A veces el poder calorífico de la llama de nuestros calentadores de
camping (también conocidos como anafes, hornillos, cocinillas o camping
gas) nos puede parecer insuficiente, tanto para su uso en cocina al aire
libre como para calentarnos ante el frío. Aquí algunos consejos para
poder sacar el mayor rendimiento calórico a nuestra cocina de camping.
Tutorial en video que muestra algunas de las normas básicas
de seguridad para el uso de anafes calentadores de camping.
INDICE
¿Qué factores influyen en el poder calórico de nuestro hornillo?
Malfuncionamiento de nuestro hornillo de camping
Eligiendo el recipiente adecuado y consejos de cocina eficiente
¿Qué factores influyen en el poder calórico de nuestro hornillo?
El poder térmico de nuestro camping gas dependerá tanto del medio
en el que lo utilicemos como de la cantidad, calidad, presión y
temperatura del combustible que usemos y/o de la buena combustión que
esté teniendo el mismo. Por tanto, que emita más o menos calor dependerá
de:
- La temperatura ambiente.
- La temperatura del combustible.
- El volumen de gas que quede en la garrafa, botella, cartucho, etc.
- La menor presión de la botella de combustible líquido.
- La presencia, fuerza y temperatura del viento.
- Si tiene una buena (llama amarilla y vacilante) o mala combustión (llama azul y estable).
Algunas de estas variables podemos modificarlas, otras no. Analicemos lo que podemos hacer en cada caso:
El volumen de gas disminuirá hasta llegar a agotar la botella,
garrafa o cartucho y, por tanto, con él disminuirá progresivamente el
poder térmico. Esto no puede evitarse si no tenemos un repuesto con más
carga de gas o podemos recargar nuestra garrafa o bombona.
En caso de tratarse de una cocina que funciona con combustible
líquido, cuya botella incluya una bomba, el bombeo manual mejorará la
presión que necesitemos, independientemente de la cantidad de
combustible que quede en la botella. Este bombeo puede ser insuficiente
si hay poco combustible o estamos a muchas altura relativa respecto del
nivel del mar (montaña). Esta última es una de las razones por las que
este tipo de hornillos con combustible líquido y bomba se prefieren para
usar en alpinismo o montañismo en altura, donde la presión ambiental es
inferior, pero la presión interior de la botella puede incrementarse a
voluntad con el bombeo, de ser necesario.
El viento, que trae aparejada una llama vacilante y la dispersión
del calor generado si incide sobre nuestro camping gas, puede evitarse
buscando lugares reparados o usando protectores ("windscreen") y el
calor redirigirse y concentrarse con parapetos reflectores
("heatreflector""), ya sea accesorios oficiales proveídos por la marca
de nuestro hornillo, o improvisados por nosotros (por ejemplo, una pared
de troncos que refleje el calor hacia donde estamos sentados).
La temperatura inicial de nuestro recipiente de combustible puede
mejorarse si lo guardamos entre nuestras ropas (dándole calor
corporal), o incluso con nuestras manos antes de conectarlo para su uso.
En el caso de tratarse de una botella de combustible líquido, esta
puede también entibiarse si la sumergimos previamente en agua caliente
alrededor de 2,5 centímetros durante un rato (siempre de acuerdo con lo
que sugiere el fabricante). Aunque, siendo realistas, hay que decir que
raramente tendremos disponible agua caliente para esto durante
actividades al aire libre, salvo que estemos cerca de una terma o géiser
;-).
Malfuncionamiento de nuestro hornillo de camping
Puede que nuestro aparato no esté
funcionando del todo bien y, entonces, caliente menos de lo que
debiera. Esto, en general, se debe a algunas de las siguientes
cuestiones:
- El aparato está frío porque no
fue precalentado el tiempo suficiente. En este caso, el hornillo
presentará llama amarilla y titilante. Ver el procedimiento que explicamos aquí.
- La botella de combustible líquido tiene presión insuficiente
(poco combustible, mucho frío, mucha altitud). Incrementar la presión
por bombeo, si nuestro modelo de hornillo lo permite.
- El combustible es de mala calidad o viejo. El hornillo presenta llama amarilla y vacilante. Cambiar el combustible.
- La botella de combustible líquido tiene demasiada presión. El
hornillo presenta llama amarilla y vacilante. Disminuir la presión de la
botella.
Un calentador de camping funcionando perfectamente
y se ven las diferentes boquillas para diferentes combustibles.
- Elegimos una boquilla que no corresponde al combustible que usamos
(en hornillos multicombustible). El hornillo presenta llama amarilla y
vacilante. Hay que cambiarla.
- La boquilla, su filtro y/o ranura de boquilla (husillo de la
válvula de regulación) o los filtros de combustible están obstruidos por
residuos u hollín. Hay que chequearlos y limpiarlos según corresponda.
Tutorial en video sobre el uso de un hornillo
a combustible líquido y las boquillas correspondientes a elegir en cada caso.
Eligiendo el recipiente adecuado y consejos de cocina eficiente
Elegir el recipiente adecuado para cocinar, tanto en tamaño como
en material, hará que la tarea de preparar los alimentos sea más
eficiente. Hay que tener en cuenta:
- Elegir el tamaño del recipiente teniendo en cuenta tanto las
personas que van a participar en las comidas, como el hecho de que la
llama no debe sobresalir por los costados (preferentemente, incluso
estando al máximo de capacidad el anafe u hornillo). La llama no debe
llegar al borde ollas, planchas, sartén o el recipiente que usemos, sino
mantenerse dentro de la circunferencia de la base del recipiente que
está sobre la llama, o incluso un 20% menos de la misma. Está probado
que esta es la forma más eficiente de aprovechar la energía de una
hornalla.
- Cocinar, coser los alimentos tapados, de ser posible.
- Usar la menor cantidad de agua posible.
Por otro lado, al cocinar, hay que tener en cuenta, al menos, lo siguientes consejos:
- Cortar los ingredientes lo más chico posible (hará que se cocinen antes).
- Al hervir agua para una comida salada, agregarle desde un principio un puñado de sal (romperá antes el hervor).
- Utilizar el calor residual para la cocción de los alimentos,
apagando el fuego y dejando que la comida siga cocinándose gracias al
calor que acumula y sigue despidiendo el hornillo, aún apagado, y/o
gracias a el calor que mantiene el agua donde estamos cociendo o
hirviendo la comida, etc.
Construido a partir del puesto de Julio Tillería en el Mallín de los Chanchos en 2015, este camping es un lugar cercano al resto de la mayoría de los refugios de la zona de El Bolsón.
Camping Los Mañios de Tilleria.
Ubicación
Se encuentra a 738m sobre el nivel del mar, yendo por el camino hacia el refugio Los Laguitos, desde el Cajón del Azul o desde el refugio El Retamal, luego de pasar por el refugio Las Horquetas.
Acceso / Cómo llegar
Desde El Bolsón hasta el Paraje de Mallín ahogado por la ruta 40
hacia el Norte, dirección San Carlos de Bariloche, hasta la entrada al
Circuito de Mallín ahogado (luego de un control policial), a partir de
dónde el camino continúa por ripio.
Desde allí hay que
dirigirse hasta el punto conocido como Wharton, algo que puede hacerse
en vehículo (caminos de ripio) ya que no existen sendas por el bosque
para hacerlo a pie. Aunque, obviamente, puede irse a pie por el camino
vehicular, cosa que yo por lo menos he hecho.
Desde
Wharton hay que dirigirse hacia el río Azul, y luego bordearlo hacia el
Norte hasta la Confluencia (zona en que este río se junta con el río
Blanco). En este punto se atraviesan dos pasarelas (una sobre cada río)
luego de lo cual el camino se encuentra señalizado.
Al
refugio se puede acceder directamente desde el refugio Cajón del Azul
("camino viejo"), o desde el refugio El Retamal (hay una bifurcación
unos 100 metros antes).
Distancias y tiempos estimados a pie
- Desde El Bolsón hasta la chacra Wharton en Mallín Ahogado (15 km), normalmente en vehículo.
- Desde Wharton hasta el refugio pasando por el refugio Cajón del Azul, 6hs.
- Desde el refugio hasta el valle del Encanto Blanco y su refugio, 4:30 a 5hs.
- Desde el refugio hasta el refugio Los Laguitos, 2hs.
Recorridos desde el refugio
- Vistas de la confluencia de La Horqueta (río Rayado y Azul).
- Playas con pozas o piletones.
- Cascada.
- Cuevas "frías".
- Roca "especial".
- Acceso a otros refugios de la zona, La Horqueta, Los Laguitos (el más alejado del resto de los refugios).
- Guía de montaña local: contáctenos por email aquí o en facebook si necesita un guía.
- Zona de acampada con fogones (supervisados por el refugiero).
- Proveduria.
- 2 Dormis (4 personas cada uno).
