Lo guiamos a lugares vírgenes e inexplorados de la Comarca Andina de la Patagonia argentina/chilena. Zonas de montaña que forman parte de la Cordillera de los Andes, con el clima severo que caracteriza a la Patagonia Andina, incluso en verano.
Uno de los paisajes capturados en una salida a una zona muy poco explorada de la Patagonia.
Si bien existen montañas y valles que son visitados periódicamente, hay muchos otros -a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte del territorio europeo o borteamericano- que son visitados raramente o que -incluso- nunca han sido visitados en absoluto.
Esto no se debe a que sea técnicamente difícil de acceder a estos sitios. Sino a que requiere muchos días y, por lo tanto, el llevar peso extra en comida y equipamiento, algo que pocos están dispuestos a hacer. Sin embargo, nosotros, con espíritu aventurero y explorador, hechos recorrido muchos de esos lugares, poniendo incluso nombres a montañas hasta ese momento innominadas.
Bosques nativos ancestrales, lagos, arroyos y glaciares raramente observador y que se mantienen vivos y evolucionando hace cientos de años. Todavía hay lugares así en nuestro planeta...quedan muy pocos, pero uno de ellos está aquí, en la Comarca Andina del Paralelo 42, cerca de los pueblos de Epuyén, El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Cholila y El Maitén.
Así que lo invitamos, si quiere que lo guiemos a vivir unas vacaciones o una salida a lugares realmente desconectados totalmente de la civilización, y donde probablemente no se cruce con nadie más que los integrantes del grupo que realice dicha expedición. Una experiencia única en tierras patagónicas que le acercamos desde Epuyenaventura.com
Refugios de montaña de El Bolsón y la Comarca Andina del Paralelo 42: ubicación, servicios, recorridos, historia, acceso y cómo llegar, distancias y tiempos a pie, contacto. Guías locales de la Patagonia Andina: El Bolsón (y paraje Mallín Ahogado) en la provincia de Río Negro; Epuyén, Lago Puelo, El Hoyo (paraje Golondrinas) y Cholila en la provincia de Chubut.
Uno de los tantos refugios que corresponden a El Bolsón,
Comarca Andina del Paralelo 42, Patagonia Andina Argentina.
Listado de refugios de la Comarca Andina del Paralelo 42
Listaremos aquí los refugios en orden de antigüedad, de los más
antiguos a los de construcción más reciente. Detallaremos la ubicación y
como llegar a cada refugio, año de construcción, servicios, forma de
contacto con los refugieros o encargados y un poco de historia sobre
cada uno.
También contaremos los puntos naturales más
destacados a los que se puede acceder desde cada refugio, incluyendo las
ascensiones a las montañas de la zona y los tiempos estimados para
subir en verano (que van variar, obviamente, dependiendo de cada
montañista, senderista o grupo y si hay nieve), tiempos que no incluyen
las paradas de descanso.
Tenga en cuenta que en
general, salvo que se indique lo contrario, los refugios no aceptan
reserva por anticipado, alojando a los montañistas, dependiendo de la
disponibilidad, por orden de llegada.
Entendemos "refugio de montaña", por un lugar para poder pernoctar, cocinar y/o comer bajo cierto resguardo, incluyendo muchas veces la posibilidad de acampar en sus alrededores, y atendido por uno refugiero o cuidador (como mínimo) que, desde que se perdió el espíritu tradicional montañero de la zona, cobra por prestar dicho servicio de forma similar a lo que ocurre con otro tipo de alojamientos y/o casa de comida.
Desde el punto de vista económico, en esta zona de la Patagonia, un refugio de montaña puede constituir una concesión para la explotación de dichas instalaciones a una o más personas que la usufructan. También puede ser atendido por sus dueños o constructores originales o que, dependiendo el caso, se hayan abocado posteriormente a su reconstrucción después de algún accidente, etc. (incendio forestal, avalancha, vandalismo, abandono). El dueño del campo o terreno, que generalmente es un privado, puede haber permitido la construcción del refugio o haberlo construido el mismo. En caso de ser terrenos fiscales, los refugios más antiguos pertenecen el primer Club Andino de la zona, ya sea por derecho, por herencia o de facto por cuestiones políticas (de poder y dinero, digitadas desde la administración) y/o a clubes andinos creados con posterioridad y por las mismas razones.
Cartel indicador hacia distintos refugios de montaña de La Comarca Andina.
Por tanto, no haremos referencia en este artículo a los refugios que en la región se conocen como "puestos de paisanos". Es decir, construcciones, más o menos mediocres, que pueden dar albergue ocasional ante las inclemencias del tiempo, usadas por paisanos a caballo mientras arrean a su ganado por la montaña que ocupan, en terrenos en los que no viven, pero que utilizan precisamente para la ganadería extensiva. Estos refugios suelen estar abiertos y, si bien no necesariamente sus constructores o usuarios los hacen públicos de buena gana, lo son de hecho, y se utilizan sobre todo por montañistas conocedores de la zona y ocasionales que los encuentran como camino de paso y descanso obligado en algunas de las ascensiones a las montañas de la Comarca. A diferencia de los refugios de montaña que listaremos acá, estos no cuentan normalmente con ningún tipo de servicio y atención, de lo contrario estarían por lo menos en fase de convertirse en un verdadero refugio o camping, cosa que ha pasado en más de una oportunidad.
Por último, tampoco mencionaremos los refugios entendidos como refugios de supervivencia, normalmente a base de pircas o paredes de piedra de mayor o menor elaboración, y raramente con un techo, que fueron creados ocasional o intencionalmente en la región por montañas y exploradores como los miembros del Gea desde la década del ´90 en adelante, cuando la mayoría de los refugios que aquí mencionaremos ni siquiera existían y, por tanto, había que arreglárselas más por uno mismo si se quería disfrutar de la montaña andina profunda con cierta seguridad, en lo que podríamos denominar montañismo de exploración o supervivencia.
Características generales de los refugios de la Comarca
Los refugio de la Comarca están pensados en casi todos los casos para proveer un lugar de alojamiento y comida a aquellos que realizan senderismo, trekking o montañismo. Es decir, se encuentran en el paso obligado de sendas principales que suelen estar en las cercanías de montañas emblemáticas de la región y/o de parajes de particular belleza natural, atravesados por ríos y en las inmediaciones de miradores que permiten tener espectaculares y hermosas vistas de distintos lugares que muchas veces conservan muestras de la naturaleza en su estado nativo, virgen y original. Esto implica que estos refugios, salvo excepciones, no están pensados para que pueda accederse a ellos de otra forma que caminando, si bien es posible (en caso de emergencia) llegar hasta ellos al menos a caballo, y a veces en 4x4 o cuatricilo, las características protegidas de la región lo prohíben en la mayoría de los casos, si bien un ordenamiento legal homogéneo de estos aspectos y su puesta en práctica regulada y controlada brilla por su ausencia. En cualquier caso, por cuestiones logísticas [1] o ecológica [2], se desaconseja acceder a estos refugios de otra forma que a pie, si bien algunos lo hacen en mountainbike o bicicleta de montaña o a caballo (por supuesto, es la norma esto último para los paisanos), no están las sendas preparadas para ello en todos los casos (anchura del camino, altura de las ramas, etc.); en particular no lo recomendamos para las bicicletas, salvo a conocedores de la zona, con la debidas precauciones personales y para con terceros.
Si bien desde un principio, por ausencia de la figura del guía profesional de montaña, en los primeros y más rústicos tiempos de "civilización" de la región, se ha constituido una cierta cultura del "autoguiado", lo cierto es que quizás por esta razón, cada año (sobre todo en temporada) las búsquedas y rescates se multiplican exponencialmente y de forma paralela al incremento de turistas. Lamentablemente, muchas veces se lamentan accidentes fatales. Todo ello, en mi opinión, podría minimizarse si empezamos a entender la necesidad y beneficio de contratar a un guía de montaña (preferentemente local) tanto para trekking como (sobre todo) para ascensiones, cosa que recomendamos encarecidamente. Esto es así ya que las sendas principales y más usadas que llegan hasta los refugios suelen estar bien marcadas (aunque no siempre) pero si se quiere ir más allá, incluyendo la ascensión a los picos o cumbres de la región, lo normal es que no haya ni senda ni marca alguna, y si bien el sentido común diría que alguien sin experiencia en montañismo desistiría de tales aventuras que exigen, como poco, conocimiento y habilidades de montaña (sea técnico o de otra índole), lo cierto es que muchos sobrestiman sus capacidades, ya sea por temeridad o inconsciencia.
Como resulta evidente para cualquiera que conozca Argentina y, en particular, la Patagonia, a estos refugios no llega la red de energía eléctrica u otros servicios convencionales disponibles en las ciudades (agua corriente, gas natural de red, teléfono, etc.) por lo que los mismos suelen estar calefaccionados a leña y, de poseer iluminación, abastecida por energía solar o un generador a combustible (por suerte, esta opción es la menos común actualmente) y utilizan el agua que pueden obtener de los arroyos de la zona para los baños (de haberla y de haberlos).
