El Cerro Lindo (Ascención al Cerro Lindo)

"La cima del Cerro Lindo se encuentra a los 41° 57' 32,4" S, 71° 40' 53,2" O, a 2.100 m sobre el nivel del mar. Este cerro es uno de los tres, junto con el Cerro Alicia y el Cerro Entre Lagos que limitan por el norte al sistema de valles formados por el Río Motoco y sus afluentes, que son:

1)- El Motoco Sur.

2)- El Motoco Central.

3)- El Motoco Norte.

De todos estos componentes, nosotros ya hemos explorado el Río Blanco principal, desde su desembocadura en el Río Azul hasta que a él se le une el brazo sur del mismo nombre, y además de este último.

De ello resulta evidente que nuestra estrategia de exploración de toda la región del Blanco se basa en avanzar desde el sur y hacia el norte.

Sin embargo, también hemos visitado las montañas que limitan a este sistema de valles por su lado norteño, y el Cerro Lindo no es la excepción.

Esta montaña es de fácil acceso e incluso existe un refugio de montaña, perteneciente al Club Andino Piltriquitrón, de la cercana localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro (Argentina).

La caminata hasta el refugio no ofrece mayores dificultades y se completa en tan sólo un par de horas. El camino hacia la cumbre, desde el refugio, tampoco ofrece mayores dificultades excepto que al subir desde dicha construcción hasta por encima de los bosques de lengas se ingresa a un valle al cual hay que prestarle atención, pues es fácil confundirlo con otro que se encuentra paralelamente hacia el norte y no por causalidad se denomina 'Valle de los Perdidos': el valle de los perdidos es muy similar también al otro, de modo que los incautos fácilmente caen en la trampa que les espera al final, en el extremo localizado al este del valle.

Visitar la cumbre del Cerro Lindo no ofrece problemas, es un paseo agradable y se puede completar en un día. Por consiguiente, las excursiones al Cerro Lindo deben planificarse de modo tal que cubran tres días: uno para llegar al refugio, otro para permanecer allí y visitar el cerro, y un tercer día para regresar.

De todos estos componentes, nosotros ya hemos explorado el Río Motoco principal, desde su desembocadura en el Río Azul hasta que a él se le une el brazo sur del mismo nombre, y además de este último.

Sin embargo, también hemos visitado las montañas que limitan a este sistema de valles por su lado norteño, y el Cerro Lindo no es la excepción.

Esta montaña es de fácil acceso e incluso existe un refugio de montaña, perteneciente al Club Andino Piltriquitrón, de la cercana localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro (Argentina). 

El Cerro Alicia, que se encuentra a muy corta distancia, algo más al oeste, ya es otra cosa, y el gran barranco que separa a ambas cumbres, muy próximas entre sí, atemoriza a la mayor parte de los visitantes al Cerro Lindo, por lo que son pocos los que se atreven a continuar."

- Autor: Pablo Edronkin.

Cumbre del Cerro Lindo - El Bolson
El Guía, autor de esta web, en la cumbre del Co. Lindo en 2018.

Para contratar un Guía de montaña o guía acompañante local para ascender al Cerro Lindo, contáctenos por email aquí, en instagram o facebook , o también al +54 9 0294 4626094.

 

 

Material y equipamiento para llevar en salidas de un día al aire libre

Aunque una salida de un día al aire libre para la práctica de excursionismo, senderismo, montañismo, acampada, etc. [1] no es una expedición exploración ni mucho menos, y suelen desarrollarse por definición cerca de la ciudad, no por eso debe descuidarse una cierta planificación en cuanto al equipo, botiquín y provisiones que se deben llevar para el trayecto. Esto es igualmente cierto si los que organizamos la excursión somos nosotros (en un grupo particular) o vamos a ser guiados por un Guía profesional en el contexto de un grupo reunido a través de una agencia de actividades de aventura o multiaventura.

Lo primero es considerar el material, equipo o equipamiento necesario para mantener la seguridad (protección contra las inclemencias del tiempo, medios de orientación y prevención de accidentes propios de la actividad) y proporcionar primeros auxilios (curación primaria de los accidentes o las lesiones más comunes en espera de intervención médica).

Hay que recordar es que los accidentes pasan en todas partes, y aunque hay menos posibilidades de que ocurran cuanto menos dure una marcha, y serán menos graves en cuanto a sus consecuencias cuanto más cerca se esté de un lugar en donde poder recibir la ayuda médica, de rescate o de evacuación adecuada; no es menos cierto que la posibilidad de accidentes se reduce todavía más si nos preocupamos por eliminar tantos riesgos como esté en nuestras manos hacerlo, y evitemos todos lo que no podamos eliminar.

De esta forma, no sólo reduciremos la posibilidad de accidentes, sino que vamos a evitar desperdiciar recursos en movilizar operativos de búsqueda y rescate al solucionar nosotros mismos pequeños percances que, de no haber sido previstos, puede requerir de ayuda externa.


Es por esto que hay que tener en cuenta:

- Llevar la vestimenta y el calzado adecuados.

- Llevar ropa de repuesto.

- Llevar agua.

- Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable.

- Llevar un palo, bastón o similar.

- Llevar al menos un teléfono móvil o satelital por grupo.

- Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS.

En adelante nos explayamos sobre esos temas, viendo la necesidad de cumplir estas recomendaciones y las cuestiones asociadas que se derivan de su cumplimiento, y que hay que considerar para llegar a buen puerto siempre que sea posible.

- Llevar la vestimenta y el calzado adecuados


Llevar la vestimenta y el calzado adecuados al terreno que vamos a transitar, y al clima que se espera para la jornada. Es conveniente a su vez vestirse por capas. Esto implica, por lo tanto, estar informados de antemano en cuanto al dicho terrena y el pronóstico del tiempo, o en su defecto sobre las recomendaciones de los encargados de la excursión.
En salidas más largas es también recomendable llegar calzado de repuesto, pero en salidas cortas (de un día) puede prescindirse de él. Si se trata de una salida para la práctica de escalada deportiva, ciclismo o cabalgatas, normalmente se llevará un juego de "pies de gatos", "zapatillas de ciclismo" o "botas para montar" según el caso, por lo que será recomendable llevar paralelamente calzado normal para antes y después de la actividad.