- Botiquin, collarín y tabla espinal (refugiero formado en primeros auxilios).
- VHF 155840.
Los anafes, calentadores, hornillos, cocinillas, infiernillos, camping gas, anafes
portátiles o calentadores de camping [1] usados para cocinar al aire
libre son cada vez más populares y accesibles para excursionistas,
montañistas y otros amantes de los deportes de aventura y la vida en
el medio natural. Elegir, comprar y usar un anafe portátil u
hornillo implica, sin embargo, cierto conocimiento de los tipos y
modelos disponibles en el mercado, las técnica de uso, precauciones,
normas de seguridad y tareas de mantenimiento, todo lo cual nos
ocupamos en este artículo de recopilar para usted.
Si bien una fogata
puede reemplazar a un hornillo sin ningún inconveniente en muchos
casos, en la actualidad y en la mayoría de los casos, no será
posible ni deseable que un fuego tradicional con leña nos
proporcione calor para cocinar o para evitar el frío al aire libre.
Los calentadores de
camping, por tanto, se posicionaron en el mercado de equipo para
actividades al aire libre como una solución para hacer posible
cocinar durante ciertas salidas, o transformarlas en más versátiles
los viajes a cualquier lugar del mundo, independientemente de las
restricciones para hacer fuego o el tipo de combustible que se
encuentre en la región que visitemos, dando nacimiento primero a los
hornillos de gas, y más adelante a los que se conocen como anafe o
cocinas de camping "multicombustible". En adelante contamos
lo que necesita saber tanto para elegir y comprar un hornillo, como
usarlo y realizarle el mantenimiento de forma segura.
INDICE
Elegir y comprar un
hornillo
Clases, tipos y
modelos de anafes
Precauciones y
normas de seguridad
Uso, transporte,
limpieza y mantenimiento
Incrementando el
poder calorífico de nuestro hornillo o calentador de camping
Elegir y comprar un
hornillo
Algunas de las preguntas fundamentales que tendremos que responder
antes de ir a comprar nuestra cocinilla portátil son las siguientes:
- ¿Será para usar durante actividades al aire libre en la
ciudad o en un entorno natural más alejado de la civilización?
Contestar a esta pregunta va a determinar si elegimos un modelo
aptos para usar incluso con gas de red, garrafas o bombonas grandes,
de las que se consiguen en la ciudad o, por el contrario, si elegimos
ya modelos pensados para usar combustible de menor tamaño, diseñados
para ser portátiles.
- ¿Generalmente lo llevaremos con nosotros a cuesta (en una
mochila, etc.) o lo transportaremos con nuestro vehículo?
De esto dependerá la importancia que le demos al peso y volumen
de nuestro hornillo, lo que facilitará o dificultará su transporte
si lo acarreamos con mochila. Si, en cambio, lo llevamos en un
vehículo, priorizaremos sus prestaciones, incluyendo su robustez,
pero no nos importará demasiado su peso o su portabilidad, pudiendo
incluso usar un calentador que se añade a garrafas o bombonas de gas
tradicional, recargables, normalmente de 3 o 4 kg.
- ¿Para cuántas personas pretendemos cocinar con nuestra
cocina portátil?
Los calentadores portátiles están pensados para cocinar a una
cantidad determinada de personas, lo que se traduce en una llama más
o menos potente y en una superficie de soporte más o menos amplia
para apoyar la olla, sartén, etc., pudiendo así calentar
recipientes más o menos grandes. Normalmente los hornillos vienen
preparados para cocinar comida para 2 o 4 personas, y aunque los hay
más grandes, pensados para expediciones, son raros de encontrar
porque en esos casos se prefiere llevar más de un hornillo o,
directamente, una cocina de campaña con cocinero incluido (grandes
expediciones de montaña al Himalaya, etc.).
- ¿Lo usaremos en montaña o en ambientes invernales?
En ambientes muy fríos y a más altitud, típicos de la montaña,
los anafes se ven exigidos en cuanto a que precisan un mayor
calentamiento, un sistema de bombeo eficiente si usan combustible
líquido, etc. Si vamos a comprar un calentador para ser usado en
alpinismo o andinismo todo esto debe ser tenido en cuenta y, en
general, lo mejor en estos casos es comprar uno que sea robusto,
pensado específicamente para soportar la vida exigente que implica
una expedición, incluyendo además el uso de materiales que hagan
que pese y ocupe lo menos posible.
Al mismo tiempo, en lugares de acampada expuestos, como los que
suelen encontrarse en expediciones de montaña, por ejemplo, es
interesante tener en cuenta la posibilidad de un sistema que proteja
del viento, algo que añaden como accesorio algunos modelos.
En lugares con nieve, también se hace imprescindible una base
para apoyar el hornillo, disponible también como accesorio si no
queremos improvisar (por ejemplo, apoyándolo sobre una pala de
nieve), ya que por su propio peso puede hundirse o desequilibrarse
nuestro calentador, o también, al calentarse, derretir la nieve y
caerse.
- ¿Lo usaremos en nuestra región o en otro lugar del mundo?
En algunos lugares del mundo es difícil encontrar repuestos de
combustible para ciertos hornillos de gas, o cierto tipo de
combustible líquido determinado. Si pensamos viajar mucho y por
lugares diversos con nuestro hornillo, o bien queremos uno que sea lo
más polivalente posible en cuanto a la fuente de combustible que
pueda usar (para amantes de la supervivencia urbana o al aire libre,
por ejemplo) debemos optar por un hornillo de gasolina o a
combustible líquido, o por uno multicombustible, es decir, que pueda
quemar tanto gas como combustible líquido. En cambio, si lo vamos a
usar en regiones a donde podemos transportar nosotros mismos o
comprar los repuestos de botellas o cartuchos de gas, recargar
nuestra garrafa o bombona, etc., lo más normal es que un calentador
a gas tradicional sea más práctico.
¿Vamos a usar el hornillo para salidas cortas o viajes largos?
Esto influirá en el tipo de
combustible, tamaño y cantidad de repuestos que tengamos que llevar.
Por ejemplo, en el caso de usar combustibles líquidos, además de
comprar el calentador tendremos que comprar la botella para cargar el
combustible, y la capacidad de la botella (0,5 litros, 1 litro, etc.)
dependerá de cuán largo serán los viajes que hagamos sin
posibilidad de recargarla. Lo mismo vale para los cartuchos o
botellas de gas, porque los hay de distintos tamaños.
Clases, tipos y
modelos de hornillos, infiernillos, anafes o calentadores de camping
Habiendo respondido
a las preguntas de la página anterior, ya sabremos más o menos qué
modelo de hornillo elegiremos entre los siguientes tipos o clases:
1) - Anafe u
hornillo a gas convencional (GLP, mezcla butano / propano /
isobutano, etc.)
La elección
tradicional por excelencia si vamos a usar nuestro calentador en un
camping más o menos cerca de la ciudad, ya sean los calentadores que
se añaden a las garrafas tradicionales o lo que usan garrafas,
cartuchos o botellas de gas más chicas y desechables. Es la opción
menos contaminante y más fácil de manipular.
Como contra más
destacable hay que mencionar que con muy baja temperatura (-15ºC o
menos) es muy difícil que funcionen bien; y tampoco pueden
transportarse sus cartuchos o repuestos en avión por las
restricciones que hay para llevar botellas de gas en vuelo, lo que
hace que tengan que comprarse los repuestos en el lugar del viaje,
cosa a veces más cara, difícil de conseguir, etc.
1.1) - Anafe u
hornillo a gas de alto rendimiento (GLP, mezcla butano / propano /
isobutano, etc. con recipiente integrado y disipador de gas).
Marcas como Trangia
o Jetboil ofrecen hornillos de alto rendimiento, debido a que el
aparato integra también al recipiente, que se adapta perfectamente
al hornillo, siendo un único sistema integral que, funcionando con
un disipador de gas, aumenta muchísimo el rendimiento en comparación
a los hornos de gas tradicionales, al evitar que se disipe tanto el
calor. La contra de este sistema es que nada más se puede usar el
recipiente incorporado, u otros recipientes proporcionados por la
marca, pero no ollas, sartenes o recipientes convencionales.
1.2) - Micro anafe u
hornillo a gas (GLP, mezcla butano / propano / isobutano, etc.).
Se diferencian de
los convencionales en su tamaño y peso reducido y, por tanto, su
extra portabilidad. Su contra es que no suelen ser recomendables para
calentar ollas grandes, ya que tienen menos poder térmico y una base
para apoyar recipientes relativamente chica. A su vez, suelen ser de
constitución relativamente débil o delicada, comparados con los
hornillos de tamaño normal.
2) - Hornillo o
calentador a combustible líquido (quema gasolina industrial
específica de la marca, bencina, gasolina o nafta para vehículos,
alcohol, petróleo, parafina, queroseno o diesel, etc.)
