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El problema de los senderos polifuncionales

Las sendas o senderos (picadas, como se les dice también en la Patagonia) que se habilitan o en la práctica son polifuncionales tienen varios inconvenientes desde el punto de vista de la seguridad y la ecología.

Un video que muestra cómo elegir ante una bifurcación de caminos, algo que también evita una mayor erosión.
Este video fue filmado en un sendero de la Patagonia Andina que también es usado para cabalgar, de ahí que se vea tan erosionado.

Cuando decimos "sendas polifuncionales" nos referimos a que pueden ser transitadas tanto por personas a pie, como por ciclistas, jinetes a caballo o incluso a veces vehículos a motor (sobre todo motos, el llamado "enduro").

Tanto el sentido común como la experiencia de muchos países en base a estudios científicos y de campo demuestran plenamente que habilitar un camino al aire libre para que lo utilicen al mismo tiempo personas, bicicletas y caballos es en principio algo perjudicial desde muchos puntos de vista.

Desde el punto de vista ecológico, este tipo de senderos causa una erosión mucho mayor que los senderos dedicados específicamente para una actividad en concreto (senderismo, ciclismo, cabalgatas, etc.).

Un caballo erosiona el terreno más que una bicicleta, y una bicicleta más que una persona. A su vez, ciertas modalidades de ciclismo como el ciclismo de descenso, causan una erosión todavía mayor que el tránsito equino. La erosión termina por causar verdaderos "canales" cuando el tránsito es elevado, por los que el agua erosiona todavía más y más profundamente los senderos hasta hacerlos impracticables.

Por otra parte, la altura despejada para un sendero que transite un bosque necesaria para que pueda utilizarlo alguien a caballo es mayor que la necesario para que transite una persona a pie o en bicicleta. Al mismo tiempo, si lo transitan distintos tipos de vehículos con "tracción a sangre" (bicicletas y caballos) el espacio deberá contemplar la posibilidad de poder adelantarse o dejar pasar sin tener que salir del sendero, porque si no lo hace, tarde o temprano el sendero se ampliará "por sí sólo" (porque la gente saldrá del camino en esos casos). Así, un sendero multifuncional tiene que ser necesariamente más grande desde su nacimiento, o sino lo será tarde o temprano.

Desde el punto de vista de la seguridad, un sendero polifuncioinal muy concurrido puede ser un verdadero peligro, además de transformar el senderismo, trekking, mountainbike o cabalgadas en una experiencia al aire libre no tan placentera al tener que ceder el paso o esperar que se lo cedan a uno: los ciclistas a los jinetes y a los senderistas, y los senderistas a los jinetes.

Los ciclistas de descenso, los jinetes y aquellos que no tienen claro cuándo y cómo debe disminuirse la velocidad si nos cruzamos con senderistas u otros vehículos, ya sea por ignorancia (falta de educación) o por no anticiparse a la posibilidad de cruzarse con alguien en el camino, causan atropellos con graves consecuencias.

Todos estos perjuicios pueden ser evitados si separan los senderos por actividad: para senderistas, para cabalgatas y para ciclistas de montaña. En países como Canadá esto es un hecho, y en otros de Europa donde esto no es así, se demuestra todos los perjuicios anteriormente citados.

Por supuesto, puede decirse que en países europeos muchas veces no sobra el espacio para hacer distintos senderos especializados, pero lo cierto es que, como mencionamos, a mediano o largo plazo este espacio se usa igual y peor (accidentes) debido a los problemas que trae un tránsito tan variopinto por un mismo camino. Pero incluso países con mucho más espacio, como Argentina, parecen desconocer estas razones, y optan por senderos polifuncionales.

Además, ante la tesitura de optar por un sendero de tránsito múltiple, y la no existencia del sendero (es decir, la prohibición del tránsito), debería optarse por la segunda. Sobre todo en lugares donde el primero objetivo debería ser la conservación de la naturaleza, como son las reservas naturales por las que suelen discurrir estas sendas.

Esperemos con estas líneas hacer recapacitar, en la medida de lo posible, a las administraciones públicas para que apuesten por caminos más respetuosos con el medio ambiente y la seguridad de los que lo recorren. Y al mismo tiempo concienciarnos a todo para respetar todo lo posible a aquellos que nos crucemos al aire libre.

Esquí y medio ambiente: como cuidar la ecología esquiando

Si bien la práctica de esquí tiene más o menos impacto ambiental dependiendo de la modalidad que se practique, hay ciertas acciones básicas que pueden contribuir a que la actividad sea amigable con el medio ambiente. Aquí citamos algunos.

  • Desechos y desperdicios. Tirar la basura en los lugares habilitados para tal fin (papeleras, tachos, etc.). No tirar o arrojar al suelo colillas de cigarrillo, guardarlas y después tirarlas en el lugar apropiado. Si ve algún desperdicio tirado, levántelo.
  • Sendas y fuera de pista. Si no es necesario no cree nuevas sendas ni abuse de los trayectos por fuera de pista. El daño ecológico se magnifica si se destruye el poco entorno natural que rodea las pistas de esquí.
  • Medios de transporte. Lo mejor es usar los transportes colectivos o públicos, y si se viaja en coche, compartirlo no viajar solo. Así contribuiremos a disminuir la contaminación.

Moco de roca, alga Didymo (Didymosphenia geminata) especie invasora

El Moco de Roca (Didymosphenia geminata) es un alga, oriunda de norteamérica, que se está extendiendo como especie invasora acuática por muchos lugares del mundo, incluyendo acuíferos de agua dulce de la Patagonia Andina argentina y chilena. Pero la forma de prevenir su expansión está en manos de los seres humanos, que son, indirectamente, su principal portador. Aquí explicamos como evitar difundir esta alga nosotros mismos en base a ciertas medidas de prevención y desinfección.

Haga clic para agrandar la imagen. Recomendaciones para prevenir la propagación del alga Didymo o Moco de roca en la Patagonia Andina. 

El moco de roca, alga conocida también popularmente como Didymo, no es un problema para la salud humana, más allá de lo desagradable que puede ser a nivel sensorial o estético el pisar las alfombras de algas que forma en los fondos de los ríos, sobre todo en invierno. Sin embargo, esta especie es sin duda, y cada vez más, una especie invasoras, por lo que constituye un grave problema ecológico: afecta a las especies locales, perjudicando en general la correcta alimentación de los peces autóctonos.

El moco de roca suele predominar en los ríos y arroyos en los que la temperatura es fría y relativamente constante durante todo el año, adherida a rocas, tallos de otras plantas o cualquier otra superficie sumergida. Por eso Didymophenia geminata se va transfiriendo de un acuífero a otro, ya que se adhiere fácilmente en el calzado (botas de agua, etc.) a los cascos de embarcaciones y vehículos acuáticos, ganado y animales domésticos, etc.. A esto hay que sumar el hecho de que una sola gota de agua contaminada con esta alga, de tamaño microscópico, es suficiente para transferirla a un nuevo entorno natural antiguamente libre de ella. Esto hace "migrar" al moco de roca, por ejemplo, a la par del movimiento de ganado, o la afluencia de turistas activos y entusiastas de los deportes náuticos, que viajan junto con sus vehículos acuáticos. Se entiende entonces que el Didymo se esté extendiendo por la Patagonia andina (luego de detectarse en otros territorios del hemisferio sur como los de Nueva Zelanda) y que sus pobladores y las autoridades locales se estén empezando a preocupar de tomar las medidas de prevención y desinfección necesarias para frenar su avance hacia el sur de América.

Todo esto justifica que los practicantes de deportes náuticos y acuáticos, o cualquiera que se mueva por la proximidad de ríos u arroyos en los que haya moco de roca por actividades tales como la pesca con mosca, rafting, navegación a vela o en embaracaciones a motor, sigan ciertas medidas de prevención:

1 - RETIRAR - Eliminar todos los residuos del alga didymo antes de abandonar el acuífero, buscarlos y removerlos de lugares no evidentes para la vista, dejándolos en el lugar.

1.1 - REMOJAR y LIMPIAR - Limpieza con desinfectante fuera del ecosistema acuático.

2 - Limpie los OBJETOS Y ELEMENTOS que tuvieron contacto con agua: remojado y lavado de al menos 1 minuto con detergente, con agua caliente (más de 60ºC), en agua con yodo al 2% o con un producto antiséptico. Aquellos objetos que absorben agua (chalecos salvavidas, waders, botas de vadeo, etc.) tienen que dejarse en remojo al menos 30 minutos.

3 – SECAR - Si la limpieza no es posible (cosa que ocurre en el caso de ganado o animales domésticos que se hayan visto afectados) dejar secar durante al menos 48 horas antes de entrar en contacto con otro curso de agua los animales u objetos afectados.