- Llevar ropa de repuesto.


Siempre el clima puede no comportarse como lo esperamos, y hay que estar preparados. Toda la ropa que llevemos en la mochila tiene que ir adentro de una bolsa de plástico, para evitar que se moje incluso si se moja la mochila.

- Llevar agua


No importa que vayamos a tomar la que haya en el camino al pasar por un arroyo, lago, río o cualquier curso de agua, puede que estos estén secos, contaminados, o necesitemos el agua (ya sea para beber o para limpiar una herida) cuando estemos lejos de estos. Por eso siempre hay que guardar y llevar encima agua para casos como estos.

En los casos particulares de la ascensión, travesías o rutas que implique con seguridad la ausencia de agua potable durante el trayecto, esta recomendación es una exigencia ineludible.

- Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable


Llevar un botiquín al menos con lo mínimo indispensable (si tenemos conocimientos de primeros auxilios) es algo que siempre hay que hacer en salidas al aire libre.


A continuación, una lista con lo básico que podría contener un botiquín de primeros auxilios para actividades en el medio terrestre al aire libre:

- Vendas elásticas (para esguinces y similares)
- Cinta adhesiva o esparadrapo
- Apósitos adhesivos
- Gasas
- Antiséptico a base de yodo
- Pañuelo grande (para improvisar cabestrillo, etc.)
- Analgésicos.
- Tijeras chicas.

Si estamos tomando algún remedio o medicina con regularidad (aunque no nos toque a las horas o el día previsto para la salida) conviene llevarlo (se puede retrasar la salida, podemos perdernos, etc.).

- Llevar un palo, bastón o similar


No importa la dificultad del terreno, llevar un bastón tiene nada más que ventajas y ninguna contra. Además de evitar caídas en terrenos inestables (con piedras, nevados, mojados o resbaladizos), resta esfuerzo a nuestras rodillas, repartiendo el peso también en el brazo que porta el bastón.
En caso de lesión, un bastón nos ayudará a caminar con menos esfuerzo a modo de muleta, ya sea por una lesión propia o por la de cualquier compañero al que tengamos que asistir. Aunque existen multitud de modelos comerciales de "bastones de trekking" que incorporan cosa como empuñaduras anatómicas, amortiguación e incluso hasta linternas, lo cierto es que antes que no usar nada por falta de dinero para comprar estos últimos modelos, podemos utilizar un palo cualquiera de la zona (millones antepasados no pueden equivocarse ;-) ).

En caso de caminar o andar por terrenos con desnivel en los que tengamos que desplazarnos lateralmente, manteniendo la altura, el palo o bastón debe llevarse del lado contrario a la pendiente, es decir, del lado de la montaña. Esto es así para poder frenar de forma adecuada en caso de perder el equilibrio, evitando la caída. Por supuesto, esta regla se aplica también al uso de piolets o piquetas, y sobre todo en terrenos nevados.

En caso de contar con uno o dos bastones extensibles o telescópicos, es recomendable regularlos [2] para que nos lleguen a la altura del pecho durante las subidas o el trayecto por lugares planos, y un poco más largos durante las bajadas, para tener puntos de apoyo "de avanzada" adicionales. La rosca telescópica siempre tiene que estar apretada a conciencia, porque sino puede darse un obvio y desagradable accidente al aflojarse durante la marcha: conviene por tanto ajustarlas o revisar su ajuste en cada parada o algo en el camino.

Durante las subidas suele ser más cómodo apoyarse en las correas o dragoneras incorporadas. Durante las bajadas, en la parte superior del bastón. Sin embargo, esto puede variar dependiendo del modelo de bastón, ya que algunos están pensados para usarse siempre con un agarre superior, por ejemplo, y por otro lado esto también depende del gusto o la costumbre del usuario.

- Llevar radios (walkies) y al menos un teléfono móvil, o satelital por grupo


Así como números de urgencias. Aunque se lleve apagado, un celular puede servir en caso de emergencia. Los teléfonos satelitales tienen la ventaja de tener cobertura en lugares donde los teléfonos móviles no tienen por ausencia de antenas cercanas, ya que captan su cobertura de satélites de comunicaciones al igual que los Gps. Por otra parte, las radios son útiles incluso en condiciones normales, para comunicarse entre los guías o entre diversos grupos a un costo mucho menor que el que tiene la telefonía celular.


Además, teléfonos móviles para contactar en caso de emergencia los participantes de la actividad en caso necesario, es recomendable disponer también de walkies-talkies para la comunicación entre los Guías o responsables de la salida (si existen) o entre miembros de grupos reducidos de forma económica y en tiempo real. En este caso las comunicaciones deben ser acordes a las normas de comunicación por radio. Es decir, concisa y breves para ahorrar batería y tiempo, a la vez que evitar confusiones o malentendidos. Para eso habrá que tener en cuenta el lenguaje estándar y además que la nuestra será una forma de comunicación pública, que puede escuchar cualquiera dentro del rango de cobertura y con un aparato configurado en la misma frecuencia de radio.

Las palabras o "voces" estándar más usadas en la comunicación con radiotransmisores, en orden alfabético, son las siguientes:

Afirmativo.
Aquí es / Es acá / Acá es.
Atención.
Cambio.
Cierro / Fuera.
Código.
Cómo me oye/escucha? = Me toma? / Me recibe? / Me tomás?.
Copio/Copiado.
Corto.
Deletreo.
Enterado.
Identidad.
Identifíquese.
Negativo.
Pasamos a.
Recibido.
Repita.
Repito.

