Muchas veces se habla de los iglúes o inglús como refugios de supervivencia ideales para un clima invernal con abundante nieve disponible. Sin embargo, su construcción, aunque realmente útil e insuperable en muchos sentidos, es realmente complicada y requiere del uso de herramientas que un superviviente ocasional (no un esquimal) difícilmente tenga consigo.
En este artículo contamos nuestra experiencia de construcción de un iglú "sin nada", al menos nada que no se pueda conseguir en la naturaleza, junto con nuestras manos, pies e inteligencia.
Video que muestra algunos aspectos de la construcción de un iglú
sin usar herramientas no improvisadas, como refugio de supervivencia polar.
Manos: herramientas frías
Cuando se construye un iglú de forma realmente improvisada (es decir, sin disponer de serrucho, cuchillo, pala, etc.) habrá que usar las manos, evidentemente. El problema es que, incluso aunque tengamos guantes, tarde o temprano vamos a enfriarnos las manos hasta tan extremo que podemos rozar el congelamiento. Saber esto es muy importante, ya que al menor indicio de "dejar de sentir" los dedos, tendremos que hacer un descanso para, junto con ejercicios de calentamiento de brazos, muñeca y dedos, recuperar un poco la circulación.
Si usamos guantes, los mejores serían los impermeables y transpirables ("perlantes") de membrana tipo Goretex. Pero como estamos suponiendo que vamos a trabajar como supervivientes sin equipo, tenemos que pensar que no vamos a tener este lujo, o incluso trabajar a mano desnuda. Sin embargo, si tenemos algún plástico, podremos improvisarnos unos guantes para (por lo menos) no mojarnos las manos, y así lograr que se nos enfríen más lentamente y se calienten más rápido durante los descansos.
Un método para saber si tenemos las manos congeladas o si el frío todavía es soportable, consiste en tocarse el dedo pulgar con el meñique de las manos: si no lo logramos la primera vez (si no coordinamos) significa que estamos cerca de la congelación de las manos, y tenemos que descansar para calentarlas. Una forma práctica de calentarlas es ponerlas abajo de nuestras axilas, la corva de las rodillas, o hacer el clásico "molinete" (girar los brazos a la altura de los hombros a gran velocidad) para que la sangre vaya de los brazos a las manos.
Ubicación del iglú
Si es posible habrá que elegir un terreno plano para construir el refugio, o lo más plano que haya en las inmediaciones de la zona de supervivencia, lugar que elegimos para acampar por diversas razones (cercanía de agua), etc.. Al mismo tiempo, el lugar de emplazamiento de nuestro refugio-vivac provisional deberá estar lo más cerca posible de la fuente de nieve, que deberá ser extensa, por razones obvias: ahorro de tiempo y esfuerzo en su construcción, y garantía de tener todo el materia base necesario para la construcción de los ladrillos de nieve.
Aunque en esta ocasión no lo llevamos acabo, lo ideal y tradicional es construir el refugio en el lugar que queda al ir sacando los ladrillos o bloques de nieve. En caso de tratarse de un iglú de tamaño medio o grande (el que vemos en las fotos y videos es chico, para dos personas sentadas adentro) lo ideal es que la superficie de donde se sacaron los bloques de nieve sea el suelo bajo del iglú, la parte delantera, y atrás quede una zona más elevada destinada para dormir. La razón de esto es que el frío tiende a darse en la zona baja (o el calor en la alta), y así se logra más confort cuando se duerme.
Es importante pensar también cual será la orientación de la puerta: normalmente en la zona contraria a la dirección de los vientos predominantes (sotavento). La puerta deberá ser a su vez lo más chica posible (para evitar pérdidas innecesarias de calor). Si hay mucho viento o el mismo no tiene una dirección estable, y hay nieve (y tiempo) suficiente en base del iglú, se puede cavar un túnel como puerta.
Pasos básicos a seguir para su construcción
El método que usamos implica generar los ladrillos de nieve en dos etapas:
A) - Aplanar la nieve con los pies.
B) - Cortarlos (darles forma) con un palo.
Para que este método funcione (al menos, de acuerdo a lo que probamos) la superficie de la nieve no deberá ser muy alta, para así poder compactarla hasta el nivel del suelo. Eso nos va a ayudar a "despegar" los ladrillos, como vemos en el video y las fotos. De otra forma, habría que también preocuparse de "cortar" los ladrillos por abajo para sacarlos, algo que sin una pala para nieve resulta bastante difícil al menos, y mucho más inviable sin duda.
Video que muestra algunos aspectos de la construcción de un iglú
sin usar herramientas no improvisadas, como refugio de supervivencia invernal.
Ladrillos o bloques de nieve
La práctica nos enseñó que lograr ladrillos "perfectos" es casi imposible con un método tan "casero" o "artesanal". Habrá entonces que buscar "encastres" entre los ladrillos, para ir levantando la pared según vayamos viendo. Tampoco será demasiado factible lograr una construcción tipo "espiral ascendente" usando bloques cada vez más grandes (método tradicional), por la misma razón (falta de herramientas de "precisión" para lograr ladrillos del tamaño necesario en cada caso). En cualquier caso, siempre intentaremos que el centro de los ladrillos superiores se apoyen sobre la unión de los dos ladrillos inferiores, que lo soportan, haciéndole de base, algo totalmente imprescindible para mantener la estructura relativamente estable.
Pese a que en el video vemos el refugio con hojas y hojarasca pegadas a la nieve, si hay tiempo, es buena idea sacárselas. La razón es que si las dejamos, estas se van a calentar antes que la nieve (por ser más oscuras) y acelerarán el proceso de fundido de la misma, cosa que comprobamos. Por otro lado, aunque se tomen estas precauciones, lo cierto es que el refugio es muy difícil de "pulir" o "tallar" por el interior, lo que hace que sea propenso a las goteras. Hay que tener en cuenta a su vez, que se acelera mucho el trabajo si disponemos de un palo con cierto filo, ya se natural o tallado (si tenemos un cuchillo, también puede ser útil en este sentido), y se gana mucho en calidad de las paredes construidas.
Ventilación: imprescindible
Si nuestro refugio raya la perfección, es decir, no hay casi rendijas entre bloques, será imprescindible hacer al menos un agujero de ventilación para poder evacuar el dióxido de carbono (CO2) generado por la respiración de sus ocupantes. Una ventana es algo opcional, pero si se hace, deberá hacerse al final de la construcción, al igual que el agujero de ventilación.
Pese a estos orificios de ventilación, la temperatura en un refugio puede superar los 0ºC, llegando incluso hasta los 15ºC o más, independientemente de la temperatura exterior.