Si ya se encuentran fuera del lugar acuático original al realizar la limpieza, nunca elimine EL ALGA por el desagüe, sino dejarla secar y ponerla a luego en hipoclorito sódico o hipoclorito de sodio (conocido comúnmente como agua lavandina, cloro, lejía, agua de Javel, agua Jane o blanqueador) durante al menos 4 horas.

4 - No usar botas con suela de fieltro. Estas son un tipo de botas populares entre algunos pescadores, debido a su agarre al lecho acuático y los residuos que quedan pegados fácilmente a la suela, son un medio para la transmisión del moco de roca. Por eso muchos países y localidades prohibieron su uso (diferentes estados de EE.UU, Alaska, Nueva Zelandia, etc.) por lo que, en cualquier caso, se desaconseja su utilización. Incluso ciertos fabricantes están dejando de producir estas botas de suela de fieltro, reemplazándolas por botas con suelas de goma.

Recomendaciones para el cuidado del medio ambiente en salidas en bicicleta

Recomendaciones para minimizar el impacto en el medio ambiente y la ecología del uso de la bicicleta de montaña, bicicleta todo terreno o mountainbike.

Andar en bicicleta es más impactante para el medio ambiente que caminar, aunque menos que usar un vehículo a motor. Hay ciertas recomendaciones que pueden ayudar, si las cumplimos, a reducir ese impacto ecológico y disfrutar pedaleando de forma respetuosa con el medio natural que visitamos.

Nunca debería irse campo a través en bicicleta si puede evitarse.

La bicicleta de montaña o mountainbike es la gran estrella del ciclismo recreativo o de ocio, y también del cicloturismo actual. Pero el hecho de que pueda transitar con ella por sendas antes sólo reservadas para los practicantes del trekking y montañistas, hace que las bicicletas, con su actual popularidad como medio de movilidad al aire libre, pasen a tener un impacto ecológico, principalmente en lo que a la erosión del suelo se refiere.

Antes (cuando rodaban principalmente por calles de ciudad) el ciclismo no sólo no tenía impacto a nivel ecológico (de erosión), sino que evitaban la emisión de gases de efecto invernadero y de más contaminación, al cambiar el auto por un medio que no genera contaminación. Así, la bicicleta como medio de transporte alternativo es una de las mejores elecciones que puede tomar el ciudadano. Pero la usar la bicicleta en el medio natural es otra cosa.

Por eso, lo principal es "seguir la senda o caminos marcados" siempre que sea posible, "transitando en fila india". Esto implica no tomar atajos por vagancia o comodidad.

También conviene transitar a velocidades reducidas. Porque a mayor velocidad, mayor será la erosión que causen las ruedas de las bicicletas.

Por la misma razón NUNCA es recomendable DERRAPAR o COLEAR con la bicicleta (es decir, frenar bloqueando una o ambas ruedas, y perder velocidad dejando que se arrastre por el terreno). Hacer esto tiene un terrible impacto erosivo sobre el suelo, y además desgasta las cubiertas y es una actividad riesgosa que puede terminar en caídas, atropello de personas u otros ciclistas.

Además, las frenadas bruscas contaminan también con el ruido que provocan. Es decir, son una fuente de contaminación acústica o sonora; y al mismo tiempo generan contaminación atmosférica a levantar polvo que aspiraremos nosotros y nuestros compañeros de ruta. Por si esto fuera poco, hay que sumarle la imagen que da a cualquier persona que viene a disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza o de un camino de montaña, el cruzarse con unos "bándalos" que vienen a toda velocidad, y que cuando ya parece que van a atropellarlo, frenan a último momento haciendo ruido y levantando polvo.

Toda esta contaminación (sonora, acústica) e impacto (erosiva) no sólo afecta a las personas y a la flora (los vegetales se ven erosionados a nuestro paso) sino que también puede afectar a la fauna de la zona. Algunos animales son atropellados, o se asustan por el ruido anormal, migrando de forma forzada, con todos los problemas que esto causa a nivel natural.

Consejos ecológicos para cocinar en casa de forma eficiente

Pequeños consejos que nos permitirá ahorrar con las cocinas a gas y eléctricas, y al mismo tiempo ayudar al cuidado de la ecología.

Fogata en un refugio de supervivencia en la montaña.

  • Está demostrado que para que la llama de una hornalla o fogón de cocina a gas rinda más a igual consumo de gas, hay que hacer que la corona de la llama se centre en el recipiente a calentar, de forma tal que sobren por los costados alrededor del 20% del radio del recipiente. Dicho de otra forma, nunca tenemos que ver sobresalir la llama por los costados, o llegar al borde de las ollas, planchas, etc., sino mantenerla dentro de la circunferencia de la base del recipiente que está sobre la llama.
Aunque así el tiempo de cocción puede ser un poquito más lento, el hecho es que con menos gas se cocinará más, ahorrando energía (y por lo tanto dinero) al tiempo que contaminaremos menos para hacer lo mismo.
  • En el caso de las cocinas eléctricas híbridas, es decir, que tienen tanto lugares para cocinar por inducción como por el calentamiento de una espiral eléctricamente, hay que saber que siempre las hornallas o fogones de inducción son más eficientes, y por lo tanto conviene usar estos antes que los eléctricos. Lo bueno de la inducción es que calienta directamente el recipiente, y no la placa de vitrocerámica para que esta transfiera el calor al recipiente, así es como se logra una mayor eficiencia y un menor consumo.
  • Al hervir el agua, si a esta le agregamos un puñado de sal, esta romperá el hervor antes. Esto es así debido a que el agua salda tiene un punto de ebullición menor a la dulce. Cuando freímos, el aceite de oliva se calienta antes, usándolo también podemos ahorrar energía.
  • Tapar las sartenes, ollas, cacerolas o perolos siempre que sea posible harán que el agua entre hierva o los alimentos se cocinen o frían antes, con ayuda del vapor. Si podemos usar olla a presión para las comidas que tradicionalmente consumen mucho tiempo de cocción en ollas normales (garbanzos, lentejas, etc.) mucho mejor.
  • En todos los casos para rentabilizar la utilización de la cocina, hay que hacer uso del "calor residual". El calor residual es el calor que conservan los recipientes una vez calentados, luego de haber apagado la fuente de calor (sea de cocina eléctrica o a gas de cualquier tipo). Con este calor residual se pueden seguir cocinando los alimentos. Así, si en vez de apagar el fuego cuando lo que estamos cocinando o calentando está a punto, lo hacemos un poco antes, aprovecharemos el calor residual para que se termine la cocción.

Esto es mucho más importante en el caso de cocinar en un horno, ya que el calor residual que se conserva dura mucho más tiempo. De la misma forma, cuando cocinamos a la parrilla, las brasas o las ascuas hasta que se apaguen por sí solas pueden dar el último toque, y hacen que no sea necesario seguir agregando leña al fuego.

  • Picar los ingredientes chicos o en pequeñas partes hacen que se cocinen antes, ya sea hervidos o asados. Si nos da lo mismo para la receta que vamos a cocinar, entonces es mejor picar, molero machacar todo finito.

De la misma forma, las hortalizas siempre se cocinan antes peladas.

  • Piense dos veces antes de usar el horno (sobre todo los hornos eléctricos, que gastan mucho). En particular, lo primero que hay que preguntarse es: ¿puedo cocinar esto mismo sobre la cocina? Si es así, hacerlo fuera del horno siempre será más barato y por lo tanto más rendidor (menos contaminante).

Si de cualquier forma hay que usar el horno como única alternativa, lo segundo que hay que pensar o preguntarse es, ¿qué otra cosa puedo cocinar en el horno al mismo tiempo y/o inmediatamente para aprovechar mejor su calor y el calor residual? Muchas veces podemos adelantar comidas, haciendo dos con la energía con la que inicialmente pensábamos hacer una, hacer el postre inmediatamente después, etc.

  • En verano, desde la cocina el horno sobrecalienta la casa, y probablemente hace que indirectamente se gaste más energía en volver a que esté fresca otra vez (aire acondicionado, ventilador, etc.). Por esa razón siempre es mejor cocinar al horno en invierno, cuando al contrario, aprovechamos su calor para calentar la casa.
  • Capítulo aparte merece el ahorro de agua para cocinar. En resumen, podemos decir que hay que evitar la costumbre de usar más agua que la que se consuma en la propia cocción y que (en caso de tener que un sobrante) usar lo que quede para otras comidas y otros usos. Como norma general, un alimento se cuece más o menos en el doble de volumen (o el doble y medio si lo queremos caldoso) de agua que ocupa. Para ejemplo tenemos las recetas tradicionales de arroz orienta, mexicano, ecuatoriano, etc. Incluso en algunos casos puede usarse la misma cantidad de agua que de alimento, por ejemplo en el caso de la cocción tradicional de couscous (sémola de trigo couscous) donde además la cocción al fuego no pasa de 5 minutos.