En caso de utilizar el deletreo, debe usarse el Alfabeto Fonético Internacional, que es el siguiente (en caso de diferir con la forma de escritura, entre paréntesis escribimos su fonética, es decir, como suena al leerse):

A Alfa
B Bravo
C Charlie (charly)
D Delta
E Echo (eco)
F Foxtrop
G Golf
H Hotel (jostel)
I India
J Juliet
K Kilo
L Lima
M Mike (maic)
N November
Ñ Ñoño
O Oscar (óscar)
P Papa (pápa)
Q Québec
R Romeo
S Sierra
T Tango
U Uniforme (iuniform)
V Victor
W Whisky
X X-ray (Ecs-ray)
Y Yanqui
Z Zulu (zulú)

Hay que tener en cuenta que las baterías o pilas suelen descargarse con mayor rapidez o facilidad en climas fríos o si se exponen a bajas temperaturas. Si prevemos este tipo de condiciones climáticas, será necesario llevar baterías de reserva junto al cuerpo o un lugar donde se mantenga calientes durante la travesía.

- Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS (si es posible)


Llevar siempre un mapa de la zona, y brújula y/o GPS (si es posible). No hay que confiar solo en los Guías (si existen). Cuantas más ayudas para la orientación contemos, tanto mejor. Por supuesto, vale aclarar que no sirve de nada llevar algo que no sepamos usar, o invertir en aparatos caros como GPS, brújulas electrónicas, etc., cuando sólo lo vamos a utilizar una vez cada varios años...

Así que primero, y ante todo, practique y aprenda sobre orientación y marcha.


Notas:

[1] En este caso nos referimos a cualquier actividad que implique, al menos en parte, el desplazamiento por tierra.

[2] Hay que tener cuidado de no pasarse cuando se sacan los caño interior de los bastones telescópicos, estando atentos al señal que marca (como en los asientos de bicicleta) el límite que se puede extender. De no hacerse así, podríamos romper el mecanismo, sobre todo en el caso de bastones que incorporan una amortiguación interna basada en un sistema de resortes o muelles.

Anafes, calentadores u hornillos de camping - Gas, combustible y multicombustible

Los anafes, calentadores, hornillos, cocinillas, infiernillos, camping gas, anafes portátiles o calentadores de camping [1] usados para cocinar al aire libre son cada vez más populares y accesibles para excursionistas, montañistas y otros amantes de los deportes de aventura y la vida en el medio natural. Elegir, comprar y usar un anafe portátil u hornillo implica, sin embargo, cierto conocimiento de los tipos y modelos disponibles en el mercado, las técnica de uso, precauciones, normas de seguridad y tareas de mantenimiento, todo lo cual nos ocupamos en este artículo de recopilar para usted.


Si bien una fogata puede reemplazar a un hornillo sin ningún inconveniente en muchos casos, en la actualidad y en la mayoría de los casos, no será posible ni deseable que un fuego tradicional con leña nos proporcione calor para cocinar o para evitar el frío al aire libre.

Los calentadores de camping, por tanto, se posicionaron en el mercado de equipo para actividades al aire libre como una solución para hacer posible cocinar durante ciertas salidas, o transformarlas en más versátiles los viajes a cualquier lugar del mundo, independientemente de las restricciones para hacer fuego o el tipo de combustible que se encuentre en la región que visitemos, dando nacimiento primero a los hornillos de gas, y más adelante a los que se conocen como anafe o cocinas de camping "multicombustible". En adelante contamos lo que necesita saber tanto para elegir y comprar un hornillo, como usarlo y realizarle el mantenimiento de forma segura.

INDICE

  • Elegir y comprar un hornillo 

  • Clases, tipos y modelos de anafes

  • Precauciones y normas de seguridad

  • Uso, transporte, limpieza y mantenimiento

  • Incrementando el poder calorífico de nuestro hornillo o calentador de camping 

Elegir y comprar un hornillo 

Algunas de las preguntas fundamentales que tendremos que responder antes de ir a comprar nuestra cocinilla portátil son las siguientes:

- ¿Será para usar durante actividades al aire libre en la ciudad o en un entorno natural más alejado de la civilización?

Contestar a esta pregunta va a determinar si elegimos un modelo aptos para usar incluso con gas de red, garrafas o bombonas grandes, de las que se consiguen en la ciudad o, por el contrario, si elegimos ya modelos pensados para usar combustible de menor tamaño, diseñados para ser portátiles.

- ¿Generalmente lo llevaremos con nosotros a cuesta (en una mochila, etc.) o lo transportaremos con nuestro vehículo?

De esto dependerá la importancia que le demos al peso y volumen de nuestro hornillo, lo que facilitará o dificultará su transporte si lo acarreamos con mochila. Si, en cambio, lo llevamos en un vehículo, priorizaremos sus prestaciones, incluyendo su robustez, pero no nos importará demasiado su peso o su portabilidad, pudiendo incluso usar un calentador que se añade a garrafas o bombonas de gas tradicional, recargables, normalmente de 3 o 4 kg.

- ¿Para cuántas personas pretendemos cocinar con nuestra cocina portátil?

Los calentadores portátiles están pensados para cocinar a una cantidad determinada de personas, lo que se traduce en una llama más o menos potente y en una superficie de soporte más o menos amplia para apoyar la olla, sartén, etc., pudiendo así calentar recipientes más o menos grandes. Normalmente los hornillos vienen preparados para cocinar comida para 2 o 4 personas, y aunque los hay más grandes, pensados para expediciones, son raros de encontrar porque en esos casos se prefiere llevar más de un hornillo o, directamente, una cocina de campaña con cocinero incluido (grandes expediciones de montaña al Himalaya, etc.).

- ¿Lo usaremos en montaña o en ambientes invernales?