En algunos países y
regiones, conseguir gas para recarga, envasado, etc., es una tarea
imposible. Pero, en cambio, se consigue fácilmente diversos tipos de
combustible líquido como los mencionados. Los hornillos de gasolina,
además, no tiene problemas a bajas temperaturas, a condición de
contar con una bomba con la que se pueda inyectar aire a presión en
la botella (algo normal actualmente en prácticamente todos los
modelos).
Los hornillos de
alcohol de quemar suelen venir en distintos modelos de pequeño
tamaño pensados para uso en supervivencia (por ocupar poco espacio),
y son una interesante opción para tenerlos para su utilización en
emergencia como fuente de calor, aunque no para el uso diario en
tareas de cocina de campamento por ser muy chicos, de baja capacidad
y endebles. Por otra parte, el alcohol es un combustible que con el
paso del tiempo, mientras está almacenado, se evapora más rápido
que otros combustibles líquidos.
Por último, los
hornillos de combustible liquido suelen ser la opción más
económica, la mejor en cuanto a la relación precio-rendimiento: con
un litro de gasolina refinada, por ejemplo pueden llegar a cocinarse
las comidas de todo un día para dos personas.
3) - Anafe u
hornillo multicombustible (funciona quemando tanto gas como
combustible líquido, indistintamente).
Sin duda la solución
más versátil son los hornillos "multifuel" o
multicombustible, ya que con este tipo de cocina portátil podemos
quemar gas o combustible líquido. Por supuesto, como es lógico,
también es la opción más cara.
Dependiendo de la
marca y modelo de calentador, este tolerará más o menos clases de
combustibles líquidos. En todos los casos, sin embargo, se
recomienda usar ciertos tipos de combustibles antes que otros en lo
posible, ya que, dependiendo la clase de combustible será mayor o
menor la necesidad de un precalentamiento, la eficiencia de la llama,
la emisión de tóxicos perjudiciales para la salud, los residuos
acumulados en el aparato y también mayor o menor el mantenimiento y
limpieza del hornillo.
Por eso, en general,
podemos afirmar que, siempre que sean tolerados por nuestro modelo de
hornillo, hay que elegir usar combustibles en este orden:
A - Gas, ya sea GLP
o gas licuado, etc. (de la marca o compatible): muy eficiente, no
produce residuos, raramente necesita precalentamiento y, por tanto,
casi no precisa mantenimiento. La primera opción si no lo vamos a
usar trabajar a muy bajas temperaturas o mucha altitud.
B - Combustibles
líquidos. Como ventaja cuenta con un recipiente (botella) único que
puede volver a llenarse fácilmente si se lleva combustible a parte,
a diferencia de los cartuchos o botellas de gas de un solo uso que
tienen que ser recargados, descartados o desechados para su reciclaje
en la ciudad y se tienen que acarrear de vuelta a la civilización.
Entre estos combustibles tenemos a los los siguientes:
B.1 - Gasolina
industrial, bencina, alcohol. etc. (de la marca o compatible):
produce muy pocos residuos. Primera opción a elegir entre los
combustibles líquidos, y primera si vamos a usarlo para derretir
nieve a muy baja temperatura o cocinar a mucha altitud (montañismo,
etc.), siempre que no se trate de un mini-calentador de alcohol, útil
para dar calor en supervivencia, pero (como ya explicamos arriba) no
muy útil para cocinar.
B.2 - Petróleo,
queroseno, parafina, etc.: produce muchos residuos (hollín) y es
difícil de precalentar, comparado con las opciones anteriores.
B.3 - Gasolina o
nafta para vehículos sin plomo, combustible aeronáutico o para
aviones sin plomo, etc.: genera vapores y humo perjudicial para la
salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar
cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los
vehículos), produciendo además muchos residuos.
B.4 - Diésel o
gasóleo para vehículos: emite vapores y humo perjudicial para la
salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar
cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los
vehículos). Produce residuos y requiere un mayor precalentamiento
que los otros combustibles. Última opción.
NUNCA USAR: gasolina
o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su combustión
es gravemente perjudicial para la salud.
4) - Accesorios.
Existen accesorios
añadidos a nuestro hornillo que no van a cambiar mucho su
rendimiento, pero quizás hacernos la vida más cómoda. Esto queda a
gusto del consumidor.
Por ejemplo, una
opción común que puede tener que elegirse es la de que nuestro
calentador incorpore un encendedor piezoeléctrico, lo que permitiría
encenderlo con una chispa generada por un botón, haciendo
innecesario el uso de encendedores, mecheros, fósforos o cerillas.
Sin embargo, en cualquier caso estos sistemas pueden fallar, por lo
que siempre hay que llevar medios alternativos para encender nuestro
hornillo.
Otros accesorios a
tener muy en cuenta son: una funda de transporte resistente, un
multiherramientas (para efectuar arreglos y mantenimiento), un
para-viento o protector contra el viento, una base de apoyarlo sobre
nieve, botella extra para transportar combustible liquido, cartuchos
o botellas de gas de repuesto, aceite para lubricar la bomba en el
caso de los hornillos de combustible líquido y boquillas de
distintos tamaños en el caso de los calentadores multifuel.
Por supuesto, los
recipientes y utensilios de cocina son un tema a parte que habrá que
tener en cuenta teniendo en la mira la compatibilidad con nuestro
futuro hornillo, salvo que se trate de un calentador de alto
rendimiento que traiga el recipiente integrado.
Respecto de las
marcas, mencionar que algunas de las marcas con más reputación son
Primus, Coleman, Campingaz, Esbit, MSR, Brogas, Jetboil, Trangia,
Doite, Pelam, etc.
Precauciones y
normas de seguridad
Listaremos las
normas de seguridad y de precaución básicas para evitar accidentes
usando un anafe, calentador u hornillo. Por supuesto, este listado
incluye datos orientativos y básicos sobre seguridad que no
pretenden ser exhaustivos, excluyentes ni precisos, ya que pueden
variar (y normalmente variarán) dependiendo del hornillo utilizado.
Siempre guíese en primera instancia por el manual de su cocina
portátil, tomando las siguientes recomendaciones como las básicas
que el sentido común indican para manejarse de forma prudente con
este tipo de aparatos.
1) - Siempre revise
que todas las juntas y conexiones del hornillo están apropiadamente
selladas y sin daño antes de usarlo. Esto es especialmente
importante en caso de usar gas. Para comprobar posibles pérdidas de
gas NUNCA usar fuego, sino agua jabonosa, que indicará la pérdida
al hacer burbujas (como cuando buscamos la pinchadura de una cámara
de bicicleta). Las pérdidas de combustible líquido se verán a
simple vista, como resulta obvio.
Ante cualquier duda
por un funcionamiento defectuoso, no prenda el calentador. Si tras el
chequeo encuentra cualquier deterioro, daño o fuga de combustible
del aparato, no lo use. Si el hornillo funciona, aunque de forma
anormal, descontinúe también su uso, encuentre y solucione el
problema antes de seguir usándolo de acuerdo a las instrucciones de
su manual. De no ser posible, llévelo a un técnico especializado
antes de continuar usándolo.
2) - Usar el aparato
UNICAMENTE al aire libre. Sí, sabemos que mucha gente lo usa adentro
de tiendas de campaña y carpas, pero hacerlo implica un riesgo,
tanto de incendio como de intoxicación por emisión de los gases de
la combustión. Por esto mismo, los fabricantes recomiendan
expresamente NO encender o utilizar nuestro horno adentro de
cualquier lugar sin ventilación, incluyendo tiendas de campaña,
carpas, vehículos u habitaciones.
3) - Cuando encienda
el hornillo, ya sea de forma definitiva o para precalentarlo, procure
no tener la cara ni ninguna parte del cuerpo justo sobre él, sobre
la vertical de la hornalla o fogón, aunque sea a una distancia que
parezca segura. Este es un error común que causa accidentes: el
calor que sube puede causarle quemaduras, irritaciones oculares,
etc., aunque no se trate de llama directa sino de humo o de gases
calientes que siempre tienden a elevarse con rapidez. Esto parece
obvio, pero es más habitual de lo que se cree olvidar esta obviedad
con los calentadores de camping, por ser aparatos tan pequeños y
portátiles que suelen estar al ras del suelo, algo que es raro que
ocurra, por ejemplo, al prender cocinas normales (más altas), o al
encender fogatas (porque estas se prenden progresivamente).
4) - Mantener el
aparato lejos de cualquier material combustible, incluyendo paredes o
techos, siendo las distancias prudenciales mínimas libre de objetos
de aproximadamente 1,5 metros hacia arriba y de 1 metro a los
costados, variando siempre en función de las recomendaciones dadas
por la marca para su modelo de calentador de camping en concreto. Por
supuesto, esto incluye mantener la fuente de combustible del aparato
(botella o cartucho de gas, combustible líquido, etc.) lo más
alejada posible del fuego. En particular, la manguera que los conecta
al combustible no debe entrar en contacto con ninguna parte caliente
de la hornalla, la estructura del hornillo, los humos de la
combustión, etc.
