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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: VIDEOS REALES

En el video que acompaña este artículo se realizar caso real de cruce de río, con el análisis previo buscando un punto idóneo para cruzar.

Video tutorial sobre un caso real de vadeo o cruce de río en la Patagonia.

En el video primero se ve una zona donde claramente no debemos cruzar. Porque el caudal se angosta totalmente, el color del agua demuestra una profundidad mayor. Las crestas muestran una mayor profundidad del agua.

Luego se ve otra zona del río donde el agua ya fluye más lenta. Hay piedras que sobresalen. Hay una orilla un poco más plana, menos escarpada para salir. Es una zona más apta que la primera que se ve en el video. Sin embargo, en el centro unas crestas indican evidentemente piedras a una altura y cierta profundidad del agua. El color del agua también nos indica cierta mayor profundidad. Pero es una zona más apta para cruzar que la primer analizada.

En el video se aclaran detalles "tontos", pero que no dejan de ser importantes, como el tener todos los bolsillos cerrados con las cosas que tengamos. Porque cualquier cosas que se nos caiga no la vamos a recuperar nunca. O que en terrenos con arcilla, arcillosos, son particularmente patinosos.

Al hacer el vadeo real se aprecia que la fuerza del agua es mucha, ya me supera la altura de las rodillas en algunos tramos, algo que hay que tratar de evitar.

El lugar, la otra orilla a la que se llega no es el ideal, pero por lo menos no hay una gran profundidad. Para buscar una orilla mejor habría que que remontar, pero sería muy complicado. Además, en el ejemplo la fuerza de la corriente es considerable porque es una curva de cierto ángulo.

Lo anterior infringe algunas normas que remarcamos en videos anteriores, pero a veces la realidad no es tan perfecta: el lugar de vadeo ideal no existe del todo. Pero bueno, como sea, en el video se demuestra básicamente cómo cruzar en un río con agua realmente, congelada. Y cuanto más largo sea el cruce, más problemático que el agua esté fría. Sin embargo, se pudo vadear el río y volverlo a vadear de vuelta.

 Abajo les dejamos más videos sobre cruce o vadeo de rios con más recomendaciones o "tips" que pueden serles de utilidad.

 


 

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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: precauciones con ropa y equipo

Hay algunas consideraciones a tener en cuenta la ropa o el equipo que portemos al vadear un río, por seguridad y prevención. Aquí hablamos de ellas, particularmente en relación al calzado, la ropa en general y la mochila.

Calzado

Sin duda, cruzar descalzo es una mala idea. Respecto del calzado, unas zapatillas sin medias, unas alpargatas, es lo mínimo que hay que tener para cruzar cualquier río. Salvo que sea un fondo que conozcamos, de arena, sin ningún problema. Entonces, en otro caso hay que tener calzado puesto. Sacarnos las medias o calcetines es recomendable, obviamente, para tenerlas secas cuando lleguemos al otro lado. Aunque, claro, siempre sería ideal llevar con nosotros al menos una pequeña toalla, o algún tipo de tela (pañuelo, etc.) para secarnos al otro lado.

Es conveniente además tener un calzado que cubra totalmente el pie, que se agarre con cordones o de alguna forma. No unas ojotas o chanclas, porque lo que puede pasar es que se nos salga, que se enganche en algún lado. Aunque, claro, es preferible tener unas ojotas a cruzar descalzos en algunos casos. Eso habrá que evaluarlo en cada cuestión concreta, eligiendo el mal menor. Además el calzado que nos cubre totalmente lo que hace es protegernos del frío.

Ropa

Hay que tener en cuenta es arremangarnos las perneras de los pantalones, como mínimo, hasta la altura que preveamos va a llegar el agua. Para no mojarnos, y además, para ofrecer una menor superficie al agua. Sin embargo, lo idea es, o tener un pantalón corto para esos casos o literalmente sacarnos los pantalones y cruzar sin ropa.

En la parte de arriba del cuerpo nos tenemos que poner, si podemos, nuestra ropa impermeable. Porque puede salpicar el agua, como poco. Todos los bolsillos y los cierres o cremalleras bien cerraos, nada que pueda se embolsado por el viento o dar lugar a caídas y pérdidas inesperadas.

Mochila

Si vamos con una mochila, lo primero es abrirnos la correa a la altura de la riñonera. Y también la del frente. Todas estas precauciones buscan tener la posibilidad de soltar rápido la mochila si caemos al agua, para que esta no nos arrastre hacia el fondo o nos dificulte nadar.

Así, hay algunas personas que además se sacan la correa de un lado de la mochila para tenerla más libre. Pero eso implica que, quizás, dependiendo el peso de la mochila, sea una pérdida de equilibrio. Por mi parte no lo recomiendo, porque la mochila, al principio, si nos caemos al agua, va a flotar. Y nos podemos sacar la mochila con relativa facilidad teniendo las correas ventral y de pecho desabrochadas.

Una última recomendación: no deje nada por fuera de la mochila, mucho menos colgando, será lo primero que se mojará. En particular, nunca deje afuera la bolsa de dormir, si lleva una, ya que si se moja...bueno, puede imaginarse lo que tendrá que pasar por la noche...es más, si no puede poner todas las cosas de la mochila en bolsas plásticas, al menos ponga en una bolsa plástica la bolsa o saco de dormir y calzado alternativo, si cuenta con él (algo más que recomendable, porque será el que se ponga del otro seco lado cuando haya llegado).

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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: 5 técnicas de desplazamiento básicas para usar o evitar

¿Qué técnica usar para desplazarse o progresar durante el vadeo de un río o arroyo a pie? Aquí explicamos las consideraciones básicas para cruzar un curso de agua de montaña con seguridad vadeándolo.

1 - El agua tiene que llegar como máximo a nuestras rodillas

El agua tiene que llegar, como máximo, hasta las rodillas. No más arriba de las rodillas, si lo hacemos en ese caso, como excepción, sabemos que estamos corriendo un riesgo mayor. Que el agua nos puede arrastrar más fácilmente.

2 - Tener un tercer punto de apoyo: palo, pica o bastón


Ineludiblemente hay que contar con un tercer punto de apoyo. Es decir, una pica o un palo, idealmente que sea lo más largo posible, que llegue a nuestra altura sería lo ideal. Si no lo tenemos, obviamente que un bastón de trekking extendido al máximo, o incluso dos bastones unidos dependiendo del caso, de forma paralela, podrían servir.

3 - Cruzar de cara a la corriente, con la espalda con cierto ángulo hacia la orilla contraria

Si podemos cruzar en contra de la corriente, es decir, apuntando, mirando nosotros hacia el lado donde viene la corriente. Porque si estamos del lado contrario, lo que va a ocurrir es que nos va a doblar las rodillas el agua, si es fuerte, pegándonos a esta altura. Entonces, por lo menos, se nos va a dificultar más mantener el equilibrio.

