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Mountain bike: técnicas de conducción sobre terrenos variados

Resumen de las técnicas de conducción de mountainbikes en distintas clases de terrenos o tipos de suelos no convencionaes: en barro, nieve y hielo.
 
 
 

Con la bicicleta de montaña o todo terreno (BTT), también conocida como mountainbike (MTB) los terrenos transitables no se limitan a andar por caminos de asfaltados o de tierra, sino que las posibilidades de tránsito son muchas y variadas. Estos distintos terrenos por los que transitar pueden ser recorridos por elección propia, pero también pueden surgir al cambiar las condiciones climática durante una ruta determinada, riesgo mayor cuanto más larga sea la ruta.

Así, es necesario conocer ciertos aspectos a tener en cuenta en la conducción de bicicletas todo terreno cuando se rueda al aire libre, aspectos que serán determinados por el estado del suelo por el que andemos. Básicamente podemos hablar de tres grandes tipos de terrenos no convencionales por los que podemos andar en bicicleta, y son:

1) - Barro.
2) - Nieve.
3) - Hielo.


1) - En bicicleta por barro

Cuando se rueda por barro con una bicicleta de montaña, la tracción que desarrollemos será menor respecto a un terreno de tierra seca: las ruedas pueden patinar. Por eso habrá que evitar andar de pie sobre los pedales, es decir, retirar el peso de la rueda de atrás (la que tracciona), so pena de perder agarre con esta. Las pedaleadas, por tanto, deben ser progresivas, continuas, sin tirones ni pasadas de cambios bruscos que puedan repercutir en un menor afiance al suelo.

Lo ideal será entonces mantener cambios o desarrollos cortos ("duros") que evitarán los resbalones y patinazos por exceso de potencia.

Hay que tener en cuenta también que en bicicletas con frenos de tipo V-brake, el frenado perderá eficacia al meterse barro entre las zapatas o patillas de freno, y la llanta. Esto no ocurrirá en caso de poseer frenos de disco, lo que constituye casi el único escenario que justifica invertir en este tipo de frenos.

Habrá que evitar también raíces y piedras mojadas o embarradas, por convertirse en extremadamente resbaladizas. Paralelamente, si prevemos una ruta por barro, habrá que optar de ser posible por cubiertas o ruedas finas (1,9 pulgadas de perfil) que posean tacos o tapones chicos. Todo esto redundará en un mejor agarre en terrenos embarrados.

2) - En bicicleta por nieve

Lo primero es saber que ninguna bicicleta (salvo contadas excepciones) [1] está preparada para rodar en nieve, lo que significa que los terrenos nevados deben en general evitarse incluso usando bicicleta de montaña. Sin embargo, puede darse el caso en que tengamos que transitar por ellos brevemente (nevada ocasional, cruzar una pequeño nevero en nuestro recorrido, etc.), en cuyo caso hay que considerar que no todos los tipos de nieve son ciclables (admiten que se transite sobre ellos en bicicleta).

Lo principal a recordar, aunque resulta obvio, es que al andar sobre nieve no se sabe que hay abajo...esto significa que un terreno aparentemente plano puede esconder un bache, hundimiento, piedra, tronco, etc. Hay que tener mucho cuidado, y renunciar a andar en bicicleta por la nieve (sobre todo a gran velocidad, en bajadas, etc.) ante cualquier duda.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que al frenar sobre nieve los frenos que usen zapatas o patillas de freno (V-brake o Cantilever) se desgastarán a un ritmo increíblemente rápido (los cristales son muy abrasivos), por lo que hay que evaluar llevar repuestos en rutas, recorridos, travesías o salidas de más de un día. Así mismo, la nieve refleja el sol de forma abrasadora, por lo que protegerse piel de todo el cuerpo con ropa adecuada y cremas, y los ojos con gafas o anteojos de sol es muy importante.

En general, al andar en bicicleta por la nieve conviene llevar cubiertas o ruedas finas (estrechas) con tapones o tacos finos (que se claven mejor), llevar una presión de inflado de los neumáticos baja (entre 2 y 2,5 bares) [1], desarrollar una cadencia de pedaleo baja (sin tirones), ir sentados y frenar simulando el sistema ABS, lo cual será mejor si nuestra bicicleta incorpora frenos de disco

Lo segundo más importante a saber es que la nieve no es una sola. Hay muchos tipos, los cuales varían dependiendo la región, la altitud, la época del año, el clima o la hora del día. Por eso, para determinar si un terreno nevado es ciclable o no, y cuales son las cuestiones específicas a tener en cuenta al andar por él, hay que conocer (y saber reconocer) al menos los tipos básicos de nieve, entre los que destacan los siguientes:

I) - Nieve en polvo.

II) - Nieve primavera o mojada.

III) - Nieve costra o quebradiza.

IV) - Nieve dura.


I) - Nieve en polvo

 Es un tipo de nieve recién caída, que como indica su nombre se asemeja al polvo. Es la más fácil de transitar, siempre y cuando su grosor no sea mucho, y el terreno que cubra sea también de fácil tránsito en bicicleta. Se considera un grosor aceptable el de 5 o 10 centímetros de nieve caída para tránsitos en terrenos llano y ascensos; mientras que para los descensos dependerá en gran medida (además del terreno) del grado de inclinación de la pendiente, y el peso de la bicicleta y el ciclista sumados (a mayor peso y pendiente, mayor posibilidad de que se "incruste" la rueda en la nieve).

