformar al cadáver en cuestión otra vez en "agua para la comunidad". Cuando la supervivencia apremia, nada se desperdicia, y el agua es sagrada, es por eso que ver llorar a un Fremen era en la novela algo tan raro como encontrar un político honesto...
[1] El agujero debería tener unas proporciones aproximadas de un metro de ancho por medio metro de profundidad. Es decir, ser más ancho que hondo.
[2] Si el plástico es muy "lustroso" o deslizante, a veces las gotas caerán antes de llegar al centro. En ese caso puede intentar buscarse cierta rugosidad en la cara interna del plástico raspándolo un poco. [3] De ahí la importancia del buen "sellado" del plástico respecto del suelo o el borde del agujero.
[4] Destilar es separar las partes más volátiles (evaporables) de un líquido de aquellas que no lo son, y volver a transformar este vapor en líquido (agua en este caso) con una mayor grado de pureza.
[5] Los alambiques solares prefabricados suelen ser parte del equipo de supervivencia de las embarcaciones, ya que se da por hecho que destilando agua de mar se puede tener una provisión casi ilimitada de agua potable. Estos alambiques son una versión portátil del alambique improvisado que explicamos en este artículo, y algunas veces también son flotantes: una especie de burbujas con forma de hongos o merengues de plástico transparente que permiten ser llenados de agua salada, y que acumulan el agua condensada en canaletas que llevan en los costados.
[6] En un alambique tradicional el líquido que se quiere destilar también se calienta y luego se enfría, pero se calienta con fuego, no con el calor del sol como en el caso del alambique solar. Por ejemplo, cuando se quiere lograr una bebida alcohólica a base de una líquido que contenga tanto agua como alcohol (la uva fermentada, en el caso del vino) se puede calentar este: como el alcohol se evapora antes que el agua, el vapor que se genere tendrá más alcohol que el calentado, y por lo tanto también el líquido resultante una vez se enfríe y condense este vapor.



Vivaqueando en zona de pinos y arbustos espinosos

Aunque en numerosos manuales de supervivencia se menciona el hecho de usar pinos como refugio de circunstancia, vivaquear en una zona de plantas, árboles o arbustos espinosos puede tener complicaciones añadidas.

Una de las complicaciones más obvias son los pinchazos. Cuando el vivaque no es una simple pernocta de un día, o no se hace nada más para practicar acampada, sino que se está en el contexto de una actividad física o deportiva más ambiciosa (montañismo, exploración, carreras de orientación, raids de aventura, etc.) que implica estar en buen estado físico al día siguiente a la mañana, no dormir bien puede ser la diferencia entre ganar o perder, o entre sufrir un accidente y que se desarrolle la actividad con normalidad.

Un lugar no adecuado para vivaquear, bajo un enebro en otoño
Un lugar no adecuado para vivaquear, bajo un enebro en otoño

Así pues, aunque parezca un estupidez, el intentar dormir sobre algo similar a una cama de clavos de un faquir puede dificultar mucho conciliar el sueño, y sobre todo, descansar adecuadamente (si no se es un faquir, claro...). En ese sentido, si no queda más opción que elegir un lugar con el suelo acolchado con acículas [1] de pino, de enebro o similares, más vale tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

1 - Elija un lugar que cuyo suelo esté forrado con la menor cantidad de acículas, o en su defecto que estas estén lo más frescas (verdes), y sean lo más largas y flexibles posible. Cuanto más cortas y secas sean las acículas, más fácilmente se pincharán en nuestro saco de dormir, esterilla o colchoneta, y por supuesto en nuestra propia ropa si resulta que tenemos que dormir al aire sin nada más porque se trata de una situación de supervivencia. Además, hay que recordar que las acículas secas son altamente inflamables, lo que puede ser peligroso si las acumulamos en la zona de campamento y al mismo tiempo estamos calentándonos con una fogata.

Una colchoneta o esterilla para acampar totalmente acribillada con espinas tras pasar una noche sobre un colchón de acículas secas de enebro.
Una colchoneta o esterilla para acampar totalmente acribillada con espinas tras pasar una noche sobre un colchón de acículas secas de enebro.

2 - En casos extremos, y si no constituye un acto ilegal o un perjuicio ecológico para la zona, se puede hacer un colchón de ramas de pino o cualquier otro árbol o arbusto espinoso recién cortadas, eligiendo de entre las disponibles, la especie que tenga las acículas u hojas del tipo que menos pinche.


Acículas de pino (foto de arriba), más largas y menos pinchudas que las de enebro (foto de abajo)y por lo tanto, mejores para un colchón en un vivaque de circunstancia.
Acículas de pino (foto de arriba), más largas y menos pinchudas que las de
enebro (foto de abajo) y por lo tanto, mejores para un colchón en un vivaque de circunstancia.

Acículas o espinas de enebro.

3 - No duerma en contacto o muy cerca del pino o planta pinchuda que elija como protección. Sobre todo si :

a)- no tiene esterilla u otra forma de aislarse del suelo (y de las espinas) o si lo que va a usar para aislarse no es lo suficientemente resistente y terminará estropeado (vea la foto),


b)- es una persona que se mueve mucho durante la noche,


c)- si puede ser desplazado por sus compañeros de acampada hacia el pino,


d)- si la inclinación del terreno cae en dirección de la planta espinosa,


e)- o si el viento puede mover la planta espinosa sobre o contra su lugar de pernocta.


Detalle de una colchoneta o esterilla para acampar llena de espinas secas.

Notas:
[1] Las acículas son a los pinos lo que las hojas grandes a los árboles o las espinas a los cactus.