4 - Sondear y tantear el fondo a medida que avanzamos

El palo, como dijimos, es un tercer apoyo. Pero también sirve para sondear la profundidad del agua. Este sondeo se tiene que complementar con un tanteo con los pies en las piedras para ir viendo el mejor apoyo.

5 - ¿Por qué no cruzar nadando? Tiene contras y es más peligroso que vadear

Alguno se preguntará, por qué no hablamos de cruzar a nado. La respuestas es que cruzar a nado implica, en situaciones de supervivencia - es decir, en situaciones cuando estemos al aire libre durante un tiempo determinado sin refugio seguro, etc.- implica, decía:

a- Primero, como mínimo y evidentemente, mojarnos totalmente. Lo cual no parece necesariamente algo terrible si hace calor. Pero lo cierto es que va a hacer que quedemos con las ropas mojadas, si es que no podemos trasladarla hasta la otra orilla de alguna forma separadamente y aislada del agua. Estar con las ropas mojadas en situación de supervivencia, haga frío o calor, es desde una molestia hasta un potencial riesgo para la vida por lo que debe evitarse.

b- Segundo, que hay que ser un buen nadador. Incluso siendo un buen nadador "de piscina", hay que tener experiencia real en nadar en aguas abiertas, y en particular en ríos (muy diferente a nadar en mares y océanos, y en general más peligroso). Incluso así (siendo un buen nadador y con experiencia nadando en ríos) cruzar un río a nado constituye siempre un riesgo añadido a hacerlo vadeando. Además, para hacerlo hay que considerar que las orillas (o, al menos, la orilla a la que nos dirigimos) deben estar despejadas. Porque uno tiene que partir de corriente arriba lo suficiente para que nos va a arrastrar la corriente y salir en el punto en que queramos. No vamos a poder cruzar en línea recta, nos va a llevar el agua nadando, obviedad que cualquiera que sabe nadar en aguas abiertas sabe.

Por tanto, en definitiva, cruzar a nado es algo que requiere bastantes habilidades y además tiene contras.

Resumiendo entonces el orden de prioridades de las formas de cruce de un río o curso de agua en caso de supervivencia: primero cruzar en seco, segundo cruzar vadeando el río y tercero, cruzar a nado, sería un caso excepcional a evitar a toda costa. 

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Cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río o arroyo a pie

¿Cómo elegir el mejor punto para cruzar o vadear un río, un arroyo o cualquier tipo de curso de agua a pie? Para eso tenemos que saber algunas cosas desde la teoría. Y, por supuesto, tener práctica en el cruce de ríos a pie. Aquí explicamos lo básico que hay que saber para hacer elegir un punto vadeo.

Ante todo, una aclaración terminológica: estrictamente hablando, la palabra que hay que usar para referirse al cruce de un río a pie por el agua es "vadear". Ya que "cruzar" puede aplicarse también a superar un curso de agua por sobre un puente, por ejemplo. Sin embargo, y en general, en este artículo usaremos indistintamente "vadear" y "cruzar" un río, salvo que se aclare lo contrario.

  • Vadear es la última opción

Video tutorial sobre cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río.

Lo primero que debe saber es que vadear un río no es algo que haya que hacer, salvo que uno no lo pueda evitar. Es decir, si tenemos un puente, y sabemos que está en cierta dirección, aunque tardemos un poco más hay que ir a cruzar el río en ese puente. O cruzarlo en cualquier punto seco que conozcamos.

Si el río acaba de subir porque es época de de deshielo o por luvias, o si es un arroyo temporario y no tenemos mucho apuro, hay que acampar hay que esperar y cruzarlo cuando haya bajado.

Teniendo en cuenta lo anterior, si no nos queda otra opción y tenemos que cruzar un río por cuestiones de supervivencia o fuerza mayor, mejor considerar algunas cuestiones que vamos explicar en este artículo y en el video tutorial que lo acompaña.

  • No cruzar en una curva y/o tener en cuenta el fondo

Lo primero a tener en cuenta es que el arroyo o el río a vadear no esté, en el punto en que lo queremos cruzar, en una curva. Porque las curvas hacen que se erosione de forma tal, que haga que tenga un desnivel del lado saliente de la curva que sea más peligroso.

A su vez, cuando hay vegetación, sobre todo árboles más grandes, en la zona que vamos a cruzar es posible que haya (dependiendo de la fuerza de la corriente y del tipo de flora) troncos, ramas, etc. que, tras haber caído, creen un doble fondo bajo el agua, no necesariamente visible, que lo hace peligroso.

En ríos como los de la Patagonia, donde hay mucha piedra redonda, bocha o canto rodado, se hace todavía más dificultoso mantener el equilibrio que en ríos de fondos arenosos.

  • Vadee por la parte más ancha del río

En todos los casos hay que buscar una zona para vadear lo más ancha posible, y con el fondo lo menos profundo posible. Estas dos cosas suelen darse juntas, ya que al ser más ancho o haber más distancia entre una orilla y la otra, lo que ocurre es que el caudal consecuentemente es menor, o viceversa.

Esto significa que si confluye un río con otro río, lo normal es que aumente el caudal y que sea más suave tras dicha confluencia. Contrariamente, si se bifurca un río sucede al revés, hace que el caudal sea más fuerte. Por lo tanto, en condiciones normales e idealmente, hay que cruzar los curso de agua antes de las bifurcaciones y después de las confluencias.

  • No cruzar hacia orillas contrarias con pendiente pronunciada o vegetación densa

Lo mismo que dije de no cruzar en las curvas se aplica a las pendientes que son del otro lado escarpadas. La máxima expresión de esto sería un acantilado. Porque lo que ocurre es que esto está indicando una erosión en la parte cercana a donde sube la orilla. Y además, evidentemente, nos va a ser más difícil trepar y salir. Esto último se aplica también a las orillas con vegetación profusa, que pueden complicar nuestra salida por la orilla contraria.

En resumen, va a haber que buscar una zona, por lo tanto, lo más ancha posible, como dije antes, y que no tenga una pendiente escarpada del otro lado.

  • Evaluar la temperatura del agua

En la mayoría de las regiones, aunque sea verano o temporada estival, el agua de ríos y arroyos puede bajar muy fría debido al deshielo u otras condiciones climáticas. Entonces, hay que evaluar precisamente la temperatura del agua antes de vadear un río. Si está muy fría no es conveniente vadear, sobre todo si es un trayecto largo.

  • Uso y utilidad de piedras

Piedras a intervalos regulares en el agua, que sobresalieran de esta, formando el símil de un camino, serían lo ideal, pues constituirían un verdadero puente natural. Suele haber este tipo de cruces, creados por los caminantes, en arroyos que se vadean habitualmente. Pero será raro encontrarlo en situaciones de supervivencia donde es muy probable que estemos en territorio inexplorado o poco transitado. Puede, sin embargo, darse que existan lugares suficientemente anchos para hacer que al menos algunas piedras sobresalgan, esos son los lugares ideales de cruce, porque las podemos usar para ir pasando de piedra en piedra, o para tener al menos puntos de apoyo extra.