Si usted vive en un lugar muy soleado, plantéese seriamente comprar o incluso fabricar una cocina solar y/o un horno solar. Estos aparatos requieren una cierta inversión, como cualquier cosa, pero el ahorro energético y la independencia de la electricidad o el gas para cocinar al aire libre los hacen realmente fabulosos. Por supuesto, a esta autosuficiencia culinaria le tenemos que sumar el favor que le hacemos a la ecología al cocinar solamente usando la luz del sol, su calor, refractado y concentrado por la cocina solar u horno solar.

¡Y buen provecho!.

Downhill (DH): ciclismo de descenso, riesgos y ecología

Actualmente está de moda en algunos países del primer mundo una modalidad de ciclismo conocida como "descenso". Suelen practicarse con un tipo de bicicletas muy pesadas y amortiguadas (amortiguación trasera y delantera) y los que lo practican se visten con cascos similares a los de moto y corazas protectoras que incluyen rodilleras, codera e incluso protectores para las piernas y el tronco de PVC o similar.


Toda esta parafernalia en indumentaria se justifica porque este modalidad de ciclismo consiste en bajar a la mayor velocidad posible sendas, caminos forestales o similares, rutas o itinerarios de montaña que normalmente son transitados por senderistas o montañistas, o quizás por practicantes de mountainbike tradicional. La diferencia entre los "bikers" que practican bicicleta de montaña y los que practican descenso, es que estos últimos no suelen subir por su propio pie (oo gracias a sus pedaladas), sino que aprovechan los transportes que en lugares como Europa lo suben a uno hasta lo alto de las montañas (normalmente tren), para luego dedicarse bajar a toda velocidad.

Ahora, el que esta modalidad se ponga de monda está causando estragos en países donde las rutas no están controladas, como es por ejemplo España. Así, vemos como estos ciclistas bajan a velocidades que en muchos casos superan los 60Km por hora por sendas en donde transita gente, niños, otros ciclistas que suben, etc... El peligro es evidente, un simple golpe al pasar puede causar un accidente tanto para los senderistas o los ciclistas tradicionales como para el propio descendedor...

Pero este no es el único problema, el peso y el tipo de ruedas (anchas), sumado a la velocidad que logran estas bicicletas y a las frenadas que bruscas derrapando que hacen, logran que desde el punto de vista de la degradación del terreno sean fatales. En España se está llegando a tal punto, que probablemente en algunos lugares que se tornaron rápidamente "clásicos" para esta modalidad de ciclismo, sean prohibidos para TODA modalidad de ciclismo...lo cual hace que, como siempre, paguen justos por pecadores.

Senda totalmente degradada por la práctica de ciclismo de descenso
Los surcos se van haciendo cada vez más profundo, y el agua de las lluvias
termina de horadarlos hasta hacer las sendas impracticables
para el tránsito de personas, caballos o bicicletas.

En países como Canadá, este tipo de cosas se evitan desde hace años con regulaciones que, por ejemplo, hacen que existan rutas exclusivas para ciclismo de montaña, otras para senderismo/montañismo, y otras para caballos, por ejemplo. Así se administra desde el punto de vista ecológico mucho mejor la degradación del terreno, y se evitan accidentes. Mientras que este tipo de actitud administrativa de los medios naturales no llegue a todos los países, la moda del descenso es sin duda un problema medioambiental y un deporte demasiado riesgoso para los que, aunque no lo practican, pueden cruzarse en su camino...

Una alternativa para este tipo de deporte puede ser la modalidad de "descenso urbano" que ilustramos en el video que acompaña este artículo. Competencias o torneos de descenso urbano, y recorridos fijos por lugares ya pavimentados de antemano como las pistas de esquí en temporada de verano, pueden sin duda alterantivas ecológicas al Downhill (DH). 


Consejos para ahorrar agua (ecología y economía)

Si ponemos el acento en las costumbres cotidianas, podemos ahorrar una increíble cantidad de agua potable, a tal punto que si todos los ciudadanos pudientes del mundo siguieran estas recomendaciones (realmente, sin exagerar) no existirían prácticamente problemas de escasez de a de agua dulce en el planeta.

Junto con el ahorro de agua, se ahorra energía hogareña cuando se usa el agua caliente (y por lo tanto dinero, en ambos casos), por lo que muchas veces el beneficio es doble: para la ecología y para nuestra economía. Solamente es cuestión de cambiar algunas viejas costumbres, o adaptarse a algunas nuevas. Así que acá van algunos consejos ecológicos para poder lograrlo:

  • Ahorrando agua al bañarse

  • Ahorrando agua al cocinar

  • Ahorrando agua al lavarse y asearse

  • Ahorrando agua al lavar los platos

  • Ahorrando agua al lavar el coche o la bicicleta

  • Ahorrando agua de la cisterna del inodoro o "water"

  • Evitando pérdidas inútiles de agua

  • Ahorrando agua al regar plantas, parques y jardines

  • Ahorrando agua en las piletas o piscinas

  • La educación, principio y final 

     

Ahorrando agua al bañarse

Lo primero que hay que saber es que, pese a las apariencias, se gasta más agua al bañarse (llenar una bañera) que al ducharse (bañándonos gastamos alrededor de 100 litros más de agua que duchándonos). Por lo tanto, ducharse en vez de bañarse implica una buena costumbre, y el que no la tenga haría bien en meditar y cambiar.

Por otro lado, hay que pensar que aunque sea muy relajante, estar horas bajo la ducha no está acorde con los tiempos en que vivismo. Todos tenemos que hacer pequeños sacrificios, y los que podemos darnos esos lujos a nivel económico, tenemos que pensar que no podemos hacerlo a nivel ecológico. Al menos no hay que tener por costumbre estar mucho tiempo, aunque lo hagamos de vez en cuando. En otros casos, quizás no sea necesario lavarse la cabeza, o a la inversa, mientras nos duchamos, así ahorramos tiempo de uso de agua.

Existen desarrollos, lamentablemente poco extendidos, que buscan reciclar el agua de la ducha para luego usarse en (por ejemplo) la cisterna del inodoro. Así, el agua cumple una doble función antes de ser descartada como no potable. Esperemos que estos desarrollos empiecen a comercializarse y hacerse populares en los planos de los arquitectos y diseñadores de instalaciones de las casas de un futuro cercano, lo que sería un gran avance urbanístico-ecológico. Aunque no tengamos un sistema así, algo que puede hacerse es llenar un balde o cubo mientras esperamos que el agua se caliente, y esa agua después usarla para (por ejemplo) labara el suelo, cocinar o lo que sea.

Para ahorrar agua al tiempo que energía (gas) mientras nos duchamos, es mejor cerrar el agua caliente para entibiarla, que agregarle más agua fría (más presión, más gasto de agua). Otra cosa que podemos hacer es mantener (por lo menos en verano) el agua de la ducha cerrada o a menor presión mientras nos enjabonamos cuerpo y cabeza, por ejemplo, y abrirla cuando realmente es necesaria. Son pequeños detalles y pequeñas molestias que no nos cambiarán la vida a nosotros, pero harán una gran mejora medioambiental todos juntos unidos.

Ahorrar agua bañándose en pareja es otra opción válida. Placeres sexuales a parte, la realidad es que aquellos que disfrutan como parejas en la ducha hacen un bien a la ecología, nunca cuidar el planeta había sido tan erótico. Si elegís bañarte en pareja ahorrarás jabón y agua (no olvidemos que cerca de 500 millones de personas no tienen acceso al agua limpia y corriente).

Ahorrando agua al cocinar

En el acto de cocinar se puede ahorra agua de muchas maneras, si sabemos como hacerlo.

Lo primero es pensar antes de lavar verduras y frutas, porque hay formas de hacerlo sin gastar mucha agua, y a veces incluso no es necesario. Si luego las vamos a hervir, por ejemplo, lavarlas antes pocas veces tiene sentido. De la misma forma, no tiene sentido lavar las frutas que luego vamos a hervir en compota, o pelarlas, sacándole la cáscara para comerlas.

Y sino, hay que usar el método del remojo, no el de ponerlas abajo del agua corriendo. El método del remojo consiste en meterlas en un recipiente con el agua necesaria, y con uno chorros de vinagre o de unas gotas de lavandina (lejía) y dejarlas unos minutos, con eso será suficiente para que se laven, y habremos usado mucha menos agua que haciéndolo de la forma tradicional.

