El problema de los senderos polifuncionales

Las sendas o senderos (picadas, como se les dice también en la Patagonia) que se habilitan o en la práctica son polifuncionales tienen varios inconvenientes desde el punto de vista de la seguridad y la ecología.

Un video que muestra cómo elegir ante una bifurcación de caminos, algo que también evita una mayor erosión.
Este video fue filmado en un sendero de la Patagonia Andina que también es usado para cabalgar, de ahí que se vea tan erosionado.

Cuando decimos "sendas polifuncionales" nos referimos a que pueden ser transitadas tanto por personas a pie, como por ciclistas, jinetes a caballo o incluso a veces vehículos a motor (sobre todo motos, el llamado "enduro").

Tanto el sentido común como la experiencia de muchos países en base a estudios científicos y de campo demuestran plenamente que habilitar un camino al aire libre para que lo utilicen al mismo tiempo personas, bicicletas y caballos es en principio algo perjudicial desde muchos puntos de vista.

Desde el punto de vista ecológico, este tipo de senderos causa una erosión mucho mayor que los senderos dedicados específicamente para una actividad en concreto (senderismo, ciclismo, cabalgatas, etc.).

Un caballo erosiona el terreno más que una bicicleta, y una bicicleta más que una persona. A su vez, ciertas modalidades de ciclismo como el ciclismo de descenso, causan una erosión todavía mayor que el tránsito equino. La erosión termina por causar verdaderos "canales" cuando el tránsito es elevado, por los que el agua erosiona todavía más y más profundamente los senderos hasta hacerlos impracticables.

Por otra parte, la altura despejada para un sendero que transite un bosque necesaria para que pueda utilizarlo alguien a caballo es mayor que la necesario para que transite una persona a pie o en bicicleta. Al mismo tiempo, si lo transitan distintos tipos de vehículos con "tracción a sangre" (bicicletas y caballos) el espacio deberá contemplar la posibilidad de poder adelantarse o dejar pasar sin tener que salir del sendero, porque si no lo hace, tarde o temprano el sendero se ampliará "por sí sólo" (porque la gente saldrá del camino en esos casos). Así, un sendero multifuncional tiene que ser necesariamente más grande desde su nacimiento, o sino lo será tarde o temprano.

Desde el punto de vista de la seguridad, un sendero polifuncioinal muy concurrido puede ser un verdadero peligro, además de transformar el senderismo, trekking, mountainbike o cabalgadas en una experiencia al aire libre no tan placentera al tener que ceder el paso o esperar que se lo cedan a uno: los ciclistas a los jinetes y a los senderistas, y los senderistas a los jinetes.

Los ciclistas de descenso, los jinetes y aquellos que no tienen claro cuándo y cómo debe disminuirse la velocidad si nos cruzamos con senderistas u otros vehículos, ya sea por ignorancia (falta de educación) o por no anticiparse a la posibilidad de cruzarse con alguien en el camino, causan atropellos con graves consecuencias.

Todos estos perjuicios pueden ser evitados si separan los senderos por actividad: para senderistas, para cabalgatas y para ciclistas de montaña. En países como Canadá esto es un hecho, y en otros de Europa donde esto no es así, se demuestra todos los perjuicios anteriormente citados.

Por supuesto, puede decirse que en países europeos muchas veces no sobra el espacio para hacer distintos senderos especializados, pero lo cierto es que, como mencionamos, a mediano o largo plazo este espacio se usa igual y peor (accidentes) debido a los problemas que trae un tránsito tan variopinto por un mismo camino. Pero incluso países con mucho más espacio, como Argentina, parecen desconocer estas razones, y optan por senderos polifuncionales.

Además, ante la tesitura de optar por un sendero de tránsito múltiple, y la no existencia del sendero (es decir, la prohibición del tránsito), debería optarse por la segunda. Sobre todo en lugares donde el primero objetivo debería ser la conservación de la naturaleza, como son las reservas naturales por las que suelen discurrir estas sendas.

Esperemos con estas líneas hacer recapacitar, en la medida de lo posible, a las administraciones públicas para que apuesten por caminos más respetuosos con el medio ambiente y la seguridad de los que lo recorren. Y al mismo tiempo concienciarnos a todo para respetar todo lo posible a aquellos que nos crucemos al aire libre.

Esquí y medio ambiente: como cuidar la ecología esquiando

Si bien la práctica de esquí tiene más o menos impacto ambiental dependiendo de la modalidad que se practique, hay ciertas acciones básicas que pueden contribuir a que la actividad sea amigable con el medio ambiente. Aquí citamos algunos.

  • Desechos y desperdicios. Tirar la basura en los lugares habilitados para tal fin (papeleras, tachos, etc.). No tirar o arrojar al suelo colillas de cigarrillo, guardarlas y después tirarlas en el lugar apropiado. Si ve algún desperdicio tirado, levántelo.
  • Sendas y fuera de pista. Si no es necesario no cree nuevas sendas ni abuse de los trayectos por fuera de pista. El daño ecológico se magnifica si se destruye el poco entorno natural que rodea las pistas de esquí.
  • Medios de transporte. Lo mejor es usar los transportes colectivos o públicos, y si se viaja en coche, compartirlo no viajar solo. Así contribuiremos a disminuir la contaminación.

Cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río o arroyo a pie

¿Cómo elegir el mejor punto para cruzar o vadear un río, un arroyo o cualquier tipo de curso de agua a pie? Para eso tenemos que saber algunas cosas desde la teoría. Y, por supuesto, tener práctica en el cruce de ríos a pie. Aquí explicamos lo básico que hay que saber para hacer elegir un punto vadeo.