Por supuesto, también podría generarse un puente de ese tipo tirando piedras desde la orilla, pero a veces es una pérdida de tiempo.

Hay que considerar, por otra parte, si vamos en grupo, que todas las personas tengan la habilidad mínima para caminar por piedras en un río, o que no tengan miedo a ello, porque sino no tiene sentido que la persona más débil no pueda hacer el cruce.

  • Analizar el río

Todo lo anterior implica que hay que disponer de tiempo para analizar el río, buscando el mejor lugar de vadeo. Hay que ver los lugares donde, por ejemplo, haya remolinos o rebufos, donde las piedras se nota que los generan, haciendo peligroso el vadeo del río.

Le recomendamos ver el video tutorial que acompaña este artículo para tener una descripción más gráfica sobre cómo analizar un río o arroyo antes de vadearlo.

Hidratación, rehidratación y ejercicio físico

Para no quedar deshidratados, pero a la vez no hidratarnos en exceso, viene bien conocer cuales son las cantidades de líquido que los médicos deportólogos recomiendan beber antes, durante y después de un ejercicio físico o actividad deportiva, según el tipo de esfuerzo que se realice.


Rehidratándose en un vivaque de montaña.

Según el Colegio (norte)Americano de Medicina Deportiva (institución que se toma como referencia en lo que las recomendaciones médicas en el contexto del ejercicio físico se refiere), para rehidratarse correctamente debe beberse de acuerdo a los datos que proporcionamos más abajo. Pero para los que no necesitan datos tan precisos y científicos, podemos resumir que, en general, hay que tomar agua antes, durante y después de la actividad, anticipándose a tener sed (antes de tener sed) y no más de 1/2 litro por toma.

El agua debe estar idealmente templada, ni muy fría ni muy caliente. Adicionalmente, pueden tomarse sueros o bebidas isotónicas, es decir, que incorporen una cantidad de hidratos y sales minerales, para facilitar la absorción del líquido, esto sobre todo durante el esfuerzo o el ejercicio.

Las recomendaciones concretas y específicas son las siguientes:

  • 1 - En pruebas o actividades físicas de menos de 1 hora de duración, a un 75% - 100% de consumo máximo de oxígeno o VO2 máx., (una forma de medir el esfuerzo físico, que en este caso podríamos traducir como un ejercicio principalmente anaeróbico) se recomienda beber:

1.1 - Antes de realizar el ejercicio, de 300 a 500 Ml de agua con hidratos de carbono disueltos que no superen el 8% de concentración.
1.2 - Durante el ejercicio, de 300 a 500 Ml de agua sin agregados.
1.3 - Después del ejercicio, de 500 Ml a 1L de agua sola.

  • 2 - En pruebas o ejercicios que duren entre 1 a 3 horas, al 65% - 90% de VO2 máx (ejercicio aeróbico-anaeróbico), se recomienda:

2.1 - Antes del ejercicio, beber 300 a 500 Ml de agua sola.
2.2 - Durante el ejercicio, 1,6 litros de agua, de los cuales 1L estará enriquecida con Hidratos de Carbono al 6%.
2.3 - Después del ejercicio, no más de 900 Ml de agua p/hora.

  • 3 - En ejercicios o pruebas de más de 3 horas de duración,

3.1 - Antes del ejercicio, se tiene que tomar 300 a 500 Ml de agua.
3.2 - Durante el ejercicio, 2,5L de agua con hidratos de carbono disueltos al 8%, pero no más de 150 Ml cada 20 minutos.
3.3 - Después del ejercicio, no más de 900 Ml de agua p/hora.

Limpieza o lavado diario de una bicicleta

Tras el uso diario de una bicicleta, hay que limpiarla si es que se quiere que dure más y nos garantice la máxima seguridad la próxima vez que la usemos. La limpieza o lavado diario de una bicicleta consiste en lo siguiente:

1 - Enjabonado

Lo primero que hay que hacer es enjabonar la bicicleta con agua con detergente (no mucho), incluyendo platos, piñones y cadena. Si la bicicleta tiene frenos de disco, hay que procurar no enjabonarlos (como alternativa se pueden mojar, pero con agua sin detergente o jabón). 

Para eso se usa un cepillo grande, de trocha ancha y pelo blando, similar al que se usa para lavar a mano un auto o cualquier otro vehículo de metal. Hay que embadurnar toda la bicicleta, el objetivo es que el agua ablande las partes más grandes y expuestas de suciedad (barro, etc.).

2 - Frotado, fregado o refregado

Con el frotado, fregado o refregado debemos ablandar toda la grasa / aceite y suciedad adherida posible, y para hacerlo lo ideal es contar con cepillos más chicos, de diversos tamaños.

Normalmente necesitaremos de tres tipos distintos para hacer una limpieza sin saltarnos ningún recoveco de la bici:

a) - Un cepillo algo más duro que el que usamos para enjabonar, como el que algunas personas usan para lavar los platos, es decir, que viene con una manija (esto evita congelarnos los dedos en invierno, de paso). Con este cepillo frotamos las partes de más fácil acceso de la bici.
b) - Un cepillo para platos y piñones (es el único que capaz convendría comprar específicamente en una bicicleteria o negocio especializado en accesorios para bicicletas)
c) - Un tercer cepillo con forma de cono, ideal para limpiar el interior de la horquilla, los tirantes y las vainas del cuadro, y para llegar a otros lugares de difícil acceso.

3 - Enjuague o aclarado

El enjuague es simplemente retirar la suciedad y el detergente usando agua. Pero CUIDADO, nunca debe usarse agua a presión, porque podría ingresar en las partes de la bicicleta que no están hechas para mojarse, y deteriorarlas a largo plazo.

Por eso nunca hay que apretar con el dedo para que salga fuerte el agua de una manguera, o usar lavaderos automáticos para coches, mangueras con sistema de presión, etc.

4 - Secado

Como su nombre lo indica, hay que secar la bicicleta. Lo ideal es secarla primero con un trapo, y dejar después que se termines de secar sola al sol.

5 - Engrasado

Una vez totalmente seca, y ANTES de volver a usarla, la bicicleta debe ser engrasada o aceitarse nuevamente en las partes que lo requieran: cadenas, platos, piñones, frenos y otras partes móviles.

 Sin embargo, el aceitado o engrasado no debe ser en exceso, ya que facilitaría que se pegue polvo que daña las piezas. En particular, hay que poner muy poco en la cadena y partes más expuestas.

