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El problema de los senderos polifuncionales

Las sendas o senderos (picadas, como se les dice también en la Patagonia) que se habilitan o en la práctica son polifuncionales tienen varios inconvenientes desde el punto de vista de la seguridad y la ecología.

Un video que muestra cómo elegir ante una bifurcación de caminos, algo que también evita una mayor erosión.
Este video fue filmado en un sendero de la Patagonia Andina que también es usado para cabalgar, de ahí que se vea tan erosionado.

Cuando decimos "sendas polifuncionales" nos referimos a que pueden ser transitadas tanto por personas a pie, como por ciclistas, jinetes a caballo o incluso a veces vehículos a motor (sobre todo motos, el llamado "enduro").

Tanto el sentido común como la experiencia de muchos países en base a estudios científicos y de campo demuestran plenamente que habilitar un camino al aire libre para que lo utilicen al mismo tiempo personas, bicicletas y caballos es en principio algo perjudicial desde muchos puntos de vista.

Desde el punto de vista ecológico, este tipo de senderos causa una erosión mucho mayor que los senderos dedicados específicamente para una actividad en concreto (senderismo, ciclismo, cabalgatas, etc.).

Un caballo erosiona el terreno más que una bicicleta, y una bicicleta más que una persona. A su vez, ciertas modalidades de ciclismo como el ciclismo de descenso, causan una erosión todavía mayor que el tránsito equino. La erosión termina por causar verdaderos "canales" cuando el tránsito es elevado, por los que el agua erosiona todavía más y más profundamente los senderos hasta hacerlos impracticables.

Por otra parte, la altura despejada para un sendero que transite un bosque necesaria para que pueda utilizarlo alguien a caballo es mayor que la necesario para que transite una persona a pie o en bicicleta. Al mismo tiempo, si lo transitan distintos tipos de vehículos con "tracción a sangre" (bicicletas y caballos) el espacio deberá contemplar la posibilidad de poder adelantarse o dejar pasar sin tener que salir del sendero, porque si no lo hace, tarde o temprano el sendero se ampliará "por sí sólo" (porque la gente saldrá del camino en esos casos). Así, un sendero multifuncional tiene que ser necesariamente más grande desde su nacimiento, o sino lo será tarde o temprano.

Desde el punto de vista de la seguridad, un sendero polifuncioinal muy concurrido puede ser un verdadero peligro, además de transformar el senderismo, trekking, mountainbike o cabalgadas en una experiencia al aire libre no tan placentera al tener que ceder el paso o esperar que se lo cedan a uno: los ciclistas a los jinetes y a los senderistas, y los senderistas a los jinetes.

Los ciclistas de descenso, los jinetes y aquellos que no tienen claro cuándo y cómo debe disminuirse la velocidad si nos cruzamos con senderistas u otros vehículos, ya sea por ignorancia (falta de educación) o por no anticiparse a la posibilidad de cruzarse con alguien en el camino, causan atropellos con graves consecuencias.

Todos estos perjuicios pueden ser evitados si separan los senderos por actividad: para senderistas, para cabalgatas y para ciclistas de montaña. En países como Canadá esto es un hecho, y en otros de Europa donde esto no es así, se demuestra todos los perjuicios anteriormente citados.

Por supuesto, puede decirse que en países europeos muchas veces no sobra el espacio para hacer distintos senderos especializados, pero lo cierto es que, como mencionamos, a mediano o largo plazo este espacio se usa igual y peor (accidentes) debido a los problemas que trae un tránsito tan variopinto por un mismo camino. Pero incluso países con mucho más espacio, como Argentina, parecen desconocer estas razones, y optan por senderos polifuncionales.

Además, ante la tesitura de optar por un sendero de tránsito múltiple, y la no existencia del sendero (es decir, la prohibición del tránsito), debería optarse por la segunda. Sobre todo en lugares donde el primero objetivo debería ser la conservación de la naturaleza, como son las reservas naturales por las que suelen discurrir estas sendas.

Esperemos con estas líneas hacer recapacitar, en la medida de lo posible, a las administraciones públicas para que apuesten por caminos más respetuosos con el medio ambiente y la seguridad de los que lo recorren. Y al mismo tiempo concienciarnos a todo para respetar todo lo posible a aquellos que nos crucemos al aire libre.