5) - Colocar el
aparato equilibrado sobre una superficie plana y estable. En caso de
tratarse de un aparato plegable, prestar atención a su correcto
despliegue, montaje y aseguramiento, sobre todo en el caso de las
patas, para así asegurar un buen equilibrio. Si va a utilizar el
hornillo en la nieve, como ya mencionamos, debe apoyarse la cocina
portátil sobre una superficie intermedia que mantenga la estabilidad
sobre el manto nivoso, evitando que se derrita con el calor (una
chapa de metal, una pala de nieve, una losa de piedra, etc.).
6) - Realice
cualquier colocación, recarga o cambio de repuestos de combustible
en lugares al aire libre y lejos de cualquier llama (estufas
eléctricas, llamas piloto de calefones o calderas, cigarrillos
encendidos, etc.) y lejos de otras personas.
7) - Al igual que
sucede con cualquier fuego, siempre mantenga controlado el camping
gas mientras esté prendido.
8) - No deje al
fuego ollas u otros recipientes vacíos, o hirviendo hasta que queden
vacíos. Pueden ser causa de incendio o de que se estropee nuestro
aparato.
9) - NUNCA
transporte el hornillo encendido. Espere que se enfríe para
manipularlo o moverlo, teniendo en cuenta sus partes calientes al
agarrarlo.
10) - NUNCA UTILIZAR
gasolina o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su
combustión es gravemente perjudicial para la salud.
11) - En hornillos
de combustible liquido o multicombustible, NUNCA llenar la botella de
combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.
12) - En hornillos
de combustible liquido o multicombustible, NUNCA transporte la
botella conectada al aparato, sino por separado y tapada de forma
apropiada.
13) - En hornillos
multicombustible: cerciórese de que la manguera está libre de
combustible líquido cuando pase a usar gas, es decir, purgue el
combustible de la manguera antes del cambio de uso de líquido
combustible a gas (ver procedimiento más adelante en el punto "Uso,
transporte, limpieza y mantenimiento - c) - Hornillos de combustible
líquido"). Verificar también que la manguera no se retuerza
durante su uso o sufra desgates mecánicos (apoyarle encima objetos,
pisarla, etc.).
14) - Mantener la
limpieza del nuestro anafe es fundamental para evitar accidentes o
malfuncionamientos de nuestro calentador. Para más detalles, ver
apartado siguiente.
Uso, transporte,
limpieza y mantenimiento
Al usar calentador
de camping hay que cuidar que no reciba golpes o caídas, también
durante su transporte, ya que su constitución suele ser delicada.
Por eso es recomendable transportarlo en una funda resistente y en un
lugar protegido.
Al manipular el
hornillo, hay que tener en cuenta que habrá partes calientes
mientras esté encendido e incluso después, hasta el momento de
enfriarse. Esto es una obviedad, pero nunca viene mal recordarlo.
Ciertas partes están pensadas para mantenerse más frías y pueden
ser usadas como asas, aunque deben estar diseñadas específicamente
para ello si no queremos dañar el aparato.
Las cocinas de
campaña, como su nombre lo indica, están pensadas principalmente
para cocinar dentro de un recipiente y/o, en su defecto, para
proporcionar calor. No se recomienda usarlas, por tanto, para
cualquier uso distinto a este, so pena de estropear el aparato o
causar un accidente.
Cuando no use el
anafe, ya sea para su transporte o para su almacenamiento por un
tiempo prolongado, desconecte la manguera que une la pieza central a
la fuente de combustible (botella de combustible líquido, cartucho
de gas, etc.). Guarde y/o transporte los repuestos de botellas de
combustible en lugares secos, alejados de fuentes de calor y/o
humedad.
Al usarlo, la
manguera de conexión tiene que estar siempre extendida todo lo
posible y sin contacto con el hornillo más allá de su punto de
conexión.
Deben limpiarse la o
las boquillas usadas en nuestro calentador periódicamente, sobre
todo y con más frecuencia si se usa combustible líquido, porque
este dejará más residuos que la quema de gas. Esto puede hacerse,
dependiendo el modelo, con la boquilla puesta o debe desarmarse
primero, usando para la tarea una aguja de limpieza especifica o (en
su defecto) una aguja de coser común o alfiler. Luego de haber
desarmado y/o limpiado el aparato, hay que volver a corroborar que no
existen pérdida de combustible antes de usarlo.
Si usamos nuestra
cocina portátil habitualmente con combustible líquido y, más aún,
si este es de mala calidad o de los menos recomendados, hay que
limpiar también de vez en cuando el husillo de la válvula de
regulación o ranuras de la boquilla.
Todas estas
operaciones pueden realizarse con la multiherramientas proporcionada
por el fabricante de nuestro hornillo y de acuerdo a sus
instrucciones específicas, por lo que no tiene sentido que nos
extendamos sobre ello aquí ya que deberá leerlo en su manual.
Los filtros internos
de combustible que incorpore el aparato raramente precisan de
mantenimiento. En caso de obstruirse siendo necesario cambiarlos,
podemos hacerlo por nuestra cuenta luego de adquirirlos en el
fabricante, pero limpiarlos no es algo que los manuales de los
hornillos contemplen normalmente como posible.
Las siguientes son
algunas normas de uso básicas y particulares para los diversos tipos
de hornillos más comunes que hay en el mercado actualmente:
a) - Hornillos de
gas
- Mantener cerradas
todas las llaves durante la colocación de una botella de gas y
mientras el hornillo esté apagado.
- Siempre mantener
la botella o cartucho de gas vertical, parado de acuerdo a las
instrucciones del fabricante, y sobre todo durante la colocación de
la válvula de nuestro hornillo.
- Al enroscar la
válvula, hacerlo comprobando que no se deforma la rosca y sin
apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar
atención al olor o, en su defecto, comprobar al aire libre con agua
con jabón la presencia de burbujas (fuga de gas) en las juntas del
aparato (ver "Precauciones y normas de seguridad", punto
anterior). Ante la duda, no encenderlo.
Antes de encenderlo,
abrir primero la válvula de cierre y después la de regulación, en
ese orden, pudiendo regular la llama con una o ambas, de acuerdo a
las instrucciones del fabricante.
Para apagar el
hornillo, cierre primero la válvula de cierre y espere a que se
apague, para finalmente cerrar la de regulación.
b) - Hornillos de
combustible líquido
- Como ya
mencionamos en las normas de seguridad: NUNCA llene la botella de
combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.
- Al enroscar la
válvula en la botella de combustible líquido, hacerlo comprobando
que no se deforma la rosca al enroscarse de forma oblicua por error y
sin apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar
atención a posibles manchas o goteos de combustible.
- Realizar los
bombeos necesarios en la botella (solamente posible si incluye bomba
de combustible, dependiendo el modelo) en la cantidad indicada por el
fabricante del anafe, y los cuales podrían variar (a más)
dependiendo de la cantidad de combustible que tenga la botella y a
medida que disminuya.
- Dependiendo de la
marca y el modelo, para "encender" (abrir) la válvula de
paso (activar la comunicación de la botella de combustible, a través
de la manguera, con el hornillo) hay que mantener la botella acostada
de un lado hacia arriba, y para "apagarla" (cerrarla)
ponerla con el lado opuesto hacia arriba, girada 180º respecto de la
posición de encendido. Normalmente estos lados están claramente
indicados en la válvula con las palabras "ON" y "OFF"
respectivamente, o similares, y cuando se puede leer esta indicación
hacia arriba es cuando está tal como indica ("encendido" o
"apagado").
- Los hornillos
alimentados con combustible líquido precisan de un precalentamiento
antes de encenderse, a diferencia de los de gas [2]. Antes de iniciar
dicho precalentamiento, lo mejor es tener el hornillo protegido del
viento en la medida de lo posible. A continuación explicamos los
pasos básicos para precalentar un hornillo a combustible líquido.
Abrir primero la
válvula de cierre y después la de regulación (que puede ser un
botón), en ese orden, y dejando unos segundos (de acuerdo a las
instrucciones del fabricante) que fluya el combustible en el hornillo
sin encenderlo todavía. Luego, cerrar la válvula la válvula
principal o botón de regulación. Si se usa petróleo o similar, hay
baja temperatura, mucho viento, etc., es posible que se necesite más
combustible para el precalentamiento debido a la pérdida de calor
producida por el medio ambiente, por lo que debe dejarse más tiempo
abierta la válvula (siempre de acuerdo al manual de nuestro modelo
de hornillo).
