Refugios de montaña de El Bolsón y la Comarca Andina del Paralelo 42: ubicación, servicios, recorridos, historia, acceso y cómo llegar, distancias y tiempos a pie, contacto. Guías locales de la Patagonia Andina: El Bolsón (y paraje Mallín Ahogado) en la provincia de Río Negro; Epuyén, Lago Puelo, El Hoyo (paraje Golondrinas) y Cholila en la provincia de Chubut.
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Uno de los tantos refugios que corresponden a El Bolsón,
Comarca Andina del Paralelo 42, Patagonia Andina Argentina. |
- Listado de refugios de la Comarca Andina del Paralelo 42
Listaremos aquí los refugios en orden de antigüedad, de los más
antiguos a los de construcción más reciente. Detallaremos la ubicación y
como llegar a cada refugio, año de construcción, servicios, forma de
contacto con los refugieros o encargados y un poco de historia sobre
cada uno.
También contaremos los puntos naturales más
destacados a los que se puede acceder desde cada refugio, incluyendo las
ascensiones a las montañas de la zona y los tiempos estimados para
subir en verano (que van variar, obviamente, dependiendo de cada
montañista, senderista o grupo y si hay nieve), tiempos que no incluyen
las paradas de descanso.
Tenga en cuenta que en
general, salvo que se indique lo contrario, los refugios no aceptan
reserva por anticipado, alojando a los montañistas, dependiendo de la
disponibilidad, por orden de llegada.
Para contratar un Guía de montaña local al +54 9 294 4626094 por whatsapp, instagram, contáctenos por email aquí o en facebook.
Si busca precios de refugio y tarifas, vea aquí (no somos dueños, no sabemos más nada sobre precios o alquileres en los refugios que lo que
recopilamos aquí)
INDICE
Entendemos "refugio de montaña", por un lugar para poder pernoctar, cocinar y/o comer bajo cierto resguardo, incluyendo muchas veces la posibilidad de acampar en sus alrededores, y atendido por uno refugiero o cuidador (como mínimo) que, desde que se perdió el espíritu tradicional montañero de la zona, cobra por prestar dicho servicio de forma similar a lo que ocurre con otro tipo de alojamientos y/o casa de comida.
Desde el punto de vista económico, en esta zona de la Patagonia, un refugio de montaña puede constituir una concesión para la explotación de dichas instalaciones a una o más personas que la usufructan. También puede ser atendido por sus dueños o constructores originales o que, dependiendo el caso, se hayan abocado posteriormente a su reconstrucción después de algún accidente, etc. (incendio forestal, avalancha, vandalismo, abandono). El dueño del campo o terreno, que generalmente es un privado, puede haber permitido la construcción del refugio o haberlo construido el mismo. En caso de ser terrenos fiscales, los refugios más antiguos pertenecen el primer Club Andino de la zona, ya sea por derecho, por herencia o de facto por cuestiones políticas (de poder y dinero, digitadas desde la administración) y/o a clubes andinos creados con posterioridad y por las mismas razones.
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Cartel indicador hacia distintos refugios de montaña de La Comarca Andina. |
Por tanto, no haremos referencia en este artículo a los refugios que en la región se conocen como "puestos de paisanos". Es decir, construcciones, más o menos mediocres, que pueden dar albergue ocasional ante las inclemencias del tiempo, usadas por paisanos a caballo mientras arrean a su ganado por la montaña que ocupan, en terrenos en los que no viven, pero que utilizan precisamente para la ganadería extensiva. Estos refugios suelen estar abiertos y, si bien no necesariamente sus constructores o usuarios los hacen públicos de buena gana, lo son de hecho, y se utilizan sobre todo por montañistas conocedores de la zona y ocasionales que los encuentran como camino de paso y descanso obligado en algunas de las ascensiones a las montañas de la Comarca. A diferencia de los refugios de montaña que listaremos acá, estos no cuentan normalmente con ningún tipo de servicio y atención, de lo contrario estarían por lo menos en fase de convertirse en un verdadero refugio o camping, cosa que ha pasado en más de una oportunidad.