Por la misma causa, en la región no hay señal de celular en prácticamente ningún refugio, y menos dentro del bosque o en los picos, por lo que el handy o radio es la única forma de comunicación.
Una razón más para contar con un guía, ya que es raro que una persona que no se dedica a transitar por la montaña o actividades similares (piloto de avión, rescatista, radioaficionado, etc.) posea una radio o handy VHF, pero un guía que se precie debería llevar uno. Los walkie talkies, que a veces poseen los montañistas aficionados para comunicarse entre sí, si bien son un muy útil complemento de seguridad dentro de un grupo de montaña, raramente sirven para comunicarse siquiera con los refugios, principalmente por su alcance, pero también por sus características limitadas. Pese a que operan en una banda muchas veces compatible con los equipos VHF bibanda (UHF) que suelen usarse en los refugios, lo cierto es que no pueden "empatarse" con estos (ponerse en la misma frecuencia) y mucho menos podría hacerlo un aficionado sin mayores conocimientos en materia de comunicaciones radiales. [3]
Cartel indicador en una bifurcación de caminos hacia diferentes refugios.
Los refugieros actúan como rescatistas o puntos de enlace para organizar búsquedas y rescates, sobre todo en temporada, ya que son los primeros que suelen recibir la alerta y/o se encuentran más cerca del lugar a realizar el operativo de salvamento. En general, debido a estas circunstancias, los refugieros suelen estar formados, aunque sea someramente, en primeros auxilios, y cuentan a su vez con un handy o radio VHF para comunicarse.
Los refugios (salvo excepciones) no se encuentran habilitados en pleno invierno y en gran parte de la temporada baja (la alta es en verano). En esos casos pueden estar incluso cerrados. Los caminos, como es sabido, pueden no ser igualmente transitables o siquiera visibles con nieve, lo mismo se aplica a las marcas o señales, que muchas veces no fueron pensadas más que para guiarse en temporada estival (es decir, quedan sepultadas por la nieve en temporada invernal).
Todos los ascensos a montañas de la región que se listan como posibles recorridos desde los refugios implican TENER CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA en montañismo. Y, en particular, en montañismo en regiones SIN COVERTURA DE COMUNICACIONES NI EQUIPOS DE RESCATE disponibles en tiempo y forma, en comparación con un país europeo o regiones de montaña más populares (Aconcagua, por ejemplo). Por tanto, NO SUBA SI NO CONOCE, NO ES UN SIMPLE PASEO. Pregunte siempre al refugiero o hágase guiar por un guía de montaña local (para más datos, contáctenos aquí si necesita un guía o al +54 9 294 4626094).
Recuerde prevenir, y aprovechando que iniciará sus salidas desde y volverá a un refugio por seguridad AVISE SIEMPRE antes al refugiero hacia donde piensa ir y cuándo piensa volver.
Recuerde siempre llevar bolsa o saco de dormir (los refugios no cuentan normalmente con ropa de cama), buen calzado (caminar por un sendero no es como hacerlo por la calle), ropa de abrigo, aunque haga calor (no se olvide que está en la Patagonia, aquí el tiempo está "loco", puede nevar en verano) y una buena mochila para transportar todo esto. Para más recomendaciones sobre seguridad en salidas al aire libre puede leer lea este artículo y para recomendaciones sobre el cuidado del medio ambiente (muy sensible en la región) le recomendamos este artículo.
Notas: [1] Lo normal es que no se preste el servicio de cabalgata hacia los refugios y los mismos no están igualmente preparados para atender debidamente a los caballos (no poseen corral, etc.) [2] Desde el punto de vista ecológico, causa un menor impacto en el terreno trasladarse a pie que en bicicleta, en bicicleta que a caballo, y a caballo que en cuatriciclos, y en cuatriciclos que en vehículos automotores de mayor porte. Esto en senderos que transitan bosques patagónicos como los de esta región.
[3] Sin embargo, sí podría ocurrir a la inversa: configurar un Handy bibanda para que quede "empatado" con un walkie, algo que un refugiero o los servicios de rescate podrían hacer si supieran que los perdidos poseen un walkie y la frecuencia en que lo llevaban. No obstante, este tema excede la temática de este artículo.
Muchos creen que solo deben contratar un Guía para aquellos recorridos que no conocen y se pueden perder. O sea, aquellas salidas donde no se puede realizar un “auto-guiado”. Sin embargo, hay muchas más razones para contratar un guía, sobre todo un Guía de Montaña o Guía de Trekking.
Un Guía de Montaña no solo es necesario si uno desconoce el camino y no puede “auto-guiarse”, sino que, por su conocimiento turístico particular y local -no solo técnico y de la geografía, sino de la flora y la fauna, por ejemplo- podrá proporcionarles una experiencia más profunda y rica de lo que están viendo o percibiendo con sus sentidos: a través de los ojos de alguien más experimentado podrán notar detalles de la naturaleza que desde la profesión de guía al aire libre se busca recalcar.
Algunas de estas experiencias de valor agregado que un guía sumará a tu recorrido por la Comarca Andina son:
- Los nombres y propiedades de las plantas y flores, su utilidad, si son nativas o foráneas.
- Poder observar a los animales en su elemento, desde los insectos y pájaros a otros que pasan desapercibidos.
- Visitar aquellos lugares en los momentos de mayor tranquilidad y mejores condiciones meteorológicas.
- Saber qué y cómo llevar las cosas en la mochila, la ropa y otros elementos, para pasar una jornada lo más amena posible, sin sufrir por llevar peso de más.
- Conocer de antemano cuáles son los mejores lugares para parar a pernoctar o acampar.
- Por último, y no menos importante, poder tener en cuenta todas las consideraciones relativas a la seguridad personal, como puede ser el conocer cuándo y cuánta comida y agua hay que llevar, el contar con un botiquín de primeros auxilios (y, por supuesto, una personas formada que sabe usarlo) y con una radio VHF para comunicarse en caso de emergencia (doblemente útil en lugares como estos, donde no hay señal de celular o teléfono móvil), realizar los registros correspondientes, o salir y volver con la luz de día.
Por eso, no lo dude nunca: contratar un Guía para salidas al aire libre en El Bolsón y sus alrededores es un verdadero “plus”, una inversión que va más allá de que usted considere que el camino es “fácil” o “difícil”. En una salida de trekking, el que camina, en definitiva, es siempre el dueño de sus propias piernas, y el guía no va a poder hacer que estas funcionen mejor...pero le proporcionará otra información y cuidados que harán su salida más amena.
No dude en contactarnos si desea hacer un trekking o salida de montaña en El Bolsón, Lago Puelo, Epuyén o sus alrededores. Contactanos en instagram o facebook , o también al +54 9 0294 4626094. - info@epuyenaventura.com
En el video que acompaña este artículo se realizar caso real de cruce de río, con el análisis previo buscando un punto idóneo para cruzar.
Video tutorial sobre un caso real de vadeo o cruce de río en la Patagonia.
En el video primero se ve una zona donde claramente no debemos cruzar. Porque el caudal se angosta totalmente, el color del agua demuestra una profundidad mayor. Las crestas muestran una mayor profundidad del agua.
Luego se ve otra zona del río donde el agua ya fluye más lenta. Hay piedras que sobresalen. Hay una orilla un poco más plana, menos escarpada para salir. Es una zona más apta que la primera que se ve en el video. Sin embargo, en el centro unas crestas indican evidentemente piedras a una altura y cierta profundidad del agua. El color del agua también nos indica cierta mayor profundidad. Pero es una zona más apta para cruzar que la primer analizada.
En el video se aclaran detalles "tontos", pero que no dejan de ser importantes, como el tener todos los bolsillos cerrados con las cosas que tengamos. Porque cualquier cosas que se nos caiga no la vamos a recuperar nunca. O que en terrenos con arcilla, arcillosos, son particularmente patinosos.
Al hacer el vadeo real se aprecia que la fuerza del agua es mucha, ya me supera la altura de las rodillas en algunos tramos, algo que hay que tratar de evitar.
El lugar, la otra orilla a la que se llega no es el ideal, pero por lo menos no hay una gran profundidad. Para buscar una orilla mejor habría que que remontar, pero sería muy complicado. Además, en el ejemplo la fuerza de la corriente es considerable porque es una curva de cierto ángulo.
Lo anterior infringe algunas normas que remarcamos en videos anteriores, pero a veces la realidad no es tan perfecta: el lugar de vadeo ideal no existe del todo. Pero bueno, como sea, en el video se demuestra básicamente cómo cruzar en un río con agua realmente, congelada. Y cuanto más largo sea el cruce, más problemático que el agua esté fría. Sin embargo, se pudo vadear el río y volverlo a vadear de vuelta.
Abajo les dejamos más videos sobre cruce o vadeo de rios con más recomendaciones o "tips" que pueden serles de utilidad.
¿Querés que te guiemos o organicemos salidas de supervivencia? Contacanos en instagram o facebook , o también al +54 9 0294 4626094.