Obtener agua del ambiente, destilarla y potabilizarla: alambiques y supervivencia

En supervivencia urbana e incluso en determinadas situaciones de supervivencia al aire libre (incluyendo la supervivencia en el mar), la obtención de agua puede no será algo fácil. De no existir ninguna fuente de agua (o si la que hay es de agua salada), habrá que conseguir agua dulce y potable "de la nada" con algunas de las técnicas creadas gracias a conocimientos químicos básicos.



Las formas de obtener agua en cualquier lugar "seco" de la Tierra se basan en el hecho de que el agua, aunque no siempre se encuentre en estado líquido, sí lo está en estado gaseoso (vapor), o dentro de los seres vivos, en particular de las plantas. Para transformar este vapor de agua en el preciado líquido que nos interesa, tendremos que condensarlo, lo que a la vez implicará su destilación.

Condensación y destilación

Cuando el vapor de agua se topa con una superficie más fría, se condensa en ella, es decir, se transforma en H2O líquido. Cualquiera de nosotros puede comprobar esto al ver una ventana o vidrio empañado cuando la temperatura del exterior lo mantiene más frío que la del aire (que contiene agua) del interior. La condensación en el cuerpo humano se ve claramente en el hecho de la transformación del sudor en vapor o el vapor en agua que moja la ropa que llevamos en contacto con la piel, es el que motivó la gran cantidad de tejidos "transpirantes", es decir, permeables de adentro hacia fuera, y en algunos casos impermeables de afuera hacia adentro (Goretex y membranas similares).

Lo que hace falta, por tanto, es forzar este fenómeno, procurando no sólo lograr la condensación del agua, sino tener un sistema que nos permita canalizarla hacia un recipiente con la menor pérdida de líquido posible.

En la novela de ciencia ficción "Dune" de Frank Herbert y todas las novelas que dan forma a esta saga, los Fremen (raza humanoide autóctona del planeta Dune, un planeta donde sólo hay desiertos) utilizan un tipo de vestimenta llamadas "destiltrajes", que les permiten reciclar la mayor parte del agua que normalmente se perdería al sudar, orinar, etc. Las (relativamente y por ahora) benévolas condiciones climatológicas de la Tierra comparadas con las del planeta Dune o Arrakis [0], no nos han obligado todavía a crear trajes de este tipo, pero sí conocemos ciertos sistemas que nos permiten condensar y reutilizar el agua en casos de supervivencia.

Por ejemplo, si estamos en la selva, y tenemos un plástico, simplemente con envolver una frondosa rama de un árbol vivo con este, y espera lo suficiente, el vapor de agua que libera la planta envuelta se condensará en el plástico transformándose en líquido. Es preferible que el plástico sea transparente, así sabremos cuando es el momento de abrir la bolsa. Si no es una rama, también puede ser todo un arbusto, procurando que al cubrirlo con el plástico los bordes de este terminen en una canaleta que recoja el agua, recipientes, etc. Ramas arrancadas y puestas dentro del plástico / bolsa es otra opción, pero como en los casos anteriores, hay que buscar que las hojas no toquen el plástico, porque sino el efecto de condensación se perderá en alguna medida...para eso podemos separarlas del plástico con piedras, palos, etc.

Otra de las formas fáciles de conseguir agua en un lugar donde no hay vegetación importante implica tener un plástico (cuanto más grande mejor), un piso tierra o arena donde cavar (o un hueco), un recipiente donde recolectar el agua, plantas (optativo) y algo de ingenio para construir lo que se conoce como un "alambique solar".

Dentro del agujero [1] se pueden poner hojas o plantas verdes (no madera, no serviría de mucho) para que la condensación sea mayor; pero incluso sin tener plantas, la propia humedad del suelo y del aire serán más que suficientes para que nuestro alambique improvisado funcione. Sobre éste agujero se apoya el plástico y se lo fija sobre los bordes del mismo. El plástico tiene que estar puesto de forma tal que el centro quede (gracias al uso de algún peso, por ejemplo una piedra) más bajo que los bordes (es decir, formando un cono invertido o embudo. Justo bajo el centro habrá que haber puesto el recipiente para recolectar el agua. Como dijimos antes, es importante evitar que la parte del plástico que queda en el interior no tenga contacto con las hojas de las plantas (si las pusimos) del fondo del agujero, así se evitará perder agua al cortar el flujo que (gracias a la gravedad) hará que se deslice hasta el recipiente [2]. El calor hará el resto, ya que al calentarse el aire y el suelo, el agua que contengan estos tarde o temprano se transformará en vapor que terminará, al saturarse y no poder escapar [3], condensándose en el plástico. Por supuesto, cuanto más diferencia de temperatura haya entre (por ejemplo) el día y la noche (situación típica en el desierto) mejor funcionará el alambique, ya que a la noche el suelo caliente seguirá despidiendo vapor, y el plástico frío ayudará a condensarlo con facilidad.

Evidentemente el alambique también puede hacerse con el plástico en forma de carpa, y recogiendo el agua en una canaleta que rodee todo el plástico a la altura de sus bordes que tocarán el suelo. De hecho esto es lo que pasa con cualquier carpa o tienda cuando llueve o hay mucha humedad en el ambiente: se transforma en un gigante alambique en el momento en que menos lo necesitamos, y el agua tarde o temprano, al condensarse, chorrea por adentro de la carpa hasta el suelo (con suerte y si no la tocamos) o gotea a medio camino (si no tenemos tanta suerte...). Por lo tanto, si se quiere hacer un alambique de este tipo, habrá que mantener el plástico levantado como una carpa india por medio de una columna o palo central, y tensarlo de tal forma que permita que el agua se deslice hacia abajo por el interior. La ventaja de este método es que no implica hacer un agujero, pero la desventaja (mucho mayor) radica en que es muy difícil de construir de forma improvisada, tanto por lo que cuesta mantener una estructura de este tipo en pie ante un simple viento, como lo que significa crear el sistema de canaletas (que podrían hacerse con cañas huecas cortada, por ejemplo) y recolección de agua, que en el caso del alambique solar con agujero se reduce a tener un simple recipiente (casco, coco, corteza de árbol, etc.).

El único problema de los alambiques es que son una forma lenta de conseguir agua, por lo que hay que tenerlos trabajando todo el día, y tener más de uno si es posible. Por eso, para no perder tiempo cada vez que tengamos que sacar el agua, se puede idear algún sistema que permita sacar el recipiente donde se junte el agua o vaciarlo sin desarmar el alambique. Una solución, si disponemos de una manguera, es instalarla de forma tal que automáticamente se transfiera el agua a otro recipiente que deberá estar más bajo que el primero. Para que esto empiece a funcionar habrá que esperar que se llene lo suficiente el primer recipiente, y chupar del extremo de la manguera para equiparar presiones (de la misma forma que se hace cuando se quiere traspasar combustible de un vehículo a otro).