Esquí y medio ambiente: como cuidar la ecología esquiando

Si bien la práctica de esquí tiene más o menos impacto ambiental dependiendo de la modalidad que se practique, hay ciertas acciones básicas que pueden contribuir a que la actividad sea amigable con el medio ambiente. Aquí citamos algunos.

  • Desechos y desperdicios. Tirar la basura en los lugares habilitados para tal fin (papeleras, tachos, etc.). No tirar o arrojar al suelo colillas de cigarrillo, guardarlas y después tirarlas en el lugar apropiado. Si ve algún desperdicio tirado, levántelo.
  • Sendas y fuera de pista. Si no es necesario no cree nuevas sendas ni abuse de los trayectos por fuera de pista. El daño ecológico se magnifica si se destruye el poco entorno natural que rodea las pistas de esquí.
  • Medios de transporte. Lo mejor es usar los transportes colectivos o públicos, y si se viaja en coche, compartirlo no viajar solo. Así contribuiremos a disminuir la contaminación.

Recomendaciones para el cuidado del medio ambiente en salidas en bicicleta

Recomendaciones para minimizar el impacto en el medio ambiente y la ecología del uso de la bicicleta de montaña, bicicleta todo terreno o mountainbike.

Andar en bicicleta es más impactante para el medio ambiente que caminar, aunque menos que usar un vehículo a motor. Hay ciertas recomendaciones que pueden ayudar, si las cumplimos, a reducir ese impacto ecológico y disfrutar pedaleando de forma respetuosa con el medio natural que visitamos.

Nunca debería irse campo a través en bicicleta si puede evitarse.

La bicicleta de montaña o mountainbike es la gran estrella del ciclismo recreativo o de ocio, y también del cicloturismo actual. Pero el hecho de que pueda transitar con ella por sendas antes sólo reservadas para los practicantes del trekking y montañistas, hace que las bicicletas, con su actual popularidad como medio de movilidad al aire libre, pasen a tener un impacto ecológico, principalmente en lo que a la erosión del suelo se refiere.

Antes (cuando rodaban principalmente por calles de ciudad) el ciclismo no sólo no tenía impacto a nivel ecológico (de erosión), sino que evitaban la emisión de gases de efecto invernadero y de más contaminación, al cambiar el auto por un medio que no genera contaminación. Así, la bicicleta como medio de transporte alternativo es una de las mejores elecciones que puede tomar el ciudadano. Pero la usar la bicicleta en el medio natural es otra cosa.

Por eso, lo principal es "seguir la senda o caminos marcados" siempre que sea posible, "transitando en fila india". Esto implica no tomar atajos por vagancia o comodidad.

También conviene transitar a velocidades reducidas. Porque a mayor velocidad, mayor será la erosión que causen las ruedas de las bicicletas.

Por la misma razón NUNCA es recomendable DERRAPAR o COLEAR con la bicicleta (es decir, frenar bloqueando una o ambas ruedas, y perder velocidad dejando que se arrastre por el terreno). Hacer esto tiene un terrible impacto erosivo sobre el suelo, y además desgasta las cubiertas y es una actividad riesgosa que puede terminar en caídas, atropello de personas u otros ciclistas.

Además, las frenadas bruscas contaminan también con el ruido que provocan. Es decir, son una fuente de contaminación acústica o sonora; y al mismo tiempo generan contaminación atmosférica a levantar polvo que aspiraremos nosotros y nuestros compañeros de ruta. Por si esto fuera poco, hay que sumarle la imagen que da a cualquier persona que viene a disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza o de un camino de montaña, el cruzarse con unos "bándalos" que vienen a toda velocidad, y que cuando ya parece que van a atropellarlo, frenan a último momento haciendo ruido y levantando polvo.

Toda esta contaminación (sonora, acústica) e impacto (erosiva) no sólo afecta a las personas y a la flora (los vegetales se ven erosionados a nuestro paso) sino que también puede afectar a la fauna de la zona. Algunos animales son atropellados, o se asustan por el ruido anormal, migrando de forma forzada, con todos los problemas que esto causa a nivel natural.