A veces el poder calorífico de la llama de nuestros calentadores de
camping (también conocidos como anafes, hornillos, cocinillas o camping
gas) nos puede parecer insuficiente, tanto para su uso en cocina al aire
libre como para calentarnos ante el frío. Aquí algunos consejos para
poder sacar el mayor rendimiento calórico a nuestra cocina de camping.
Tutorial en video que muestra algunas de las normas básicas
de seguridad para el uso de anafes calentadores de camping.
INDICE
¿Qué factores influyen en el poder calórico de nuestro hornillo?
Malfuncionamiento de nuestro hornillo de camping
Eligiendo el recipiente adecuado y consejos de cocina eficiente
¿Qué factores influyen en el poder calórico de nuestro hornillo?
El poder térmico de nuestro camping gas dependerá tanto del medio
en el que lo utilicemos como de la cantidad, calidad, presión y
temperatura del combustible que usemos y/o de la buena combustión que
esté teniendo el mismo. Por tanto, que emita más o menos calor dependerá
de:
- La temperatura ambiente.
- La temperatura del combustible.
- El volumen de gas que quede en la garrafa, botella, cartucho, etc.
- La menor presión de la botella de combustible líquido.
- La presencia, fuerza y temperatura del viento.
- Si tiene una buena (llama amarilla y vacilante) o mala combustión (llama azul y estable).
Algunas de estas variables podemos modificarlas, otras no. Analicemos lo que podemos hacer en cada caso:
El volumen de gas disminuirá hasta llegar a agotar la botella,
garrafa o cartucho y, por tanto, con él disminuirá progresivamente el
poder térmico. Esto no puede evitarse si no tenemos un repuesto con más
carga de gas o podemos recargar nuestra garrafa o bombona.
En caso de tratarse de una cocina que funciona con combustible
líquido, cuya botella incluya una bomba, el bombeo manual mejorará la
presión que necesitemos, independientemente de la cantidad de
combustible que quede en la botella. Este bombeo puede ser insuficiente
si hay poco combustible o estamos a muchas altura relativa respecto del
nivel del mar (montaña). Esta última es una de las razones por las que
este tipo de hornillos con combustible líquido y bomba se prefieren para
usar en alpinismo o montañismo en altura, donde la presión ambiental es
inferior, pero la presión interior de la botella puede incrementarse a
voluntad con el bombeo, de ser necesario.
El viento, que trae aparejada una llama vacilante y la dispersión
del calor generado si incide sobre nuestro camping gas, puede evitarse
buscando lugares reparados o usando protectores ("windscreen") y el
calor redirigirse y concentrarse con parapetos reflectores
("heatreflector""), ya sea accesorios oficiales proveídos por la marca
de nuestro hornillo, o improvisados por nosotros (por ejemplo, una pared
de troncos que refleje el calor hacia donde estamos sentados).
La temperatura inicial de nuestro recipiente de combustible puede
mejorarse si lo guardamos entre nuestras ropas (dándole calor
corporal), o incluso con nuestras manos antes de conectarlo para su uso.
En el caso de tratarse de una botella de combustible líquido, esta
puede también entibiarse si la sumergimos previamente en agua caliente
alrededor de 2,5 centímetros durante un rato (siempre de acuerdo con lo
que sugiere el fabricante). Aunque, siendo realistas, hay que decir que
raramente tendremos disponible agua caliente para esto durante
actividades al aire libre, salvo que estemos cerca de una terma o géiser
;-).
Malfuncionamiento de nuestro hornillo de camping
Puede que nuestro aparato no esté
funcionando del todo bien y, entonces, caliente menos de lo que
debiera. Esto, en general, se debe a algunas de las siguientes
cuestiones:
- El aparato está frío porque no
fue precalentado el tiempo suficiente. En este caso, el hornillo
presentará llama amarilla y titilante. Ver el procedimiento que explicamos aquí.
- La botella de combustible líquido tiene presión insuficiente
(poco combustible, mucho frío, mucha altitud). Incrementar la presión
por bombeo, si nuestro modelo de hornillo lo permite.
- El combustible es de mala calidad o viejo. El hornillo presenta llama amarilla y vacilante. Cambiar el combustible.
- La botella de combustible líquido tiene demasiada presión. El
hornillo presenta llama amarilla y vacilante. Disminuir la presión de la
botella.
Un calentador de camping funcionando perfectamente
y se ven las diferentes boquillas para diferentes combustibles.
- Elegimos una boquilla que no corresponde al combustible que usamos
(en hornillos multicombustible). El hornillo presenta llama amarilla y
vacilante. Hay que cambiarla.
- La boquilla, su filtro y/o ranura de boquilla (husillo de la
válvula de regulación) o los filtros de combustible están obstruidos por
residuos u hollín. Hay que chequearlos y limpiarlos según corresponda.
Tutorial en video sobre el uso de un hornillo
a combustible líquido y las boquillas correspondientes a elegir en cada caso.
Eligiendo el recipiente adecuado y consejos de cocina eficiente
Elegir el recipiente adecuado para cocinar, tanto en tamaño como
en material, hará que la tarea de preparar los alimentos sea más
eficiente. Hay que tener en cuenta:
- Elegir el tamaño del recipiente teniendo en cuenta tanto las
personas que van a participar en las comidas, como el hecho de que la
llama no debe sobresalir por los costados (preferentemente, incluso
estando al máximo de capacidad el anafe u hornillo). La llama no debe
llegar al borde ollas, planchas, sartén o el recipiente que usemos, sino
mantenerse dentro de la circunferencia de la base del recipiente que
está sobre la llama, o incluso un 20% menos de la misma. Está probado
que esta es la forma más eficiente de aprovechar la energía de una
hornalla.
- Cocinar, coser los alimentos tapados, de ser posible.
- Usar la menor cantidad de agua posible.
Por otro lado, al cocinar, hay que tener en cuenta, al menos, lo siguientes consejos:
- Cortar los ingredientes lo más chico posible (hará que se cocinen antes).
- Al hervir agua para una comida salada, agregarle desde un principio un puñado de sal (romperá antes el hervor).
- Utilizar el calor residual para la cocción de los alimentos,
apagando el fuego y dejando que la comida siga cocinándose gracias al
calor que acumula y sigue despidiendo el hornillo, aún apagado, y/o
gracias a el calor que mantiene el agua donde estamos cociendo o
hirviendo la comida, etc.
Si bien la práctica de esquí tiene más o menos impacto ambiental dependiendo de la modalidad que se practique, hay ciertas acciones básicas que pueden contribuir a que la actividad sea amigable con el medio ambiente. Aquí citamos algunos.
Desechos y desperdicios. Tirar la basura en los lugares
habilitados para tal fin (papeleras, tachos, etc.). No tirar o arrojar
al suelo colillas de cigarrillo, guardarlas y después tirarlas en el
lugar apropiado. Si ve algún desperdicio tirado, levántelo.
Sendas y fuera de pista.
Si no es necesario no cree nuevas sendas ni abuse de los trayectos por
fuera de pista. El daño ecológico se magnifica si se destruye el poco
entorno natural que rodea las pistas de esquí.
Medios de transporte.
Lo mejor es usar los transportes colectivos o públicos, y si se viaja
en coche, compartirlo no viajar solo. Así contribuiremos a disminuir la
contaminación.
Al margen de las recomendaciones genéricas que todo montañista y
senderista debe conocer para poder transitar en grupo con cierta
seguridad, buen aprovechamiento físico y respeto del medio natural,
deberá saber también como moverse en determinados terrenos
específicos, como son las zonas de rocas o piedras de distintos
tamaños, de bloques, de vegetación densa o de terrenos con desnivel
pronunciado.
En estos casos de
tránsito en terrenos dificultosos, además de que no se debe olvidar
como Guía que el grupo marchará más lento, habrá que considerar y
tener en cuenta varias cuestiones técnicas, ecológicas y de
seguridad tanto a nivel individual como colectivo.
1) - Zonas de
vegetación densa.
2) - Zonas de
grandes rocas o piedras (canchales o bloques).
3) - Zonas de
terreno empinado.
4) - Zonas de
piedras chicas (acarreos o pedreras).
1) - Zonas de
vegetación densa
Lugares de
vegetación densa, achaparrada o espesa como los bosques de lengas o
coíhues de la Araucanía y Patagonia son prácticamente
impenetrables o pueden causar desagradables sorpresas en materia de
seguridad grupal si no se siguen ciertas normas que pensadas para
facilitar su tránsito a pie.
El autor de este texto fotografiado durante la marcha
en una zona de vegetación densa (lengal patagonico andino)
- Los descansos o
las paradas de reagrupamiento deben hacerse en los lugares cómodos,
es decir, de vegetación menos densas. Lo normal es que el Guía que
va primero se vea obligado a hacer paradas frecuentes para evitar
perder de vista al grupo, y lograr reagruparlo cuando sea necesario.
- El grupo debe ir
unido, hasta el punto de no perder de vista al de adelante, pero lo
suficientemente separados como para no recibir golpes con las ramas
del compañero que va adelante.
