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Vadeo o cruce de ríos y arroyos: 5 técnicas de desplazamiento básicas para usar o evitar

¿Qué técnica usar para desplazarse o progresar durante el vadeo de un río o arroyo a pie? Aquí explicamos las consideraciones básicas para cruzar un curso de agua de montaña con seguridad vadeándolo.

1 - El agua tiene que llegar como máximo a nuestras rodillas

El agua tiene que llegar, como máximo, hasta las rodillas. No más arriba de las rodillas, si lo hacemos en ese caso, como excepción, sabemos que estamos corriendo un riesgo mayor. Que el agua nos puede arrastrar más fácilmente.

2 - Tener un tercer punto de apoyo: palo, pica o bastón


Ineludiblemente hay que contar con un tercer punto de apoyo. Es decir, una pica o un palo, idealmente que sea lo más largo posible, que llegue a nuestra altura sería lo ideal. Si no lo tenemos, obviamente que un bastón de trekking extendido al máximo, o incluso dos bastones unidos dependiendo del caso, de forma paralela, podrían servir.

3 - Cruzar de cara a la corriente, con la espalda con cierto ángulo hacia la orilla contraria

Si podemos cruzar en contra de la corriente, es decir, apuntando, mirando nosotros hacia el lado donde viene la corriente. Porque si estamos del lado contrario, lo que va a ocurrir es que nos va a doblar las rodillas el agua, si es fuerte, pegándonos a esta altura. Entonces, por lo menos, se nos va a dificultar más mantener el equilibrio.

4 - Sondear y tantear el fondo a medida que avanzamos

El palo, como dijimos, es un tercer apoyo. Pero también sirve para sondear la profundidad del agua. Este sondeo se tiene que complementar con un tanteo con los pies en las piedras para ir viendo el mejor apoyo.

5 - ¿Por qué no cruzar nadando? Tiene contras y es más peligroso que vadear

Alguno se preguntará, por qué no hablamos de cruzar a nado. La respuestas es que cruzar a nado implica, en situaciones de supervivencia - es decir, en situaciones cuando estemos al aire libre durante un tiempo determinado sin refugio seguro, etc.- implica, decía:

a- Primero, como mínimo y evidentemente, mojarnos totalmente. Lo cual no parece necesariamente algo terrible si hace calor. Pero lo cierto es que va a hacer que quedemos con las ropas mojadas, si es que no podemos trasladarla hasta la otra orilla de alguna forma separadamente y aislada del agua. Estar con las ropas mojadas en situación de supervivencia, haga frío o calor, es desde una molestia hasta un potencial riesgo para la vida por lo que debe evitarse.

b- Segundo, que hay que ser un buen nadador. Incluso siendo un buen nadador "de piscina", hay que tener experiencia real en nadar en aguas abiertas, y en particular en ríos (muy diferente a nadar en mares y océanos, y en general más peligroso). Incluso así (siendo un buen nadador y con experiencia nadando en ríos) cruzar un río a nado constituye siempre un riesgo añadido a hacerlo vadeando. Además, para hacerlo hay que considerar que las orillas (o, al menos, la orilla a la que nos dirigimos) deben estar despejadas. Porque uno tiene que partir de corriente arriba lo suficiente para que nos va a arrastrar la corriente y salir en el punto en que queramos. No vamos a poder cruzar en línea recta, nos va a llevar el agua nadando, obviedad que cualquiera que sabe nadar en aguas abiertas sabe.

Por tanto, en definitiva, cruzar a nado es algo que requiere bastantes habilidades y además tiene contras.

Resumiendo entonces el orden de prioridades de las formas de cruce de un río o curso de agua en caso de supervivencia: primero cruzar en seco, segundo cruzar vadeando el río y tercero, cruzar a nado, sería un caso excepcional a evitar a toda costa. 

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Cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río o arroyo a pie

¿Cómo elegir el mejor punto para cruzar o vadear un río, un arroyo o cualquier tipo de curso de agua a pie? Para eso tenemos que saber algunas cosas desde la teoría. Y, por supuesto, tener práctica en el cruce de ríos a pie. Aquí explicamos lo básico que hay que saber para hacer elegir un punto vadeo.