Muchos estamos acostumbrados a hervir los alimentos con mucha más agua de la necesaria, aunque después no aprovechemos el sobran en sopas, como debería ser. En vez de desechar el agua en esos casos, hay que poner el agua justa para que el alimento termine hecho, esté hervido o cocido, justo al mismo tiempo que se agote el agua. Porque evidentemente, al menor cantidad de agua, menos tarda esta en entrar en ebullición

Toda cocción eficiente debe además aprovechar el "calor residual". Siempre viene bien aprovechar este calor, el calor generado después de haber apagado el fuego o cortado la corriente. Estos últimos momentos puede servir (si se aprende a calcularlo) para terminar la cocción, y a un costo cero para el medio ambiente y nuestro bolsillo.

Expertos en esto son los orientales y ciertos pueblos sudamericanos como los mejicanos o ecuatorianos; sobre todo los primeros, ya que chinos y japoneses hace siglos preparan el arroz bajo estos principios pero lo mismo se puede aplicar a la cocción de pastas, verduras o cualquier otro alimento hervido. En general, podemos decir que suele bastar con usar el doble o el doble y medio más de agua que de arroz o pasta, dependiendo de si este es o no integral respectivamente. Recomendamos en particular el arroz a la oriental y a la mexicana.

Si se va a comer algo hervido o cosido, lo ideal es ponerlo ya cortado en pequeños trozos. Así se ahorra energía, porque se cocina antes (a menor tamaño de los alimentos, mayor velocidad de cocción) y por lo tanto agua (cuando más dura la cocción, más agua se necesita en función de la que se evapora). Esto es muy importante saberlo también para aplicarlo en situaciones de supervivencia en las cuales no dispongamos de grandes cantidades de combustible para cocinar, o queramos fraccionarlo (sea leña, gas, electricidad, etc.).

Otra forma de ahorrar agua es utilizar la cocina al vapor, sobre todo hortalizas. No sólo requiere cantidades ínfimas del líquido elemento, sino que está reconocida como más saludable, ya que mantiene mucho mejor las ciertas propiedades de los alimentos (vitaminas y minerales) que al hervirlos directamente en agua. Y si se cocina para pocas personas o poca cantidad, incluso puede al mismo tiempo cocinarse algo en la parte de abajo de la olla (por ejemplo pasta) mientras que en la de arriba, en la vaporiera, se cocina al vapor el resto. Además, si los alimentos se lavan antes puede reutilizarse el agua para cocinar otra cosa, o para un caldo.

Ahorrando agua al lavarse y asearse

  • - Mientras se lava lo dientes, no deje el agua corriendo. Ábrala sólo en el momento de usarla para enjuagarse la boca (no preocuparse por este "detalle" implica gastar alrededor de 12 litros más cada vez).
  • - Mientras se afeita, no limpie la maquinita de afeitar abajo del agua corriendo, use un vaso o recipiente lleno de agua.
  • Para que duren más las maquinitas, conviene dejarlas en agua, en remojo, después de cada afeitada (si es que no se pueden remover totalmente en el moment los pelos que queran entre las hojas). En cualquier caso, ante suciedad rebelde, este método ahorra mucha agua: dejarla en remojo y lavarla unas horas después.
  • Por otro lado, lo ideal es usar maquinitas de afeitar que usen repuestos intercambiables, manteniendo el mango o cuerpo principal de la afeitadora; en vez de usar de las que son totalmente desechables o descartables, generando más basura en el proceso cada vez que tenemos que reemplazarla por otra (además, suele ser más barato).
  • - Mientras se enjabona las manos, no deje el agua corriendo, ábrala cuando solo cuando vaya a enjuagarse.
 

Ahorrando agua al lavar los platos

Si lavamos o fregamos los platos, cubiertos, etc. a mano, hay varias cuestiones a considerar para poder hacerlo de la forma más eficiente posible:

  • - Enjabone primero, enjuague (aclare) después.
  • - Nunca deje el agua corriendo mientras enjabone.
  • - No seque y/o guarde al mismo tiempo que enjuaga, mientras el agua está corriendo. Hágalo una vez terminó de aclarar y cerró el agua.
  • - No use agua caliente a menos que sea absolutamente necesario (ahorro de energía).
  • - Regule la presión de salida de agua a la imprescindible (menos agua gastada por unidad de tiempo).
  • - Si tiene que lavar un recipiente con el fondo quemado o pegado de comida, déjelo primero en remojo con agua y detergente (opcional) para ablandar la suciedad. Esta agua que le agregue puede ser la misma que usa para enjuagar otros recipientes, si deja abajo el recipiente sucio para que se llene mientras enjuaga.
  • - Hay ciertos casos en los que enjuagar justo después de usar el recipiente es lo más eficiente, ya que esto evita que luego se seque y pegue la suciedad (rayador con zanahoria, vaso con yogurth, etc.).
  • - Si se le quemó mucho la comida y se pegó en la olla, cazuela, bandeja, pizzera, sarten, plancha, etc. formando una costra negruzca que resiste todo lavado y arriesgándose a rayar el fondo con productos abrasivos, mejor ablandarla previamente. En vez de dejarla en agua, en este caso puede hervir agua con vinagre durante unos cuantos minutos en dicho recipiente: esto va a aflojar la costra, que luego se podrá lavar más fácilmente ahorrando detergente, esfuerzo y (por supuesto) agua.
  • - Si puede, cómprese un lavavajillas o lavaplatos. Además de ahorrar tiempo, a la larga ahorrará dinero: los lavavajillas usan mucho menos cantidad de agua para lavar la misma cantidad de vajilla que si lo hiciéramos a mano. Comprar un lavavajillas es una inversión que se amortiza sola con el tiempo, al hacerlo, preste atención también a que sea del tipo que consuman la menor cantidad de electricidad posible (de tipo "A", "A+" o "A++" en Europa).
Si ya tiene un lavavajillas, hay que esperar a que esté totalmente lleno antes de encenderlo, así se aprovecha más el agua que se usa en cada ciclo (lo mismo vale para el lavarropas o las lavadoras).

Otra manera de economizar energía en esto de la utilización del agua es utilizar agua fría en lavavajillas, lavarropas (lavadoras) y otros lavadores, en la preparación de café en cafeteras eléctricas, y para cocinar en general. Hay gente que está acostumbrada a abrir el grifo de agua caliente "por reflejo", aún cuando no la precisa: la gran mayoría de estos equipos automáticos tiene su propio sistema para calefaccionar el agua cuando es necesario, y emplear agua corriente caliente sólo nos hace consumir energía extra del calefón, termotanque, caldera, o lo que se tenga para calentarla. 


Ahorrando agua al lavar vehículos

Lavar nuestros vehículos de forma eficiente puede hacernos ahorra mucha agua. Esto se aplica igual tanto para cualquier tipo de vehículos: automóviles, 4x4, motos, bicicletas o incluso aviones.

Sobre como lavar coches ahorrando agua (si lo hacemos a mano, y no en lavaderos automáticos), lo básico es saber que no hay necesidad normalmente de mojar el coche antes de enjabonarlo o pasarle detergente, recuerde que una capa de agua anterior al detergente desengrasante, puede hacer que este no surta efecto, y la limpieza ser inútil o hacerse más complicada, gastando todavía más agua de lo normal.

Por la misma razón, no hay que excederse con el agua de aclarado o enjuague: muchas veces el agua a presión termina desperdiciándose por simple rebote y aspersión que realmente no limpia ni enjuaga nada.

Ahorrando agua de la cisterna del inodoro

Usando menos volumen de agua en cada vaciado que el que viene previamente fijado por la capacidad de la cisterna. Esto se logra metiendo una botella de agua cerrada (de plástico) adentro de la misma. Así, al llenarse, parte del volumen ya está ocupado por la botella, volumen que no se tira con cada vaciado porque queda en la misma. Así se pueden ahorra tantos litros de agua al año como cantidad de agua tenga la botella multiplicada por la cantidad de veces que se use el baño durante el mismo período...calculen, la cantidad es enorme

Por otra parte, cada vez son más comunes los inodoros "inteligentes". El sistema más básico consiste en formas de tirar menos agua o más, según sea necesario. Para eso disponen, o de un botón (que tira menos si se aprieta suavemente, y más si se hace de forma más profunda) o de dos botones juntos, tirando normalmente el más chico menos agua al apretarlo.

Evitando pérdidas inútiles de agua

Cerrando bien grifos o canillas se puede hacer milagros. Una gota tras otra juntan litros de derroche al final del día (se calcula que 1 gota que cae hacen 30 litros al día, 10.000 litros por mes) que o con un simple y preciso movimiento de muñecas puede evitarse. El control de esta y otras pérdidas comunes es necesario. Muchas veces un mal mantenimiento de la instalación de agua de nuestra casa es el culpable de gastar más dinero en agua que la que usamos en forma efectiva. Entre otras, conviene revisar que funcione bien el inodoro o "water", que no pierdan canillas, grifos o duchas, que encajen bien mangueras de riego o lavado, etc.