- Si por lo que
fuera algún miembro del grupo se retrasa porque tiene algún
problema (rotura de ropa, enganche de mochila, pérdida de equipo, se
lastima con la vegetación, etc.) debe avisar inmediatamente a la
persona que lo antecede, y esta comunicárselo al Guía encabeza el
grupo para que detenga la marcha momentáneamente para atender el
problema en cuestión.
2) - Zonas de
grandes rocas o piedras (canchales o bloques)
Los canchales,
peñascales o pedregales, zonas de rocas sueltas o piedras [1] más o
menos grandes (mayores que una pelota de fútbol aproximadamente)
pueden ser un terreno bastante fácil de transitar a pie, siempre y
cuando se sepa como hacerlo. En caso de no conocer y dominar las
técnicas de marcha en este tipo de suelo, una caída puede causar
graves accidentes, por lo que siempre debe tenerse en cuenta:
Marchando al aire libre en zona de grandes piedras y rocas.
- Prestar mucha
atención a la distancia de seguridad entre los miembros del grupo,
que deberá ser mayor a mayor probabilidad de caída de piedras o
derrumbes, y (a su vez y por la misma razón) a mayor inclinación de
la pendiente, tanto si estamos bajando como si estamos subiendo. La
razón: dar tiempo al compañero que nos precede (bajada) o nos
antecede (subida) para esquivar piedras que caigan debido a nuestra
marcha. Hay que avisar de la caída de piedras, sobre todo en las
bajadas, cuando el que nos precede puede no verlas venir.
- Deberemos intentar
pisar en los mismos lugares elegidos por el Guía que va primero, ya
que este los eligió por algo (piedras o rocas más estables), y será
la persona con más experiencia para hacerlo.
- Cruzar rápido y
uno por uno por zonas donde las rocas sean movedizas o haya peligro
de derrumbe, caída de piedras. Por supuesto, estos tramos deben ser
cortos y no presentar mayores problemas, sino deberían evitarse o
rodearse.
3) - Zonas de
terreno empinado
Independientemente
del tipo de suelo que lo recubra (roca, nieve, tierra, vegetación,
etc.), los terreno empinados, inclinados, escarpados deben
transitarse (subirse o bajarse, treparse o destreparse) teniendo en
cuenta ciertas precauciones:
- No caminar de cara
a la pendiente. Lo que obliga a caminar en diagonal o en zigzag, y
siempre (sobre todo si por lo que fuera no es posible ir en zigzag)
hay que mantener una distancia de seguridad, la suficiente para que
si alguien se cae, no arrastre consigo al resto del grupo, y pueda
ser frenado, o esquivado y luego socorrido por el resto de sus
compañeros. Subir o bajaren diagonal es además más descansado, y
causa un menor impacto al terreno y a nuestras articulaciones.
- No habrá que
marchar en línea recta, por la misma razón de seguridad por la que
hay que hacerlo siguiendo diagonales.
- Si el paso es muy
peligroso o riesgoso, habrá que pasarlo de a uno, con aseguramiento
o asistencia de los otros miembros del grupo. El Guía puede
opcionalmente indicar al resto de las personas del grupo donde pisar
o el camino a seguir desde una posición segura o de avanzada.
Algunos recomiendan que el Guía en estos casos baje último para
cumplir esta función, pero si existe un Guía de segundo (de cola o
"escoba") esto no será necesario, y si el camino sólo lo
conoce él, o es complicado por otras cuestiones objetivas (grietas,
neveros que implique tallado de escalones, etc.) no será posible por
no ser recomendable.
4) - Zonas de
piedras chicas (acarreos o pedreras)
Estas zonas de rocas
se diferencia de las zonas de rocas grandes o bloques en una mayor
inestabilidad del terreno debido a desplazamientos "conjuntos"
de las piedras que lo tapizan, que actúan de forma similar a la
arena o a la nieve en polvo. En este sentido, estos lugares pueden
atravesarse sin mayores problemas dependiendo el grado de la
pendiente, y teniendo en cuenta ciertas consideraciones sobre
seguridad, técnicas de marcha y ecología.
- En general, un
acarreo en pendiente debe evitarse por cuestiones ecológicas: son
zonas de por sí altamente degradables y difícilmente recuperables
debido precisamente a su inestabilidad, y si se le suma el impacto
del tránsito de personas, su degradación ecológica será todavía
mucho más pronunciada.
- Si no queda otra
opción que atravesar una zona de acarreo empinada, hay que tener (al
igual que pasa con otras zonas rocosas) mucho cuidado con advertir de
la caída de piedras generadas por nuestro avance, avisando a
nuestros compañeros.
- En subidas o
bajadas, será casi obligado el desplazamiento o marcha en zig-zag o
diagonal, de otra forma no sólo nos cansaremos más (a cada paso,
retrocederemos unos cuantos) sino que la caía de piedras será mucho
mayor y acumulativa (el último recibiría el de todos los anteriores
en subida, y el primero el de los que lo preceden en bajada) y
degradación ecológica del terreno sería también más
considerable. Conviene en estos casos reagruparse al cambiar de
dirección, para evitar que las piedras caigan sobre los miembros del
grupo que se encuentren más abajo en la línea de zigzag.
- En lugares en
donde la progresión en zigzag no sea posible por los accidentes del
terreno (chimeneas, canales, etc.), lo mejor será que el grupo
marche unido, para así evitar lo máximo posible el que las piedras
que se desprendan tomen velocidad y no puedan ser esquivadas.
- En lugares muy
inestables, no hay que descartar el pasar de a uno, e incluso
asegurarse en una cordada o con algún otro método de escalada
(usando empotradores, etc.).
Notas:
[1] Una piedra se
diferencia de una roca en que, básicamente, la primera no es
"solidaria" (no está unida) al suelo, y la segunda sí.
Por eso, una roca suelta sería lo mismo que una piedra.
Construido a partir del puesto de Julio Tillería en el Mallín de los Chanchos en 2015, este camping es un lugar cercano al resto de la mayoría de los refugios de la zona de El Bolsón.
Camping Los Mañios de Tilleria.
Ubicación
Se encuentra a 738m sobre el nivel del mar, yendo por el camino hacia el refugio Los Laguitos, desde el Cajón del Azul o desde el refugio El Retamal, luego de pasar por el refugio Las Horquetas.
Acceso / Cómo llegar
Desde El Bolsón hasta el Paraje de Mallín ahogado por la ruta 40
hacia el Norte, dirección San Carlos de Bariloche, hasta la entrada al
Circuito de Mallín ahogado (luego de un control policial), a partir de
dónde el camino continúa por ripio.
Desde allí hay que
dirigirse hasta el punto conocido como Wharton, algo que puede hacerse
en vehículo (caminos de ripio) ya que no existen sendas por el bosque
para hacerlo a pie. Aunque, obviamente, puede irse a pie por el camino
vehicular, cosa que yo por lo menos he hecho.
Desde
Wharton hay que dirigirse hacia el río Azul, y luego bordearlo hacia el
Norte hasta la Confluencia (zona en que este río se junta con el río
Blanco). En este punto se atraviesan dos pasarelas (una sobre cada río)
luego de lo cual el camino se encuentra señalizado.
Al
refugio se puede acceder directamente desde el refugio Cajón del Azul
("camino viejo"), o desde el refugio El Retamal (hay una bifurcación
unos 100 metros antes).
Distancias y tiempos estimados a pie
- Desde El Bolsón hasta la chacra Wharton en Mallín Ahogado (15 km), normalmente en vehículo.
- Desde Wharton hasta el refugio pasando por el refugio Cajón del Azul, 6hs.
- Desde el refugio hasta el valle del Encanto Blanco y su refugio, 4:30 a 5hs.
- Desde el refugio hasta el refugio Los Laguitos, 2hs.
Recorridos desde el refugio
- Vistas de la confluencia de La Horqueta (río Rayado y Azul).
- Playas con pozas o piletones.
- Cascada.
- Cuevas "frías".
- Roca "especial".
- Acceso a otros refugios de la zona, La Horqueta, Los Laguitos (el más alejado del resto de los refugios).
- Guía de montaña local: contáctenos por email aquí o en facebook si necesita un guía.
- Zona de acampada con fogones (supervisados por el refugiero).
- Proveduria.
- 2 Dormis (4 personas cada uno).
- Botiquin, collarín y tabla espinal (refugiero formado en primeros auxilios).
- VHF 155840.
El refugio que describimos aqui y en el video que lo
acompaña, es un refugio de supervivencia o vivaque con un techo con caída "a un agua"
(en contraposición a la típica casa o cabaña con techo con caída
"a dos aguas") muy simple, y por lo tanto rápido de
construir, pensado para hacerse en un bosque. También damos opciones
para hacerlo si no se tienen ponchos, usando nada más materiales
naturales.
Antes que nada, como
sucede previamente a la construcción de cualquier refugio, es
importante pensar en la orientación que va a tener dicho refugio y
el lugar (tipo de suelo, inclinación, vegetación espinosa, etc.)
donde se va a levantar.
