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Rafting: nociones básicas de seguridad y remado

Para practicar rafting por primera vez, o hacerlo en cualquier caso y a cualquier nivel con cierta seguridad, es preciso conocer (primero teóricamente, y después en la práctica) ciertas normas que se aplican para evitar caer al agua, usar correctamente los remos y saber cuál es el procedimiento de auto-rescate a seguir en caso de caer accidentalmente al agua. Por eso aquí explicamos lo básico para practicar rafting con un mínimo de seguridad.


Rafting en el río atuel (San rafael, Mendoza, Argentina).

Sea del nivel que sea el río que descendamos haciendo rafting, la posibilidad de que nos caigamos al agua existe. Por eso lo primero que hay que saber es cómo enfrentar este hecho de antemano, con la indumentaria exigida en estos casos: chaleco salvavidas y casco.

  • Auto-rescate en caso de caída al agua
En caso de caída, hay que seguir un sencillo procedimiento para realizar un auto-rescate o facilitar el rescate por parte de terceros que quedaran en el bote:

1 - Intentar ante todo mantenernos agarrados del bote, el cual por lo general llevará unas cintas a los costados para ese fin. En cualquier caso, si tenemos un remo, nunca hay que soltarlo, porque puede servirnos para flotar mejor. Existe una técnica específica para subir a los botes hinchables o inflables y de otro tipo, pero no es sencilla ni intuitiva si uno no la practicó antes, así que en estos casos hay que esperar que a uno lo "icen" desde adentro del bote, agarrándolo del chaleco salvavidas.

2 - Si no logramos agarrarnos al bote tras la caída, por no estar al alcance de nuestra mano el bote, hay que intentar usar el remo como una extensión del brazo, estirándolo hacia los compañeros que queden en el bote para que nos puedan subir a bordo. Si incluso así no llegamos, nuestros compañeros de abordo pueden a su vez estirar sus remos hacia nosotros, para enganchar ambos remos por la parte del mango en "T". Por eso es muy importante agarrar el remo del lado de la pala en estos casos, extendiendo el mango en "T" hacia el bote.

3 - Si las maniobras anteriores resultan imposibles, hay que adoptar una postura que evite que lastimemos si chocamos con rocas que pudiera haber en el fondo del río, o que sobresalgan de la superficie, mientras seguimos siendo arrastrados por la corriente. Para eso la postura idónea es ir con los pies estirados adelante en la dirección en la que va la corriente del río, y los brazos cruzados sobre el pecho manteniendo el remo o (si no lo tenemos o lo perdimos) en lo posible estirados también hacia adelante (aunque los usaremos para controlar nuestra dirección y mejorar la flotabilidad también). En caso de chocar con una roca, la flexión de tobillos y rodillas (que no deben ir rígidos) amortiguarán nuestro impacto y nos posibilitarán cambiar de dirección.

4 - En caso de no poder subir al bote, esperaremos en la postura comentada anteriormente a que el guía cruce el mismo por delante nuestro, y así poder intentar el procedimiento que explicamos en los 2 primeros pasos.

5 - Si lo anterior no es posible, o todos los miembros de la tripulación cayeron al agua y el bote baja sin control a la deriva, hay que intentar salir nadando. Para eso hay que esperar una zona del río en la que no haya rápidos, y nadar a favor de la corriente pero en diagonal a la misma, para así alcanzar una de las orillas.

  • Nociones básicas de remado y manipulación de remos
El remar correctamente no sólo hará que avancemos de forma más eficiente, sino que evitará que nos lesionemos al realizar esfuerzos desproporcionados por tener un desconocimiento de la técnica básica, y que descoordinemos con nuestros compañeros (por cansancio o no conocer las ordenes básicas del guía) las remadas, aumentando la posibilidad de accidentes, por eso las incluimos en este artículo sobre seguridad (en este caso, autoprotección).

En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta es que los que reman, además de ir sentados en los bordes del bote en cuestión (normalmente neumático), tiene "anclados", enganchados los pies abajo del flotador exterior y/o de una partes que sobresalen del suelo de la embarcación, pensadas específicamente para eso ("footstraps"). Enganchados de forma correcta con ambos pies, las posibilidades de caerse disminuyen en gran medida.

Una vez aprendimos a agarrar correctamente los remos (con una mano sobre el mango "T", y otra a unos 5 o 10 cm de la pala) hay que tener en cuenta que para remar hacia adelante hay que estirar ambas manos y clavar la pala casi hasta su base (donde se junta con el mango) y luego dejar la mano del lado del bote como punto de pivoteo, y traccionar con la mano de lado del agua, al tiempo que "pecheamos" (bloqueamos los músculos del pecho y brazo) con el brazo con el que agarramos la "T".

Al remar hacia atrás los papeles se invierten: se tracciona con la mano de lado del bote, y se deja como punto fijo pivotante la mano del lado del agua. Cuando el guía da la orden de "alto", el remo tiene que descansar sobre nuestras piernas, sin soltarlo para nada, para estar listos rápidamente ante la orden "adelante" o "atrás" (o la que use el guía para indicar remar hacia adelante o remar hacia atrás) y también tendremos los remos en reposo de esta forma para evitar accidentes.

Como ya mencionamos, nunca hay que soltar los remos por otra razón: si nos caemos, son un elemento de flotabilidad y una extensión de nuestro brazo que podría ayudar mucho a nuestro rescate.