Ahorrando agua al regar plantas, parques y jardines

El diseño del jardín es lo primero que hay que tener en cuenta, mucho antes de pensar en el sistema o forma de riego del mismo. Esto lo sabe muy bien un profesional de la jardinería, y a él tendremos que recurrir para lograr un diseño ecológicamente adecuado. Lo básico que tenemos que saber es que hay que seleccionar y agrupar las especies de plantas y árboles según sus necesidades hídricas en todo parque y jardín, para así poder después regar por goteo o aspersión de forma precisa a cada grupo.

Lo segundo a tener en cuenta es la hora de riego, hagamos esto a mano o de forma automática. Siempre tiene que ser a las hora de menos calor del día, porque así se evapora menos agua antes de que pueda ser absorbida por la tierra y finalmente por las raíces de las plantas.

Pasemos ahora a los sistemas de riego:

  • a) - Riego natural (lluvia).

  • b) - Riego artificial o automático.

 
  • a) - Riego natural (lluvia)

El riego natural, la lluvia, es el más efectivo cuando las plantas, arbustos y árboles son de especies autóctonas (adaptadas a la climatología local) sino especies resistentes a las sequías, que precisen poco agua.

Mientras llueve, también se puede aprovechar para almacenar el agua caída no aprovechada por la tierra, al no darle tiempo de absorberla, o simplemente caer en un lugar donde no es posible. En este sentido, es posible incorporar desde sistemas caseros de rápida improvisación (poner recipientes en el patio de casa, por ejemplo), hasta medidas más complejas que canalicen automáticamente el agua de lluvia y la almacenen en tanques para uso posterior (por ejemplo, para plantas interiores), y que se suelen usar en fincas y estancias bien organizadas en el aprovechamiento del agua. En este caso, conviene dejar pasar los primeros minutos desde que empieza a llover antes de ponerse a juntar agua, porque esta agua suele arrastrar la contaminación, el smog ciudadano, o incluso caer en forma de lluvia ácida en lugares cercanos a zonas industriales con altos niveles de polución.

  • b) - Riego artificial o automático

Lo peor que se puede hacer es regar por manguera o por inundación. Si no se tiene un sistema automático como los que veremos más adelante, es mejor regar con regadera, a la que incluso se puede aportar agua durante el día aprovechando lo que sobra en jarras y vasos en las que sobró agua potable.

Entre los sistemas de riego automáticos, básicamente podemos distinguir entre los siguientes:

            b1) - Riego por goteo.

            b2) - Riego por aspersión.

            b3) - Riego regulado por programadores de riego.

 

 b1) - Riego por goteo.

El riego por goteo es el mejor sistema en cuanto a ahorro-rendimiento de agua. Tiene las siguientes ventajas destacadas en comparación a otros sisteams:

 - Disminuye consumo de agua por hacerse muy cerca del suelo y de las raíces, evitando la evaporación en comparación con los sistemas de riego por aspersión.

- Se riega únicamente en los lugares donde está la planta, no donde no hay planta (como en el riego por aspersión).

- Funciona por gravedad, no necesita el uso de electricidad: otro ahorro, y además obviamente funcionaría en caso de corte del suministro eléctrico (caso de supervivencia urbana).

 - Se puede improvisar o construir por uno mismo con poco dinero, sin demasiados conocimientos y un poco de maña. Todo lo necesario se puede conseguir en una ferretería o jardinería, incluso por internet.

          b2) - Riego por aspersión.

Los aspersores más simples son aquellos que se conectan mediante una manguera a una canilla o grifo, y funcionan gracias a la propia presión del agua que hace que su mecanismo gire, distribuyendo el agua en una fina lluvia y en un radio determinado por la fuerza de dicha presión.

Estos aspersores no suelen estar fijos, por lo que (si no cubren todo nuestro jardín) requieren de un control, ya que hay que ir moviéndolos por las distinta zonas a regar. La forma de ahorrar agua es tener el tiempo medido para cada caso (zona del jardín) y nunca dejarlos puestos sin control o esperando que aneguen la zona (el agua debe ser absorbida por la tierra, nunca inundarla).

Requieren menos atención y son más precisos los aspersores fijos que funcionan de forma automática, mediante programadores de riego, y que veremos más adelante.

b3) - Riego regulado por programadores de riego.

Los programadores de riego tienen varias ventajas respecto de los sistemas manuales, entre las que destacan:

- Ahorro de tiempo.

- Uso de la cantidad justa de agua.

- Posibilidad de riego durante la noche o cuando no hay nadie.

Es importantísimo un buen ajuste de los aspersores para que riegen los lugares donde están las plantas, y no otros como construcciones o caminos cercanos. La cantidad adecuada es aquella que riega de forma tal que nunca se acumula agua que la tierra no puede absorber, es decir, que no crea charcos ni pequeños riachos de agua en la tierra.

Otra cuestión a tener en cuenta es el alterar la programación en caso de lluvia. La mayoría de los modelos incluyen un modo de "pausa" por lluvia, para no regar sobre mojado. Las posibilidades de programación también incluyen el grabar diversos modos de riego para (por ejemplo) regar más en verano que en invierno, o regar más en temporada de sequía que en temporada de lluvias, etc. Para poder regular esto de forma precisa en jardines grandes o parques, lo mejor es consultar con nuestro jardinero amigo que nos indique cuánta agua necesitan nuestras plantas y árboles dependiendo la época del año. 


Ahorrando agua en las piletas o piscinas

El agua de las piscinas, con los procedimientos químicos que se manejan actualmente, puede mantenerse el resto del año en que no se usa (pensando, por supuesto, en piscinas que se usan en temporada de verano únicamente). Vaciar una piscina es ya ilegal en muchas partes, y sólo se puede hacer cada determinado número de años. Por supuesto, en realidad la pileta no mantiene nunca el mismo agua, sino que la misma se va renovando de a poco a medida que se evapora, por lo que en realidad "rota". Pero hacerlo así es mucho más eficiente que hacer el cambio de una vez, tanto durante su utilización como durante el período de inactividad de la vaso.

El llenado debe ser el justo, ni más ni menos. El necesario para que el agua se filtre, que llegue a los rebosadero o que no supere la mitad de la altura de los skimers, dependiendo el sistema. Si se pone menos agua, el agua no se filtra bien, y tarde o temprano se gastará más agua en resolver este problema. Si, en cambio, se llena la pileta demasiado, el agua va a perderse después de algunos chapuzones de los usuarios.

Las piletas o piscina que mejor evitan pérdidas del agua que rebosa parecen ser, precisamente, las que disponen de rebosaderos que son continuos con el piso que bordea a las mismas. Las que usan sistemas de captura de agua por "skimers" en las paredes internas, a una considerable distancia entre el borde de la piscina sumergidos parcialmente en el agua, no tienen forma de posibilitar el retorno de salpicaduras y pérdidas de agua que surgen por el movimiento del agua al nadar o por juegos de los bañistas.

Todo esto se ve influenciado por un tipo de suelo más o menos absorbente, lo cual depende en gran medida de factores de seguridad (que sea antideslizante) que por supuesto se anteponen a los ecológicos. Sin embargo, en este sentido lo principal es pensar (si se va a construir una piscina de material, cemento) en hacer una que disponga de un sistema de filtrado por rebosado o rebalsado de agua.

Otra cuestión a considerar, igual que en casa, es el uso del agua de las duchas. Todo servicio público (sea o no pago) o comunitario tiende a cuidarse menos que todo servicio del que somos responsables (monetariamente) de forma personal. Así, muchas veces se olvida que el agua de las duchas de las piscinas comunitarias o privadas, directa o indirectamente, la estamos pagando. El que no implique pagar más por usar más agua, no quita el daño ecológico de este desperdicio. Por eso haremos bien en ducharnos solo las veces necesarias (antes de entrar, y en todo caso después de salir) y con el agua justa (no recrearse artísticamente abajo de la ducha), sobre todo cuando después vamos a ducharnos otra vez al volver a casa.

De la misma forma, hay ciertos juegos acuáticos que implican un verdadero derroche de agua, y que lamentablemente tienen que ser prohibidos por los adultos, socorristas, guardavidas o responsables de la instalación acuática en cuestión. Por ejemplo, tirar agua a personas que se encuentran fuera de la piscina, bañándose o no, no es muchas veces sólo una falta de respeto, sino una afrenta al medio ambiente y a aquellos que no tienen la posibilidad de disfrutar con el agua.