Los beneficios de la destilación: agua potable

Hay que tener en cuenta que el agua que proporciona un alambique solar es agua destilada, por lo que conviene enriquecerla con una pizca de sal (o agua salada) si tenemos. También es normal que un alambique solar atraiga a los insectos, que terminen muertos en el recipiente del agua...no importa, mejor todavía, al mismo tiempo que obtenemos agua potable obtenemos comida y tendremos proteínas extras para nuestra comida de supervivencia ;)


El hecho de que el agua producida por un alambique solar se destile [4], implica que un alambique solar puede usarse también para obtener agua limpia o potable en base a orina, agua sucia de un río o de riadas e inundaciones, agua contaminada o agua salada [5]. En este caso lo que se puede hacer es crear un alambique tradicional [6] en base a nuestro alambique solar. Es decir, calentar el líquido que se quiere purificar hasta que hierva y se transfiera dentro del alambique solar, y dejar que el vapor que va surgiendo se condense y genere agua tal como lo explicamos.

Es mejor y casi imprescindible que el recipiente que calentamos esté fuera del alambique solar (para poder controlar el fuego y que no se contamine con el humo), tapado herméticamente y conectado con el alambique solar (el plástico en el agujero) por medio de una manguera. El agua resultante no será un "manjar", pero será bebible.

Si disponemos de los materiales necesarios podemos construir incluso un alambique con vidrio en vez de plástico, y un sistema de canalización a base de tubos, que será mucho más eficiente. Pero eso excede el ámbito de la improvisación y la supervivencia, al menos de la supervivencia a corto plazo.

Notas:
[0] En Dune los Fremen no sólo reutilizaban el agua que un humano normal desperdiciaría durante su vida, sino que lo hacían después de su muerte. Es decir, el funeral consistía en transformar al cadáver en cuestión otra vez en "agua para la comunidad". Cuando la supervivencia apremia, nada se desperdicia, y el agua es sagrada, es por eso que ver llorar a un Fremen era en la novela algo tan raro como encontrar un político honesto...
[1] El agujero debería tener unas proporciones aproximadas de un metro de ancho por medio metro de profundidad. Es decir, ser más ancho que hondo.
[2] Si el plástico es muy "lustroso" o deslizante, a veces las gotas caerán antes de llegar al centro. En ese caso puede intentar buscarse cierta rugosidad en la cara interna del plástico raspándolo un poco. [3] De ahí la importancia del buen "sellado" del plástico respecto del suelo o el borde del agujero.
[4] Destilar es separar las partes más volátiles (evaporables) de un líquido de aquellas que no lo son, y volver a transformar este vapor en líquido (agua en este caso) con una mayor grado de pureza.
[5] Los alambiques solares prefabricados suelen ser parte del equipo de supervivencia de las embarcaciones, ya que se da por hecho que destilando agua de mar se puede tener una provisión casi ilimitada de agua potable. Estos alambiques son una versión portátil del alambique improvisado que explicamos en este artículo, y algunas veces también son flotantes: una especie de burbujas con forma de hongos o merengues de plástico transparente que permiten ser llenados de agua salada, y que acumulan el agua condensada en canaletas que llevan en los costados.
[6] En un alambique tradicional el líquido que se quiere destilar también se calienta y luego se enfría, pero se calienta con fuego, no con el calor del sol como en el caso del alambique solar. Por ejemplo, cuando se quiere lograr una bebida alcohólica a base de una líquido que contenga tanto agua como alcohol (la uva fermentada, en el caso del vino) se puede calentar este: como el alcohol se evapora antes que el agua, el vapor que se genere tendrá más alcohol que el calentado, y por lo tanto también el líquido resultante una vez se enfríe y condense este vapor.



Consejos para ahorrar agua (ecología y economía)

Si ponemos el acento en las costumbres cotidianas, podemos ahorrar una increíble cantidad de agua potable, a tal punto que si todos los ciudadanos pudientes del mundo siguieran estas recomendaciones (realmente, sin exagerar) no existirían prácticamente problemas de escasez de a de agua dulce en el planeta.

Junto con el ahorro de agua, se ahorra energía hogareña cuando se usa el agua caliente (y por lo tanto dinero, en ambos casos), por lo que muchas veces el beneficio es doble: para la ecología y para nuestra economía. Solamente es cuestión de cambiar algunas viejas costumbres, o adaptarse a algunas nuevas. Así que acá van algunos consejos ecológicos para poder lograrlo:

  • Ahorrando agua al bañarse

  • Ahorrando agua al cocinar

  • Ahorrando agua al lavarse y asearse

  • Ahorrando agua al lavar los platos

  • Ahorrando agua al lavar el coche o la bicicleta

  • Ahorrando agua de la cisterna del inodoro o "water"

  • Evitando pérdidas inútiles de agua

  • Ahorrando agua al regar plantas, parques y jardines

  • Ahorrando agua en las piletas o piscinas

  • La educación, principio y final 

     

Ahorrando agua al bañarse

Lo primero que hay que saber es que, pese a las apariencias, se gasta más agua al bañarse (llenar una bañera) que al ducharse (bañándonos gastamos alrededor de 100 litros más de agua que duchándonos). Por lo tanto, ducharse en vez de bañarse implica una buena costumbre, y el que no la tenga haría bien en meditar y cambiar.

Por otro lado, hay que pensar que aunque sea muy relajante, estar horas bajo la ducha no está acorde con los tiempos en que vivismo. Todos tenemos que hacer pequeños sacrificios, y los que podemos darnos esos lujos a nivel económico, tenemos que pensar que no podemos hacerlo a nivel ecológico. Al menos no hay que tener por costumbre estar mucho tiempo, aunque lo hagamos de vez en cuando. En otros casos, quizás no sea necesario lavarse la cabeza, o a la inversa, mientras nos duchamos, así ahorramos tiempo de uso de agua.

Existen desarrollos, lamentablemente poco extendidos, que buscan reciclar el agua de la ducha para luego usarse en (por ejemplo) la cisterna del inodoro. Así, el agua cumple una doble función antes de ser descartada como no potable. Esperemos que estos desarrollos empiecen a comercializarse y hacerse populares en los planos de los arquitectos y diseñadores de instalaciones de las casas de un futuro cercano, lo que sería un gran avance urbanístico-ecológico. Aunque no tengamos un sistema así, algo que puede hacerse es llenar un balde o cubo mientras esperamos que el agua se caliente, y esa agua después usarla para (por ejemplo) labara el suelo, cocinar o lo que sea.

Para ahorrar agua al tiempo que energía (gas) mientras nos duchamos, es mejor cerrar el agua caliente para entibiarla, que agregarle más agua fría (más presión, más gasto de agua). Otra cosa que podemos hacer es mantener (por lo menos en verano) el agua de la ducha cerrada o a menor presión mientras nos enjabonamos cuerpo y cabeza, por ejemplo, y abrirla cuando realmente es necesaria. Son pequeños detalles y pequeñas molestias que no nos cambiarán la vida a nosotros, pero harán una gran mejora medioambiental todos juntos unidos.