Polución o contaminación atmosférica: peligros y medidas para combatirla

La polución o contaminación atmosférica es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, y aunque bastante normal en la mayoría de las grandes ciudades, es a la vez poco combatido por muchos gobiernos e ignorado por la mayoría de la gente. Pero los peligros para la salud que representa y la necesidad de evitarla hacen necesario difundir lo que hay que saber y lo que podemos hacer para luchar contra la contaminación.


La contaminación es perjudicial para la salud sobre todo porque contiene partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, c02 y ozono troposférico. Está demostrado que la exposición crónica a estos agentes químicos aumenta el riesgo de problemas cardiovaculares (que desembocan en infartos, anginas de pecho, etc.) y cáncer de pulmón, entre otras dolencias y enfermedades, como las que EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

Es evidente, además, los perjuicios medioambientales de la contaminación, ya que muchos de los gases emitidos son GEI (gases de efecto invernadero), y por lo tanto contribuyen al cambio climático y el calentamiento global. A esto hay que sumarle el perjuicio que existe para la fauna y la flora afectada también en su propia salud. Es decir, la "salud" de la naturaleza, al igual que la humana, también se ve directamente perjudicada.

Las causas de la contaminación del aire (sobre todo en las grandes ciudades) son, en general, las siguientes:

  • La emisión de gases contaminantes por parte de los vehículos a motor.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de la industria.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de las plantas generadoras de energía eléctrica no renovables.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de los aparatos de calefacción (calderas de carbón, calefactores de gas, etc.).


Al mismo tiempo, la acumulación puntual de contaminación puede empeorar debido a circunstancias orográficas y/o climáticas.

Así, por cuestiones orográficas, en ciertas ciudades, a igual cantidad de contaminación generada que en otras, la polución resultante (partículas en suspensión y gases que se acumulan en su atmósfera) es mayor debido a que su ubicación, desnivel, etc., impide que los vientos la limpien regularmente como les sucede a otras (caso de México D.F., por ejemplo).

La meteorología puede, en otros casos, causar un efecto similar o agravarlo: así vemos que cuando existen zona de alta presión en la atmósfera (anticiclones) sobre ciertas ciudades que generan mucha contaminación, esta se acumula más de lo normal (ya que la alta presión impide que escape hacia arriba), siendo esta situación también crónica en regiones con determinado clima (caso de las grandes ciudades españolas, con sus típicos anticiclones invernales).
 

La emisión de gases contaminantes por parte de los vehículos a motor


Aunque ya existen tecnologías que generan muy pocas emisiones de gases contaminantes, no son en general tan baratas como las tecnologías ya instauradas más sucias. Así, se siguen fabricando, comprando y usando automóviles y vehículos automotores que contaminan en gran medida. Su concentración en las grandes ciudades hace que estas sean los lugares más contaminados, y que las medidas contra el uso de estos vehículos tengan que tomarse en dichas metrópolis, como ya se hace en muchos casos. La contaminación es incluso en muchos casos invisible e inodora para el ser humano, como ocurre con el ozono troposférico, afectando a los que hacen ejercicio al aire libre, en los espacios verdes de las grandes urbes.

Si una mejora del poder adquisitivo de la gente no se equilibra con la exigencia legal de fabricar coches menos contaminantes, y mientras los grandes vehículos se sigan viendo como imprescindibles, una señal de estatus, etc., el resultado es una mayor contaminación.

Así, en lo referente al uso de vehículos, se pueden tomar varias medidas individuales, desde las más obvias y radicales, a las menos, entre las que podemos mencionar:

  • - No comprar un vehículo a combustión si realmente no es necesario. Si es posible, son preferibles los vehículos eléctricos o que se muevan utilizando otras fuentes de energía menos contaminantes.
  • - Nuestros propias piernas son el vehículo de transporte individual más eficiente y ecológico de la historia, seguido de la bicicleta, los veleros y los caballos. Dependiendo de las circunstancias, hay que usarlos en ese orden y todo lo posible, ya que además redundará en nuestra buena salud gracias al ejercicio físico.
  • - Si se tiene automóvil, no usarlo para trayectos cortos que se pueden hacer a pie o en bicicleta, es una medida complementaria a la anterior.
  • - Si se puede elegir, mejor viajar en un medio de transporte público que en uno privado. Si se viaja en un medio de transporte privado, que este vaya lleno de pasajeros, maximizando su uso (ahorro de combustible además de menor contaminación).
  • - Es mejor usar el tranvía, tren y/o el metro (subterráneo) que los autobuses. A su vez, es mejor usar los autobuses que los coches. Lo mejor, no usar ninguno.
  • - Exigir que se aprueben normativas y leyes que limiten el máximo que puede contaminar un vehículo, promuevan los vehículos no contaminantes, prohíban el uso de vehículos en las ciudades más contaminadas y en los momentos de mayor contaminación, fomenten el uso de las propias piernas y la bicicleta generando espacios para ello (carrilbici, bicisendas, caminos y calles peatonales, etc.) o educando en las escuela y concienciando a adultos. 
  • - Si se usa el coche, practicar una conducción ecológica, lo cual merece un capítulo aparte con varias recomendaciones que luego tienen que ser aplicadas (y practicadas, porque no es un conocimiento que se adquiera solamente en la teoría) en la práctica. Algunos consejos para una conducción más ecológica (y por lo tanto más económica) son:
  • mantener bajas las revoluciones del motor y conducir con una marcha o cambio "largo" en la medida de lo posible.
  • apagar el motor si se está detenido por más de un minuto, incluso en los semáforos en rojo, embotellamientos o atascos. Actualmente los vehículos más modernos apagan el motor de forma automática en estos casos, por lo cual entonces no deberemos preocuparnos.
  • no acelerar cuando nuestro vehículo tiene inercia suficiente para moverse, hay que aprovechar ese impulso (por ejemplo, en bajadas, cuando estamos por frenar con tiempo suficiente, etc.).
  • utilizar el "freno motor", es decir, la reducción de cambios o marchas para frenar, en la medida de lo posible.

Las emisiones contaminantes por parte de la industria

Como ciudadanos no podemos limitar directamente las emisiones que genera la industria de nuestro país, pero sí podemos hacerlo indirectamente apoyando a grupos ecologistas o políticos que se ocupen de presionar o regular las prácticas industriales antiecológicas. Al mismo tiempo, como consumidores, si nos informamos correctamente podemos dejar de comprar productos de empresas que tengan prácticas contrarias al medio ambiente.

Como industriales o personas de negocios relacionados con la industria (si resulta ser el caso), se puede buscar invertir en energías renovables y no ver al medio ambiente como un costro, sino como una ganancia a mediano y largo plazo para nuestro negocio, nuestra imagen, nuestros clientes y todo el que respira sobre la tierra. 

La emisión de gases contaminantes por parte de las plantas generadoras de energía eléctrica no renovables.

A escala masiva, existe una gran diferencia si la energía eléctrica que utilizan todos los ciudadanos proviene de centrales eléctricas que la generan de forma renovable o no. Si, por ejemplo, la energía se genera en centrales carboneras (hidroeléctricas que general electricidad quemando carbón) la contaminación que se "paga" en función del consumo eléctrico es muy alta. Si, contrariamente, se utiliza energía eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, maremotérmica o cualquier otra fuente de energía renovable, la polución atmosférica directa puede ser cero, y la acumulada durante todo el proceso de vida de estas centrales muy inferior a la de otras fuentes de energía sucia.

Así, un primer punto a destacar sobre las medidas a tomar contra la contaminación es el exigir a los gobernantes el crear leyes que obliguen a las grandes compañías eléctricas a usar energías renovables y limpias. Porque, hay que decirlo también, hay energías que no son limpias porque contaminen la atmósfera, sino porque generan otro tipo de perjuicios ecológicos, como las presas o represas que obligan a inundar regiones o talar bosques, afectando a la fauna o flora, a la temperatura y caudal de los ríos, etc. O como la energía nuclear, que no contamina con polución atmosférica, pero lo hace con algo peor y más persistente: radioactividad.