Es momento de
controlar nuevamente que no haya fugas de combustible por ninguna
parte del sistema, desde la botella hasta el calentador. Si todo está
bien, encender el combustible que se encuentra en la parte del
hornillo destinado al precalentamiento, dejándolo prendido durante
aproximadamente 40 segundos (para combustible de la marca o gasolina
específica para el modelo) o más tiempo (para petróleo, diésel,
etc.), sobre todo si la temperatura es baja, hay viento que "robe"
el calor, etc. (para datos sobre el tiempo más específicos, siempre
guíese por las indicaciones del fabricante).
Pasado este tiempo y
antes de que el combustible se apague del todo, abrir despacio la
válvula de regulación hasta lograr una llama estable. Si la llama
es amarilla y no estable, puede ser debido a la falta
precalentamiento [3], para lo cual se puede cerrar un poco el botón
de regulación, esperando que mejore (se transforme en una llama azul
y estable), dejando entonces que queme a baja potencia para terminar
de calentarse antes de subir la llama. De no ser así, habrá que
apagarlo y empezar otra vez todo el procedimiento cuando que se haya
enfriado el hornillo, y esta vez usando más combustible (dejando más
tiempo abierta la válvula al comienzo del proceso) para logar un
mayor precalentamiento después.
- Para apagar un
hornillo que quema combustible líquido, primero hay purgar el
combustible de la manguera. Esto se logra al colocar la botella en
posición de "OFF" (según el fabricante) y cuando el fuego
se apague (empieza a salir aire sin combustible) cerrar la válvula
de cierre y, por último, el botón o válvula de regulación, igual
que se hace con un hornillo a gas.
Si el modelo de
botella de combustible que usamos incluye una bomba de combustible
para aumentar la presión, puede que esta no funcione. En ese caso,
se puede desarmarla y verificar el émbolo de cuero de su punta, ya
que su mecanismo es similar al de cualquier inflador o hinchador de
ruedas de bicicletas, pelotas, etc.: hay que extenderla si se dobló
y/o lubricarla con aceite que proporciona el fabricante o, si no se
posee, con aceite minera o con saliva. También se puede desenroscar
y lubricar el vástago de la bomba en los modelos que lo permitan. Si
esto no resuelve el problema, habrá que chequear la válvula de
retención y limpiarla tras su desarmado.
c) - Hornillos
multicombustible o multifuel
- Evidentemente,
todo lo dicho arriba, por separado, respecto de los sistemas de
calentadores de gas y de combustible líquido, se aplica también a
los hornillos multicombustible, que no son ni más ni menos que un
tipo de calentador que tiene la posibilidad de usarse con ambas
clases de combustible. Sin embargo, hay algunas particularidades
propias de los "multifuel" que pasamos a aclarar.
- Verifique que el
calentador tiene colocada la boquilla adecuada para el tipo de
combustible que va a usar. Las boquillas son las piezas del aparato
que permiten el paso de cierta cantidad de combustible y aire por un
orificio de determinado diámetro, el cual varía dependiendo del
tipo de gas o combustible líquido de que se trate. Los hornillos
multifuel traen distintas boquillas, que hay que cambiar dependiendo
del tipo de combustible que se vaya a utilizar. Si usamos la boquilla
incorrecta, el hornillo no funcionará o quemará mal (llama
vacilante o amarilla, etc.).
- Como ya
mencionamos, cerciórese de que la manguera está libre de
combustible líquido cuando vaya a usar gas. Porque si hubiera
combustible líquido en la misma al cambiar de líquido a gas, podría
surgir una llamarada peligrosa al encender el hornillo.
Notas:
[1] En este artículo
usamos como sinónimos intercambiables los términos "hornillo",
"calentador", "calentador de camping", "anafe",
"anafe de camping", "anafe portátil",
"cocinilla", "cocina de campamento", "camping
gas", "horno", etc., teniendo en cuenta las distintas
formas de llamar a este aparato dependiendo de la región de
hispanoamérica de que se trate.
[2] A veces es
necesario incluso precalentar hornillos de gas, cuando las
condiciones meteorológicas no acompañan (tiempo muy frío o
ventoso, etc.)
[3] La llama
amarilla y vacilante puede ser debido a otras causas a parte de la
falta de precalentamiento del hornillo. Leer al respecto el artículo
"Incrementando el poder calorífico de nuestro hornillo o
calentador de camping" para más datos.
Aunque en numerosos manuales de supervivencia se menciona el hecho de usar pinos como refugio de circunstancia, vivaquear en una zona de plantas, árboles o arbustos espinosos puede tener complicaciones añadidas.
Una de las complicaciones más obvias son los pinchazos. Cuando el vivaque no es una simple pernocta de un día, o no se hace nada más para practicar acampada, sino que se está en el contexto de una actividad física o deportiva más ambiciosa (montañismo, exploración, carreras de orientación, raids de aventura, etc.) que implica estar en buen estado físico al día siguiente a la mañana, no dormir bien puede ser la diferencia entre ganar o perder, o entre sufrir un accidente y que se desarrolle la actividad con normalidad.
Un lugar no adecuado para vivaquear, bajo un enebro en otoño
Así pues, aunque parezca un estupidez, el intentar dormir sobre algo similar a una cama de clavos de un faquir puede dificultar mucho conciliar el sueño, y sobre todo, descansar adecuadamente (si no se es un faquir, claro...). En ese sentido, si no queda más opción que elegir un lugar con el suelo acolchado con acículas [1] de pino, de enebro o similares, más vale tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1 - Elija un lugar que cuyo suelo esté forrado con la menor cantidad de acículas, o en su defecto que estas estén lo más frescas (verdes), y sean lo más largas y flexibles posible. Cuanto más cortas y secas sean las acículas, más fácilmente se pincharán en nuestro saco de dormir, esterilla o colchoneta, y por supuesto en nuestra propia ropa si resulta que tenemos que dormir al aire sin nada más porque se trata de una situación de supervivencia. Además, hay que recordar que las acículas secas son altamente inflamables, lo que puede ser peligroso si las acumulamos en la zona de campamento y al mismo tiempo estamos calentándonos con una fogata.
Una colchoneta o esterilla para acampar totalmente acribillada con
espinas tras pasar una noche sobre un colchón de acículas secas de
enebro.
2 - En casos extremos, y si no constituye un acto ilegal o un perjuicio ecológico para la zona, se puede hacer un colchón de ramas de pino o cualquier otro árbol o arbusto espinoso recién cortadas, eligiendo de entre las disponibles, la especie que tenga las acículas u hojas del tipo que menos pinche.
Acículas de pino (foto de arriba), más largas y menos pinchudas que las de enebro (foto de abajo) y por lo tanto, mejores para un colchón en un vivaque de circunstancia.
Acículas o espinas de enebro.
3 - No duerma en contacto o muy cerca del pino o planta pinchuda que elija como protección. Sobre todo si :
a)- no tiene esterilla u otra forma de aislarse del suelo (y de las espinas) o si lo que va a usar para aislarse no es lo suficientemente resistente y terminará estropeado (vea la foto),
b)- es una persona que se mueve mucho durante la noche,
c)- si puede ser desplazado por sus compañeros de acampada hacia el pino,
d)- si la inclinación del terreno cae en dirección de la planta espinosa,
e)- o si el viento puede mover la planta espinosa sobre o contra su lugar de pernocta.
Detalle de una colchoneta o esterilla para acampar llena de espinas secas. Notas: [1] Las acículas son a los pinos lo que las hojas grandes a los árboles o las espinas a los cactus.
Siempre que estemos en la naturaleza, en el campo, en la montaña, o en cualquier paraje natural, es decir, alejado de la civilización, en contacto con fauna y flora salvaje, de aire puro y de otras delicias ecológicas con las que disfrutamos los que nos movemos al aire libre, es lógico que tratemos de evitar todo lo posible impactos negativos que perjudiquen el entorno natural que tanto apreciamos, transformándolo de a poco en aquello de lo que escapamos siempre que podemos: la ciudad y la contaminación.
Hay ciertas normas o reglas fáciles de seguir que podemos recomendar entonces para evitar degradar, en la medida de lo posible, el medio natural con nuestra presencia, ayudando a cuidar la ecología. En general, para todas las actividades en el medio terrestre, entre las más importantes están:
- Seguir la senda o caminos marcados.
- No fumar ni encender fuego.
- No arrojar basura, y levantarla si la encontramos.
- No alterar las señales o marcas de los senderos.
- No pintar las piedras, árboles o rocas.
- No molestar a vegetales ni animales.
- No gritar ni usar luz innecesariamente.
- Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos.
- Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada.
Salir de la senda, pista o camino que sigamos es una mala idea. Por mucho que se diga que el "caminante hace su camino al andar", en senderismo, ciclismo, cabalgatas y demás actividades al aire libre en el medio terrestre esto es, desde el punto de vista de la seguridad, la eficiencia y la ecología, contraproducente.