Ante todo, una aclaración terminológica: estrictamente hablando, la palabra que hay que usar para referirse al cruce de un río a pie por el agua es "vadear". Ya que "cruzar" puede aplicarse también a superar un curso de agua por sobre un puente, por ejemplo. Sin embargo, y en general, en este artículo usaremos indistintamente "vadear" y "cruzar" un río, salvo que se aclare lo contrario.

  • Vadear es la última opción

Video tutorial sobre cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río.

Lo primero que debe saber es que vadear un río no es algo que haya que hacer, salvo que uno no lo pueda evitar. Es decir, si tenemos un puente, y sabemos que está en cierta dirección, aunque tardemos un poco más hay que ir a cruzar el río en ese puente. O cruzarlo en cualquier punto seco que conozcamos.

Si el río acaba de subir porque es época de de deshielo o por luvias, o si es un arroyo temporario y no tenemos mucho apuro, hay que acampar hay que esperar y cruzarlo cuando haya bajado.

Teniendo en cuenta lo anterior, si no nos queda otra opción y tenemos que cruzar un río por cuestiones de supervivencia o fuerza mayor, mejor considerar algunas cuestiones que vamos explicar en este artículo y en el video tutorial que lo acompaña.

  • No cruzar en una curva y/o tener en cuenta el fondo

Lo primero a tener en cuenta es que el arroyo o el río a vadear no esté, en el punto en que lo queremos cruzar, en una curva. Porque las curvas hacen que se erosione de forma tal, que haga que tenga un desnivel del lado saliente de la curva que sea más peligroso.

A su vez, cuando hay vegetación, sobre todo árboles más grandes, en la zona que vamos a cruzar es posible que haya (dependiendo de la fuerza de la corriente y del tipo de flora) troncos, ramas, etc. que, tras haber caído, creen un doble fondo bajo el agua, no necesariamente visible, que lo hace peligroso.

En ríos como los de la Patagonia, donde hay mucha piedra redonda, bocha o canto rodado, se hace todavía más dificultoso mantener el equilibrio que en ríos de fondos arenosos.

  • Vadee por la parte más ancha del río

En todos los casos hay que buscar una zona para vadear lo más ancha posible, y con el fondo lo menos profundo posible. Estas dos cosas suelen darse juntas, ya que al ser más ancho o haber más distancia entre una orilla y la otra, lo que ocurre es que el caudal consecuentemente es menor, o viceversa.

Esto significa que si confluye un río con otro río, lo normal es que aumente el caudal y que sea más suave tras dicha confluencia. Contrariamente, si se bifurca un río sucede al revés, hace que el caudal sea más fuerte. Por lo tanto, en condiciones normales e idealmente, hay que cruzar los curso de agua antes de las bifurcaciones y después de las confluencias.

  • No cruzar hacia orillas contrarias con pendiente pronunciada o vegetación densa

Lo mismo que dije de no cruzar en las curvas se aplica a las pendientes que son del otro lado escarpadas. La máxima expresión de esto sería un acantilado. Porque lo que ocurre es que esto está indicando una erosión en la parte cercana a donde sube la orilla. Y además, evidentemente, nos va a ser más difícil trepar y salir. Esto último se aplica también a las orillas con vegetación profusa, que pueden complicar nuestra salida por la orilla contraria.

En resumen, va a haber que buscar una zona, por lo tanto, lo más ancha posible, como dije antes, y que no tenga una pendiente escarpada del otro lado.

  • Evaluar la temperatura del agua

En la mayoría de las regiones, aunque sea verano o temporada estival, el agua de ríos y arroyos puede bajar muy fría debido al deshielo u otras condiciones climáticas. Entonces, hay que evaluar precisamente la temperatura del agua antes de vadear un río. Si está muy fría no es conveniente vadear, sobre todo si es un trayecto largo.

  • Uso y utilidad de piedras

Piedras a intervalos regulares en el agua, que sobresalieran de esta, formando el símil de un camino, serían lo ideal, pues constituirían un verdadero puente natural. Suele haber este tipo de cruces, creados por los caminantes, en arroyos que se vadean habitualmente. Pero será raro encontrarlo en situaciones de supervivencia donde es muy probable que estemos en territorio inexplorado o poco transitado. Puede, sin embargo, darse que existan lugares suficientemente anchos para hacer que al menos algunas piedras sobresalgan, esos son los lugares ideales de cruce, porque las podemos usar para ir pasando de piedra en piedra, o para tener al menos puntos de apoyo extra.