Ahorrar agua bañándose en pareja es otra opción válida. Placeres sexuales a parte, la realidad es que aquellos que disfrutan como parejas en la ducha hacen un bien a la ecología, nunca cuidar el planeta había sido tan erótico. Si elegís bañarte en pareja ahorrarás jabón y agua (no olvidemos que cerca de 500 millones de personas no tienen acceso al agua limpia y corriente).

Ahorrando agua al cocinar

En el acto de cocinar se puede ahorra agua de muchas maneras, si sabemos como hacerlo.

Lo primero es pensar antes de lavar verduras y frutas, porque hay formas de hacerlo sin gastar mucha agua, y a veces incluso no es necesario. Si luego las vamos a hervir, por ejemplo, lavarlas antes pocas veces tiene sentido. De la misma forma, no tiene sentido lavar las frutas que luego vamos a hervir en compota, o pelarlas, sacándole la cáscara para comerlas.

Y sino, hay que usar el método del remojo, no el de ponerlas abajo del agua corriendo. El método del remojo consiste en meterlas en un recipiente con el agua necesaria, y con uno chorros de vinagre o de unas gotas de lavandina (lejía) y dejarlas unos minutos, con eso será suficiente para que se laven, y habremos usado mucha menos agua que haciéndolo de la forma tradicional.

Muchos estamos acostumbrados a hervir los alimentos con mucha más agua de la necesaria, aunque después no aprovechemos el sobran en sopas, como debería ser. En vez de desechar el agua en esos casos, hay que poner el agua justa para que el alimento termine hecho, esté hervido o cocido, justo al mismo tiempo que se agote el agua. Porque evidentemente, al menor cantidad de agua, menos tarda esta en entrar en ebullición

Toda cocción eficiente debe además aprovechar el "calor residual". Siempre viene bien aprovechar este calor, el calor generado después de haber apagado el fuego o cortado la corriente. Estos últimos momentos puede servir (si se aprende a calcularlo) para terminar la cocción, y a un costo cero para el medio ambiente y nuestro bolsillo.

Expertos en esto son los orientales y ciertos pueblos sudamericanos como los mejicanos o ecuatorianos; sobre todo los primeros, ya que chinos y japoneses hace siglos preparan el arroz bajo estos principios pero lo mismo se puede aplicar a la cocción de pastas, verduras o cualquier otro alimento hervido. En general, podemos decir que suele bastar con usar el doble o el doble y medio más de agua que de arroz o pasta, dependiendo de si este es o no integral respectivamente. Recomendamos en particular el arroz a la oriental y a la mexicana.

Si se va a comer algo hervido o cosido, lo ideal es ponerlo ya cortado en pequeños trozos. Así se ahorra energía, porque se cocina antes (a menor tamaño de los alimentos, mayor velocidad de cocción) y por lo tanto agua (cuando más dura la cocción, más agua se necesita en función de la que se evapora). Esto es muy importante saberlo también para aplicarlo en situaciones de supervivencia en las cuales no dispongamos de grandes cantidades de combustible para cocinar, o queramos fraccionarlo (sea leña, gas, electricidad, etc.).

Otra forma de ahorrar agua es utilizar la cocina al vapor, sobre todo hortalizas. No sólo requiere cantidades ínfimas del líquido elemento, sino que está reconocida como más saludable, ya que mantiene mucho mejor las ciertas propiedades de los alimentos (vitaminas y minerales) que al hervirlos directamente en agua. Y si se cocina para pocas personas o poca cantidad, incluso puede al mismo tiempo cocinarse algo en la parte de abajo de la olla (por ejemplo pasta) mientras que en la de arriba, en la vaporiera, se cocina al vapor el resto. Además, si los alimentos se lavan antes puede reutilizarse el agua para cocinar otra cosa, o para un caldo.

Ahorrando agua al lavarse y asearse

  • - Mientras se lava lo dientes, no deje el agua corriendo. Ábrala sólo en el momento de usarla para enjuagarse la boca (no preocuparse por este "detalle" implica gastar alrededor de 12 litros más cada vez).
  • - Mientras se afeita, no limpie la maquinita de afeitar abajo del agua corriendo, use un vaso o recipiente lleno de agua.
  • Para que duren más las maquinitas, conviene dejarlas en agua, en remojo, después de cada afeitada (si es que no se pueden remover totalmente en el moment los pelos que queran entre las hojas). En cualquier caso, ante suciedad rebelde, este método ahorra mucha agua: dejarla en remojo y lavarla unas horas después.
  • Por otro lado, lo ideal es usar maquinitas de afeitar que usen repuestos intercambiables, manteniendo el mango o cuerpo principal de la afeitadora; en vez de usar de las que son totalmente desechables o descartables, generando más basura en el proceso cada vez que tenemos que reemplazarla por otra (además, suele ser más barato).
  • - Mientras se enjabona las manos, no deje el agua corriendo, ábrala cuando solo cuando vaya a enjuagarse.
 

Ahorrando agua al lavar los platos

Si lavamos o fregamos los platos, cubiertos, etc. a mano, hay varias cuestiones a considerar para poder hacerlo de la forma más eficiente posible:

  • - Enjabone primero, enjuague (aclare) después.
  • - Nunca deje el agua corriendo mientras enjabone.
  • - No seque y/o guarde al mismo tiempo que enjuaga, mientras el agua está corriendo. Hágalo una vez terminó de aclarar y cerró el agua.
  • - No use agua caliente a menos que sea absolutamente necesario (ahorro de energía).
  • - Regule la presión de salida de agua a la imprescindible (menos agua gastada por unidad de tiempo).
  • - Si tiene que lavar un recipiente con el fondo quemado o pegado de comida, déjelo primero en remojo con agua y detergente (opcional) para ablandar la suciedad. Esta agua que le agregue puede ser la misma que usa para enjuagar otros recipientes, si deja abajo el recipiente sucio para que se llene mientras enjuaga.
  • - Hay ciertos casos en los que enjuagar justo después de usar el recipiente es lo más eficiente, ya que esto evita que luego se seque y pegue la suciedad (rayador con zanahoria, vaso con yogurth, etc.).
  • - Si se le quemó mucho la comida y se pegó en la olla, cazuela, bandeja, pizzera, sarten, plancha, etc. formando una costra negruzca que resiste todo lavado y arriesgándose a rayar el fondo con productos abrasivos, mejor ablandarla previamente. En vez de dejarla en agua, en este caso puede hervir agua con vinagre durante unos cuantos minutos en dicho recipiente: esto va a aflojar la costra, que luego se podrá lavar más fácilmente ahorrando detergente, esfuerzo y (por supuesto) agua.
  • - Si puede, cómprese un lavavajillas o lavaplatos. Además de ahorrar tiempo, a la larga ahorrará dinero: los lavavajillas usan mucho menos cantidad de agua para lavar la misma cantidad de vajilla que si lo hiciéramos a mano. Comprar un lavavajillas es una inversión que se amortiza sola con el tiempo, al hacerlo, preste atención también a que sea del tipo que consuman la menor cantidad de electricidad posible (de tipo "A", "A+" o "A++" en Europa).
Si ya tiene un lavavajillas, hay que esperar a que esté totalmente lleno antes de encenderlo, así se aprovecha más el agua que se usa en cada ciclo (lo mismo vale para el lavarropas o las lavadoras).