Caminado al aire libre por un camino o pista forestal apta para vehículos rodados.
No seguir las sendas o caminos (en fila india tras el Guía de cabeza, de ser necesario) produce una mayor erosión del terreno y daño a la fauna y flora, hace que caminemos, andemos en bicicleta o a caballo normalmente más distancia o por caminos más complicados (mayor cansancio o pérdida de tiempo) o incluso por terrenos potencialmente más peligrosos (bordes de acantilados, piedras mal asentadas, etc.).
El atajar o cortar camino, cambia además el rítmo cardíaco dificultando la adaptación física aeróbica a una marcha, ascenso, descenso o caminata. Por lo tanto, seguir la sendas marcadas es una norma que tenemos que cumplir tanto por motivos de seguridad, de aprovechamiento racional de nuestro esfuerzo físico, y de respeto y cuidado de la naturaleza.
No fumar ni encender fuego
No sólo es contradictorio fumar cuando se pretende disfrutar del ejercicio físico al aire libre y de un entorno natural, sino que puede ser la causa de un incendio forestal, y molestia para el resto de no fumadores, de fumadores que hacen salidas en la naturaleza precisamente para olvidarse del cigarrillo y la fauna local.
De cualquier forma, está prohibido encender fuego por cualquier motivo en muchas zonas en todas las épocas del año, o particularmente durante la primavera-verano, precisamente para prevenir incendios.
Además, recordemos que una colilla o filtro de cigarrillo contiene una gran cantidad de nicotina y alquitrán (además de miles de otros tóxicos no determinados). La nicotina en particular es el contaminante más tóxico del mundo después de la toxina botulínica: un solo filtro usado de cigarrillo puede contaminar miles de litros de agua.
Evidentemente, existen casos especiales en donde encender fuego es necesario o posible. Pero para esto hay que saber, para lo cual hay que aprender con gente que sabe y bajo condiciones controladas.
No arrojar basura, y levantarla si la encontramos
No arrojar basura, y levantarla si la encontramos en le camino, en el lugar de acampada, etc., para desecharla en el lugar adecuado. En caso de que en nuestro país exista la posibilidad de dividir la basura para su reciclado (en orgánica, papel, vidrio, plásticos y envases, etc.) separarla en bolsas diferentes para poder hacerlo ahí mismo si se pude, o a la vuelta de nuestra salida.
Residuos particularmente tóxicos y que nunca hay que desechar en la naturaleza son las pilas y baterías, ya que pueden contener incluso metales pesados que contaminen curso de agua cercanos o napas subterráneas además de la propia tierra. Por otro lado, se sabe que, por ejemplo, actividades como la caza y sus desechos asociados (munición de balas o perdigonadas de plomo), causan un gran mortalidad entre aves que luego comen plantas crecidas en terrenos contaminados con dicho metal pesado.
Algunos tipos de plástico puede tardar más de 500 años en degradarse, así que considere llevarse toda su basura de vuelta a la ciudad.
No alterar las señales o marcas de los senderos
No alterar las señales o marcas de los senderos. Esto implica no borrar marcas de pintura (o hacer otras sin sentido, que puedan confundirse con las existentes) ni desarmar los hitos (montones de piedras acumulados artificialmente) que se encuentren por el camino, ya que cumplen una función primordial de señalización.
Los caminos están para algo, y sus marcas los dan a conocer. Si alteramos las señales, el resultado será que otras personas que sigan (o intenten seguir) en un futuro el mismo camino, puede confundirse, vagando por lugares equivocados, y por lo tanto degradando más el entorno al pasar por lugares antes no pisoteados ni alterados por la presencia humana.
No pintar las piedras, árboles o rocas
No pintar las piedras, árboles o rocas. Además de dar lugar a confusiones como mencionamos más arriba respecto de las marcas de los caminos, las constituyen un contaminación directa, además de un atentado estético contra el medio natural.
Lo que en la ciudad puede ser considerado una obra de arte por algunos, sin duda en un entorno natural está totalmente fuera de lugar. Como ejemplo valga la siguiente foto.
No molestar a vegetales ni animales
No molestar a vegetales ni animales. Por razones obvias, ellos tienen tanto derecho de vivir en paz como nosotros...en realidad más, ya que la naturaleza es "SU" casa, no la nuestra, nosotros somos los invitados, ellos los residentes: si destruimos su hábitat, pasaremos de ser residentes a intrusos o invasores.
Cada animal y cada vegetal tienen una función, el alterar a la flora o la fauna en su entorno (aunque no lo matemos realmente) puede significar cambios perjudiciales en el ecosistema a corto, mediano o largo plazo, siendo uno de los más destacables la extinción de una o más especies con sus nefastas consecuencias para todos.
Además, molestar a los animales puede implicar, en casos extremos, ser atacados por estos, como ante jabalís, ganado, corzos, ciervos, osos, pumas, linces, cabras montesas, avispas, abejas, y un largo etcétera que incluye a cualquier ave o animal (también las "inofensivas" vacas, ovejas, cabras, etc.) que quiera proteger su cría, su presa o su territorio ante un invasor; y a los insectos, menos visibles y por eso más vulnerables.
Responsabilidad y cuidado es lo que hay que tener. Lo mismo se aplica de forma pasiva a algunas plantas, que son urticantes o venenosas, pueden traer alergias a ciertas personas, etc.
No gritar ni usar luz innecesariamente
No gritar ni usar luz innecesariamente. Existe un tipo de contaminación llamada "contaminación acústica" o "contaminación sonora", que en la ciudad, con el ruido urbano, es normal. En la montaña debe evitarse todo lo posible, ya que altera a los animales de la zona.
Otro tipo de contaminación es la "contaminación lumínica", que tiene efectos parecidos sobre la fauna y flora. Recordemos que los animales tiene un "ritmo biológico", regido por la luz, haciendo que su actividad sea mayor o menor (dependiendo la especie) en las horas de mayor o menor luz (día o noche). El que "hagamos la luz" durante las horas en que no debería haberla desde el punto de vista natural (salvo en días de luna llena) hace que los animales se desorienten. Este efecto se ve claramente al ver como mueren cientos de insectos al revolotear de noche alrededor de lámparas, linternas, etc., debido a que confunden a esta con la luna, que normalmente les sirve de referencia para la orientación nocturna.
El ruido y la luz excesivos o fuera de lugar, puede hacer también que ciertos animales abandonen su territorio, sus refugios o sus nidos, incluso a sus crías, pereciendo estas de hambre y ellos tras perderse por desorientación.
Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos
Dejar las puertas, portones, vallas o tranqueras igual que como las encontramos, puede parecer una recomendaciones que no tenga nada que ver con la ecología o con la seguridad en actividades al aire libre, sino con el respeto a los paisanos o gente de campo en todo caso. Pero en realidad tiene que ver con ambas cosas y, por supuesto, también con el respeto.
Dejar una tranquera abierta cuando estaba cerrada, puede desencadenar una huida de ganado, con consecuencias no sólo perjudiciales para el ganadero o el pastor responsable, sino para la ecología del lugar: pisoteo de cultivos, erosión de terrenos naturales, pérdida de ganado, etc.
A su vez, dejar una barrera, valla o tranquera cerrada cuando estaba abierta, puede evitar que el ganado regrese a su corral (o salga de él) según lo previsto por el ganadero, con las mismas consecuencias perjudiciales.
Si resulta que no nos habíamos dado cuenta que dicha tranquera contenía a ganado "bravo", podemos adivinar fácilmente lo que puede pasarnos si nos cruzamos con algunos ejemplares enfurecidos, por meternos en o no hacer lo que es debido...
Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada
Aunque no siempre, los campesinos, paisanos o pastores forman una parte indisoluble y totalmente adaptada al medio ambiente en zonas naturales, muchas veces sí. Perjudicarlos a ellos y sus costumbres en esos casos, por lo tanto, es perjudicar a la ecología, entendiendo a ésta como la relación armónica entre el ser humano y la naturaleza.
Pero incluso en los casos en que esto no ocurre así, cuando los paisanos son todo lo contrario: los que ensucian, los que con su ganado erosionan y destruyen el medio natural, los que talan árboles y construyen ilegalmente, etc., el no respetar su propiedad privada (tanto sus terrenos como sus animales y cultivos) puede traernos no sólo problemas legales, sino la imposibilidad de que en un futuro nos vuelvan a permitir pasar (aunque sea cerca) por la zona, ya sea con razón o sin ella.
Si cruzamos por zonas cultivadas o sembradas, robamos frutos, molestamos a los animales doméstico o al ganado, no prestamos atención a dejar las puertas o tranqueras como estaban a nuestro paso, tiramos basura, gritamos como locos o faltamos el respeto de cualquier otra forma a la gente de campo (incluyendo no saludarla como es debido cuando nos cruzamos con ella), no sólo lograremos que nos pierdan ese respeto también a nosotros; sino también a todos los que realizamos actividades al aire libre por placer.