Ante todo, una aclaración terminológica: estrictamente hablando, la palabra que hay que usar para referirse al cruce de un río a pie por el agua es "vadear". Ya que "cruzar" puede aplicarse también a superar un curso de agua por sobre un puente, por ejemplo. Sin embargo, y en general, en este artículo usaremos indistintamente "vadear" y "cruzar" un río, salvo que se aclare lo contrario.

  • Vadear es la última opción

Video tutorial sobre cómo elegir el mejor punto para vadear o cruzar un río.

Lo primero que debe saber es que vadear un río no es algo que haya que hacer, salvo que uno no lo pueda evitar. Es decir, si tenemos un puente, y sabemos que está en cierta dirección, aunque tardemos un poco más hay que ir a cruzar el río en ese puente. O cruzarlo en cualquier punto seco que conozcamos.

Si el río acaba de subir porque es época de de deshielo o por luvias, o si es un arroyo temporario y no tenemos mucho apuro, hay que acampar hay que esperar y cruzarlo cuando haya bajado.

Teniendo en cuenta lo anterior, si no nos queda otra opción y tenemos que cruzar un río por cuestiones de supervivencia o fuerza mayor, mejor considerar algunas cuestiones que vamos explicar en este artículo y en el video tutorial que lo acompaña.

  • No cruzar en una curva y/o tener en cuenta el fondo

Lo primero a tener en cuenta es que el arroyo o el río a vadear no esté, en el punto en que lo queremos cruzar, en una curva. Porque las curvas hacen que se erosione de forma tal, que haga que tenga un desnivel del lado saliente de la curva que sea más peligroso.

A su vez, cuando hay vegetación, sobre todo árboles más grandes, en la zona que vamos a cruzar es posible que haya (dependiendo de la fuerza de la corriente y del tipo de flora) troncos, ramas, etc. que, tras haber caído, creen un doble fondo bajo el agua, no necesariamente visible, que lo hace peligroso.

En ríos como los de la Patagonia, donde hay mucha piedra redonda, bocha o canto rodado, se hace todavía más dificultoso mantener el equilibrio que en ríos de fondos arenosos.

  • Vadee por la parte más ancha del río

En todos los casos hay que buscar una zona para vadear lo más ancha posible, y con el fondo lo menos profundo posible. Estas dos cosas suelen darse juntas, ya que al ser más ancho o haber más distancia entre una orilla y la otra, lo que ocurre es que el caudal consecuentemente es menor, o viceversa.

Esto significa que si confluye un río con otro río, lo normal es que aumente el caudal y que sea más suave tras dicha confluencia. Contrariamente, si se bifurca un río sucede al revés, hace que el caudal sea más fuerte. Por lo tanto, en condiciones normales e idealmente, hay que cruzar los curso de agua antes de las bifurcaciones y después de las confluencias.

  • No cruzar hacia orillas contrarias con pendiente pronunciada o vegetación densa

Lo mismo que dije de no cruzar en las curvas se aplica a las pendientes que son del otro lado escarpadas. La máxima expresión de esto sería un acantilado. Porque lo que ocurre es que esto está indicando una erosión en la parte cercana a donde sube la orilla. Y además, evidentemente, nos va a ser más difícil trepar y salir. Esto último se aplica también a las orillas con vegetación profusa, que pueden complicar nuestra salida por la orilla contraria.

En resumen, va a haber que buscar una zona, por lo tanto, lo más ancha posible, como dije antes, y que no tenga una pendiente escarpada del otro lado.

  • Evaluar la temperatura del agua

En la mayoría de las regiones, aunque sea verano o temporada estival, el agua de ríos y arroyos puede bajar muy fría debido al deshielo u otras condiciones climáticas. Entonces, hay que evaluar precisamente la temperatura del agua antes de vadear un río. Si está muy fría no es conveniente vadear, sobre todo si es un trayecto largo.

  • Uso y utilidad de piedras

Piedras a intervalos regulares en el agua, que sobresalieran de esta, formando el símil de un camino, serían lo ideal, pues constituirían un verdadero puente natural. Suele haber este tipo de cruces, creados por los caminantes, en arroyos que se vadean habitualmente. Pero será raro encontrarlo en situaciones de supervivencia donde es muy probable que estemos en territorio inexplorado o poco transitado. Puede, sin embargo, darse que existan lugares suficientemente anchos para hacer que al menos algunas piedras sobresalgan, esos son los lugares ideales de cruce, porque las podemos usar para ir pasando de piedra en piedra, o para tener al menos puntos de apoyo extra.

Por supuesto, también podría generarse un puente de ese tipo tirando piedras desde la orilla, pero a veces es una pérdida de tiempo.

Hay que considerar, por otra parte, si vamos en grupo, que todas las personas tengan la habilidad mínima para caminar por piedras en un río, o que no tengan miedo a ello, porque sino no tiene sentido que la persona más débil no pueda hacer el cruce.

  • Analizar el río

Todo lo anterior implica que hay que disponer de tiempo para analizar el río, buscando el mejor lugar de vadeo. Hay que ver los lugares donde, por ejemplo, haya remolinos o rebufos, donde las piedras se nota que los generan, haciendo peligroso el vadeo del río.

Le recomendamos ver el video tutorial que acompaña este artículo para tener una descripción más gráfica sobre cómo analizar un río o arroyo antes de vadearlo.