Por último, todas las medidas que busquen evitar que el agua de piletas y piscinas se ensucie prematuramente, redundarán en una mayor eficiencia y ahorro de dicha agua. Algunas de estas medidas de higiene pueden ser: usar gorros o atarse el pelo, no escupir o limpiarse los mocos en el agua, venir aseados y siempre ducharse antes de entrar, etc. Por la misma razón, los jardineros (o nosotros mismos) deben evitar cortar el césped cercano a las piscinas en días de viento, y siempre hacerlo con cuidado de no ensuciar el agua durante el proceso, ya que toda suciedad implica un mayor uso agua y/o de productos para restablecer la calidad del agua. 


La educación, el principio y el final

Todo los consejos dados, y muchos otros que podemos recopilar en otros lugares, no servirán demasiado si no calan realmente en la conciencia de las personas. Obligar o imponer normas no suele dar resultado, sobre todo con los que más debería darlo: chicos y adolescentes.

Lo principal es entonces, como resulta obvio, educar a los chicos (o autoeducarte amigo, si es que tenés ya cierta edad para entender esto), educarse, decíamos, para poder realmente sentir que llevar adelante estas medidas de ahorro de agua no como una molestia, sino como una actitud que realmente nos ayuda a nosotros mismos y a todo lo bueno que nos da la naturaleza, logrando que podamos seguir disfrutando de las actividades al aire libre que tanto nos gustan, etc...porque sin agua no hay vida, y sin vida no existiremos nosotros ni todo lo importante.

Recomendaciones para el cuidado del medio ambiente en actividades al aire libre

Siempre que estemos en la naturaleza, en el campo, en la montaña, o en cualquier paraje natural, es decir, alejado de la civilización, en contacto con fauna y flora salvaje, de aire puro y de otras delicias ecológicas con las que disfrutamos los que nos movemos al aire libre, es lógico que tratemos de evitar todo lo posible impactos negativos que perjudiquen el entorno natural que tanto apreciamos, transformándolo de a poco en aquello de lo que escapamos siempre que podemos: la ciudad y la contaminación.

Hay ciertas normas o reglas fáciles de seguir que podemos recomendar entonces para evitar degradar, en la medida de lo posible, el medio natural con nuestra presencia, ayudando a cuidar la ecología. En general, para todas las actividades en el medio terrestre, entre las más importantes están:

  1. - Seguir la senda o caminos marcados.

  2. - No fumar ni encender fuego.

  3. - No arrojar basura, y levantarla si la encontramos.

  4. - No alterar las señales o marcas de los senderos.

  5. - No pintar las piedras, árboles o rocas.

  6. - No molestar a vegetales ni animales.

  7. - No gritar ni usar luz innecesariamente.

  8. - Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos.

  9. - Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada.

  10. Recomendaciones para el cuidado del medio ambiente en salidas en bicicleta


  • Seguir la senda o caminos marcados


Salir de la senda, pista o camino que sigamos es una mala idea. Por mucho que se diga que el "caminante hace su camino al andar", en senderismo, ciclismo, cabalgatas y demás actividades al aire libre en el medio terrestre esto es, desde el punto de vista de la seguridad, la eficiencia y la ecología, contraproducente.

Caminado al aire libre por un camino o pista forestal apta para vehículos rodados.

No seguir las sendas o caminos (en fila india tras el Guía de cabeza, de ser necesario) produce una mayor erosión del terreno y daño a la fauna y flora, hace que caminemos, andemos en bicicleta o a caballo normalmente más distancia o por caminos más complicados (mayor cansancio o pérdida de tiempo) o incluso por terrenos potencialmente más peligrosos (bordes de acantilados, piedras mal asentadas, etc.).

El atajar o cortar camino, cambia además el rítmo cardíaco dificultando la adaptación física aeróbica a una marcha, ascenso, descenso o caminata. Por lo tanto, seguir la sendas marcadas es una norma que tenemos que cumplir tanto por motivos de seguridad, de aprovechamiento racional de nuestro esfuerzo físico, y de respeto y cuidado de la naturaleza.

  • No fumar ni encender fuego


No sólo es contradictorio fumar cuando se pretende disfrutar del ejercicio físico al aire libre y de un entorno natural, sino que puede ser la causa de un incendio forestal, y molestia para el resto de no fumadores, de fumadores que hacen salidas en la naturaleza precisamente para olvidarse del cigarrillo y la fauna local.

De cualquier forma, está prohibido encender fuego por cualquier motivo en muchas zonas en todas las épocas del año, o particularmente durante la primavera-verano, precisamente para prevenir incendios.

Además, recordemos que una colilla o filtro de cigarrillo contiene una gran cantidad de nicotina y alquitrán (además de miles de otros tóxicos no determinados). La nicotina en particular es el contaminante más tóxico del mundo después de la toxina botulínica: un solo filtro usado de cigarrillo puede contaminar miles de litros de agua.

Evidentemente, existen casos especiales en donde encender fuego es necesario o posible. Pero para esto hay que saber, para lo cual hay que aprender con gente que sabe y bajo condiciones controladas.

  • No arrojar basura, y levantarla si la encontramos


No arrojar basura, y levantarla si la encontramos en le camino, en el lugar de acampada, etc., para desecharla en el lugar adecuado. En caso de que en nuestro país exista la posibilidad de dividir la basura para su reciclado (en orgánica, papel, vidrio, plásticos y envases, etc.) separarla en bolsas diferentes para poder hacerlo ahí mismo si se pude, o a la vuelta de nuestra salida.

Residuos particularmente tóxicos y que nunca hay que desechar en la naturaleza son las pilas y baterías, ya que pueden contener incluso metales pesados que contaminen curso de agua cercanos o napas subterráneas además de la propia tierra. Por otro lado, se sabe que, por ejemplo, actividades como la caza y sus desechos asociados (munición de balas o perdigonadas de plomo), causan un gran mortalidad entre aves que luego comen plantas crecidas en terrenos contaminados con dicho metal pesado.

Algunos tipos de plástico puede tardar más de 500 años en degradarse, así que considere llevarse toda su basura de vuelta a la ciudad.

  • No alterar las señales o marcas de los senderos


No alterar las señales o marcas de los senderos. Esto implica no borrar marcas de pintura (o hacer otras sin sentido, que puedan confundirse con las existentes) ni desarmar los hitos (montones de piedras acumulados artificialmente) que se encuentren por el camino, ya que cumplen una función primordial de señalización.

Los caminos están para algo, y sus marcas los dan a conocer. Si alteramos las señales, el resultado será que otras personas que sigan (o intenten seguir) en un futuro el mismo camino, puede confundirse, vagando por lugares equivocados, y por lo tanto degradando más el entorno al pasar por lugares antes no pisoteados ni alterados por la presencia humana.

  • No pintar las piedras, árboles o rocas


No pintar las piedras, árboles o rocas. Además de dar lugar a confusiones como mencionamos más arriba respecto de las marcas de los caminos, las constituyen un contaminación directa, además de un atentado estético contra el medio natural.

Lo que en la ciudad puede ser considerado una obra de arte por algunos, sin duda en un entorno natural está totalmente fuera de lugar. Como ejemplo valga la siguiente foto.


  • No molestar a vegetales ni animales


No molestar a vegetales ni animales. Por razones obvias, ellos tienen tanto derecho de vivir en paz como nosotros...en realidad más, ya que la naturaleza es "SU" casa, no la nuestra, nosotros somos los invitados, ellos los residentes: si destruimos su hábitat, pasaremos de ser residentes a intrusos o invasores.

Cada animal y cada vegetal tienen una función, el alterar a la flora o la fauna en su entorno (aunque no lo matemos realmente) puede significar cambios perjudiciales en el ecosistema a corto, mediano o largo plazo, siendo uno de los más destacables la extinción de una o más especies con sus nefastas consecuencias para todos.

Además, molestar a los animales puede implicar, en casos extremos, ser atacados por estos, como ante jabalís, ganado, corzos, ciervos, osos, pumas, linces, cabras montesas, avispas, abejas, y un largo etcétera que incluye a cualquier ave o animal (también las "inofensivas" vacas, ovejas, cabras, etc.) que quiera proteger su cría, su presa o su territorio ante un invasor; y a los insectos, menos visibles y por eso más vulnerables.

Responsabilidad y cuidado es lo que hay que tener. Lo mismo se aplica de forma pasiva a algunas plantas, que son urticantes o venenosas, pueden traer alergias a ciertas personas, etc.

  • No gritar ni usar luz innecesariamente


No gritar ni usar luz innecesariamente. Existe un tipo de contaminación llamada "contaminación acústica" o "contaminación sonora", que en la ciudad, con el ruido urbano, es normal. En la montaña debe evitarse todo lo posible, ya que altera a los animales de la zona.