Y la próxima vez puede que, con toda razón, ya no nos dejen pasar...aunque en teoría deban hacerlo por ley. Así que, como pasa con los extranjeros en un países que los acoge, es mejor portarse "más que mejor", mostrando una conducta ejemplar, para no dar excusas a aquellos que de buena ganas, tomarán la más mínima infracción para "discriminarnos" o echarnos las culpa de todos sus males en el futuro.
Entre las nuevos desarrollos de la industria del camping, se encuentran las carpas o tiendas de campaña que se instalan prácticamente solas. Pero éstos, como todos los productos, tienen sus aplicaciones, ventajas y desventajas.
Tienda de campaña o carpa tipo iglú Carpa iglú o tienda de campaña tipo iglú.
Las tiendas de campaña o carpas que se montan o arman de forma prácticamente automática son una de las opciones más llamativas de los últimos tiempos. Estos "refugios" para campinistas y excursionistas están pensados para armarse de forma rápida y sin complicaciones: es tan fácil como desatarlas y dejarlas que se desplieguen por la propia fuerza de la elasticidad de sus varillas comprimidas durante su plegado. Su diámetro es el de un platillo de batería grande ya que son del tipo "iglú", y su peso ronda los 3 kilos dependiendo del modelo (tipo de materiales sintéticos con los que está hecha como varillas y tela, cantidad de ocupantes y tamaño en general), y están pensadas para ser transportadas dentro de una bolsa o funda grande con manijas.
Al adquirir una de estas tiendas de campaña hay que tener algo fundamental: están pensadas para usar en camping, es decir, para ser trasportadas por vehículo (coche, casa rodante o caravana, micro o autocar, etc.). Por lo tanto, no sirven para excursionistas o aventureros mochileros, y mucho menos para montañistas, salvo que se quiera sacrificar una mochila bien armada y la incomodidad de llevar semejante bulto por la de ahorrarse el tiempo de armado de una carpa tradicional, que se divide por piezas y por lo tanto es más compactable o adaptable al transporte con mochila o bicicleta.
Las tiendas de campaña de este tipo tampoco son recomendables para viajes en aviones comerciales, ya que su fragilidad no es compatible con el despacho como equipaje a la bodega del avión, y su tamaño hace que no puedan ser llevadas como equipaje de mano.
Además, como todo lo automático, corre el riesgo de romperse con consecuencias fatales. Por ejemplo, en el caso de una tienda de campaña convencional, una barrilla puede ser reemplazada si se rompe, pero en el caso de una carpa de este tipo, una rotura de este tipo puede implicar un desequilibrio en las fuerzas que permiten el desplegado automático de la tienda, y por lo tanto una doble complicación: la dificultad para tanto para armarla como para guardarla.
Por otra parte, el armado de una de estas tiendas "automáticas" implica un espacio relativamente superior al que necesitan las convencionales para permitir su "desplegado". En el caso de las convencionales, el armarlas desde el suelo posibilita adaptarse incluso bosques cerrados, lugares con árboles, cuevas o hacerlo dentro de otra tienda más grande para mejorar las prestaciones de frío, cosa mucho más complicada en caso de las carpas automáticas.
Es decir, lo primero que tenemos que saber es si queremos comprar una tienda de camping (o excursionismo con vehículo, para turismo de rural o acampadas urbanas) o una carpa de montaña (senderismo o trekking, para campamento base o travesías al aire libre de varios días).
A partir de ahí, debemos saber si pensamos usar la tienda o carpa incluso con mal tiempo, o solo en días de buen tiempo (ausencia de lluvia o nieve). Si lo que pretendemos es usar la carpa en salidas de montañismo o senderismo de más de un par de días (o incluso en estos casos) , e independientemente de si decidimos arriesgarnos a comprar una de tipo automático, lo mejor será suponer que el tiempo será malo, ya que las condiciones al aire libre en zonas agrestes son variables, y que sin tener la posibilidad de refugiarnos en un vehículo la tienda será nuestro único refugio en caso de precipitaciones.
Otra opción ya más conocida desde hace años en el mundo del material para las actividades al aire libre son las carpas tipo "iglú" que tienen un cierto proceso de armado o montaje manual, pero que no deja de ser simple comparado con las a estas alturas "antiguas" carpas de tipo canadiense (las que tienen techo a dos aguas) o incluso con las más complejas carpas estructurales para camping (aquellas que pueden tener incluso habitaciones y otras comodidades dignas de una casa). Las tiendas iglú, como su nombre lo indica, adoptan la forma de los conocidos refugios esquimales de hielo, combinándola con el uso de nuevos materiales que le permiten la flexibilidad suficiente para que no necesiten oponerse al viento, sino "esquivar" su fuerza achatándose a su paso.
Así, buscando en comercio online como estos, deberemos optar entre modelos impermeables y resistentes, cómodos de transportar o de armar, livianos o no tanto, o (por último) de altas prestaciones para climas exigentes (montañismo) o familiares (camping). En cualquier caso, los factores decisivo para hacer una elección correcta serán:
el tiempo disponible para el armado de la carpa o montaje de la tienda (lo cual dependerá de la duración u objetivo del viaje).
las condiciones meteorológicas que podrían darse (considerando el clima local para la estación del año que se trate, y/o tiempo de estancia al aire libre).
la forma en que habrá que transportar nuestro refugio temporal (vehículo motorizado, caballos, avión, bicicleta o a pie).
el tipo de lugar o terreno en que prevemos armar la carpa (tierra, nieve, grava, asfalto, bosque, etc.).
Con tener una bolsa o saco de dormir no es suficiente para dormir bien al aire libre. Hace falta saber cómo utilizarlo correctamente para hacerlo rendir de la mejor forma posible disfrutando de una noche bajo las estrellas.
En este video mostramos la construcción de un refugio improvisado o vivaque (vivac) hecho a base de troncos, ponchos y algunas cuerdas, sogas o cintas para anclarlo.
Podemos decir que existen cuatro grandes cuestiones que hay que tener en cuenta al dormir al raso con un saco o bolsa de dormir, y son las siguientes:
La colchoneta o esterilla
Desnivel y orientación
Aprovechamiento de nuestro calor corporal
Protección ante precipitaciones
1 - La colchoneta o esterilla
Una de las cosas imprescindibles que hay que tener en cuenta para dormir bien vivaqueando, y que todo montañista, senderista o amante de la vida al aire libre debería conocer (incluso siendo principiante) es el uso de la colchoneta o esterilla aislante.
Vivaqueando al aire libre
Este pedazo de material sintético (normalmente plástico o neopreno), inflable (hinchable) es necesario para evitar que el frío del suelo respecto de la temperatura ambiente (que todo suelo conserva, incluso en verano) "inunde" nuestra bolsa de dormir.
Es importante en este sentido elegir una colchoneta o esterilla al menos del largo suficiente para nuestro cuerpo (el ancho suele ser estándar), e idealmente de algunos centímetros más, así evitaremos salirnos tras deslizamientos involuntarios debido a la inclinación del terreno.
2 - Dormir al aire libre o vivaquear: desnivel y orientación
Otra de la cosas que hay que hacer correctamente para dormir bien al aire libre es elegir el lugar de acampada o de vivaque. Este no sólo debe estar libre (o limpiarse para que lo esté) de pequeñas ramas o piedras que de noche, y bajo nuestra cama, se transformarán en gigantes molestas, sino que además se deberá tener en cuenta el desnivel y la orientación.
Elegir un lugar lo más plano posible, y en todo caso con desnivel regular hacia un lado es imprescindible. A dicho desnivel, si existe (y la mayoría de las veces así será, sobre todo en regiones e montaña) tendremos que adaptarnos.
Esto significa orientar la bolsa o el saco de dormir en la dirección correcta: la cabeza en la parte más alta y los pies en la más baja. Así evitaremos dormir cabeza abajo, lo cual se dificulta mucho.
Posiblemente esta orientación hará que nos deslicemos algo hacia abajo en el transcurso de la noche (sobre todo en el caso de personas con "movedizas"). Para evitarlo se puede poner un "top" en los pies: un tronco, una piedra, o incluso las botas o borceguíes debajo de la colchoneta o esterilla.
Pero la orientación es importante también en lo que al clima se refiere. Una buena orientación implica (cuando se trata de una carpa, tienda o refugio) nunca dejar la puerta a favor de los vientos predominantes, ya que esto facilitaría la pérdida de calor, entrada de agua o nieve, etc. En el caso de una bolsa o saco de dormir se aplica el mismo principio: si es posible, será los pies los que se orienten para recibir los vientos predominantes, ya que la zona abierta es la de la cabeza.