La emisión de gases contaminantes por parte de los aparatos de calefacción (calderas de carbón, calefactores de gas, etc.).

A varias formas en que, como consumidores de calefacción, podemos reducir las emisiones por nuestra parte:

  • - Utilizando calefacción lo más eficiente y no contaminante posible: eléctrica de bajo consumo o de gas que calienta radiadores de agua, no estufas de aceite o de calderas de carbón que si es el caso deberíamos buscar reemplazarlas por un sistema más eficiente, comunitario o individual. La combustión de leña es una de las fuentes más contaminantes que existen. Hay que tratar de evitarla.
  • - No poner muy alta la calefacción en invierno o muy bajo el aire acondicionado en verano. La temperatura entre 19 y 21 grados centígrados es más que aceptable. Por cada grado que se sube o sea baja (dependiendo el caso), se consume alrededor de un 7% más de electricidad, con el gasto que eso implica a nivel ecológico y económico.
  • - Maximizar el aprovechamiento de la luz del sol y las corrientes de aire para mejorar la temperatura. Por ejemplo, abriendo las persianas y no las ventanas cuando sale el sol en invierno, cerrando las persianas cuando se oculta, para aprovechar su calor. Y a la inversa, en verano cerrándolas para evitar que la casa se caliente durante las horas en las que pega el sol, y/o utilizar toldos, para luego dejar paso a ventanas abiertas para que las corrientes de aire refresquen el ambiente de forma natural y ecológica

El costo de los platos rotos de otros

Si hacemos todo lo posible para no contaminar, directa o indirectamente, pero seguimos respirando aire contaminado en donde vivimos, quizás tengamos que pensar seriamente en mudarnos. Si uno es responsable ecológicamente, no tiene por qué "pagar los platos rotos" por otros: políticos, ciudadanos irresponsables, automotríces, grandes compañías eléctricas e industria en general. Existen muchos lugares donde poder seguir siendo responsables ecológicamente, pero al mismo tiempo disfrutar de una mejor calidad del aire. Estos lugares nunca se encuentran en las grandes urbes, por lo que vivir en una metrópoli y pretender respirar aire tan limpio como en el campo o en la montaña no es realista.

Mantenimiento, cuidado, control y seguimiento de equipo de seguridad personal

Nos centraremos aquí en cómo realizar un mantenimiento, cuidado, control y seguimiento de equipo de seguridad personal (EPI) pensado para proporcionar aseguramiento en actividades en altura o protección en caso de caídas.

Preparando equipo de escalada.

Se trata de material que se usa en actividades recreativas y deportes de diversa índole, ya sea para escalar en todas sus modalidades ("equipo de escalada"), como para practicar montañismo en general, barranquismo, vías ferratas, espeleología, uso de tirolinas o rapel, realizar trabajos en altura u otras muy diversas actividades al aire libre (ya sean recreativas, laborales o de formación) donde se utiliza equipo del cual depende directamente nuestra seguridad individual y/o grupal.

El seguimiento del estado del equipo de seguridad es obligado para reducir las posibilidades de sufrir cualquier accidente o percance. Esto implica llevar un control de este material de seguridad desde el momento mismo de su compra, garantizando así su integridad durante su utilización o detectando cualquier falla de antemano.

El material de seguridad y aseguramiento para trabajos en altura y seguridad ante caídas, puede en principio dividirse en dos grandes grupos, del cuál puede conocerse su definición siguiendo los enlaces siguientes:

  • Material blando

El material blando es equipo basado en materiales textiles, entre los que incluimos a las cuerdas, arneses, anillos de cintas, pies de gato, cordinos o cordines, cintas express, hamacas de pared, guíndolas, etc.

Este tipo de materiales son sensibles al rozamiento y a las condiciones ambientales en general (luz solar, humedad, temperatura, etc.) por lo que su vida útil está limitada a una cierta cantidad de tiempo determinada por el fabricante, tiempo de duración que comienza a contar desde el momento mismo de su producción, aunque se mantenga almacenado en las mejores condiciones posibles y sin usar.