Por supuesto, también podría generarse un puente de ese tipo tirando piedras desde la orilla, pero a veces es una pérdida de tiempo.

Hay que considerar, por otra parte, si vamos en grupo, que todas las personas tengan la habilidad mínima para caminar por piedras en un río, o que no tengan miedo a ello, porque sino no tiene sentido que la persona más débil no pueda hacer el cruce.

  • Analizar el río

Todo lo anterior implica que hay que disponer de tiempo para analizar el río, buscando el mejor lugar de vadeo. Hay que ver los lugares donde, por ejemplo, haya remolinos o rebufos, donde las piedras se nota que los generan, haciendo peligroso el vadeo del río.

Le recomendamos ver el video tutorial que acompaña este artículo para tener una descripción más gráfica sobre cómo analizar un río o arroyo antes de vadearlo.

Saber donde estás y por dónde vas siempre


Contratar a un Guía para que te conduzca por la naturaleza no implica estar desorientado o totalmente a merced de las capacidades de orientación de este profesional. Es más, resulta muy peligroso no saber donde uno está y por dónde va, independientemente de que alguien nos guíe.


Si bien, como recalcamos muchas veces, el llevar a las personas por un camino que no conocen no es la única función que cumple un Guía en el medio natural, lo cierto es que se cuenta entre las más evidentes y destacadas. Pero dejar todo en manos del Guía en cuanto a la orientación se refiere es un grave error.

Por eso, siempre deberíamos contar con al menos con un mapa de la zona en que transitamos, y además de saber nuestro destino (por ejemplo, un pico o una cumbre de una región de montaña) tenemos que conocer, aunque sea someramente, por dónde transita el camino y más o menos a dónde estamos a cada momento.

Piensen sino, ¿qué pasaría si al Guía le ocurre algo “en medio de la nada”, pasando a depende solamente de nosotros una vez más?

En resumen: con saber a dónde vamos no es suficiente, hay que saber dónde estamos a cada momento y qué itinerario seguimos. Para ello es muy útil saber orientarse por medios naturales, como ser la ubicación del sol, la de la luna, la posición de las estrellas o las direcciones preponderantes de los vientos, los cursos de agua, etc. de la zona en que realizamos nuestro recorrido.

Por supuesto, esto se aplica tanto para el caso en que nos Guíe un profesional como un aficionado: no hay que salir con amigos dejando simplemente que estos te “arreen” por un lugar para uno desconocido.

En parte, esta misma recomendación se aplica, por ejemplo, a cuando viajamos en avión.

Por motivos de supervivencia, es conveniente conocer la ruta por la que se desplaza el avión ya que, en caso de accidente o de un aterrizaje o amerizaje forzoso, con solo conocer la hora en que se dió sabremos más o menos nuestra ubicación en el mapa, dato imprescindible para pedir ayuda por radio, por ejemplo. En casi todos los aviones comerciales modernos existe un canal que muestra a cada momento la ubicación del avión en el mapa, junto con la velocidad y otros datos, como la temperatura exterior, lo que facilita tener a mano este conocimiento sin mayores dificultades.
 
Porque nunca hay que olvidar que la aventura es muy bella, sí solo sí todo sale bien…

Cómo almacenar tu bolsa de dormir (saco de dormir)

Si vas a dejar de usar una saco o una bolsa de dormir por un tiempo prolongado, lo mejor es guardarla fuera de su funda compresora o bolsa de transporte, por ejemplo, en una bolsa de arpillera donde quepa doblada, a la mitad de su tamaño real, y que podés guardar debajo de una cama, o en un armario, por ejemplo.

Para que después pueda dormir tranquilo...

De esta forma el relleno de la bolsa o saco de dormir se verá menos perjudicado, ya que no se "apelmazará", cosa que ocurriría si lo dejaras comprimido durante todo el tiempo en que no está "en activo" en un camping o en la montaña. 