Otro tipo de contaminación es la "contaminación lumínica", que tiene efectos parecidos sobre la fauna y flora. Recordemos que los animales tiene un "ritmo biológico", regido por la luz, haciendo que su actividad sea mayor o menor (dependiendo la especie) en las horas de mayor o menor luz (día o noche). El que "hagamos la luz" durante las horas en que no debería haberla desde el punto de vista natural (salvo en días de luna llena) hace que los animales se desorienten. Este efecto se ve claramente al ver como mueren cientos de insectos al revolotear de noche alrededor de lámparas, linternas, etc., debido a que confunden a esta con la luna, que normalmente les sirve de referencia para la orientación nocturna.

El ruido y la luz excesivos o fuera de lugar, puede hacer también que ciertos animales abandonen su territorio, sus refugios o sus nidos, incluso a sus crías, pereciendo estas de hambre y ellos tras perderse por desorientación.

  • Dejar las puertas y tranqueras igual que como las encontramos


Dejar las puertas, portones, vallas o tranqueras igual que como las encontramos, puede parecer una recomendaciones que no tenga nada que ver con la ecología o con la seguridad en actividades al aire libre, sino con el respeto a los paisanos o gente de campo en todo caso. Pero en realidad tiene que ver con ambas cosas y, por supuesto, también con el respeto.

Dejar una tranquera abierta cuando estaba cerrada, puede desencadenar una huida de ganado, con consecuencias no sólo perjudiciales para el ganadero o el pastor responsable, sino para la ecología del lugar: pisoteo de cultivos, erosión de terrenos naturales, pérdida de ganado, etc.

A su vez, dejar una barrera, valla o tranquera cerrada cuando estaba abierta, puede evitar que el ganado regrese a su corral (o salga de él) según lo previsto por el ganadero, con las mismas consecuencias perjudiciales.

Si resulta que no nos habíamos dado cuenta que dicha tranquera contenía a ganado "bravo", podemos adivinar fácilmente lo que puede pasarnos si nos cruzamos con algunos ejemplares enfurecidos, por meternos en o no hacer lo que es debido...

  • Respetar a la gente de campo, sus cultivos y la propiedad privada


Aunque no siempre, los campesinos, paisanos o pastores forman una parte indisoluble y totalmente adaptada al medio ambiente en zonas naturales, muchas veces sí. Perjudicarlos a ellos y sus costumbres en esos casos, por lo tanto, es perjudicar a la ecología, entendiendo a ésta como la relación armónica entre el ser humano y la naturaleza.

Pero incluso en los casos en que esto no ocurre así, cuando los paisanos son todo lo contrario: los que ensucian, los que con su ganado erosionan y destruyen el medio natural, los que talan árboles y construyen ilegalmente, etc., el no respetar su propiedad privada (tanto sus terrenos como sus animales y cultivos) puede traernos no sólo problemas legales, sino la imposibilidad de que en un futuro nos vuelvan a permitir pasar (aunque sea cerca) por la zona, ya sea con razón o sin ella.

Si cruzamos por zonas cultivadas o sembradas, robamos frutos, molestamos a los animales doméstico o al ganado, no prestamos atención a dejar las puertas o tranqueras como estaban a nuestro paso, tiramos basura, gritamos como locos o faltamos el respeto de cualquier otra forma a la gente de campo (incluyendo no saludarla como es debido cuando nos cruzamos con ella), no sólo lograremos que nos pierdan ese respeto también a nosotros; sino también a todos los que realizamos actividades al aire libre por placer.

Y la próxima vez puede que, con toda razón, ya no nos dejen pasar...aunque en teoría deban hacerlo por ley. Así que, como pasa con los extranjeros en un países que los acoge, es mejor portarse "más que mejor", mostrando una conducta ejemplar, para no dar excusas a aquellos que de buena ganas, tomarán la más mínima infracción para "discriminarnos" o echarnos las culpa de todos sus males en el futuro.


Reserva Forestal Lago Epuyén

La reserva forestal Lago Epuyén es un área natural protegida ubicada en el departamento Cushamen, sobre la costa del lago homónimo, en la zona cordillerana de la patagonia argentina, perteneciente al municipio de Epuyén, Chubut, Comarca Andina del Paralelo 42.
 
Vista del lago en Epuyén - Puerto Patriada. LuigiStudio (Own work)[CC BY-SA 4.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)], via Wikimedia Commons.)    

 El área fue protegida en 1964 mediante el decreto provincial 527, sobre unas 20 000 ha de bosques patagónicos. Posteriormente, mediante el decreto provincial 418 del 2003, se reglamento el área y zonificó incluyendo dentro de sus límites a las anteriores áreas protegidas aledañas Cerro Pirque y Cuartel Lago Epuyén. Según algunas fuentes, la superficie real de la reserva alcanza actualmente las 30 000 ha.

Objetivos

En la etapa inicial, el objetivo era la recuperación, conservación y manejo de los bosques, con el fin de realizar un aprovechamiento sustentable del recurso maderero,3 además de resguardar un espacio con especiales características biológicas y particular grado de conservación.4 Posteriormente estos objetivos se extendieron a la preservación de las condiciones de biodiversidad generales de la cuenca del lago Epuyén.

Flora y fauna

La cobertura vegetal de la reserva la constituyen bosques densos de ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), nogales silvestres o radales (Lomatia hirsuta), notros (Embothrium coccineum), ñires (Nothofagus antarctica) y coihues (Nothofagus dombeyi), que alternan con otras especies de menor porte como los avellanos (Corylus avellana). La densa arboleda y las particulares características del lago Epuyén y su entorno son el hábitat de varias especies de aves. Se ha registrado la presencia de ejemplares de cauquén real (Chloephaga poliocephala), bandurria austral (Theristicus melanopis), cóndor andino (Vultur gryphus), chimango (Milvago chimango), gaucho común (Agriornis micropterus), diucón (Xolmis pyrope), remolinera araucana (Cinclodes patagonicus), zorzal patagónico (Turdus falcklandii) y comesebo andino (Phrygilus gayi). En la reserva se ha observado ejemplares de huemul (Hippocamelus bisulcus), especie amenazada cuya conservación es prioritaria y está incluida entre las consideradas monumento natural.

Fuente: Wikipedia.

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Polución o contaminación atmosférica: peligros y medidas para combatirla

La polución o contaminación atmosférica es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, y aunque bastante normal en la mayoría de las grandes ciudades, es a la vez poco combatido por muchos gobiernos e ignorado por la mayoría de la gente. Pero los peligros para la salud que representa y la necesidad de evitarla hacen necesario difundir lo que hay que saber y lo que podemos hacer para luchar contra la contaminación.


La contaminación es perjudicial para la salud sobre todo porque contiene partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, c02 y ozono troposférico. Está demostrado que la exposición crónica a estos agentes químicos aumenta el riesgo de problemas cardiovaculares (que desembocan en infartos, anginas de pecho, etc.) y cáncer de pulmón, entre otras dolencias y enfermedades, como las que EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

Es evidente, además, los perjuicios medioambientales de la contaminación, ya que muchos de los gases emitidos son GEI (gases de efecto invernadero), y por lo tanto contribuyen al cambio climático y el calentamiento global. A esto hay que sumarle el perjuicio que existe para la fauna y la flora afectada también en su propia salud. Es decir, la "salud" de la naturaleza, al igual que la humana, también se ve directamente perjudicada.

Las causas de la contaminación del aire (sobre todo en las grandes ciudades) son, en general, las siguientes:

  • La emisión de gases contaminantes por parte de los vehículos a motor.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de la industria.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de las plantas generadoras de energía eléctrica no renovables.

  • La emisión de gases contaminantes por parte de los aparatos de calefacción (calderas de carbón, calefactores de gas, etc.).


Al mismo tiempo, la acumulación puntual de contaminación puede empeorar debido a circunstancias orográficas y/o climáticas.

Así, por cuestiones orográficas, en ciertas ciudades, a igual cantidad de contaminación generada que en otras, la polución resultante (partículas en suspensión y gases que se acumulan en su atmósfera) es mayor debido a que su ubicación, desnivel, etc., impide que los vientos la limpien regularmente como les sucede a otras (caso de México D.F., por ejemplo).

La meteorología puede, en otros casos, causar un efecto similar o agravarlo: así vemos que cuando existen zona de alta presión en la atmósfera (anticiclones) sobre ciertas ciudades que generan mucha contaminación, esta se acumula más de lo normal (ya que la alta presión impide que escape hacia arriba), siendo esta situación también crónica en regiones con determinado clima (caso de las grandes ciudades españolas, con sus típicos anticiclones invernales).
 