En lo que respecta a
la orientación, habrá que ubicarlo de forma tal que el techo cubra
la zona desde la cual llegan los vientos (precipitaciones)
predominantes, aunque si llevamos mochilas, estas pueden servir de
parapeto improvisado también, del lado en que el techo no tape. La
inclinación deberá ser la menor posible, y si existe, dormiremos
con la cabeza en la zona más alta, y nos "anclaremos" de
alguna forma para no deslizarnos hacia abajo durante la noche.
Este refugio
improvisado o vivaque (vivac) se hace a base de troncos (su
estructura), ponchos (su recubrimiento) y algunas cuerdas, sogas o
cintas para anclarlo (fijaciones). Este refugio muestra la utilidad
de los ponchos impermeables para improvisar refugios al aire libre,
lo que demuestra que un poncho de este tipo sirve mucho más que para
tapar a una persona o a una mochila (o a una persona con mochila) en
caso de lluvia.
Estos ponchos
impermeables, originalmente diseñados para uso militar, están
especialmente pensados para utilizarse en estos casos (supervivencia
al aire libre y acampada) por lo que además incluyen una serie de
anillos y botones en los laterales, que permiten unirnos entre sí si
se dispone de varios de ellos, o atarlos fácilmente a árboles,
etc., como hacemos en este caso.
A diferencia de un
poncho normal, tienen la desventaja de ser más pesados. Pero a su
vez, por la misma razón, poseen la ventaja de ser más resistentes y
estar especialmente preparados para usos en los cuales se los
"maltrate" un poco, como es el de servir de suelo o techo
de un refugio, el soportar tirones y pisotones, etc.
Refugio o vivac de supervivencia a dos aguas con ponchos.
Si se dispone de más
de un poncho, uno deberá destinarse a servir como piso, para
aislarnos de la humedad que recibiremos del suelo. Si, en cambio, no
se dispone de poncho alguno, habrá que acometer la tarea de cortar
ramas de los árboles, arbustos, etc. de la zona, las cuales
servirían de suelo y de techo igualmente, aunque quizás no tan
efectivo (dependerá de la cantidad que juntemos, de lo secas que
estén, y del tipo de vegetación de que se trate). Evidentemente
además, en este caso se alargarían los tiempos e construcción y se
dificultaría la tarea de fijar el techo al travesaño.
En caso de no
disponer de cuerdas, sogas o similares para fijar los vientos del
refugio en base a ponchos, se pueden usar troncos y piedras, aunque
el espacio útil del techo y el suelo se reducirán en alguna medida
(al restarse la parte que quedará abajo de las piedras o troncos que
sirvan como fijaciones improvisadas).
Caminar en terrenos no muy pronunciados y con suelos no especialmente
difíciles en montaña no presenta mayores dificultades que el de
adaptar la marcha para conservar el equilibrio dinámico (en
movimiento, mientras caminamos). Mantener el equilibrio es algo que
se hace de forma natural, por lo que cuanto más caminemos en
montaña, más ganaremos en experiencia si "oímos" a
nuestro cuerpo y le hacemos casos.
Para empezar, sin
embargo, como principiante o aprendiz de montañista, es bueno
conocer las bases teóricas, los fundamentos de la marcha que nos
enseña la biomecánica. Tenerlos en mente nos ayudará a automatizar
un paso seguro, sobre todo cuando los terrenos se empiecen a
complicar, llevemos una mochila pesada, haya poca visibilidad,
viento, frío...en suma, cuando empecemos a movernos en la montaña
en condiciones más dificultosas.
Lo normal y correcto
al marchar, entonces, sería lo siguiente:
Mirar dónde
pisamos, evaluar a dónde nos conviene poner el próximo soporte de
nuestro peso, tratando de elegir el lugar más estable para apoyar la
planta del pie.
Mantener el centro
de gravedad de nuestro cuerpo dentro del área de sustentación. Es
decir, que el eje de dicho centro de gravedad pase en principio por
el centro de nuestra cadera (L3, aproximadamente). Para ello, tanto
en subida como en bajada, el tronco irá medio inclinado hacia
adelante (columna semiflexionada).
Para lograrlo
tendremos que ir "bamboleándonos", el típico caminar de
los humanos, pero de forma más exagerada: cargar peso primero sobre
la pierna-pie que acabamos de apoyar (mover sobre ella
momentáneamente el centro de gravedad) con toda la planta en el
suelo, para liberar el del otro y poder, levantarla (extendiendo las
articulaciones correspondientes) y dar el siguiente paso, haciendo
funcionar el juego de articulaciones y cadenas musculares
correspondientes, y así sucesivamente (¡¡no vamos a enseñar acá
como caminar!!).
Sumado a lo
expresado antes, al bajar, en los descensos específicamente,
tendremos que mantener las rodillas siempre semiflexionadas y
procuraremos apoyar primero el talón para luego hacerlo con el resto
de la planta, teniendo así mayor estabilidad, y causando un menor
impacto a las articulaciones.
Los ascensos y
descenso en línea recta la dejaremos para casos en los que el tiempo
apremie o no hay la opción de subir en diagonal o marcando zigzags,
técnica mucho más efectiva desde el punto de vista del rendimiento,
de un mayor respeto de la naturaleza (menor impacto de erosión en el
terreno) e impacto en nuestras articulaciones (se "carga"
menos peso en cada "choque" contra el suelo de nuestros
pies).
Los anafes, calentadores, hornillos, cocinillas, infiernillos, camping gas, anafes
portátiles o calentadores de camping [1] usados para cocinar al aire
libre son cada vez más populares y accesibles para excursionistas,
montañistas y otros amantes de los deportes de aventura y la vida en
el medio natural. Elegir, comprar y usar un anafe portátil u
hornillo implica, sin embargo, cierto conocimiento de los tipos y
modelos disponibles en el mercado, las técnica de uso, precauciones,
normas de seguridad y tareas de mantenimiento, todo lo cual nos
ocupamos en este artículo de recopilar para usted.
Si bien una fogata
puede reemplazar a un hornillo sin ningún inconveniente en muchos
casos, en la actualidad y en la mayoría de los casos, no será
posible ni deseable que un fuego tradicional con leña nos
proporcione calor para cocinar o para evitar el frío al aire libre.
Los calentadores de
camping, por tanto, se posicionaron en el mercado de equipo para
actividades al aire libre como una solución para hacer posible
cocinar durante ciertas salidas, o transformarlas en más versátiles
los viajes a cualquier lugar del mundo, independientemente de las
restricciones para hacer fuego o el tipo de combustible que se
encuentre en la región que visitemos, dando nacimiento primero a los
hornillos de gas, y más adelante a los que se conocen como anafe o
cocinas de camping "multicombustible". En adelante contamos
lo que necesita saber tanto para elegir y comprar un hornillo, como
usarlo y realizarle el mantenimiento de forma segura.
INDICE
Elegir y comprar un
hornillo
Clases, tipos y
modelos de anafes
Precauciones y
normas de seguridad
Uso, transporte,
limpieza y mantenimiento
Incrementando el
poder calorífico de nuestro hornillo o calentador de camping
Elegir y comprar un
hornillo
Algunas de las preguntas fundamentales que tendremos que responder
antes de ir a comprar nuestra cocinilla portátil son las siguientes:
- ¿Será para usar durante actividades al aire libre en la
ciudad o en un entorno natural más alejado de la civilización?
Contestar a esta pregunta va a determinar si elegimos un modelo
aptos para usar incluso con gas de red, garrafas o bombonas grandes,
de las que se consiguen en la ciudad o, por el contrario, si elegimos
ya modelos pensados para usar combustible de menor tamaño, diseñados
para ser portátiles.
- ¿Generalmente lo llevaremos con nosotros a cuesta (en una
mochila, etc.) o lo transportaremos con nuestro vehículo?
De esto dependerá la importancia que le demos al peso y volumen
de nuestro hornillo, lo que facilitará o dificultará su transporte
si lo acarreamos con mochila. Si, en cambio, lo llevamos en un
vehículo, priorizaremos sus prestaciones, incluyendo su robustez,
pero no nos importará demasiado su peso o su portabilidad, pudiendo
incluso usar un calentador que se añade a garrafas o bombonas de gas
tradicional, recargables, normalmente de 3 o 4 kg.
- ¿Para cuántas personas pretendemos cocinar con nuestra
cocina portátil?
Los calentadores portátiles están pensados para cocinar a una
cantidad determinada de personas, lo que se traduce en una llama más
o menos potente y en una superficie de soporte más o menos amplia
para apoyar la olla, sartén, etc., pudiendo así calentar
recipientes más o menos grandes. Normalmente los hornillos vienen
preparados para cocinar comida para 2 o 4 personas, y aunque los hay
más grandes, pensados para expediciones, son raros de encontrar
porque en esos casos se prefiere llevar más de un hornillo o,
directamente, una cocina de campaña con cocinero incluido (grandes
expediciones de montaña al Himalaya, etc.).