En ambientes muy fríos y a más altitud, típicos de la montaña, los anafes se ven exigidos en cuanto a que precisan un mayor calentamiento, un sistema de bombeo eficiente si usan combustible líquido, etc. Si vamos a comprar un calentador para ser usado en alpinismo o andinismo todo esto debe ser tenido en cuenta y, en general, lo mejor en estos casos es comprar uno que sea robusto, pensado específicamente para soportar la vida exigente que implica una expedición, incluyendo además el uso de materiales que hagan que pese y ocupe lo menos posible.
Al mismo tiempo, en lugares de acampada expuestos, como los que suelen encontrarse en expediciones de montaña, por ejemplo, es interesante tener en cuenta la posibilidad de un sistema que proteja del viento, algo que añaden como accesorio algunos modelos.
En lugares con nieve, también se hace imprescindible una base para apoyar el hornillo, disponible también como accesorio si no queremos improvisar (por ejemplo, apoyándolo sobre una pala de nieve), ya que por su propio peso puede hundirse o desequilibrarse nuestro calentador, o también, al calentarse, derretir la nieve y caerse.

- ¿Lo usaremos en nuestra región o en otro lugar del mundo?

En algunos lugares del mundo es difícil encontrar repuestos de combustible para ciertos hornillos de gas, o cierto tipo de combustible líquido determinado. Si pensamos viajar mucho y por lugares diversos con nuestro hornillo, o bien queremos uno que sea lo más polivalente posible en cuanto a la fuente de combustible que pueda usar (para amantes de la supervivencia urbana o al aire libre, por ejemplo) debemos optar por un hornillo de gasolina o a combustible líquido, o por uno multicombustible, es decir, que pueda quemar tanto gas como combustible líquido. En cambio, si lo vamos a usar en regiones a donde podemos transportar nosotros mismos o comprar los repuestos de botellas o cartuchos de gas, recargar nuestra garrafa o bombona, etc., lo más normal es que un calentador a gas tradicional sea más práctico.

¿Vamos a usar el hornillo para salidas cortas o viajes largos?

Esto influirá en el tipo de combustible, tamaño y cantidad de repuestos que tengamos que llevar. Por ejemplo, en el caso de usar combustibles líquidos, además de comprar el calentador tendremos que comprar la botella para cargar el combustible, y la capacidad de la botella (0,5 litros, 1 litro, etc.) dependerá de cuán largo serán los viajes que hagamos sin posibilidad de recargarla. Lo mismo vale para los cartuchos o botellas de gas, porque los hay de distintos tamaños.


Clases, tipos y modelos de hornillos, infiernillos, anafes o calentadores de camping

 


Habiendo respondido a las preguntas de la página anterior, ya sabremos más o menos qué modelo de hornillo elegiremos entre los siguientes tipos o clases:

1) - Anafe u hornillo a gas convencional (GLP, mezcla butano / propano / isobutano, etc.)


La elección tradicional por excelencia si vamos a usar nuestro calentador en un camping más o menos cerca de la ciudad, ya sean los calentadores que se añaden a las garrafas tradicionales o lo que usan garrafas, cartuchos o botellas de gas más chicas y desechables. Es la opción menos contaminante y más fácil de manipular.

Como contra más destacable hay que mencionar que con muy baja temperatura (-15ºC o menos) es muy difícil que funcionen bien; y tampoco pueden transportarse sus cartuchos o repuestos en avión por las restricciones que hay para llevar botellas de gas en vuelo, lo que hace que tengan que comprarse los repuestos en el lugar del viaje, cosa a veces más cara, difícil de conseguir, etc.

1.1) - Anafe u hornillo a gas de alto rendimiento (GLP, mezcla butano / propano / isobutano, etc. con recipiente integrado y disipador de gas).


Marcas como Trangia o Jetboil ofrecen hornillos de alto rendimiento, debido a que el aparato integra también al recipiente, que se adapta perfectamente al hornillo, siendo un único sistema integral que, funcionando con un disipador de gas, aumenta muchísimo el rendimiento en comparación a los hornos de gas tradicionales, al evitar que se disipe tanto el calor. La contra de este sistema es que nada más se puede usar el recipiente incorporado, u otros recipientes proporcionados por la marca, pero no ollas, sartenes o recipientes convencionales.

1.2) - Micro anafe u hornillo a gas (GLP, mezcla butano / propano / isobutano, etc.).


Se diferencian de los convencionales en su tamaño y peso reducido y, por tanto, su extra portabilidad. Su contra es que no suelen ser recomendables para calentar ollas grandes, ya que tienen menos poder térmico y una base para apoyar recipientes relativamente chica. A su vez, suelen ser de constitución relativamente débil o delicada, comparados con los hornillos de tamaño normal.

2) - Hornillo o calentador a combustible líquido (quema gasolina industrial específica de la marca, bencina, gasolina o nafta para vehículos, alcohol, petróleo, parafina, queroseno o diesel, etc.)


En algunos países y regiones, conseguir gas para recarga, envasado, etc., es una tarea imposible. Pero, en cambio, se consigue fácilmente diversos tipos de combustible líquido como los mencionados. Los hornillos de gasolina, además, no tiene problemas a bajas temperaturas, a condición de contar con una bomba con la que se pueda inyectar aire a presión en la botella (algo normal actualmente en prácticamente todos los modelos).

Los hornillos de alcohol de quemar suelen venir en distintos modelos de pequeño tamaño pensados para uso en supervivencia (por ocupar poco espacio), y son una interesante opción para tenerlos para su utilización en emergencia como fuente de calor, aunque no para el uso diario en tareas de cocina de campamento por ser muy chicos, de baja capacidad y endebles. Por otra parte, el alcohol es un combustible que con el paso del tiempo, mientras está almacenado, se evapora más rápido que otros combustibles líquidos.

Por último, los hornillos de combustible liquido suelen ser la opción más económica, la mejor en cuanto a la relación precio-rendimiento: con un litro de gasolina refinada, por ejemplo pueden llegar a cocinarse las comidas de todo un día para dos personas.