Por último, tampoco mencionaremos los refugios entendidos como refugios de supervivencia, normalmente a base de pircas o paredes de piedra de mayor o menor elaboración, y raramente con un techo, que fueron creados ocasional o intencionalmente en la región por montañas y exploradores como los miembros del Gea desde la década del ´90 en adelante, cuando la mayoría de los refugios que aquí mencionaremos ni siquiera existían y, por tanto, había que arreglárselas más por uno mismo si se quería disfrutar de la montaña andina profunda con cierta seguridad, en lo que podríamos denominar montañismo de exploración o supervivencia.
- Características generales de los refugios de la Comarca
Los refugio de la Comarca están pensados en casi todos los casos para proveer un lugar de alojamiento y comida a aquellos que realizan senderismo, trekking o montañismo. Es decir, se encuentran en el paso obligado de sendas principales que suelen estar en las cercanías de montañas emblemáticas de la región y/o de parajes de particular belleza natural, atravesados por ríos y en las inmediaciones de miradores que permiten tener espectaculares y hermosas vistas de distintos lugares que muchas veces conservan muestras de la naturaleza en su estado nativo, virgen y original. Esto implica que estos refugios, salvo excepciones, no están pensados para que pueda accederse a ellos de otra forma que caminando, si bien es posible (en caso de emergencia) llegar hasta ellos al menos a caballo, y a veces en 4x4 o cuatricilo, las características protegidas de la región lo prohíben en la mayoría de los casos, si bien un ordenamiento legal homogéneo de estos aspectos y su puesta en práctica regulada y controlada brilla por su ausencia. En cualquier caso, por cuestiones logísticas [1] o ecológica [2], se desaconseja acceder a estos refugios de otra forma que a pie, si bien algunos lo hacen en mountainbike o bicicleta de montaña o a caballo (por supuesto, es la norma esto último para los paisanos), no están las sendas preparadas para ello en todos los casos (anchura del camino, altura de las ramas, etc.); en particular no lo recomendamos para las bicicletas, salvo a conocedores de la zona, con la debidas precauciones personales y para con terceros.
Si bien desde un principio, por ausencia de la figura del guía profesional de montaña, en los primeros y más rústicos tiempos de "civilización" de la región, se ha constituido una cierta cultura del "autoguiado", lo cierto es que quizás por esta razón, cada año (sobre todo en temporada) las búsquedas y rescates se multiplican exponencialmente y de forma paralela al incremento de turistas. Lamentablemente, muchas veces se lamentan accidentes fatales. Todo ello, en mi opinión, podría minimizarse si empezamos a entender la necesidad y beneficio de contratar a un guía de montaña (preferentemente local) tanto para trekking como (sobre todo) para ascensiones, cosa que recomendamos encarecidamente. Esto es así ya que las sendas principales y más usadas que llegan hasta los refugios suelen estar bien marcadas (aunque no siempre) pero si se quiere ir más allá, incluyendo la ascensión a los picos o cumbres de la región, lo normal es que no haya ni senda ni marca alguna, y si bien el sentido común diría que alguien sin experiencia en montañismo desistiría de tales aventuras que exigen, como poco, conocimiento y habilidades de montaña (sea técnico o de otra índole), lo cierto es que muchos sobrestiman sus capacidades, ya sea por temeridad o inconsciencia.
Como resulta evidente para cualquiera que conozca Argentina y, en particular, la Patagonia, a estos refugios no llega la red de energía eléctrica u otros servicios convencionales disponibles en las ciudades (agua corriente, gas natural de red, teléfono, etc.) por lo que los mismos suelen estar calefaccionados a leña y, de poseer iluminación, abastecida por energía solar o un generador a combustible (por suerte, esta opción es la menos común actualmente) y utilizan el agua que pueden obtener de los arroyos de la zona para los baños (de haberla y de haberlos).
Por la misma causa, en la región no hay señal de celular en prácticamente ningún refugio, y menos dentro del bosque o en los picos, por lo que el handy o radio es la única forma de comunicación.