Hay que tener en cuenta que esta nieve puede volar y comprimirse fácilmente, por lo que puede ser molesta en ojos y pies (al meterse adentro de las zapatillas, botas, etc., para después descongelarse. [2]

II) - Nieve mojada o primavera [3]


Este tipo de nieve es pesada y aguachenta, producto de la subida de la temperatura en zonas nevadas, por lo que se pega a las ruedas de la bicicleta, dando la sensación de estar "succionándolas" cada vez que se contacta con ella. Este tipo de nieve causa el mismo efecto en las botas, raquetas y esquíes, por lo que no es muy agradecida por los que practican deportes de invierno.

Puede considerarse por tanto no ciclable, y debe ser evitada en la medida de lo posible, y si hay que transitar por ella, habrá que evitar a su vez no caerse, porque nos empaparemos de arriba abajo si lo hacemos.

III) - Nieve quebradiza o costra

La nieve costra surge al bajar súbitamente la temperatura ambiente (normalmente nocturnas), y congelar el manto superficial de nieve caída, cosa que no va acompañada por un aumento de la temperatura del terreno, que mantiene la nieve sin congelar unos centímetros más abajo. Es por lo tanto un tipo de nieve que se quiebra a nuestro paso, y andar por ella será peligroso en función de su grosor: a mayor grosor quebradizo, corremos el riesgo de quedar "incrustados" en la nieve, y si se bloquea la rueda de adelante las consecuencias pueden ser muy desagradables...

En todo esto influirán (además del mencionado grosor del hielo superficial) muchas variables, como el peso del ciclista/bicicleta, la resistencia de la capa superficial congelada y la profundidad de la nieve, la velocidad del desarrollada por el ciclista, la consistencia de la nieve no congelada, el ancho de las ruedas que use la bicicleta, etc.; por lo que debe evitarse este tipo de nieve salvo excepciones. En caso de tener que atravesarla, lo mejor es cargar el peso atrás, porque siempre será preferible que se atasque la rueda trasera a la delantera (caída casi asegurada).

IV) - Nieve dura

La nieve dura se puede dar por varias razones, unas naturales (temperaturas muy bajas mantenidas del terreno y la superficie) o artificiales (producto de la compactación con máquinas quitanieve, paso de vehículos pesados, etc.). Es un tipo de nieve que casi se comporta como el hielo, muy resbaladiza, que permite muy poco agarre de las ruedas, y que en caso de caída puede causar graves heridas por rozamiento, similares o incluso más graves que las de caer en asfalto o arena.

Aquí también será preferible el uso de ruedas finas con tapones chicos. Y además de evitar los movimientos bruscos o ponerse de pie sobre los pedales (cosa que podría comprometer nuestro equilibrio) habrá que aplicar la técnica de frenado de "ABS manual", preferiblemente sólo con la rueda de atrás. Esta técnica consiste en frenar de forma continua pero sin dejar de pedalear, cosa que en el "ABS" real de los coches se hace de forma automática, y que impide el "colear" o "derrapar" que se daría en caso de frenar bloqueando totalmente la rueda.

3) - En bicicleta por hielo


Andar por hielo con cualquier tipo de vehículo rodado es un riesgo, ya que la adherencia sobre el mismo es casi inexistente. Una zona de hielo puede detectarse a la distancia debido a su brillo, y si tenemos que transitar por él en bicicleta, lo mejor es hacerlo sin bajarnos (puede llevar a quebrarse) ni frenar (pérdida de control), manteniendo la estabilidad al limitar los movimientos laterales y evitar las coleadas, derrapajes, patinadas, etc.

Al igual que sucede con el tránsito por nieve, hay que mantener una cadencia de pedaleo lenta (menos de 50 ciclos por minuto) y desarrollos o cambios largos ("duros"), permanecer sentados (mejora del equilibrio). A su vez, es mejor usar gomas anchas y con la presión baja para ofrecer una mayor superficie de contacto.

También se aplica el hecho de que los frenos que no sean de disco sufrirán un mayor desgaste (igual que pasa la transitar por nieve) ya que al frenar, se comprimen los cristales de hielo entre las zapatas o patillas de freno y la llanta. Esto implica tener que llevar repuesto para los frenos en salidas largas de ciclismo al aire libre por terreno invernal.


Notas:
[1] Muchos conductores de automóviles, 4x4, camionetas, etc., ignoran el hecho del peligro que se corre por transitar terrenos nevados con ruedas radiales (anchas). Las ruedas que mejor penetran en la nueve con cierto espesor son, por lógica, las más finas (superficie de contacto menor) y se agarran mejor si tiene dibujos bien marcados. Otra cuestión es que convenga disminuir la presión para generar una mayor superficie de apoyo, sobre todo en terrenos con agarre escaso o nulo (asfalto congelado, hielo, etc.) , donde suele recomendarse el uso de cadenas.
[2] En estos casos es ideal el uso de medias o calcetines de Goretex o algún otro tipo de membrana impermeable y transpirable. Esto puede suplirse (o también complementarse) con la utilización de polainas impermeables.
[3] También conocida como "nieve papa" en España, en el argot de los esquiadores.