3) - Anafe u hornillo multicombustible (funciona quemando tanto gas como combustible líquido, indistintamente).


Sin duda la solución más versátil son los hornillos "multifuel" o multicombustible, ya que con este tipo de cocina portátil podemos quemar gas o combustible líquido. Por supuesto, como es lógico, también es la opción más cara.

Dependiendo de la marca y modelo de calentador, este tolerará más o menos clases de combustibles líquidos. En todos los casos, sin embargo, se recomienda usar ciertos tipos de combustibles antes que otros en lo posible, ya que, dependiendo la clase de combustible será mayor o menor la necesidad de un precalentamiento, la eficiencia de la llama, la emisión de tóxicos perjudiciales para la salud, los residuos acumulados en el aparato y también mayor o menor el mantenimiento y limpieza del hornillo.

Por eso, en general, podemos afirmar que, siempre que sean tolerados por nuestro modelo de hornillo, hay que elegir usar combustibles en este orden:

A - Gas, ya sea GLP o gas licuado, etc. (de la marca o compatible): muy eficiente, no produce residuos, raramente necesita precalentamiento y, por tanto, casi no precisa mantenimiento. La primera opción si no lo vamos a usar trabajar a muy bajas temperaturas o mucha altitud.

B - Combustibles líquidos. Como ventaja cuenta con un recipiente (botella) único que puede volver a llenarse fácilmente si se lleva combustible a parte, a diferencia de los cartuchos o botellas de gas de un solo uso que tienen que ser recargados, descartados o desechados para su reciclaje en la ciudad y se tienen que acarrear de vuelta a la civilización. Entre estos combustibles tenemos a los los siguientes:

B.1 - Gasolina industrial, bencina, alcohol. etc. (de la marca o compatible): produce muy pocos residuos. Primera opción a elegir entre los combustibles líquidos, y primera si vamos a usarlo para derretir nieve a muy baja temperatura o cocinar a mucha altitud (montañismo, etc.), siempre que no se trate de un mini-calentador de alcohol, útil para dar calor en supervivencia, pero (como ya explicamos arriba) no muy útil para cocinar.

B.2 - Petróleo, queroseno, parafina, etc.: produce muchos residuos (hollín) y es difícil de precalentar, comparado con las opciones anteriores.

B.3 - Gasolina o nafta para vehículos sin plomo, combustible aeronáutico o para aviones sin plomo, etc.: genera vapores y humo perjudicial para la salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los vehículos), produciendo además muchos residuos.

B.4 - Diésel o gasóleo para vehículos: emite vapores y humo perjudicial para la salud porque contiene aditivos y su combustión puede resultar cancerígena (al igual que sucede con la combustión emitidas por los vehículos). Produce residuos y requiere un mayor precalentamiento que los otros combustibles. Última opción.

NUNCA USAR: gasolina o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su combustión es gravemente perjudicial para la salud.

4) - Accesorios.


Existen accesorios añadidos a nuestro hornillo que no van a cambiar mucho su rendimiento, pero quizás hacernos la vida más cómoda. Esto queda a gusto del consumidor.

Por ejemplo, una opción común que puede tener que elegirse es la de que nuestro calentador incorpore un encendedor piezoeléctrico, lo que permitiría encenderlo con una chispa generada por un botón, haciendo innecesario el uso de encendedores, mecheros, fósforos o cerillas. Sin embargo, en cualquier caso estos sistemas pueden fallar, por lo que siempre hay que llevar medios alternativos para encender nuestro hornillo.

Otros accesorios a tener muy en cuenta son: una funda de transporte resistente, un multiherramientas (para efectuar arreglos y mantenimiento), un para-viento o protector contra el viento, una base de apoyarlo sobre nieve, botella extra para transportar combustible liquido, cartuchos o botellas de gas de repuesto, aceite para lubricar la bomba en el caso de los hornillos de combustible líquido y boquillas de distintos tamaños en el caso de los calentadores multifuel.

Por supuesto, los recipientes y utensilios de cocina son un tema a parte que habrá que tener en cuenta teniendo en la mira la compatibilidad con nuestro futuro hornillo, salvo que se trate de un calentador de alto rendimiento que traiga el recipiente integrado.

Respecto de las marcas, mencionar que algunas de las marcas con más reputación son Primus, Coleman, Campingaz, Esbit, MSR, Brogas, Jetboil, Trangia, Doite, Pelam, etc. 


Precauciones y normas de seguridad


Listaremos las normas de seguridad y de precaución básicas para evitar accidentes usando un anafe, calentador u hornillo. Por supuesto, este listado incluye datos orientativos y básicos sobre seguridad que no pretenden ser exhaustivos, excluyentes ni precisos, ya que pueden variar (y normalmente variarán) dependiendo del hornillo utilizado. Siempre guíese en primera instancia por el manual de su cocina portátil, tomando las siguientes recomendaciones como las básicas que el sentido común indican para manejarse de forma prudente con este tipo de aparatos.

1) - Siempre revise que todas las juntas y conexiones del hornillo están apropiadamente selladas y sin daño antes de usarlo. Esto es especialmente importante en caso de usar gas. Para comprobar posibles pérdidas de gas NUNCA usar fuego, sino agua jabonosa, que indicará la pérdida al hacer burbujas (como cuando buscamos la pinchadura de una cámara de bicicleta). Las pérdidas de combustible líquido se verán a simple vista, como resulta obvio.

Ante cualquier duda por un funcionamiento defectuoso, no prenda el calentador. Si tras el chequeo encuentra cualquier deterioro, daño o fuga de combustible del aparato, no lo use. Si el hornillo funciona, aunque de forma anormal, descontinúe también su uso, encuentre y solucione el problema antes de seguir usándolo de acuerdo a las instrucciones de su manual. De no ser posible, llévelo a un técnico especializado antes de continuar usándolo.