Otra manera de economizar energía en esto de la utilización del agua es utilizar agua fría en lavavajillas, lavarropas (lavadoras) y otros lavadores, en la preparación de café en cafeteras eléctricas, y para cocinar en general. Hay gente que está acostumbrada a abrir el grifo de agua caliente "por reflejo", aún cuando no la precisa: la gran mayoría de estos equipos automáticos tiene su propio sistema para calefaccionar el agua cuando es necesario, y emplear agua corriente caliente sólo nos hace consumir energía extra del calefón, termotanque, caldera, o lo que se tenga para calentarla. 


Ahorrando agua al lavar vehículos

Lavar nuestros vehículos de forma eficiente puede hacernos ahorra mucha agua. Esto se aplica igual tanto para cualquier tipo de vehículos: automóviles, 4x4, motos, bicicletas o incluso aviones.

Sobre como lavar coches ahorrando agua (si lo hacemos a mano, y no en lavaderos automáticos), lo básico es saber que no hay necesidad normalmente de mojar el coche antes de enjabonarlo o pasarle detergente, recuerde que una capa de agua anterior al detergente desengrasante, puede hacer que este no surta efecto, y la limpieza ser inútil o hacerse más complicada, gastando todavía más agua de lo normal.

Por la misma razón, no hay que excederse con el agua de aclarado o enjuague: muchas veces el agua a presión termina desperdiciándose por simple rebote y aspersión que realmente no limpia ni enjuaga nada.

Ahorrando agua de la cisterna del inodoro

Usando menos volumen de agua en cada vaciado que el que viene previamente fijado por la capacidad de la cisterna. Esto se logra metiendo una botella de agua cerrada (de plástico) adentro de la misma. Así, al llenarse, parte del volumen ya está ocupado por la botella, volumen que no se tira con cada vaciado porque queda en la misma. Así se pueden ahorra tantos litros de agua al año como cantidad de agua tenga la botella multiplicada por la cantidad de veces que se use el baño durante el mismo período...calculen, la cantidad es enorme

Por otra parte, cada vez son más comunes los inodoros "inteligentes". El sistema más básico consiste en formas de tirar menos agua o más, según sea necesario. Para eso disponen, o de un botón (que tira menos si se aprieta suavemente, y más si se hace de forma más profunda) o de dos botones juntos, tirando normalmente el más chico menos agua al apretarlo.

Evitando pérdidas inútiles de agua

Cerrando bien grifos o canillas se puede hacer milagros. Una gota tras otra juntan litros de derroche al final del día (se calcula que 1 gota que cae hacen 30 litros al día, 10.000 litros por mes) que o con un simple y preciso movimiento de muñecas puede evitarse. El control de esta y otras pérdidas comunes es necesario. Muchas veces un mal mantenimiento de la instalación de agua de nuestra casa es el culpable de gastar más dinero en agua que la que usamos en forma efectiva. Entre otras, conviene revisar que funcione bien el inodoro o "water", que no pierdan canillas, grifos o duchas, que encajen bien mangueras de riego o lavado, etc.

Ahorrando agua al regar plantas, parques y jardines

El diseño del jardín es lo primero que hay que tener en cuenta, mucho antes de pensar en el sistema o forma de riego del mismo. Esto lo sabe muy bien un profesional de la jardinería, y a él tendremos que recurrir para lograr un diseño ecológicamente adecuado. Lo básico que tenemos que saber es que hay que seleccionar y agrupar las especies de plantas y árboles según sus necesidades hídricas en todo parque y jardín, para así poder después regar por goteo o aspersión de forma precisa a cada grupo.

Lo segundo a tener en cuenta es la hora de riego, hagamos esto a mano o de forma automática. Siempre tiene que ser a las hora de menos calor del día, porque así se evapora menos agua antes de que pueda ser absorbida por la tierra y finalmente por las raíces de las plantas.

Pasemos ahora a los sistemas de riego:

  • a) - Riego natural (lluvia).

  • b) - Riego artificial o automático.

 
  • a) - Riego natural (lluvia)

El riego natural, la lluvia, es el más efectivo cuando las plantas, arbustos y árboles son de especies autóctonas (adaptadas a la climatología local) sino especies resistentes a las sequías, que precisen poco agua.

Mientras llueve, también se puede aprovechar para almacenar el agua caída no aprovechada por la tierra, al no darle tiempo de absorberla, o simplemente caer en un lugar donde no es posible. En este sentido, es posible incorporar desde sistemas caseros de rápida improvisación (poner recipientes en el patio de casa, por ejemplo), hasta medidas más complejas que canalicen automáticamente el agua de lluvia y la almacenen en tanques para uso posterior (por ejemplo, para plantas interiores), y que se suelen usar en fincas y estancias bien organizadas en el aprovechamiento del agua. En este caso, conviene dejar pasar los primeros minutos desde que empieza a llover antes de ponerse a juntar agua, porque esta agua suele arrastrar la contaminación, el smog ciudadano, o incluso caer en forma de lluvia ácida en lugares cercanos a zonas industriales con altos niveles de polución.

  • b) - Riego artificial o automático

Lo peor que se puede hacer es regar por manguera o por inundación. Si no se tiene un sistema automático como los que veremos más adelante, es mejor regar con regadera, a la que incluso se puede aportar agua durante el día aprovechando lo que sobra en jarras y vasos en las que sobró agua potable.

Entre los sistemas de riego automáticos, básicamente podemos distinguir entre los siguientes:

            b1) - Riego por goteo.

            b2) - Riego por aspersión.

            b3) - Riego regulado por programadores de riego.

 

 b1) - Riego por goteo.

El riego por goteo es el mejor sistema en cuanto a ahorro-rendimiento de agua. Tiene las siguientes ventajas destacadas en comparación a otros sisteams:

 - Disminuye consumo de agua por hacerse muy cerca del suelo y de las raíces, evitando la evaporación en comparación con los sistemas de riego por aspersión.

- Se riega únicamente en los lugares donde está la planta, no donde no hay planta (como en el riego por aspersión).

- Funciona por gravedad, no necesita el uso de electricidad: otro ahorro, y además obviamente funcionaría en caso de corte del suministro eléctrico (caso de supervivencia urbana).

