El Moco de Roca (Didymosphenia geminata) es un alga, oriunda de
norteamérica, que se está extendiendo como especie invasora
acuática por muchos lugares del mundo, incluyendo acuíferos de agua
dulce de la Patagonia Andina argentina y chilena. Pero la forma de
prevenir su expansión está en manos de los seres humanos, que son,
indirectamente, su principal portador. Aquí explicamos como evitar
difundir esta alga nosotros mismos en base a ciertas medidas de
prevención y desinfección.
Haga clic para agrandar la imagen. Recomendaciones para prevenir la propagación del alga Didymo o Moco de roca en la Patagonia Andina. |
El moco de roca,
alga conocida también popularmente como Didymo, no es un problema
para la salud humana, más allá de lo desagradable que puede ser a
nivel sensorial o estético el pisar las alfombras de algas que forma
en los fondos de los ríos, sobre todo en invierno. Sin embargo, esta
especie es sin duda, y cada vez más, una especie invasoras, por lo
que constituye un grave problema ecológico: afecta a las especies
locales, perjudicando en general la correcta alimentación de los
peces autóctonos.
El moco de roca
suele predominar en los ríos y arroyos en los que la temperatura es
fría y relativamente constante durante todo el año, adherida a
rocas, tallos de otras plantas o cualquier otra superficie sumergida.
Por eso Didymophenia geminata se va transfiriendo de un acuífero a
otro, ya que se adhiere fácilmente en el calzado (botas de agua,
etc.) a los cascos de embarcaciones y vehículos acuáticos, ganado y
animales domésticos, etc.. A esto hay que sumar el hecho de que una
sola gota de agua contaminada con esta alga, de tamaño microscópico,
es suficiente para transferirla a un nuevo entorno natural
antiguamente libre de ella. Esto hace "migrar" al moco de
roca, por ejemplo, a la par del movimiento de ganado, o la afluencia
de turistas activos y entusiastas de los deportes náuticos, que
viajan junto con sus vehículos acuáticos. Se entiende entonces que
el Didymo se esté extendiendo por la Patagonia andina (luego de
detectarse en otros territorios del hemisferio sur como los de Nueva
Zelanda) y que sus pobladores y las autoridades locales se estén
empezando a preocupar de tomar las medidas de prevención y
desinfección necesarias para frenar su avance hacia el sur de
América.
Todo esto justifica
que los practicantes de deportes náuticos y acuáticos, o cualquiera
que se mueva por la proximidad de ríos u arroyos en los que haya
moco de roca por actividades tales como la pesca con mosca, rafting,
navegación a vela o en embaracaciones a motor, sigan ciertas medidas
de prevención:
1 - RETIRAR -
Eliminar todos los residuos del alga didymo antes de abandonar el
acuífero, buscarlos y removerlos de lugares no evidentes para la
vista, dejándolos en el lugar.
1.1 - REMOJAR y
LIMPIAR - Limpieza con desinfectante fuera del ecosistema acuático.
2 - Limpie los
OBJETOS Y ELEMENTOS que tuvieron contacto con agua: remojado y lavado
de al menos 1 minuto con detergente, con agua caliente (más de
60ºC), en agua con yodo al 2% o con un producto antiséptico.
Aquellos objetos que absorben agua (chalecos salvavidas, waders,
botas de vadeo, etc.) tienen que dejarse en remojo al menos 30
minutos.
3 – SECAR - Si la
limpieza no es posible (cosa que ocurre en el caso de ganado o
animales domésticos que se hayan visto afectados) dejar secar
durante al menos 48 horas antes de entrar en contacto con otro curso
de agua los animales u objetos afectados.
Si ya se encuentran
fuera del lugar acuático original al realizar la limpieza, nunca
elimine EL ALGA por el desagüe, sino dejarla secar y ponerla a luego
en hipoclorito sódico o hipoclorito de sodio (conocido comúnmente
como agua lavandina, cloro, lejía, agua de Javel, agua Jane o
blanqueador) durante al menos 4 horas.
4 - No usar botas
con suela de fieltro. Estas son un tipo de botas populares entre
algunos pescadores, debido a su agarre al lecho acuático y los
residuos que quedan pegados fácilmente a la suela, son un medio para
la transmisión del moco de roca. Por eso muchos países y
localidades prohibieron su uso (diferentes estados de EE.UU, Alaska,
Nueva Zelandia, etc.) por lo que, en cualquier caso, se desaconseja
su utilización. Incluso ciertos fabricantes están dejando de
producir estas botas de suela de fieltro, reemplazándolas por botas
con suelas de goma.