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Las culpas son de nosotros, los tracks GPS son ajenos...


Hace tiempo es posible encontrar en internet los “tracks” GPS (o sea, el registro de un trayecto, ruta, sendero o camino recorrido por una persona con uno de estos aparatos de orientación) que otros han registrado y subido para su descarga y libre uso. Como Guía, he notado que esta posibilidad tecnológica hace que muchos se crean falsamente seguros para realizar itinerarios para los que no están preparados, poniendo en riesgo a ellos y a los que los acompañan.
GPS de Garmin, uno modelo de la línea Etrex.
Independientemente de que un track GPS de una ruta de montaña no implique lo que algunos definen como “dificultad técnica” en la montaña (por ejemplo, el uso de crampones, la realización de escalada, el cruce de un glaciar, etc.), seguirlo sin más no garantiza la seguridad si no se disponen de otros conocimientos, tanto de orientación como de otro tipo, que un Guía adquiere durante su formación.

Esto es así ya que, por regla general, toda ruta, recorrido o camino desconocido en montaña es peligroso: por la posibilidades de cambios meteorológicos, por la no disponibilidad de señales reales sobre el terreno, por el cambio de las condiciones del terreno, de la nieve, por estar aislado de la civilización y la dificultad de un rescate y por un largo etc. que se suma para todas aquellas personas que no dispongan de la formación de un Guía de montaña en cuanto a organización de grupos, conocimientos de primeros auxilios, manejo de aparatos de comunicación no convencionales en zonas sin cobertura de telefonía celular o móvil, y demás cuestiones que se aprenden cuando uno estudia y experimenta bajo una tutela adecuada la profesión de guiar grupos en el medio natural.

Por todo lo anterior, y de la misma manera que el uso de un GPS sin conocimientos de orientación es similar al uso de un carrito de bebé por parte de un bebé -entiéndase, el bebé depende de la madre por lo que, en realidad, no es el que maneja el carrito...-, de la misma forma, decía, que muchos usan el GPS “a ciegas” mientras manejan o conducen un vehículo, y es normal que muchas veces terminen perdidos o accidentados por sus erróneas indicaciones, de exacta igual forma, reitero, los que van a la montaña sin conocimientos y dependiendo de los tracks de GPS de otros, están tentando a la suerte.

Pongamos un ejemplo práctico para ilustrar lo que quiero decir con estas consideraciones.

Supóngase que se sigue el tracks de GPS para subir al Cerro Lindo de El Bolsón, cercano al refugio de montaña homónimo, track que uno puede ubicar ahora mismo en una página de internet. Ese track figura como subido el año 2015, pero grabado en el año 2013. El que descargue y utilice ese track hoy, cuando escribo esto, a mediados de 2018, asumiendo que lo hace por desconocer el terreno, seguramente no sabrá que el año 2013 fue un año en el que había bastante más nieve que en el actual en altura para dichas coordenadas de montaña -y no necesariamente en los pueblos aledaños de la región de la Comarca Andina del Paralelo 42 a la que políticamente y en teoría pertenecen esos territorios y para las que se desarrollan los partes meteorológicos-.

Por lo tanto, aquel que ahora se guíe por ese track (y no estoy teorizando en este ejemplo, sino que me baso en lo he comprobado en el terreno) no va a poder realizar la ruta por encontrarse con un cañadón de varias decenas de metros que antes estaba cubierto de nieve, y con sendas dificultades para rodearlo.

La montaña siempre cambia y nadie le hace mantenimiento necesariamente a sus sendas -mucho menos, en la Patagonia Andina- . La montaña no está hecha por seres humanos ni tiene particular consideración por que ellos la visiten o la recorran. Los trekking de montaña no son rutas de automóvil.

Una obviedad lo que digo sí...pero desconsiderando obviedades es como se acerca uno más y más hacia los “accidentes” (entre comillas, ya que no son hechos fortuitos casi nunca, sino consecuencia de una mala decisión previa).

Volvamos a nuestro ejemplo. Si, a su vez, estos hipotéticos montañistas osados seguían ese track volviendo de la cumbre del Co. Lindo a ciegas por, a su vez, un hipotético mal tiempo que hace que la visibilidad sea nula -algo normal en la zona-, probablemente hubieran caído y se hubieran lastimado gravemente, sin la posibilidad de pedir ayuda -ausencia de señal-. Si se rodeara el cañadón “desconocido”, probablemente el tiempo que se dedique a la ruta se incrementaría en alrededor de un 20%, lo cual posiblemente podría hacer que se tuviera que terminar el trekking de noche, con todos los riesgos que eso implica…

...¿y si no se preveía esa posibilidad y no se llevaba linterna?
...¿y si se llevaba pero el frío hizo que no funcionara y no se tenían pilas de repuesto?
...¿y si con la linterna funcionando, igual no se reconoce el camino porque no está marcado o por falta de experiencia?

Podríamos añadir otras consideraciones técnicas relativas al funcionamiento del GPS que vienen al caso. Por ejemplo, que estos siempre tienen un margen de error en sus mediciones, y que en el mejor de los casos este no es menor a más/menos 3 metros, y que en la montaña a veces caminar tres metros para un lado o tres metros para el otro puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte...

El que se deja “arriar” por un GPS no está manejando un GPS, sino el GPS lo está manejando a él. El arriero va, las vaquitas lo siguen...si las guía hacia el peligro no rechistarán...

Ahora, olvidemos todo lo anterior, y solo hagámonos una pregunta más:

¿Qué pasa si el GPS deja de funcionar?

Muchos paisanos de la Patagonia suben en invierno a buscar y arriar sus vacas que pastan por la montaña durante los días cálidos...a algunas nunca las encuentran…

He visto muertos que, como las vacas, no se encontraron hasta un año después, ya que fueron sepultados por la nieve tras un simple resbalón en una piedra, caminando por la montaña.

También he sabido de muchos perdidos que, pese a los dispositivos de búsqueda, nunca se han encontrado.

No, no quiero meter miedo, quiero reflejar una realidad. Si se asumen riesgos -igual que lo hace un fumador al fumar- al menos, no los neguemos, seamos conscientes de ellos, dejemos de lado la hipocresía o despertemos a la realidad,

Con estas líneas no descubro nada para cualquier persona con criterio. Pero los que creen que se puede prescindir de un Guía montaña por falta de dificultades técnicas y por tener la ruta en un GPS -aunque no los conocimientos y recursos de un Guía-, que me disculpen, no se cuentan entre estos. A ellos dedico estas reflexiones, aun sabiendo que casi seguro nunca las leerán, o -quizás, aún peor- las leerán pero no las tendrán en cuenta.