- ¿Lo usaremos en montaña o en ambientes invernales?
En ambientes muy fríos y a más altitud, típicos de la montaña,
los anafes se ven exigidos en cuanto a que precisan un mayor
calentamiento, un sistema de bombeo eficiente si usan combustible
líquido, etc. Si vamos a comprar un calentador para ser usado en
alpinismo o andinismo todo esto debe ser tenido en cuenta y, en
general, lo mejor en estos casos es comprar uno que sea robusto,
pensado específicamente para soportar la vida exigente que implica
una expedición, incluyendo además el uso de materiales que hagan
que pese y ocupe lo menos posible.
Al mismo tiempo, en lugares de acampada expuestos, como los que
suelen encontrarse en expediciones de montaña, por ejemplo, es
interesante tener en cuenta la posibilidad de un sistema que proteja
del viento, algo que añaden como accesorio algunos modelos.
En lugares con nieve, también se hace imprescindible una base
para apoyar el hornillo, disponible también como accesorio si no
queremos improvisar (por ejemplo, apoyándolo sobre una pala de
nieve), ya que por su propio peso puede hundirse o desequilibrarse
nuestro calentador, o también, al calentarse, derretir la nieve y
caerse.
- ¿Lo usaremos en nuestra región o en otro lugar del mundo?
En algunos lugares del mundo es difícil encontrar repuestos de
combustible para ciertos hornillos de gas, o cierto tipo de
combustible líquido determinado. Si pensamos viajar mucho y por
lugares diversos con nuestro hornillo, o bien queremos uno que sea lo
más polivalente posible en cuanto a la fuente de combustible que
pueda usar (para amantes de la supervivencia urbana o al aire libre,
por ejemplo) debemos optar por un hornillo de gasolina o a
combustible líquido, o por uno multicombustible, es decir, que pueda
quemar tanto gas como combustible líquido. En cambio, si lo vamos a
usar en regiones a donde podemos transportar nosotros mismos o
comprar los repuestos de botellas o cartuchos de gas, recargar
nuestra garrafa o bombona, etc., lo más normal es que un calentador
a gas tradicional sea más práctico.
¿Vamos a usar el hornillo para salidas cortas o viajes largos?
Esto influirá en el tipo de
combustible, tamaño y cantidad de repuestos que tengamos que llevar.
Por ejemplo, en el caso de usar combustibles líquidos, además de
comprar el calentador tendremos que comprar la botella para cargar el
combustible, y la capacidad de la botella (0,5 litros, 1 litro, etc.)
dependerá de cuán largo serán los viajes que hagamos sin
posibilidad de recargarla. Lo mismo vale para los cartuchos o
botellas de gas, porque los hay de distintos tamaños.
Clases, tipos y
modelos de hornillos, infiernillos, anafes o calentadores de camping
Habiendo respondido
a las preguntas de la página anterior, ya sabremos más o menos qué
modelo de hornillo elegiremos entre los siguientes tipos o clases:
1) - Anafe u
hornillo a gas convencional (GLP, mezcla butano / propano /
isobutano, etc.)
La elección
tradicional por excelencia si vamos a usar nuestro calentador en un
camping más o menos cerca de la ciudad, ya sean los calentadores que
se añaden a las garrafas tradicionales o lo que usan garrafas,
cartuchos o botellas de gas más chicas y desechables. Es la opción
menos contaminante y más fácil de manipular.
Como contra más
destacable hay que mencionar que con muy baja temperatura (-15ºC o
menos) es muy difícil que funcionen bien; y tampoco pueden
transportarse sus cartuchos o repuestos en avión por las
restricciones que hay para llevar botellas de gas en vuelo, lo que
hace que tengan que comprarse los repuestos en el lugar del viaje,
cosa a veces más cara, difícil de conseguir, etc.
1.1) - Anafe u
hornillo a gas de alto rendimiento (GLP, mezcla butano / propano /
isobutano, etc. con recipiente integrado y disipador de gas).
Marcas como Trangia
o Jetboil ofrecen hornillos de alto rendimiento, debido a que el
aparato integra también al recipiente, que se adapta perfectamente
al hornillo, siendo un único sistema integral que, funcionando con
un disipador de gas, aumenta muchísimo el rendimiento en comparación
a los hornos de gas tradicionales, al evitar que se disipe tanto el
calor. La contra de este sistema es que nada más se puede usar el
recipiente incorporado, u otros recipientes proporcionados por la
marca, pero no ollas, sartenes o recipientes convencionales.
1.2) - Micro anafe u
hornillo a gas (GLP, mezcla butano / propano / isobutano, etc.).
Se diferencian de
los convencionales en su tamaño y peso reducido y, por tanto, su
extra portabilidad. Su contra es que no suelen ser recomendables para
calentar ollas grandes, ya que tienen menos poder térmico y una base
para apoyar recipientes relativamente chica. A su vez, suelen ser de
constitución relativamente débil o delicada, comparados con los
hornillos de tamaño normal.
2) - Hornillo o
calentador a combustible líquido (quema gasolina industrial
específica de la marca, bencina, gasolina o nafta para vehículos,
alcohol, petróleo, parafina, queroseno o diesel, etc.)
En algunos países y
regiones, conseguir gas para recarga, envasado, etc., es una tarea
imposible. Pero, en cambio, se consigue fácilmente diversos tipos de
combustible líquido como los mencionados. Los hornillos de gasolina,
además, no tiene problemas a bajas temperaturas, a condición de
contar con una bomba con la que se pueda inyectar aire a presión en
la botella (algo normal actualmente en prácticamente todos los
modelos).
Los hornillos de
alcohol de quemar suelen venir en distintos modelos de pequeño
tamaño pensados para uso en supervivencia (por ocupar poco espacio),
y son una interesante opción para tenerlos para su utilización en
emergencia como fuente de calor, aunque no para el uso diario en
tareas de cocina de campamento por ser muy chicos, de baja capacidad
y endebles. Por otra parte, el alcohol es un combustible que con el
paso del tiempo, mientras está almacenado, se evapora más rápido
que otros combustibles líquidos.
Por último, los
hornillos de combustible liquido suelen ser la opción más
económica, la mejor en cuanto a la relación precio-rendimiento: con
un litro de gasolina refinada, por ejemplo pueden llegar a cocinarse
las comidas de todo un día para dos personas.
3) - Anafe u
hornillo multicombustible (funciona quemando tanto gas como
combustible líquido, indistintamente).
Sin duda la solución
más versátil son los hornillos "multifuel" o
multicombustible, ya que con este tipo de cocina portátil podemos
quemar gas o combustible líquido. Por supuesto, como es lógico,
también es la opción más cara.
Dependiendo de la
marca y modelo de calentador, este tolerará más o menos clases de
combustibles líquidos. En todos los casos, sin embargo, se
recomienda usar ciertos tipos de combustibles antes que otros en lo
posible, ya que, dependiendo la clase de combustible será mayor o
menor la necesidad de un precalentamiento, la eficiencia de la llama,
la emisión de tóxicos perjudiciales para la salud, los residuos
acumulados en el aparato y también mayor o menor el mantenimiento y
limpieza del hornillo.
Por eso, en general,
podemos afirmar que, siempre que sean tolerados por nuestro modelo de
hornillo, hay que elegir usar combustibles en este orden:
A - Gas, ya sea GLP
o gas licuado, etc. (de la marca o compatible): muy eficiente, no
produce residuos, raramente necesita precalentamiento y, por tanto,
casi no precisa mantenimiento. La primera opción si no lo vamos a
usar trabajar a muy bajas temperaturas o mucha altitud.
B - Combustibles
líquidos. Como ventaja cuenta con un recipiente (botella) único que
puede volver a llenarse fácilmente si se lleva combustible a parte,
a diferencia de los cartuchos o botellas de gas de un solo uso que
tienen que ser recargados, descartados o desechados para su reciclaje
en la ciudad y se tienen que acarrear de vuelta a la civilización.
Entre estos combustibles tenemos a los los siguientes:
B.1 - Gasolina
industrial, bencina, alcohol. etc. (de la marca o compatible):
produce muy pocos residuos. Primera opción a elegir entre los
combustibles líquidos, y primera si vamos a usarlo para derretir
nieve a muy baja temperatura o cocinar a mucha altitud (montañismo,
etc.), siempre que no se trate de un mini-calentador de alcohol, útil
para dar calor en supervivencia, pero (como ya explicamos arriba) no
muy útil para cocinar.
B.2 - Petróleo,
queroseno, parafina, etc.: produce muchos residuos (hollín) y es
difícil de precalentar, comparado con las opciones anteriores.
B.3 - Gasolina o
nafta para vehículos sin plomo, combustible aeronáutico o para
aviones sin plomo, etc.: genera vapores y humo perjudicial para la
salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar
cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los
vehículos), produciendo además muchos residuos.
B.4 - Diésel o
gasóleo para vehículos: emite vapores y humo perjudicial para la
salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar
cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los
vehículos). Produce residuos y requiere un mayor precalentamiento
que los otros combustibles. Última opción.