Consejo de Guia de montaña: la boca cerrada

Es un hecho conocido el que tener la boca abierta causa deshidratación. Cuando se encara un esfuerzo físico prolongado en el tiempo, sobre todo en el que lo que se prioriza es la resistencia y no la velocidad (típica ascensión o travesía de montaña) la deshidratación se acusa mucho más que en otros casos. Si a esto le sumamos el tener la boca abierta, nuestro rendimiento caerá en picado.

Sin embargo, aunque muchos saben lo que implica mantener la boca abierta en estas situaciones de ejercicio, pocos relacionan este hecho con el de hablar o conversar con el compañero. Efectivamente, el mantener una charla nos deshidrata casi de la misma forma que ocurre si mantenemos la boca abierta sin más, por las mismas razones (el aliento transporta agua en estado gaseoso).

Por lo tanto, en los momentos en que tenga que reservar sus fuerzas, sobre todo en las subidas o bajadas prolongadas, no hable. Eso será más eficiente que tomar agua a cada rato. 

Consejos de Supervivencia: distribuya la comida entre su grupo

Si está realizando un viaje o desplazamiento en grupo, y en condiciones riesgosas para la supervivencia (o prevé que podrían darse, como ocurre muchas veces en la montaña), distribuya la comida que transporten de forma racional.

Perder toda la comida porque se cae una mochila a un río que
se está cruzando, no resultará (se lo aseguro)
algo agradable de vivir...

Es decir, teniendo en cuenta que si uno de las mochilas o personas que transportan la comida se extravía, se pueda sobrevivir con la comida y los utensilios para prepararla disponibles en el resto de los bultos acarreados.

Por ejemplo, no sería recomendable que sólo existiera un gran paquete de sal o de azúcar, y que este fuera llevado por tanto por una única persona. De la misma forma, no es conveniente que sólo exista una olla o recipiente en el cual preparar y donde coman todos juntos.

Así evitará que le pase como sucedió en una expedición a uno de los polos, donde al caer uno de los trineos por una repentina grieta que se abrió en la nieve, se dieron cuenta algo tarde que no deberían haber llevado todas sus provisiones únicamente en ese trineo...

Además, existen otras razones, por las cuales es recomendable distribuir la comida equitativamente, como la de que en el grupo nadie crea que es más o menos que el otro por llevar más o menos peso. Por supuesto, esto se aplica a grupos de montaña auto-gestionados, liderados por un guia, pero no a aquellos que deciden contratar los servicios de sherpas o porteadores para que el peso no lo lleven los clientes.

Consejos de Guia de montaña: prismáticos y problemas de visión

Una de las características que traen de fábrica actualmente casi todos los binoculares, largavistas o prismáticos, es la que permite un ajuste individual del enfoque para cada ojo.

Esta función es útil sobre todo para aquellos que poseen algún tipo de problema visual, y que a la vez precisan mayor aumento en un ojo que en otro para ver bien.

Esta característica, permite entonces a personas que no tengan una vista perfecta, usar los binoculares incluso prescindiendo de anteojos o gafas, ya que pueden regularlos adaptándolos a su problema de visión. Esta misma característica se incluye en algunas cámaras de video.

Consejos de Supervivencia: lleve alimentos individuales de reserva

Si participa de una salida de montaña o trekking, una expedición o viaje de exploración, o cualquier actividad al aire libre de larga duración en la que tenga que transportarse en grupo la comida y no haya forma de adquirirla por otros medios, siempre es recomendable llevar pequeñas raciones de alimentos individuales, de reserva, para afrontar situaciones de supervivencia repentinas. Estas no deben ser usadas salvo que verdaderamente sea necesario.

Resultar perdido por quedar resagado en "el medio de la nada"
durante una expedición, es algo mucho más inquietante
si no se cuenta con comida de reserva.

Estos víveres o raciones de reserva le servirán para afrontar cualquier imprevisto, como el resultar perdido, el perder parte de las provisiones, o tener que descartar parte de la comida por encontrarse en mal estado. La reserva funciona de forma similar a la reserva que tiene los tanques de combustible de los autos: cuando uno cree que ya no tiene nada, es bueno contar con esa reserva.