Una razón más para contar con un guía, ya que es raro que una persona que no se dedica a transitar por la montaña o actividades similares (piloto de avión, rescatista, radioaficionado, etc.) posea una radio o handy VHF, pero un guía que se precie debería llevar uno. Los walkie talkies, que a veces poseen los montañistas aficionados para comunicarse entre sí, si bien son un muy útil complemento de seguridad dentro de un grupo de montaña, raramente sirven para comunicarse siquiera con los refugios, principalmente por su alcance, pero también por sus características limitadas. Pese a que operan en una banda muchas veces compatible con los equipos VHF bibanda (UHF) que suelen usarse en los refugios, lo cierto es que no pueden "empatarse" con estos (ponerse en la misma frecuencia) y mucho menos podría hacerlo un aficionado sin mayores conocimientos en materia de comunicaciones radiales. [3]
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Cartel indicador en una bifurcación de caminos hacia diferentes refugios. |
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Los refugieros actúan como rescatistas o puntos de enlace para organizar búsquedas y rescates, sobre todo en temporada, ya que son los primeros que suelen recibir la alerta y/o se encuentran más cerca del lugar a realizar el operativo de salvamento. En general, debido a estas circunstancias, los refugieros suelen estar formados, aunque sea someramente, en primeros auxilios, y cuentan a su vez con un handy o radio VHF para comunicarse.
Los refugios (salvo excepciones) no se encuentran habilitados en pleno invierno y en gran parte de la temporada baja (la alta es en verano). En esos casos pueden estar incluso cerrados. Los caminos, como es sabido, pueden no ser igualmente transitables o siquiera visibles con nieve, lo mismo se aplica a las marcas o señales, que muchas veces no fueron pensadas más que para guiarse en temporada estival (es decir, quedan sepultadas por la nieve en temporada invernal).
Todos los ascensos a montañas de la región que se listan como posibles recorridos desde los refugios implican TENER CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA en montañismo. Y, en particular, en montañismo en regiones SIN COVERTURA DE COMUNICACIONES NI EQUIPOS DE RESCATE disponibles en tiempo y forma, en comparación con un país europeo o regiones de montaña más populares (Aconcagua, por ejemplo). Por tanto, NO SUBA SI NO CONOCE, NO ES UN SIMPLE PASEO. Pregunte siempre al refugiero o hágase guiar por un guía de montaña local (para más datos, contáctenos aquí si necesita un guía o al +54 9 294 4626094).
Recuerde prevenir, y aprovechando que iniciará sus salidas desde y volverá a un refugio por seguridad AVISE SIEMPRE antes al refugiero hacia donde piensa ir y cuándo piensa volver.
Recuerde siempre llevar bolsa o saco de dormir (los refugios no cuentan normalmente con ropa de cama), buen calzado (caminar por un sendero no es como hacerlo por la calle), ropa de abrigo, aunque haga calor (no se olvide que está en la Patagonia, aquí el tiempo está "loco", puede nevar en verano) y una buena mochila para transportar todo esto. Para más recomendaciones sobre seguridad en salidas al aire libre puede leer lea este artículo y para recomendaciones sobre el cuidado del medio ambiente (muy sensible en la región) le recomendamos este artículo.
Para contratar un Guía de montaña local contáctenos por email aquí al +54 9 294 4626094 (whatsapp) o en facebook.
Notas:
[1] Lo normal es que no se preste el servicio de cabalgata hacia los refugios y los mismos no están igualmente preparados para atender debidamente a los caballos (no poseen corral, etc.)
[2] Desde el punto de vista ecológico, causa un menor impacto en el terreno trasladarse a pie que en bicicleta, en bicicleta que a caballo, y a caballo que en cuatriciclos, y en cuatriciclos que en vehículos automotores de mayor porte. Esto en senderos que transitan bosques patagónicos como los de esta región.
[3] Sin embargo, sí podría ocurrir a la inversa: configurar un Handy bibanda para que quede "empatado" con un walkie, algo que un refugiero o los servicios de rescate podrían hacer si supieran que los perdidos poseen un walkie y la frecuencia en que lo llevaban. No obstante, este tema excede la temática de este artículo.