NUNCA USAR: gasolina
o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su combustión
es gravemente perjudicial para la salud.
4) - Accesorios.
Existen accesorios
añadidos a nuestro hornillo que no van a cambiar mucho su
rendimiento, pero quizás hacernos la vida más cómoda. Esto queda a
gusto del consumidor.
Por ejemplo, una
opción común que puede tener que elegirse es la de que nuestro
calentador incorpore un encendedor piezoeléctrico, lo que permitiría
encenderlo con una chispa generada por un botón, haciendo
innecesario el uso de encendedores, mecheros, fósforos o cerillas.
Sin embargo, en cualquier caso estos sistemas pueden fallar, por lo
que siempre hay que llevar medios alternativos para encender nuestro
hornillo.
Otros accesorios a
tener muy en cuenta son: una funda de transporte resistente, un
multiherramientas (para efectuar arreglos y mantenimiento), un
para-viento o protector contra el viento, una base de apoyarlo sobre
nieve, botella extra para transportar combustible liquido, cartuchos
o botellas de gas de repuesto, aceite para lubricar la bomba en el
caso de los hornillos de combustible líquido y boquillas de
distintos tamaños en el caso de los calentadores multifuel.
Por supuesto, los
recipientes y utensilios de cocina son un tema a parte que habrá que
tener en cuenta teniendo en la mira la compatibilidad con nuestro
futuro hornillo, salvo que se trate de un calentador de alto
rendimiento que traiga el recipiente integrado.
Respecto de las
marcas, mencionar que algunas de las marcas con más reputación son
Primus, Coleman, Campingaz, Esbit, MSR, Brogas, Jetboil, Trangia,
Doite, Pelam, etc.
Precauciones y
normas de seguridad
Listaremos las
normas de seguridad y de precaución básicas para evitar accidentes
usando un anafe, calentador u hornillo. Por supuesto, este listado
incluye datos orientativos y básicos sobre seguridad que no
pretenden ser exhaustivos, excluyentes ni precisos, ya que pueden
variar (y normalmente variarán) dependiendo del hornillo utilizado.
Siempre guíese en primera instancia por el manual de su cocina
portátil, tomando las siguientes recomendaciones como las básicas
que el sentido común indican para manejarse de forma prudente con
este tipo de aparatos.
1) - Siempre revise
que todas las juntas y conexiones del hornillo están apropiadamente
selladas y sin daño antes de usarlo. Esto es especialmente
importante en caso de usar gas. Para comprobar posibles pérdidas de
gas NUNCA usar fuego, sino agua jabonosa, que indicará la pérdida
al hacer burbujas (como cuando buscamos la pinchadura de una cámara
de bicicleta). Las pérdidas de combustible líquido se verán a
simple vista, como resulta obvio.
Ante cualquier duda
por un funcionamiento defectuoso, no prenda el calentador. Si tras el
chequeo encuentra cualquier deterioro, daño o fuga de combustible
del aparato, no lo use. Si el hornillo funciona, aunque de forma
anormal, descontinúe también su uso, encuentre y solucione el
problema antes de seguir usándolo de acuerdo a las instrucciones de
su manual. De no ser posible, llévelo a un técnico especializado
antes de continuar usándolo.
2) - Usar el aparato
UNICAMENTE al aire libre. Sí, sabemos que mucha gente lo usa adentro
de tiendas de campaña y carpas, pero hacerlo implica un riesgo,
tanto de incendio como de intoxicación por emisión de los gases de
la combustión. Por esto mismo, los fabricantes recomiendan
expresamente NO encender o utilizar nuestro horno adentro de
cualquier lugar sin ventilación, incluyendo tiendas de campaña,
carpas, vehículos u habitaciones.
3) - Cuando encienda
el hornillo, ya sea de forma definitiva o para precalentarlo, procure
no tener la cara ni ninguna parte del cuerpo justo sobre él, sobre
la vertical de la hornalla o fogón, aunque sea a una distancia que
parezca segura. Este es un error común que causa accidentes: el
calor que sube puede causarle quemaduras, irritaciones oculares,
etc., aunque no se trate de llama directa sino de humo o de gases
calientes que siempre tienden a elevarse con rapidez. Esto parece
obvio, pero es más habitual de lo que se cree olvidar esta obviedad
con los calentadores de camping, por ser aparatos tan pequeños y
portátiles que suelen estar al ras del suelo, algo que es raro que
ocurra, por ejemplo, al prender cocinas normales (más altas), o al
encender fogatas (porque estas se prenden progresivamente).
4) - Mantener el
aparato lejos de cualquier material combustible, incluyendo paredes o
techos, siendo las distancias prudenciales mínimas libre de objetos
de aproximadamente 1,5 metros hacia arriba y de 1 metro a los
costados, variando siempre en función de las recomendaciones dadas
por la marca para su modelo de calentador de camping en concreto. Por
supuesto, esto incluye mantener la fuente de combustible del aparato
(botella o cartucho de gas, combustible líquido, etc.) lo más
alejada posible del fuego. En particular, la manguera que los conecta
al combustible no debe entrar en contacto con ninguna parte caliente
de la hornalla, la estructura del hornillo, los humos de la
combustión, etc.
5) - Colocar el
aparato equilibrado sobre una superficie plana y estable. En caso de
tratarse de un aparato plegable, prestar atención a su correcto
despliegue, montaje y aseguramiento, sobre todo en el caso de las
patas, para así asegurar un buen equilibrio. Si va a utilizar el
hornillo en la nieve, como ya mencionamos, debe apoyarse la cocina
portátil sobre una superficie intermedia que mantenga la estabilidad
sobre el manto nivoso, evitando que se derrita con el calor (una
chapa de metal, una pala de nieve, una losa de piedra, etc.).
6) - Realice
cualquier colocación, recarga o cambio de repuestos de combustible
en lugares al aire libre y lejos de cualquier llama (estufas
eléctricas, llamas piloto de calefones o calderas, cigarrillos
encendidos, etc.) y lejos de otras personas.
7) - Al igual que
sucede con cualquier fuego, siempre mantenga controlado el camping
gas mientras esté prendido.
8) - No deje al
fuego ollas u otros recipientes vacíos, o hirviendo hasta que queden
vacíos. Pueden ser causa de incendio o de que se estropee nuestro
aparato.
9) - NUNCA
transporte el hornillo encendido. Espere que se enfríe para
manipularlo o moverlo, teniendo en cuenta sus partes calientes al
agarrarlo.
10) - NUNCA UTILIZAR
gasolina o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su
combustión es gravemente perjudicial para la salud.
11) - En hornillos
de combustible liquido o multicombustible, NUNCA llenar la botella de
combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.
12) - En hornillos
de combustible liquido o multicombustible, NUNCA transporte la
botella conectada al aparato, sino por separado y tapada de forma
apropiada.
13) - En hornillos
multicombustible: cerciórese de que la manguera está libre de
combustible líquido cuando pase a usar gas, es decir, purgue el
combustible de la manguera antes del cambio de uso de líquido
combustible a gas (ver procedimiento más adelante en el punto "Uso,
transporte, limpieza y mantenimiento - c) - Hornillos de combustible
líquido"). Verificar también que la manguera no se retuerza
durante su uso o sufra desgates mecánicos (apoyarle encima objetos,
pisarla, etc.).
14) - Mantener la
limpieza del nuestro anafe es fundamental para evitar accidentes o
malfuncionamientos de nuestro calentador. Para más detalles, ver
apartado siguiente.
Uso, transporte,
limpieza y mantenimiento
Al usar calentador
de camping hay que cuidar que no reciba golpes o caídas, también
durante su transporte, ya que su constitución suele ser delicada.
Por eso es recomendable transportarlo en una funda resistente y en un
lugar protegido.
Al manipular el
hornillo, hay que tener en cuenta que habrá partes calientes
mientras esté encendido e incluso después, hasta el momento de
enfriarse. Esto es una obviedad, pero nunca viene mal recordarlo.
Ciertas partes están pensadas para mantenerse más frías y pueden
ser usadas como asas, aunque deben estar diseñadas específicamente
para ello si no queremos dañar el aparato.
Las cocinas de
campaña, como su nombre lo indica, están pensadas principalmente
para cocinar dentro de un recipiente y/o, en su defecto, para
proporcionar calor. No se recomienda usarlas, por tanto, para
cualquier uso distinto a este, so pena de estropear el aparato o
causar un accidente.
Cuando no use el
anafe, ya sea para su transporte o para su almacenamiento por un
tiempo prolongado, desconecte la manguera que une la pieza central a
la fuente de combustible (botella de combustible líquido, cartucho
de gas, etc.). Guarde y/o transporte los repuestos de botellas de
combustible en lugares secos, alejados de fuentes de calor y/o
humedad.
Al usarlo, la
manguera de conexión tiene que estar siempre extendida todo lo
posible y sin contacto con el hornillo más allá de su punto de
conexión.