2) - Usar el aparato UNICAMENTE al aire libre. Sí, sabemos que mucha gente lo usa adentro de tiendas de campaña y carpas, pero hacerlo implica un riesgo, tanto de incendio como de intoxicación por emisión de los gases de la combustión. Por esto mismo, los fabricantes recomiendan expresamente NO encender o utilizar nuestro horno adentro de cualquier lugar sin ventilación, incluyendo tiendas de campaña, carpas, vehículos u habitaciones.

3) - Cuando encienda el hornillo, ya sea de forma definitiva o para precalentarlo, procure no tener la cara ni ninguna parte del cuerpo justo sobre él, sobre la vertical de la hornalla o fogón, aunque sea a una distancia que parezca segura. Este es un error común que causa accidentes: el calor que sube puede causarle quemaduras, irritaciones oculares, etc., aunque no se trate de llama directa sino de humo o de gases calientes que siempre tienden a elevarse con rapidez. Esto parece obvio, pero es más habitual de lo que se cree olvidar esta obviedad con los calentadores de camping, por ser aparatos tan pequeños y portátiles que suelen estar al ras del suelo, algo que es raro que ocurra, por ejemplo, al prender cocinas normales (más altas), o al encender fogatas (porque estas se prenden progresivamente).

4) - Mantener el aparato lejos de cualquier material combustible, incluyendo paredes o techos, siendo las distancias prudenciales mínimas libre de objetos de aproximadamente 1,5 metros hacia arriba y de 1 metro a los costados, variando siempre en función de las recomendaciones dadas por la marca para su modelo de calentador de camping en concreto. Por supuesto, esto incluye mantener la fuente de combustible del aparato (botella o cartucho de gas, combustible líquido, etc.) lo más alejada posible del fuego. En particular, la manguera que los conecta al combustible no debe entrar en contacto con ninguna parte caliente de la hornalla, la estructura del hornillo, los humos de la combustión, etc.

5) - Colocar el aparato equilibrado sobre una superficie plana y estable. En caso de tratarse de un aparato plegable, prestar atención a su correcto despliegue, montaje y aseguramiento, sobre todo en el caso de las patas, para así asegurar un buen equilibrio. Si va a utilizar el hornillo en la nieve, como ya mencionamos, debe apoyarse la cocina portátil sobre una superficie intermedia que mantenga la estabilidad sobre el manto nivoso, evitando que se derrita con el calor (una chapa de metal, una pala de nieve, una losa de piedra, etc.).

6) - Realice cualquier colocación, recarga o cambio de repuestos de combustible en lugares al aire libre y lejos de cualquier llama (estufas eléctricas, llamas piloto de calefones o calderas, cigarrillos encendidos, etc.) y lejos de otras personas.

7) - Al igual que sucede con cualquier fuego, siempre mantenga controlado el camping gas mientras esté prendido.

8) - No deje al fuego ollas u otros recipientes vacíos, o hirviendo hasta que queden vacíos. Pueden ser causa de incendio o de que se estropee nuestro aparato.

9) - NUNCA transporte el hornillo encendido. Espere que se enfríe para manipularlo o moverlo, teniendo en cuenta sus partes calientes al agarrarlo.

10) - NUNCA UTILIZAR gasolina o nafta con plomo, sus vapores y el humo resultante de su combustión es gravemente perjudicial para la salud.

11) - En hornillos de combustible liquido o multicombustible, NUNCA llenar la botella de combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.

12) - En hornillos de combustible liquido o multicombustible, NUNCA transporte la botella conectada al aparato, sino por separado y tapada de forma apropiada.

13) - En hornillos multicombustible: cerciórese de que la manguera está libre de combustible líquido cuando pase a usar gas, es decir, purgue el combustible de la manguera antes del cambio de uso de líquido combustible a gas (ver procedimiento más adelante en el punto "Uso, transporte, limpieza y mantenimiento - c) - Hornillos de combustible líquido"). Verificar también que la manguera no se retuerza durante su uso o sufra desgates mecánicos (apoyarle encima objetos, pisarla, etc.).

14) - Mantener la limpieza del nuestro anafe es fundamental para evitar accidentes o malfuncionamientos de nuestro calentador. Para más detalles, ver apartado siguiente. 


Uso, transporte, limpieza y mantenimiento


Al usar calentador de camping hay que cuidar que no reciba golpes o caídas, también durante su transporte, ya que su constitución suele ser delicada. Por eso es recomendable transportarlo en una funda resistente y en un lugar protegido.

Al manipular el hornillo, hay que tener en cuenta que habrá partes calientes mientras esté encendido e incluso después, hasta el momento de enfriarse. Esto es una obviedad, pero nunca viene mal recordarlo. Ciertas partes están pensadas para mantenerse más frías y pueden ser usadas como asas, aunque deben estar diseñadas específicamente para ello si no queremos dañar el aparato.

Las cocinas de campaña, como su nombre lo indica, están pensadas principalmente para cocinar dentro de un recipiente y/o, en su defecto, para proporcionar calor. No se recomienda usarlas, por tanto, para cualquier uso distinto a este, so pena de estropear el aparato o causar un accidente.

Cuando no use el anafe, ya sea para su transporte o para su almacenamiento por un tiempo prolongado, desconecte la manguera que une la pieza central a la fuente de combustible (botella de combustible líquido, cartucho de gas, etc.). Guarde y/o transporte los repuestos de botellas de combustible en lugares secos, alejados de fuentes de calor y/o humedad.

Al usarlo, la manguera de conexión tiene que estar siempre extendida todo lo posible y sin contacto con el hornillo más allá de su punto de conexión.