 - Se puede improvisar o construir por uno mismo con poco dinero, sin demasiados conocimientos y un poco de maña. Todo lo necesario se puede conseguir en una ferretería o jardinería, incluso por internet.

          b2) - Riego por aspersión.

Los aspersores más simples son aquellos que se conectan mediante una manguera a una canilla o grifo, y funcionan gracias a la propia presión del agua que hace que su mecanismo gire, distribuyendo el agua en una fina lluvia y en un radio determinado por la fuerza de dicha presión.

Estos aspersores no suelen estar fijos, por lo que (si no cubren todo nuestro jardín) requieren de un control, ya que hay que ir moviéndolos por las distinta zonas a regar. La forma de ahorrar agua es tener el tiempo medido para cada caso (zona del jardín) y nunca dejarlos puestos sin control o esperando que aneguen la zona (el agua debe ser absorbida por la tierra, nunca inundarla).

Requieren menos atención y son más precisos los aspersores fijos que funcionan de forma automática, mediante programadores de riego, y que veremos más adelante.

b3) - Riego regulado por programadores de riego.

Los programadores de riego tienen varias ventajas respecto de los sistemas manuales, entre las que destacan:

- Ahorro de tiempo.

- Uso de la cantidad justa de agua.

- Posibilidad de riego durante la noche o cuando no hay nadie.

Es importantísimo un buen ajuste de los aspersores para que riegen los lugares donde están las plantas, y no otros como construcciones o caminos cercanos. La cantidad adecuada es aquella que riega de forma tal que nunca se acumula agua que la tierra no puede absorber, es decir, que no crea charcos ni pequeños riachos de agua en la tierra.

Otra cuestión a tener en cuenta es el alterar la programación en caso de lluvia. La mayoría de los modelos incluyen un modo de "pausa" por lluvia, para no regar sobre mojado. Las posibilidades de programación también incluyen el grabar diversos modos de riego para (por ejemplo) regar más en verano que en invierno, o regar más en temporada de sequía que en temporada de lluvias, etc. Para poder regular esto de forma precisa en jardines grandes o parques, lo mejor es consultar con nuestro jardinero amigo que nos indique cuánta agua necesitan nuestras plantas y árboles dependiendo la época del año. 


Ahorrando agua en las piletas o piscinas

El agua de las piscinas, con los procedimientos químicos que se manejan actualmente, puede mantenerse el resto del año en que no se usa (pensando, por supuesto, en piscinas que se usan en temporada de verano únicamente). Vaciar una piscina es ya ilegal en muchas partes, y sólo se puede hacer cada determinado número de años. Por supuesto, en realidad la pileta no mantiene nunca el mismo agua, sino que la misma se va renovando de a poco a medida que se evapora, por lo que en realidad "rota". Pero hacerlo así es mucho más eficiente que hacer el cambio de una vez, tanto durante su utilización como durante el período de inactividad de la vaso.

El llenado debe ser el justo, ni más ni menos. El necesario para que el agua se filtre, que llegue a los rebosadero o que no supere la mitad de la altura de los skimers, dependiendo el sistema. Si se pone menos agua, el agua no se filtra bien, y tarde o temprano se gastará más agua en resolver este problema. Si, en cambio, se llena la pileta demasiado, el agua va a perderse después de algunos chapuzones de los usuarios.

Las piletas o piscina que mejor evitan pérdidas del agua que rebosa parecen ser, precisamente, las que disponen de rebosaderos que son continuos con el piso que bordea a las mismas. Las que usan sistemas de captura de agua por "skimers" en las paredes internas, a una considerable distancia entre el borde de la piscina sumergidos parcialmente en el agua, no tienen forma de posibilitar el retorno de salpicaduras y pérdidas de agua que surgen por el movimiento del agua al nadar o por juegos de los bañistas.

Todo esto se ve influenciado por un tipo de suelo más o menos absorbente, lo cual depende en gran medida de factores de seguridad (que sea antideslizante) que por supuesto se anteponen a los ecológicos. Sin embargo, en este sentido lo principal es pensar (si se va a construir una piscina de material, cemento) en hacer una que disponga de un sistema de filtrado por rebosado o rebalsado de agua.

Otra cuestión a considerar, igual que en casa, es el uso del agua de las duchas. Todo servicio público (sea o no pago) o comunitario tiende a cuidarse menos que todo servicio del que somos responsables (monetariamente) de forma personal. Así, muchas veces se olvida que el agua de las duchas de las piscinas comunitarias o privadas, directa o indirectamente, la estamos pagando. El que no implique pagar más por usar más agua, no quita el daño ecológico de este desperdicio. Por eso haremos bien en ducharnos solo las veces necesarias (antes de entrar, y en todo caso después de salir) y con el agua justa (no recrearse artísticamente abajo de la ducha), sobre todo cuando después vamos a ducharnos otra vez al volver a casa.

De la misma forma, hay ciertos juegos acuáticos que implican un verdadero derroche de agua, y que lamentablemente tienen que ser prohibidos por los adultos, socorristas, guardavidas o responsables de la instalación acuática en cuestión. Por ejemplo, tirar agua a personas que se encuentran fuera de la piscina, bañándose o no, no es muchas veces sólo una falta de respeto, sino una afrenta al medio ambiente y a aquellos que no tienen la posibilidad de disfrutar con el agua.

Por último, todas las medidas que busquen evitar que el agua de piletas y piscinas se ensucie prematuramente, redundarán en una mayor eficiencia y ahorro de dicha agua. Algunas de estas medidas de higiene pueden ser: usar gorros o atarse el pelo, no escupir o limpiarse los mocos en el agua, venir aseados y siempre ducharse antes de entrar, etc. Por la misma razón, los jardineros (o nosotros mismos) deben evitar cortar el césped cercano a las piscinas en días de viento, y siempre hacerlo con cuidado de no ensuciar el agua durante el proceso, ya que toda suciedad implica un mayor uso agua y/o de productos para restablecer la calidad del agua. 


La educación, el principio y el final

Todo los consejos dados, y muchos otros que podemos recopilar en otros lugares, no servirán demasiado si no calan realmente en la conciencia de las personas. Obligar o imponer normas no suele dar resultado, sobre todo con los que más debería darlo: chicos y adolescentes.

Lo principal es entonces, como resulta obvio, educar a los chicos (o autoeducarte amigo, si es que tenés ya cierta edad para entender esto), educarse, decíamos, para poder realmente sentir que llevar adelante estas medidas de ahorro de agua no como una molestia, sino como una actitud que realmente nos ayuda a nosotros mismos y a todo lo bueno que nos da la naturaleza, logrando que podamos seguir disfrutando de las actividades al aire libre que tanto nos gustan, etc...porque sin agua no hay vida, y sin vida no existiremos nosotros ni todo lo importante.

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Airsoft - Patagonia Andina
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