  • Material duro


El material duro es equipo basado en aleaciones metálicas y que pueden incluir partes plásticas resistentes, tales como mosquetones, descensores, aseguradores, piolets, crampones, cascos, frenos, empotradores o fisureros, bloqueadores, poleas, clavos, friends, maillones, piquetas, anclas de nieve, estacas de nieve, anclajes, etc. Hay que hacer una salvedad en esta definición: en algunos casos se considera material "duro" a aquellos que incorporan exclusivamente materiales metálicos. Sin embargo, lo cierto es que muchos incorporan partes plásticas (por ejemplo, el grigri), y muchos fabricantes lo incluyen dentro de esta categoría. La distinción no es solamente académica, sino que influye en lo relativo a una futura fecha de retiro del aparato, ya que los materiales plásticos suelen tener una vida útil limitada en todos los casos, mientras que los materiales metálicos no necesariamente.

Este tipo de equipo no es muy sensible a las condiciones medioambientales en comparación con el material blando, pero sí es más sensible que éste a caídas, golpes y abrasiones, que pueden producirle microfisuras o debilitamiento del material del que están compuesto (normalmente aleaciones de aluminio o plásticos). Por ello su vida útil está estipulada por el fabricante, normalmente, desde el momento en que se empiezan a usar, y no mientras permanezcan almacenados bajo condiciones óptimas y sin utilización alguna (sin estrenar). La vida útil con un uso ocasional y con cuidados apropiados que contenga materiales plásticos, se estima entre 5 y 10 a 12 años, dependiendo del elemento y el fabricante en cuestión (para datos concretos, siempre guiarse por las recomendaciones específicas del fabricante) ; mientras con un uso frecuente y cuidados apropiados, entre 2 y 7 años. La vida útil de un material duro enteramente metálico, puede resultar indeterminada en principio, y sólo se procederá a su retiro en caso de que algo afecte a su integridad.

INDICE

1) - Mantenimiento y cuidado del material de protección personal

A) - Almacenamiento y limpieza del material

B) - Transporte del equipo

C) - Certificaciones, comprobaciones y revisiones

D) - Correcta utilización del equipo


2) - Control y seguimiento del material de protección personal

E) - Garantía, vida útil, sustitución y fecha de retiro

F) - Ficha de seguimiento, mantenimiento y control


1) - Mantenimiento y cuidado del material

A) - Almacenamiento y limpieza del material de protección personal

El material de seguridad, sea blando o duro, siempre debe mantenerse en un entorno higiénico, protegido del barro, polvo, arena, agua, etc., tanto durante su almacenamiento como durante su uso, limitando su limpieza a lo estrictamente recomendado por el fabricante. En general, el material debe almacenarse en un lugar con una temperatura que normalmente se recomienda esté entre -10ºC y 30ºC (puede ser más o menos, evidentemente, este es un dato orientativo), en un lugar seco, sin resultar aplastado por peso alguno y sin recibir luz solar (rayos UV).

A su vez, este tipo de materiales nunca debe entrar en contacto con productos químicos, de limpieza o de cualquier otro tipo, como pueden ser disolventes, cáusticos o ácidos (ácidos de baterías, agua para soldar, productos de limpieza, etc.) o vapores de ácidos, hipoclorito sódico (agua lavandina, cloro, lejía, agua de Javel, agua Jane o blanqueador), aceites (salvo autorizados para lubricar zonas concretas del producto), líquido anticongelante, alcohol o combustibles (gasolina, gasoil, etc.).

También debe protegerse al material de la cercanía del fuego y de las chispas. En caso de entrar en contacto con agua salada, agua de mar o el ambiente marino, el equipo debe enjuagarse (NUNCA usar agua a presión ni productos químicos no autorizados), secarse a la sombra (NUNCA al sol o al calor del fuego) y (si procede) lubricarse lo antes posible. En cualquier caso, nunca almacenarse un material sucio, sin limpieza o dejándolo secar sin más tras haberse mojado con agua salada (ya que la sal es un elemento corrosivo).