Deben limpiarse la o las boquillas usadas en nuestro calentador periódicamente, sobre todo y con más frecuencia si se usa combustible líquido, porque este dejará más residuos que la quema de gas. Esto puede hacerse, dependiendo el modelo, con la boquilla puesta o debe desarmarse primero, usando para la tarea una aguja de limpieza especifica o (en su defecto) una aguja de coser común o alfiler. Luego de haber desarmado y/o limpiado el aparato, hay que volver a corroborar que no existen pérdida de combustible antes de usarlo.

Si usamos nuestra cocina portátil habitualmente con combustible líquido y, más aún, si este es de mala calidad o de los menos recomendados, hay que limpiar también de vez en cuando el husillo de la válvula de regulación o ranuras de la boquilla.

Todas estas operaciones pueden realizarse con la multiherramientas proporcionada por el fabricante de nuestro hornillo y de acuerdo a sus instrucciones específicas, por lo que no tiene sentido que nos extendamos sobre ello aquí ya que deberá leerlo en su manual.

Los filtros internos de combustible que incorpore el aparato raramente precisan de mantenimiento. En caso de obstruirse siendo necesario cambiarlos, podemos hacerlo por nuestra cuenta luego de adquirirlos en el fabricante, pero limpiarlos no es algo que los manuales de los hornillos contemplen normalmente como posible.

Las siguientes son algunas normas de uso básicas y particulares para los diversos tipos de hornillos más comunes que hay en el mercado actualmente:

a) - Hornillos de gas


- Mantener cerradas todas las llaves durante la colocación de una botella de gas y mientras el hornillo esté apagado.

- Siempre mantener la botella o cartucho de gas vertical, parado de acuerdo a las instrucciones del fabricante, y sobre todo durante la colocación de la válvula de nuestro hornillo.


- Al enroscar la válvula, hacerlo comprobando que no se deforma la rosca y sin apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar atención al olor o, en su defecto, comprobar al aire libre con agua con jabón la presencia de burbujas (fuga de gas) en las juntas del aparato (ver "Precauciones y normas de seguridad", punto anterior). Ante la duda, no encenderlo.

Antes de encenderlo, abrir primero la válvula de cierre y después la de regulación, en ese orden, pudiendo regular la llama con una o ambas, de acuerdo a las instrucciones del fabricante.

Para apagar el hornillo, cierre primero la válvula de cierre y espere a que se apague, para finalmente cerrar la de regulación.

b) - Hornillos de combustible líquido


- Como ya mencionamos en las normas de seguridad: NUNCA llene la botella de combustible líquido más allá de la línea que marca el máximo.

- Al enroscar la válvula en la botella de combustible líquido, hacerlo comprobando que no se deforma la rosca al enroscarse de forma oblicua por error y sin apretar excesivamente. Controlar que queda bien colocada: prestar atención a posibles manchas o goteos de combustible.

- Realizar los bombeos necesarios en la botella (solamente posible si incluye bomba de combustible, dependiendo el modelo) en la cantidad indicada por el fabricante del anafe, y los cuales podrían variar (a más) dependiendo de la cantidad de combustible que tenga la botella y a medida que disminuya.

- Dependiendo de la marca y el modelo, para "encender" (abrir) la válvula de paso (activar la comunicación de la botella de combustible, a través de la manguera, con el hornillo) hay que mantener la botella acostada de un lado hacia arriba, y para "apagarla" (cerrarla) ponerla con el lado opuesto hacia arriba, girada 180º respecto de la posición de encendido. Normalmente estos lados están claramente indicados en la válvula con las palabras "ON" y "OFF" respectivamente, o similares, y cuando se puede leer esta indicación hacia arriba es cuando está tal como indica ("encendido" o "apagado").

- Los hornillos alimentados con combustible líquido precisan de un precalentamiento antes de encenderse, a diferencia de los de gas [2]. Antes de iniciar dicho precalentamiento, lo mejor es tener el hornillo protegido del viento en la medida de lo posible. A continuación explicamos los pasos básicos para precalentar un hornillo a combustible líquido.

Abrir primero la válvula de cierre y después la de regulación (que puede ser un botón), en ese orden, y dejando unos segundos (de acuerdo a las instrucciones del fabricante) que fluya el combustible en el hornillo sin encenderlo todavía. Luego, cerrar la válvula la válvula principal o botón de regulación. Si se usa petróleo o similar, hay baja temperatura, mucho viento, etc., es posible que se necesite más combustible para el precalentamiento debido a la pérdida de calor producida por el medio ambiente, por lo que debe dejarse más tiempo abierta la válvula (siempre de acuerdo al manual de nuestro modelo de hornillo).

Es momento de controlar nuevamente que no haya fugas de combustible por ninguna parte del sistema, desde la botella hasta el calentador. Si todo está bien, encender el combustible que se encuentra en la parte del hornillo destinado al precalentamiento, dejándolo prendido durante aproximadamente 40 segundos (para combustible de la marca o gasolina específica para el modelo) o más tiempo (para petróleo, diésel, etc.), sobre todo si la temperatura es baja, hay viento que "robe" el calor, etc. (para datos sobre el tiempo más específicos, siempre guíese por las indicaciones del fabricante).

Pasado este tiempo y antes de que el combustible se apague del todo, abrir despacio la válvula de regulación hasta lograr una llama estable. Si la llama es amarilla y no estable, puede ser debido a la falta precalentamiento [3], para lo cual se puede cerrar un poco el botón de regulación, esperando que mejore (se transforme en una llama azul y estable), dejando entonces que queme a baja potencia para terminar de calentarse antes de subir la llama. De no ser así, habrá que apagarlo y empezar otra vez todo el procedimiento cuando que se haya enfriado el hornillo, y esta vez usando más combustible (dejando más tiempo abierta la válvula al comienzo del proceso) para logar un mayor precalentamiento después.