La emisión de gases contaminantes por parte de los vehículos a motor


Aunque ya existen tecnologías que generan muy pocas emisiones de gases contaminantes, no son en general tan baratas como las tecnologías ya instauradas más sucias. Así, se siguen fabricando, comprando y usando automóviles y vehículos automotores que contaminan en gran medida. Su concentración en las grandes ciudades hace que estas sean los lugares más contaminados, y que las medidas contra el uso de estos vehículos tengan que tomarse en dichas metrópolis, como ya se hace en muchos casos. La contaminación es incluso en muchos casos invisible e inodora para el ser humano, como ocurre con el ozono troposférico, afectando a los que hacen ejercicio al aire libre, en los espacios verdes de las grandes urbes.

Si una mejora del poder adquisitivo de la gente no se equilibra con la exigencia legal de fabricar coches menos contaminantes, y mientras los grandes vehículos se sigan viendo como imprescindibles, una señal de estatus, etc., el resultado es una mayor contaminación.

Así, en lo referente al uso de vehículos, se pueden tomar varias medidas individuales, desde las más obvias y radicales, a las menos, entre las que podemos mencionar:

  • - No comprar un vehículo a combustión si realmente no es necesario. Si es posible, son preferibles los vehículos eléctricos o que se muevan utilizando otras fuentes de energía menos contaminantes.
  • - Nuestros propias piernas son el vehículo de transporte individual más eficiente y ecológico de la historia, seguido de la bicicleta, los veleros y los caballos. Dependiendo de las circunstancias, hay que usarlos en ese orden y todo lo posible, ya que además redundará en nuestra buena salud gracias al ejercicio físico.
  • - Si se tiene automóvil, no usarlo para trayectos cortos que se pueden hacer a pie o en bicicleta, es una medida complementaria a la anterior.
  • - Si se puede elegir, mejor viajar en un medio de transporte público que en uno privado. Si se viaja en un medio de transporte privado, que este vaya lleno de pasajeros, maximizando su uso (ahorro de combustible además de menor contaminación).
  • - Es mejor usar el tranvía, tren y/o el metro (subterráneo) que los autobuses. A su vez, es mejor usar los autobuses que los coches. Lo mejor, no usar ninguno.
  • - Exigir que se aprueben normativas y leyes que limiten el máximo que puede contaminar un vehículo, promuevan los vehículos no contaminantes, prohíban el uso de vehículos en las ciudades más contaminadas y en los momentos de mayor contaminación, fomenten el uso de las propias piernas y la bicicleta generando espacios para ello (carrilbici, bicisendas, caminos y calles peatonales, etc.) o educando en las escuela y concienciando a adultos. 
  • - Si se usa el coche, practicar una conducción ecológica, lo cual merece un capítulo aparte con varias recomendaciones que luego tienen que ser aplicadas (y practicadas, porque no es un conocimiento que se adquiera solamente en la teoría) en la práctica. Algunos consejos para una conducción más ecológica (y por lo tanto más económica) son:
  • mantener bajas las revoluciones del motor y conducir con una marcha o cambio "largo" en la medida de lo posible.
  • apagar el motor si se está detenido por más de un minuto, incluso en los semáforos en rojo, embotellamientos o atascos. Actualmente los vehículos más modernos apagan el motor de forma automática en estos casos, por lo cual entonces no deberemos preocuparnos.
  • no acelerar cuando nuestro vehículo tiene inercia suficiente para moverse, hay que aprovechar ese impulso (por ejemplo, en bajadas, cuando estamos por frenar con tiempo suficiente, etc.).
  • utilizar el "freno motor", es decir, la reducción de cambios o marchas para frenar, en la medida de lo posible.

Las emisiones contaminantes por parte de la industria

Como ciudadanos no podemos limitar directamente las emisiones que genera la industria de nuestro país, pero sí podemos hacerlo indirectamente apoyando a grupos ecologistas o políticos que se ocupen de presionar o regular las prácticas industriales antiecológicas. Al mismo tiempo, como consumidores, si nos informamos correctamente podemos dejar de comprar productos de empresas que tengan prácticas contrarias al medio ambiente.

Como industriales o personas de negocios relacionados con la industria (si resulta ser el caso), se puede buscar invertir en energías renovables y no ver al medio ambiente como un costro, sino como una ganancia a mediano y largo plazo para nuestro negocio, nuestra imagen, nuestros clientes y todo el que respira sobre la tierra. 

La emisión de gases contaminantes por parte de las plantas generadoras de energía eléctrica no renovables.

A escala masiva, existe una gran diferencia si la energía eléctrica que utilizan todos los ciudadanos proviene de centrales eléctricas que la generan de forma renovable o no. Si, por ejemplo, la energía se genera en centrales carboneras (hidroeléctricas que general electricidad quemando carbón) la contaminación que se "paga" en función del consumo eléctrico es muy alta. Si, contrariamente, se utiliza energía eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, maremotérmica o cualquier otra fuente de energía renovable, la polución atmosférica directa puede ser cero, y la acumulada durante todo el proceso de vida de estas centrales muy inferior a la de otras fuentes de energía sucia.

Así, un primer punto a destacar sobre las medidas a tomar contra la contaminación es el exigir a los gobernantes el crear leyes que obliguen a las grandes compañías eléctricas a usar energías renovables y limpias. Porque, hay que decirlo también, hay energías que no son limpias porque contaminen la atmósfera, sino porque generan otro tipo de perjuicios ecológicos, como las presas o represas que obligan a inundar regiones o talar bosques, afectando a la fauna o flora, a la temperatura y caudal de los ríos, etc. O como la energía nuclear, que no contamina con polución atmosférica, pero lo hace con algo peor y más persistente: radioactividad.

La emisión de gases contaminantes por parte de los aparatos de calefacción (calderas de carbón, calefactores de gas, etc.).

A varias formas en que, como consumidores de calefacción, podemos reducir las emisiones por nuestra parte:

  • - Utilizando calefacción lo más eficiente y no contaminante posible: eléctrica de bajo consumo o de gas que calienta radiadores de agua, no estufas de aceite o de calderas de carbón que si es el caso deberíamos buscar reemplazarlas por un sistema más eficiente, comunitario o individual. La combustión de leña es una de las fuentes más contaminantes que existen. Hay que tratar de evitarla.
  • - No poner muy alta la calefacción en invierno o muy bajo el aire acondicionado en verano. La temperatura entre 19 y 21 grados centígrados es más que aceptable. Por cada grado que se sube o sea baja (dependiendo el caso), se consume alrededor de un 7% más de electricidad, con el gasto que eso implica a nivel ecológico y económico.
  • - Maximizar el aprovechamiento de la luz del sol y las corrientes de aire para mejorar la temperatura. Por ejemplo, abriendo las persianas y no las ventanas cuando sale el sol en invierno, cerrando las persianas cuando se oculta, para aprovechar su calor. Y a la inversa, en verano cerrándolas para evitar que la casa se caliente durante las horas en las que pega el sol, y/o utilizar toldos, para luego dejar paso a ventanas abiertas para que las corrientes de aire refresquen el ambiente de forma natural y ecológica

El costo de los platos rotos de otros

Si hacemos todo lo posible para no contaminar, directa o indirectamente, pero seguimos respirando aire contaminado en donde vivimos, quizás tengamos que pensar seriamente en mudarnos. Si uno es responsable ecológicamente, no tiene por qué "pagar los platos rotos" por otros: políticos, ciudadanos irresponsables, automotríces, grandes compañías eléctricas e industria en general. Existen muchos lugares donde poder seguir siendo responsables ecológicamente, pero al mismo tiempo disfrutar de una mejor calidad del aire. Estos lugares nunca se encuentran en las grandes urbes, por lo que vivir en una metrópoli y pretender respirar aire tan limpio como en el campo o en la montaña no es realista.

Guía: Ecoturismo o turismo ecológico - Patagonia Andina

Recorrer la naturaleza con el único fin de disfrutar la naturaleza, eso es el ecoturismo. Las actividades ecoturísticas o de turismo ecológico en la Patagonia Andina son muchas y variadas.

Senderismo por territorios vírgenes: acceso a bosques nativos, territorio de montaña, cascadas, glaciares, ríos, arroyos, lagos, etc.

Bosque nativo patagónico - Patagonia Andina
Bosque Nativo de la Patagonia.

Avistamiento de aves, flora y fauna.

Observación de aves - Patagonia Andina
Aves acuáticas en un lago de la Patagonia.

Recorrido de reservas naturales: incluyendo parques nacionales, parques provinciales y áreas protegidas.

Gastronomía ecológica u orgánica: quesos, lácteos, frutas finas, cervezas y diversos productos naturales se producen y se comercializan en la región.
 
Frutilla - Patagonia Andina
Una frutilla silvestre en el suelo de un bosque nativo patagónico.

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