La limpieza, salvo que se especifique lo contrario, se hará a mano con agua tibia (30ºC), sin productos químicos (material blando: sin suavizantes) o, en su defecto, usando jabón neutro (siempre según recomendaciones del fabricante). Siempre se realizará un enjuague o aclarado con agua sola, hasta que no quede ningún rastro de jabón. El secado se realizará a temperatura ambiente (máx. 30ºC) y a la sombra (NUNCA en calefacción, secadora, al sol o al fuego). Si se trata de material metálico que incluya articulaciones o goznes, estos normalmente deberán ser lubricados, con un aceite aprobado para este fin según el fabricante (normalmente, aceites sin ácido y a base de teflón o silicona), después de la limpieza.

B) - Transporte del equipo

El transporte deberá realizarse en circunstancias lo más parecidas posibles a las descriptas para su almacenamiento (evitando productos químicos, posibles daños mecánicos, radiación UV, suciedad, etc.) para lo cual se usarán recipientes rígidos, semi-rígidos o bolsas protectoras, según convenga.


2) - Control y seguimiento del material de protección personal

E) - Garantía, vida útil, sustitución y fecha de retiro

Al mismo tiempo, todo material de seguridad de una marca seria y certificada cuenta con garantía, normalmente de entre 1 y 3 años, contando desde el momento de la compra. La garantía cubre los defectos de fabrica o que no dependan del gasto normal por un uso común, o los defectos ocasionados por un uso imprudente o para el que no fue previsto el equipo o aparato en cuestión. Igualmente, e independientemente de la vigencia de la garantía, los fabricantes muchas veces descubren ciertas anomalías en los productos, incluso con bastante posterioridad a su fabricación y distribución, y en esos casos lo informan a sus clientes, pidiendo (según el caso) la retirada o cambio voluntario o forzoso del material, por tratarse de equipo que compromete la seguridad de las personas.

Por otra parte, como ya mencionamos, existe una fecha límite de uso estipulada por el fabricante por motivos de seguridad en algunos casos, y en otros esta fecha no existe (su vida útil es ilimitada). Si bien esta fecha, de existir, es orientativa, porque depende de la utilización que se le de al material (asiduidad e intensidad de uso, condiciones de exigencia, incidencias sufridas, etc.) se recomienda hacer caso a la fecha de retiro si la hay ("vencimiento" o "caducidad"). Es conveniente nunca sobrepasarla, si bien a veces el material en cuestión debe ser descartado antes de esa fecha por haber sufrido algún incidente grave, como por ejemplo: caídas reiteras, desgaste, abrasión, decoloración (material blando), fisuras, corrosión, exposición a un medio o producto agresivo (productos químicos), utilización intensa, deformaciones, golpes (caídas, etc.), fracturas, cortes o roturas (aristas cortantes, etc.), exposición a ambientes marinos, exposición a temperaturas extremas, uso más allá de sus límites resistencia, etc. En particular, se recomienda RETIRAR el producto en caso de que:

- Se encuentra un defecto o durante la revisión dudamos de su integridad: desgaste de fibras, hilos sueltos o bordes o costuras dañadas.
- Entran en contacto con sustancias químicas.
- Haya sufrido o soportado una caída o esfuerzo importante (factor de caída mayor a 1).
- No se conoce su historial de uso completo (como ya mencionamos, NUNCA SEGUNDA MANO).
- La normativa o recomendaciones técnicas actuales lo consideran obsoleto, ya que hay materiales que ofrecen mejores garantías de seguridad cumpliendo la misma función, o una mejor complementación con otros equipos de seguridad con los que interactúa, y por lo tanto una mejora de la seguridad general.


Cómo almacenar tu bolsa de dormir (saco de dormir)

Si vas a dejar de usar una saco o una bolsa de dormir por un tiempo prolongado, lo mejor es guardarla fuera de su funda compresora o bolsa de transporte, por ejemplo, en una bolsa de arpillera donde quepa doblada, a la mitad de su tamaño real, y que podés guardar debajo de una cama, o en un armario, por ejemplo.

Para que después pueda dormir tranquilo...

De esta forma el relleno de la bolsa o saco de dormir se verá menos perjudicado, ya que no se "apelmazará", cosa que ocurriría si lo dejaras comprimido durante todo el tiempo en que no está "en activo" en un camping o en la montaña.