- Para apagar un hornillo que quema combustible líquido, primero hay purgar el combustible de la manguera. Esto se logra al colocar la botella en posición de "OFF" (según el fabricante) y cuando el fuego se apague (empieza a salir aire sin combustible) cerrar la válvula de cierre y, por último, el botón o válvula de regulación, igual que se hace con un hornillo a gas.

Si el modelo de botella de combustible que usamos incluye una bomba de combustible para aumentar la presión, puede que esta no funcione. En ese caso, se puede desarmarla y verificar el émbolo de cuero de su punta, ya que su mecanismo es similar al de cualquier inflador o hinchador de ruedas de bicicletas, pelotas, etc.: hay que extenderla si se dobló y/o lubricarla con aceite que proporciona el fabricante o, si no se posee, con aceite minera o con saliva. También se puede desenroscar y lubricar el vástago de la bomba en los modelos que lo permitan. Si esto no resuelve el problema, habrá que chequear la válvula de retención y limpiarla tras su desarmado.

c) - Hornillos multicombustible o multifuel


- Evidentemente, todo lo dicho arriba, por separado, respecto de los sistemas de calentadores de gas y de combustible líquido, se aplica también a los hornillos multicombustible, que no son ni más ni menos que un tipo de calentador que tiene la posibilidad de usarse con ambas clases de combustible. Sin embargo, hay algunas particularidades propias de los "multifuel" que pasamos a aclarar.

- Verifique que el calentador tiene colocada la boquilla adecuada para el tipo de combustible que va a usar. Las boquillas son las piezas del aparato que permiten el paso de cierta cantidad de combustible y aire por un orificio de determinado diámetro, el cual varía dependiendo del tipo de gas o combustible líquido de que se trate. Los hornillos multifuel traen distintas boquillas, que hay que cambiar dependiendo del tipo de combustible que se vaya a utilizar. Si usamos la boquilla incorrecta, el hornillo no funcionará o quemará mal (llama vacilante o amarilla, etc.).

- Como ya mencionamos, cerciórese de que la manguera está libre de combustible líquido cuando vaya a usar gas. Porque si hubiera combustible líquido en la misma al cambiar de líquido a gas, podría surgir una llamarada peligrosa al encender el hornillo.


Notas:

[1] En este artículo usamos como sinónimos intercambiables los términos "hornillo", "calentador", "calentador de camping", "anafe", "anafe de camping", "anafe portátil", "cocinilla", "cocina de campamento", "camping gas", "horno", etc., teniendo en cuenta las distintas formas de llamar a este aparato dependiendo de la región de hispanoamérica de que se trate.
[2] A veces es necesario incluso precalentar hornillos de gas, cuando las condiciones meteorológicas no acompañan (tiempo muy frío o ventoso, etc.)
[3] La llama amarilla y vacilante puede ser debido a otras causas a parte de la falta de precalentamiento del hornillo. Leer al respecto el artículo "Incrementando el poder calorífico de nuestro hornillo o calentador de camping" para más datos.

Distintas formas de perderse

A los que nos gusta la aventura y disfrutamos de la exploración, la práctica de la supervivencia y la vida al aire libre, siempre relacionamos el hecho de perder la orientación o perdernos con la ausencia de caminos o el no saber adonde estamos. Pero también existen otras formas de perderse.

 
Orientación y sendas...

Estar en el medio del desierto, sin ninguna población a la vista, casi sin agua, después de que nuestro vehículo se haya roto... Estar en una isla desierta, después de haber llegado nadando tras un naufragio... Estar en la ladera de una montaña nevada, en alguna parte de una alta cordillera, tras la caída de nuestra avioneta y haber sobrevivido milagrosamente al accidente... No saber dónde estamos exactamente cuando no encontramos referencia alguna para ubicarnos con nuestro velero en algún lugar perdido de un vasto océano... Perder la orientación dentro de una galería mientras exploramos una cueva por primera vez... No haber encontrado la civilización cuando cae la noche en un paraje inhóspito de los Andes...

Cualquiera de las frases anteriores podría indicar una de las situaciones típicas que asociamos con el hecho de "estar perdidos". Pero este tipo de cosas sólo le ocurren a aquellos que tienen la suerte (o no) de vivir situaciones aisladas del mundo y la civilización. Un ciudadano cualquiera puede perderse, y de hecho se pierde, a otro nivel, de otra manera. Incluso aquellos que hacen excursiones al aire libre en lugares muy urbanizados y con gran densidad de población por kilómetro cuadrado (como algunas regiones de Europa, por ejemplo), tienen otra experiencia de lo que es perderse.

Esa otra forma de perderse ya no implica "no saber donde está la civilización", sino "no estar siguiendo el camino correcto". Porque en un lugar civilizado todos los caminos llevan tarde o temprano, no ya a Roma, sino a lugares poblados, evidentemente. El problema ocurre en estos casos cuando se "pierde" la ruta, la senda o el camino que se pretendí seguir para llegar a donde se había planeado.

Así, un conductor insulta y despotrica contra todo objeto animado e inanimado (priorizando los mapas y su flamante GPS) cuando pasa de largo la calle en la que tenía que desviarse y no tiene forma de volver atrás sin infringuir normas de tráfico básicas o causar un accidente. De la misma forma, un senderista o un excursionista dentro de una "isla natural" entre pueblos, puede perder sus senda...pero no porque esta no esté marcada (como puede ocurrir, por ejemplo, en la Patagonia) sino porque en una bifurcación dobló hacia el lado equivocado, porque confunde un pueblo con otro hacia el que se dirigía, o porque pasó por abajo del un tendido eléctrico y al lado de unas antenas que no eran las que pensaba que marcaba su mapa.

Es decir, hay otra forma de perderse, mucho menos bucólica que la del aventurero, y es perderse por exceso de indicaciones o de posibilidades a elegir siguiendo un recorrido dado. Nosotros, sinceramente, preferimos la original...porque ya que vamos a perdernos, mejor perdernos bien perdidos y practicar un poco de supervivencia en serio ;)