Deben limpiarse la o
las boquillas usadas en nuestro calentador periódicamente, sobre
todo y con más frecuencia si se usa combustible líquido, porque
este dejará más residuos que la quema de gas. Esto puede hacerse,
dependiendo el modelo, con la boquilla puesta o debe desarmarse
primero, usando para la tarea una aguja de limpieza especifica o (en
su defecto) una aguja de coser común o alfiler. Luego de haber
desarmado y/o limpiado el aparato, hay que volver a corroborar que no
existen pérdida de combustible antes de usarlo.
Si usamos nuestra
cocina portátil habitualmente con combustible líquido y, más aún,
si este es de mala calidad o de los menos recomendados, hay que
limpiar también de vez en cuando el husillo de la válvula de
regulación o ranuras de la boquilla.
Todas estas
operaciones pueden realizarse con la multiherramientas proporcionada
por el fabricante de nuestro hornillo y de acuerdo a sus
instrucciones específicas, por lo que no tiene sentido que nos
extendamos sobre ello aquí ya que deberá leerlo en su manual.
Los filtros internos
de combustible que incorpore el aparato raramente precisan de
mantenimiento. En caso de obstruirse siendo necesario cambiarlos,
podemos hacerlo por nuestra cuenta luego de adquirirlos en el
fabricante, pero limpiarlos no es algo que los manuales de los
hornillos contemplen normalmente como posible.
Las siguientes son
algunas normas de uso básicas y particulares para los diversos tipos
de hornillos más comunes que hay en el mercado actualmente:
a) - Hornillos de
gas
- Mantener cerradas
todas las llaves durante la colocación de una botella de gas y
mientras el hornillo esté apagado.
- Siempre mantener
la botella o cartucho de gas vertical, parado de acuerdo a las
instrucciones del fabricante, y sobre todo durante la colocación de
la válvula de nuestro hornillo.
- Al enroscar la
válvula, hacerlo comprobando que no se deforma la rosca y sin
apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar
atención al olor o, en su defecto, comprobar al aire libre con agua
con jabón la presencia de burbujas (fuga de gas) en las juntas del
aparato (ver "Precauciones y normas de seguridad", punto
anterior). Ante la duda, no encenderlo.
Antes de encenderlo,
abrir primero la válvula de cierre y después la de regulación, en
ese orden, pudiendo regular la llama con una o ambas, de acuerdo a
las instrucciones del fabricante.
Para apagar el
hornillo, cierre primero la válvula de cierre y espere a que se
apague, para finalmente cerrar la de regulación.
b) - Hornillos de
combustible líquido
- Como ya
mencionamos en las normas de seguridad: NUNCA llene la botella de
combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.
- Al enroscar la
válvula en la botella de combustible líquido, hacerlo comprobando
que no se deforma la rosca al enroscarse de forma oblicua por error y
sin apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar
atención a posibles manchas o goteos de combustible.
- Realizar los
bombeos necesarios en la botella (solamente posible si incluye bomba
de combustible, dependiendo el modelo) en la cantidad indicada por el
fabricante del anafe, y los cuales podrían variar (a más)
dependiendo de la cantidad de combustible que tenga la botella y a
medida que disminuya.
- Dependiendo de la
marca y el modelo, para "encender" (abrir) la válvula de
paso (activar la comunicación de la botella de combustible, a través
de la manguera, con el hornillo) hay que mantener la botella acostada
de un lado hacia arriba, y para "apagarla" (cerrarla)
ponerla con el lado opuesto hacia arriba, girada 180º respecto de la
posición de encendido. Normalmente estos lados están claramente
indicados en la válvula con las palabras "ON" y "OFF"
respectivamente, o similares, y cuando se puede leer esta indicación
hacia arriba es cuando está tal como indica ("encendido" o
"apagado").
- Los hornillos
alimentados con combustible líquido precisan de un precalentamiento
antes de encenderse, a diferencia de los de gas [2]. Antes de iniciar
dicho precalentamiento, lo mejor es tener el hornillo protegido del
viento en la medida de lo posible. A continuación explicamos los
pasos básicos para precalentar un hornillo a combustible líquido.
Abrir primero la
válvula de cierre y después la de regulación (que puede ser un
botón), en ese orden, y dejando unos segundos (de acuerdo a las
instrucciones del fabricante) que fluya el combustible en el hornillo
sin encenderlo todavía. Luego, cerrar la válvula la válvula
principal o botón de regulación. Si se usa petróleo o similar, hay
baja temperatura, mucho viento, etc., es posible que se necesite más
combustible para el precalentamiento debido a la pérdida de calor
producida por el medio ambiente, por lo que debe dejarse más tiempo
abierta la válvula (siempre de acuerdo al manual de nuestro modelo
de hornillo).
Es momento de
controlar nuevamente que no haya fugas de combustible por ninguna
parte del sistema, desde la botella hasta el calentador. Si todo está
bien, encender el combustible que se encuentra en la parte del
hornillo destinado al precalentamiento, dejándolo prendido durante
aproximadamente 40 segundos (para combustible de la marca o gasolina
específica para el modelo) o más tiempo (para petróleo, diésel,
etc.), sobre todo si la temperatura es baja, hay viento que "robe"
el calor, etc. (para datos sobre el tiempo más específicos, siempre
guíese por las indicaciones del fabricante).
Pasado este tiempo y
antes de que el combustible se apague del todo, abrir despacio la
válvula de regulación hasta lograr una llama estable. Si la llama
es amarilla y no estable, puede ser debido a la falta
precalentamiento [3], para lo cual se puede cerrar un poco el botón
de regulación, esperando que mejore (se transforme en una llama azul
y estable), dejando entonces que queme a baja potencia para terminar
de calentarse antes de subir la llama. De no ser así, habrá que
apagarlo y empezar otra vez todo el procedimiento cuando que se haya
enfriado el hornillo, y esta vez usando más combustible (dejando más
tiempo abierta la válvula al comienzo del proceso) para logar un
mayor precalentamiento después.
- Para apagar un
hornillo que quema combustible líquido, primero hay purgar el
combustible de la manguera. Esto se logra al colocar la botella en
posición de "OFF" (según el fabricante) y cuando el fuego
se apague (empieza a salir aire sin combustible) cerrar la válvula
de cierre y, por último, el botón o válvula de regulación, igual
que se hace con un hornillo a gas.
Si el modelo de
botella de combustible que usamos incluye una bomba de combustible
para aumentar la presión, puede que esta no funcione. En ese caso,
se puede desarmarla y verificar el émbolo de cuero de su punta, ya
que su mecanismo es similar al de cualquier inflador o hinchador de
ruedas de bicicletas, pelotas, etc.: hay que extenderla si se dobló
y/o lubricarla con aceite que proporciona el fabricante o, si no se
posee, con aceite minera o con saliva. También se puede desenroscar
y lubricar el vástago de la bomba en los modelos que lo permitan. Si
esto no resuelve el problema, habrá que chequear la válvula de
retención y limpiarla tras su desarmado.
c) - Hornillos
multicombustible o multifuel
- Evidentemente,
todo lo dicho arriba, por separado, respecto de los sistemas de
calentadores de gas y de combustible líquido, se aplica también a
los hornillos multicombustible, que no son ni más ni menos que un
tipo de calentador que tiene la posibilidad de usarse con ambas
clases de combustible. Sin embargo, hay algunas particularidades
propias de los "multifuel" que pasamos a aclarar.
- Verifique que el
calentador tiene colocada la boquilla adecuada para el tipo de
combustible que va a usar. Las boquillas son las piezas del aparato
que permiten el paso de cierta cantidad de combustible y aire por un
orificio de determinado diámetro, el cual varía dependiendo del
tipo de gas o combustible líquido de que se trate. Los hornillos
multifuel traen distintas boquillas, que hay que cambiar dependiendo
del tipo de combustible que se vaya a utilizar. Si usamos la boquilla
incorrecta, el hornillo no funcionará o quemará mal (llama
vacilante o amarilla, etc.).
- Como ya
mencionamos, cerciórese de que la manguera está libre de
combustible líquido cuando vaya a usar gas. Porque si hubiera
combustible líquido en la misma al cambiar de líquido a gas, podría
surgir una llamarada peligrosa al encender el hornillo.
Notas:
[1] En este artículo
usamos como sinónimos intercambiables los términos "hornillo",
"calentador", "calentador de camping", "anafe",
"anafe de camping", "anafe portátil",
"cocinilla", "cocina de campamento", "camping
gas", "horno", etc., teniendo en cuenta las distintas
formas de llamar a este aparato dependiendo de la región de
hispanoamérica de que se trate.
[2] A veces es
necesario incluso precalentar hornillos de gas, cuando las
condiciones meteorológicas no acompañan (tiempo muy frío o
ventoso, etc.)
[3] La llama
amarilla y vacilante puede ser debido a otras causas a parte de la
falta de precalentamiento del hornillo. Leer al respecto el artículo
"Incrementando el poder calorífico de nuestro hornillo o
calentador de camping" para más datos.