3 - Dormir al raso o vivaquear: aprovechando nuestro calor corporal
Lo que primero pensamos si tenemos que dormir al aire libre (y sobre todo en una región polar) es como vamos a evitar el frío que siempre será más intenso por las noches.
Por eso, si hace frío, no hay que olvidar que tanto o más importante que meterse en la bolsa de dormir es cubrirse la cabeza que (normalmente) queda afuera de esto. Si pese a eso tenemos frío, y la laustrofobia no es algo que nos aqueje, no hay que dudar en meter incluso la cabeza también adentro de la bolsa, cerrándola todo lo posible.
Por último, para aquellos que tengan que vivaquear en lugares donde el clima frío sea más exigente de lo que su saco o bolsa de dormir permite resistir, es necesario aclarar que no siempre el dormir totalmente vestido incrementará nuestro calor corporal.
En este sentido hay que pensar nosotros adentro de una bolsa de dormir funcionamos igual que una mano adentro de una manopla.
Cuando los dedos se encuentran separados, aunque cubiertos (de tela) no pueden más que enfrentarse "solos" al frío. En cambio, si en vez de guantes tenemos una manopla, todos juntos se complementan, el calor se transfiere de unos a otros, disminuyendo la pérdida del mismo ya que hay menos superficie de dedo/tela en contacto con el ambiente.
Si nos vestimos con demasiada ropa aislante o térmica, el "efecto manopla" de la bolsa o saco de dormir se transforma prácticamente en un "efecto guante", por lo que tardaremos más en calentar la bolsa y en aprovechar el calor que genera nuestro cuerpo. Recordemos que si tenemos una bolsa o saco relativamente bueno (de duvet o pluma de ganso) siempre será mejor confiar nuestro calor a esta, y no a una ropa de menor calidad de aislamiento térmico.
4 - Durmiendo al aire libre: protección ante precipitaciones
Durmiendo al aire libre tenemos que contar con que podrá llover, granizar o nevar. En algunas regiones como la de Araucanía y Patagonia, por ejemplo, esto es relativamente normal durante todo el año en cotas superiores a los 1000 m.s.n.m, incluso en pleno verano (al menos, antes del incipiente avance del cambio climático y el calentamiento global...).
Por la relativa incomodidad que significaría, no suelen fabricarse sacos o bolsas de dormir que sean totalmente impermeables (aunque algunos lo son más que otros) y por eso si pretendemos vivaquear fuera de un refugio o carpa (o incluso en este caso, si somos precavidos) será más que recomendable comprar y llevar con nosotros un "bolsa de vivaque". Es decir, una funda aislante para bolsas o sacos de dormir, que además de aislante es transpirable, hecha de algunas de las membranas impermeables sintéticas que existen en el mercado (la más conocida el Goretex).
Debido al tamaño estrecho y poco flexible de este tipo de fundas, resulta bastante más incómodo dormir en una bolsa con una de ellas puestas. Por eso lo mejor es sólo usarla cuando sea necesario, es decir, cuando nuestra bolsa corre riesgo de mojarse. En caso de que "amenace" lluvia, nieve, etc., hay que dejarla preparada, puesta en los pies o a medio poner, para poder desplegarla rápidamente si se necesita.
Usar una funda de vivaque impermeable cuando el tiempo es bueno, no sólo es ilógico, sino que nos hará perder dinero. Porque sucede que estas fundas suelen ser de materiales delicados, y pese a ser llamadas "de vivac", usarlas para vivaquear en todas nuestras salidas al aire libre, llueva o haga sol, aumentará rápidamente su deterioro, disminuyendo rápidamente su vida útil debido a raspones, pinchaduras, suciedad, etc.
Si a esto sumamos una buena orientación del refugio o vivaque provisorio, teniendo en cuenta también el desnivel del terreno, no tendremos que temer a la lluvia, siempre y cuando esta no sea una verdadera tempestad
Aunque junto con la olla, los cubiertos, los vasos y platos sean parte de muchos equipos para cocina de camping, acampada y campamentos de montaña, la experiencia nos enseñó que nos es muy recomendable usarlos.
Platos y vasos vs. jarros
El uso de platos está bien para la ciudad, es decir, cuando tenemos una mesa donde apoyarnos y una silla donde sentarnos tranquilamente a comer, adentro de una casa segura contra las inclemencias del tiempo. Pero estar de acampada es otra cosa, por lo que hay que repensar los usos tradicionales de los utensilios de cocina, porque de muy útiles pueden pasar a ser mejorables o simplemente inútiles. Este es el caso de los platos y ciertos cubiertos como el cuchillo y el tenedor convencionales cuando se come y se cocina al aire libre.
Jarros y cucharra, la mejor cubertería para comer y cocinar al aire libre
Los platos tienen los siguientes inconvenientes en la cocina extrema:
La comida se enfría muy rápido.
Ocupan mucho lugar.
Necesitan una superficie de apoyo para que se pueda comer cómodamente.
En vez de platos, se puede entonces usar jarros, que tienen las siguientes ventajas en favor de los primeros:
Mantienen mejor el calor de la comida caliente.
Ocupan menos lugar (se puede usar su interior para guardar otras cosas).
Son polivalentes: sirven también para tomar líquidos, infusiones, sopas, etc. (vaso y plato en un sólo recipiente).
Pueden usarse como recipientes para calentar comida o líquidos directamente.
Pueden usarse para servir líquidos directamente de una olla.
Los vasos son, evidentemente, un elemento más totalmente innecesario si se lleva un jarro que cumple la misma función: algo menos que llevar, que rompero o perder.
La gran ventaja del jarro: también se puede poner al fuego, pero para eso no tiene que ser nunca del tipo enlosado o esmaltado, sino de metal simplemente.
Tenedores vs. cucharas
Los tenedores, por su parte, ven superadas con creces su utilidad si se los compara con las cucharas. La mayoría (por no decir todos) los alimentos típicos que se consumen al aire libre pueden comerse con cuchara, o bien con pan; sin embargo, todos los alimentos que llevan gran cantidad de líquido no pueden comerse con tenedor. Esto significa que si se lleva un tenedor, hay que llevar cuchara, pero si se lleva cuchara puede prescindirse del tenedor. Es decir, llevar cuchara ahorra peso (ahorra un tenedor) y llevar tenedor implica llevar más equipo de cocina (más peso) y tener que usar uno u otro dependiendo de la comida (pérdida de tiempo).
Además de todas las razones mencionadas, las cucharas se pueden improvisar o construir fácilmente, sólo superadas en este último aspecto por los palillos chinos.
Cuchillos de cocina para comer vs. cuchillos polivalentes de supervivencia
El caso de los cuchillos convencionales de cocina es una cuestión más bien de beneficio práctico. Si bien un cuchillo normal de cocina puede llegar a servir para comer al aire libre, la mayoría de las comidas calóricas y con alta cantidad de clorhidratos (arroces, pastas, polentas, sopas, cereales, etc.) no necesitan del uso individual del cuchillo, por lo que el uso que se le suele dar al cuchillo es más bien comunitario: cortar comida para cocinarla, para repartirla, etc. Si a esto lo sumamos el hecho de que un cuchillo al aire libre debe ser también una herramienta de supervivencia para usos múltiples (cortar cuerdas y sogas, improvisar armas para cazar, servir de martillo, de sierra, etc.), vemos claro que el cuchillo ideal para un campamento es un cuchillo de supervivencia y/o una navaja multiuso tipo "Victorinox".
Al aire libre y de acampada, nada más útil que un buen cuchillo a condición de, por supuesto, saber cómo utilizarlo correctamente y tratarlo con la delicadeza y cuidado de cualquier arma.
Los primeros, los cuchillos de supervivencia, pueden ser para uso comunitario si vamos en grupo (es decir, llevar uno o dos por grupo, dependiendo las necesidades) y también incluir otras herramientas de supervivencia: gomeras o tirachinas, espejo de señales, iniciadores de fuego de supervivencia (pedernal, magnecio, etc.) serruchos, hilo, aguja, medicamentos, etc. Los segundos (las navajas, cuchillos multiuso o cortaplumas) servir por motivos de supervivencia como cuchillo individual, para (como su nombre lo indica) muchos usos: sacacorchos, abrelatas, destornillador, cortauñas, sierra, tijeras, punzones, lupa, etc., dependiendo lo grande que sea. En ambos casos, por más o menos el mismo peso y volumen de un cuchillo de cocina convencional, llevamos una herramienta mucho más útil tanto para cocinar y comer, como para las tareas de campamento o posibles situaciones de supervivencia.
Frascos, botellas, platos y otros recipientes son inncesarios, y además terminan por ensuciar el lugaral abandonarse por comodidad, vagancia o falta de responsabilidad, situación típica de las cabañas y refugios de montaña sin cuidador